PEREGRINAJE DEL OLVIDO_ o Tan grande como el amor.

Esta travesía - peregrinaje, en realidad es una continuación de la que terminé tres semanas antes, en Benasque. En  esta ocasión caminé de Benasque a Andorra y el recorrido total realizado está en torno a los 150 kilómetros. En la otra travesía caminé durante nueve días y descansé dos, en total fueron once días en la montaña. En esta travesía caminé durante once días consecutivos, aunque el primer día solo caminé hora y media en ligera subida, y en la última caminé durante dos horas o dos horas y media, bajando un desnivel de mas de 1.100 metros.

En esta travesía seguí íntegramente el recorrido del GR-11 en su tramo entre Benasque y Andorra, para ello me guié con los escuetos planos o fichas a escala 1: 400.000 editado por diferentes federaciones de montaña, y que se considera como el recorrido oficial de la travesía de los Pirineos por la vertiente española.

El recorrido efectuado fue: Benasque / Plan de Senarta / Ballibierna / Refugio de Angliós / Conangles / Hospital de Viella / Port de Rius / La Restanca / Colomers / Sant Maurici / Espot / Estaís / Jou / La Guingueta d'Aneu / Estaón / Tavascán / Áreu / Refugio Baiau / Port Medacorba / Cabana Estanys Forcats / Arinsal.

El tramo recorrido en esa guía se contempla una duración de entre nueve y once días, dejando a la fortaleza del caminante o a los imprevistos del tiempo o logística la posibilidad de acortar o alargar las etapas, que en realidad son cortas, alguna de ellas las completé en algo mas de cuatro horas, que en montaña es poco, así que en alguna ocasión hice dos etapas en un solo día.

Iba cargado inicialmente con una mochila que rondaría los veinte kilos de peso. Incluso el primer día se podrían sumar dos o tres kilos mas, ya que en Benasque compré comida y bebidas enlatadas de más.

Las etapas mas duras fueron casualmente la segunda y la penúltima. En ambas superé los 1.700 metros de desnivel positivo acumulado, y en ambas pasé por los collados mas altos de la ruta, ambos con algo mas de 2.700 metros de altitud. Aunque en la segunda etapa iba mas cargado, en la penúltima un cierto cansancio, el frío que llegó de golpe, una mala alimentación ( tuve que encargar bocadillos en el restaurante de un cámping porque me quedé sin comida ) y los primeros síntomas de problemas en los tendones de los pies, la hicieron quizás la etapa mas dura, aunque no caminé mas de nueve horas contando los descansos.

Durante los últimos días de travesía me fuí encontrando gente que estaba haciendo la travesía integral de los Pirineos, o sea, una actividad mucho mas dura que la que yo hice, ya que normalmente se tardan entre treinta y cuarenta y cinco dias en completarla, muchos de ellos eran extranjeros, la travesía de los Pirineos se ha puesto de moda y viene gente de todas partes del mundo para anotarse esta aventura. Hay quien la ha realizado en veinte días con jornadas muy largas y con un peso reducido. ( Ignoro otras gestas aún mas duras ). En plan deportivo hay quien la ha completado en ocho dias, unos noventa kilómetros diarios, sin peso, durmiendo en refugios y con los medios de comunicación siguiendo al minuto la gesta deportiva.
Y aún apenas hace unos días, hay otro atleta que asegura haberla realizado en tan solo siete días, y además haciendo un recorrido mas duro y largo, subiendo cinco cimas, entre ellas el Aneto, y cargando con una mochila que al principio pesaba casi treinta kilos. Aunque he leído que hay muchas dudas respecto a  la veracidad esta hazaña.

Pero a mí no me interesan las gestas deportivas, ya sean en la montaña o en un campo de fútbol. A mí me interesan incomparablemente mucho mas, los caminantes  con los que me fuí encontrando en el camino y que intentaban hacer la travesía de los Pirineos. Y en especial a tres mujeres jóvenes que encontré y que iban solas, cada una por su cuenta. Bueno una, que era chica muy jóven y vasca, iba acompañada de un perro cargado con alforjas.
Pero el personaje mas increíble que encontré - y en muchos años - fue un francés de una edad incierta, de entre cuarenta y cincuenta años de edad,  de voz mas bien fina, que llevaba dos meses andando. Empezó en el Cap de Creus y aún estaba a menos de la mitad del recorrido. Vestía como un hippy de los años ochenta, mas bien sucio, evidentemente estaba un poco loco, delgado de comer poco; le faltaba algún diente y llevaba un equipo muy insuficiente, iba cargado con una mochila mediana de muy mala calidad, otra de colegial y una bolsa de plástico en la mano. No tenía ni tienda de campaña ni hornillo para cocinar. Este personaje ya había hecho la travesía de los Pirineos por la vertiente francesa, y como le sobraba tiempo, volvió para hacerla por la parte española.

Este personaje tenía un magnetismo especial, quizás el magnetismo de los locos. A pesar de su evidente locura me produjo una reacción de respeto hacia él y hacia la resumida historia que me contó. Con su barba enrollada y atada, tenía un aire de estatua majestuosa. Creo que es el prototipo de héroe de la antigüedad, como los descubridores españoles o los " santos " evangelizadores cristianos. Una mezcla de aventurero, paranoico, místico y guerrero, todo a la vez.

Todos estos personajes anónimos con los que me encontré, para mí tienen mucha mas importancia que los atletas que hacen el mismo recorrido para batir récords de velocidad o de cualquier otra cosa.
El espíritu del montañismo clásico se está perdiendo, el montañismo denominado romántico está en vías de extinción. El romanticismo entendido como experiencias que despiertan sentimientos positivos, de integración en la Naturaleza, de la contemplación de la belleza natural de las cosas.... ese romanticismo incluso está mal visto por las nuevas generaciones nacidas bajo la influencia y embrujo del mundo tecnificado. De esos montañeros románticos que solo van a la montaña por el simple placer de encontrarse inmerso en ella, sin prisas, alejados de cualquier relación entre montaña y deporte, ya quedan pocos. Y es por eso que me place encontrarme por la montaña con personajes de esta envergadura moral, sobre todo si son jóvenes, porque indica que lo que sienten por la montaña lo llevan muy adentro.
De los muchos que intentan la travesía de los Pirineos, un buen número de ellos abandona por un motivo u otro. De los que ví, al menos uno abandonó en Andorra el mismo día que yo finalicé mi recorrido preestablecido anteriormente. En realidad, personalmente no tengo ningún interés en completar el recorrido íntegro, esos mas de setecientos kilómetros andando, con mas de cuarenta mil metros de desnivel positivo acumulado. Me basta con hacer recorridos de unos días, dejar por la montaña el lastre mental que arrastro en la urbe, desintoxicarme de las radiaciones electromagnéticas y cargarme de enormes cantidades de energía positiva.

La fotografía de arriba, la de una bota de montaña, es para ilustrar el calzado que usé, unas botas  de trekking Salomón, un modelo de gama media, que me fueron fenomenal, de lo mejor que he encontrado para travesías. Aunque en su publicidad no las recomiendan para grandes travesías, es de lo mejor que he usado. No me hicieron ningún roce, no tuve que usar ni una tirita. Solo tuve ligeros problemas los primeros días en las que las probé por los  montes por donde yo vivo, pero con el paso de los días, estos ligeros problemas desaparecieron totalmente. La diferencia con las botas clásicas de trekking, está en que la caña es mas baja, protegiendo lo suficiente los tobillos, y la forma de la plantilla que hace una curvatura mas pronunciada, permitiendo andar mas rápido que con las botas de caña alta y plantilla mas recta. Además en mojado la adherencia es  magnífica, solo tuve un resbalón con una caída sin importancia, pero fue debido a la lluvia continua, a   mi falta de atención y al cansancio acumulado.
En total las he usado para caminar mas de doscientos kilómetros y no tienen ningún síntoma de desgaste o rotura, las puedo usar muchos kilómetros mas por terrenos exigentes. Esta marca las fabrica de medio número en medio número, y se puede afinar bastanta la talla que deseamos, en concreto me compré media talla menos que las de trekking normales. Ni siquiera tuve que usar unas plantillas a medida que uso debido a mis problemas de desgaste corporal. Este tipo de bota es el que recomendaría sin reparos para grandes travesías por terrenos de todo tipo, excepto en los que hubiese que pisar demasiada nieve o muy blanda y profunda. Para eso hay otro tipo de botas.
Y como tenía cierto temor a las rozaduras de las botas, le dí mucha importancia a su complemento inmediato e imprescindible, los calcetines. Me llevé tres pares totalmente diferentes. Unos de trail runnig, de lo mas moderno que se hace, ergonómicos, específicos para el pie derecho e izquierdo, sin costuras, antirozaduras, fabricados con dos tejidos diferentes para según que parte del pie, además me los compré una talla corta para que abultasen menos dentro de las botas. Otros calcetines que llevé fueron de trekking normales, con bastante porcentaje de algodón, y otros muy finos para runnig y deporte en general. Todos me fueron bien, ninguno de ellos me provocó ningún roce ni ampolla.

Y después de estos apuntes paso a relatar esta agradable y dura travesía por una parte de los Pirineos.

Como siempre hago el pesado viaje hasta los Pirineos. He de tomar un tren y dos autobuses para recorrer unos trescientos sesenta kilómetros. En total  el viaje me toma unas ocho horas.
El agravante esta vez es que el autobús que va hasta Barbastro no hace la parada habitual de unos quince minutos, para ir al lavabo o tomarse algo, y cuando llegamos a Barbastro el otro autobús de enlace en vez de llevar el tradicional retraso de unos veinte o veintinco minutos, ya está en la parada esperándonos. O sea, en total unas cuatro horas y media sentado en los dos autobuses. Eso sí, en Barbastro pude ir corriendo al lavabo porque no me aguantaba mas.
En el segundo autobús iba un grupo de graciosos benasqueses, todos jóvenes, iban haciendo el comentario " por aquí hay un vampiro " y cosas así. Yo entiendo el porque un destacado alpinista catalán, afincado en Benasque, esté hasta la coronilla de estas gentes y esté pensando en enviar a tomar por saco a todos los borregos y mala gente que hay en ese pueblo. Las envidias hacia su persona son cada vez mas notorias y el ambiente se le está haciendo irrespirable.

Una vez en Benasque, ya por la tarde, voy a comprar algo de comida y bebida. Me cargo con varios kilos de mas y camino hacia el Plan de Senarta, que está a unos cinco o seis kilómetros. A unos veinte minutos, me siento entre las hierbas y hago la primera comida un poco fuerte del día. Estaba desmayado.
Continúo hasta el Plan de Senarta por el GR-11. Es un corto tramo de unos tres kilómetros, y llego al cámping de Senarta ya casi de noche. He de montar la tienda con la luz del frontal.
Como " tienda " en realidad me he traído solo el doble techo de la tienda, ya que este modelo permite este uso. Eso ha sido para ahorrar peso, pero me arrepentiré prácticamente esta primera noche. El inconveniente de usar solo el doble techo, es que se pasa mas frío y humedad. La tienda me aguantó las fuertes lluvias y un poco de granizo que tuve que soportar en esta travesía, no caló ni una gota, pero la humedad se cuela por debajo de la tienda, y el saco y la ropa se queda humedecido. De hecho el saco se me mojó durante una tormenta de muchas horas, y lo tuve mojado y humedecido durante el resto de las noches en las que dormí en él. Pasé algo de frío, me equivoqué al usar solo el doble techo y me arrepentí de verdad.

Por la  mañana siguiente me voy del camping no muy temprano, la tienda está totalmente mojada del fuerte rocío, y me voy sin pagar la noche, entre otras cosas porque aún no están los encargados del cámping. Tampoco he hecho ningún uso de las duchas y solo he estado unas horas acampado en un rincón medio escondido. No tengo mala conciencia por no pagar y empiezo la que será una jornada muy larga y agradable.
A pesar de llevar como mínimo veinte kilos de peso, me planto en dos horas justas en el refugio de Pescadores o Coronas, en el para mí precioso valle de Ballibierna. ( Lo escribo así que es la manera como se ha impuesto, antes era Vallhibierna ). He superado los primeros setecientos metros de desnivel casi sin darme cuenta, ya estoy a casi dos mil metros de altitud. En el refugio no hay nadie, pero veo dos sacos de dormir y dos colchonetas extendidas, no hay nada mas, ni fogones ni comida ni ropa, ni nada que haga pensar que ahí hay gente haciendo alguna estancia.
Mas tarde llegarán tres personas que han estado varios días en el refugio, y me comentarán que esos sacos de dormir ( totalmente nuevos ) ya estaban ahí cuando ellos llegaron.
Se da la circunstancia de que hace años, en este mismo refugio, me encontré un saco de dormir abandonado, no había nada más, al igual que ahora. Aquel estaba un poco estropeado, pero al final como no había nadie me lo llevé para casa.

Aquí me pasa algo que se repetirá durante toda la travesía. Hago una parada para comer un poco fuerte, y me pasa casi una hora volando, cuando yo en realidad he tenido la percepción de no llevar mas de unos veinte minutos parado. Cuando miro la hora y me percato del tiempo transcurrido, hago la mochila  rápidamente a pesar de que la tienda que he puesto a secar todavía está mojada. ( Lo estará toda la travesía ).
Gano altura tranquilamente por el camino, admirando los picos de Culebras y Ballibierna entre otros. Las plantas de color lila se llaman acónito y son muy venenosas, especialmente la especie de color amarillo. Hace años, en este mismo valle, un caballo usado en trabajos forestales murió a consecuencia de haber comida estas plantas.

Llego a la Pleta de Llosás, a unos 2.200 metros. Hasta aquí el camino es común para las ascensiones a los picos de Aneto, Tempestats, Margalida y Russell, que son los que se ven al fondo. Pero ahora el sendero gira hacia los Ibons de Ballibierna, y es por aquí por donde he de ír.

La pleta de Llosás. Al fondo toda la cresta desde el Aneto hasta los Russell. No hay ni una nube en el cielo, hace un calorcillo moderado y puedo ir en pantalón corto y camiseta.

Hasta este puente el camino ha sido agradable, ahora empieza un sendero entre priedras y vegetación que a veces lo pierdo, pero siguiendo la intuición lo voy encontrando sin problemas.
Llego con algo de cansancio a los ibones de Ballbierna, pero es normal, es superado ya unos 1.100 metros de desnivel cargado con unos veinte kilos. El bidón del agua procuro llevarlos siempre lleno, que son unos 1.300 gramos de líquido.
Hay un pequeño grupo de gente en la entrada de los ibones. Algunos llevan chaquetas porque hace aire fresco a pesar del sol reluciente. Nos saludamos y sigo por el sendero, que a partir de aquí es tortuoso, son continuos sube y baja rodeando el lago, se gana y se pierde desnivel de una manera un poco irritante, pero no hay otro sendero. Al final me encuentro hasta un destrepe de unos cinco metros, y es totalmente obligado. Después he de ir saltando entre bloques de granito, y las fuerzas ya me empiezan a fallar. En este tramo fácilmente se piede un desnivel de cien metros o mas. Veo un pequeño torrente entre las piedras y hago un parada para abastecerme de agua y comer el resto de tortas de arroz y galletas surtidas que compré ayer. Necesito energías porque ya empiezo a notar el efecto de la altura y la falta de nutrientes. El sol, a pesar de que aquí calienta poco, pega muy fuerte, y me he de proteger la cabeza, nuca y ojos para no coger una insolación.

Llego debajo del collado de Ballibierna, está a unos trescientos metros de desnivel por encima mío. La subida vista desde aquí asusta, todo son piedras por una ladera muy empinanda. Al final se ve un serpenteante sendero que llega al collado. No tengo mas remedio que subir por ahí, y sigo las marcas rojas y blancas que me guían por este caos de rocas y piedras.
Hay gente que se queja de que en esta parte de los Pirineos las marcas rojas y blancas del GR-11 están demasiado seguidas, pero es que esta gente solo va a la montaña cuando hace buen tiempo. Esta gente no sabe nada de cuando hay niebla o hace mal tiempo, entonces es cuando se aprecia de verdad el esfuerzo de haber marcado el camino con estas marcas, que cuando las ves es como ver a un amigo que te va acompañando por el camino. Te alegras de verlas.
En este tramo final me pasa algo curioso, mi reloj cuando son las horas en punto emite unos pitidos. Durante la subida a este tramo final escucho este pitido dos veces que me parecen casi seguidas, creo percibir que no han pasado mas de quince o veinte minutos entre ambas. Pero en realidad es una falsa percepción del tiempo, ya que en realidad ha pasado una hora exacta entre los dos pitidos.
Cuando estoy en el tramo final, que es muy empinado y suelto, de repente ya veo el collado a muy pocos metros. Llego al collado de Ballibierna a 2.735 metros de altitud. Hasta aquí ya he superado un desnivel acumulado de unos mil quinientos metros aproximadamente, y aún me quedan por bajar unos trescientos, subir unos doscientos y bajar unos trescientos mas. El recorrido aproximado de hoy será de unos veintiún quilometros, que con el peso que llevo no está nada mal.

En el collado hay una pareja que creo que son alemanes, hablan en tono muy bajo y están haciendo fotografías con una cámara de calidad. Se me antoja que ya es un poco tarde para estar tan altos, sus mochilas son muy pequeñas y el regreso a cualquier punto desde aquí, es de varias horas.
Esta fotografía está hecha mirando hacia el este, hacia las tierras catalanas, donde los Pirineos pierden altura.

Esta otra fotografía es mirando hacia el oeste, al fondo se puede ver el macizo del Posets. En primer término los ibons de Ballivierna a mas de 2.400 metros de altitud.

Me hago una foto de careto y salgo así de cómico. Es por el cansancio y la altura.

Aquí mirando hacia el Aneto, que es el pico que se ve arriba de la imágen.

Ahora desciendo hasta el lago de Cap de Llauset, el sendero es entretenido y no puedo ir muy rápido, bajo lentamente.  Llego cerca del lago - donde se iniciaron las obras de un gran refugio, pero al parecer ahora están paradas, al menos no veo a nadie - . El GR-11 ahora sube hacia otro collado, y veo que he bajado mas de la cuenta, quizás me he pasado un desvío. Flanqueo el lago por un precioso y fácil camino en esta tarde dorada, a pesar del cansancio acumulado me encanta estar en este lugar a esta hora.  Es un lugar idílico para acampar, pero prefiero acabar la jornada en la cabaña de Angliós, que aún me queda lejos.
Alcanzo el collado de Riu Güeno, o Bueno. Desde aquí veo el pequeño refugio que se ve muy lejos aún. La bajada es por fuerte pendiente y terreno suelto. Pierdo mucho desnivel de golpe, pero después el sendero discurre por una extensa zona de piedras y bloques que se me hace muy largo. De tanto en tanto he de hacer pequeños descansos, porque ya me siento desfallecido. Aquí el sol ya se ha ido y hace frio, paso por los lagos de Angliós y finalmente llego a la explanada donde está la cabaña refugio, he tardado unas nueve horas en llegar aquí y he comido muy poco para el esfuerzo que he hecho.
 Desde lejos ya he visto que habían dos tiendas acampadas justo al lado del refugio, y también he visto gente entrando i saliendo del mismo. O sea, que toca dormir en la semi - tienda de campaña. Pero al menos tardo veinte minutos en encontrar un lugar idóneo para acampar. Por aquí todo es verde, pero me encuentro que el terreno es muy irregular y busco un lugar con la hierba muy corta y sin piedras ni hoyos que me fastidien la noche.
 Cuando estoy instalado y cenando, veo una figura que pasa por el lado de la tienda y me sobresalta porque ya es muy oscuro, casi de noche. Es un pastor que se dirige a la cabaña. Cuando son las diez de la noche o algo mas, veo que algo se ilumina, es una fogata que han encendido al lado de la cabaña, y me pregunto que es lo que estarán quemando, porque a esta altura - 2.200 metros - no hay un solo árbol.
Para dormir me tomo un somnífero porque me hace falta dormir de verdad. He de dormir vestido porque el frío ya es un poco serio.
Me levanto a las siete de la mañana, hace un día magnífico, sin una nube y no demasiado frío. En la fotografía de arriba,  se puede ver la bolsa de color negro que está delante de la tienda. Contiene toda la comida que llevo, y puede pesar al menos seis kilos. Me la comeré toda y me quedaré corto de comida en los próximos días. Apenas llevo pan, y lo compenso comiendo mas cantidad de otros alimentos.
Al fondo el refugio - cabaña de Angliós. Enfrente hay dos personas, hombre y mujer, que han desmontado la tienda y marcharán en dirección contraria a la que yo voy. La otra tienda cuando he salido de la mía ya no estaba, han sido pues muy madrugadores.
He tardado mas de dos horas en estar listo. No tengo ninguna prisa, ya que la etapa de hoy, según la guía es supercorta. No mas de unos ocho kilómetros, al principio por fuerte bajada hasta llegar a la carretera de Vielha. Un descenso de unos ochocientos metros de desnivel. Después seguiré pararelo a la carretera hasta el antiguo hospital de Vielha, donde hay un refugio que desde hace algunos años está cerrado. Pero mi intención es llegar mas arriba, ya con etapas tan cortas nunca llegaré a mi destino.
Lo que no se entiende es porque en la guía se marcan etapas tan excesivamente cortas, y otras superan los treinta kilómetros de distancia. Es un poco absurdo. Ahora, como el refugio del hospital de Vielha está cerrado, los senderistas han de acortarla aún mas, quedándose en el refugio de Conangles, o alargarla unas cuatro ó cinco horas hasta el refugio de la Restanca, que ya entra dentro de la normalidad en cuanto  distancia a recorrer y horarios normales en la montaña. Pero los que vamos con tienda de campaña no tenemos ese problema, acampamos donde podemos o donde nos place, aunque sea ilegal o irregular. En este caso concreto el GR-11 entra dentro del Parc Natural de Sant Maurici i Aigüestortes, donde está totalmente prohibido acampar, ni siquiera una noche en plan de travesía.
Pero también es cierto, que en los muchos años que llevo haciendo montaña, jamás he visto un guarda por las zonas altas de la montaña. Y los montañeros de toda la vida, si ven tiendas por la montaña, entienden que se acampa por necesidad, bien por que al dia siguiente se va hacer alguna cima, o a seguir alguna ruta. Quien mas y quien menos ha acampado en zonas prohibidas. Y me quedo corto, que he visto de todo.
Bajo tranquilamente por el sendero que al principio bordea un magnífico lago. Admiro embelesado el magnífico paisaje de los Biseberris enfrente mío, sin una nube en un día translúcido. Después la pendiente se va acentuando hasta que llega al bosque. A partir de aquí el sendero baja abruptamente entre piedras sueltas, raíces y árboles frondosos. Mas tarde llega a la confluencia del valle de Salenques. Aquí han puesto unas mesas y unos bancos, queda muy bien. Me paro entre la sombra de los árboles y descanso unos minutos. Los hombros ya los tengo castigados por la paliza de ayer. Y el dolor me durará toda la travesía.
Me fijo en el sólido puente que cruza el río. Está a unos dos metros o dos metros y medio de altura, pero se puede observar que ha habido alguna crecida que ha hecho que la vegetación haya superado ese nivel. De verdad asusta pensar en el enorme caudal de agua que habrá caído por aquí. En realidad se juntan dos torrentes, y a partir de aquí  se forma un río muy caudaloso.
Sigo por el camino que ahora llanea mucho, con ligero descenso. De tanto en tanto han puesto bancos y mesas rústicos, pero no veo a nadie, ni sentado ni andando. Se nota que ya es septiembre y que las montañas están muy vacías de visitantes.
En el camino también han puesto alguna pasarla de madera. Si son para no mojarse los pies o no ensuciarselos, me hace reír, porque hay infinidad de lugares donde si nos mojaremos las botas de agua y barro.
Finalmente llego a pocos metros de la carretera. Hay cartel informativo, unos bancos y una barandilla. Aquí me paro para hacer un desayuno potente, que incluye una lata de sardinas. Me he aficionado a comerlas después de largos años de no probarlas. Estaba cansado de comer siempre lo mismo.
Almuerzo tranquilamente, me tomo mi tiempo, todo el del mundo. El día es magnífico y hace calor moderado, aún puedo ir en pantalón corto y camiseta. ( Pero hoy será el último día, ya que el frío y el mal tiempo llegarán al día siguiente ).
Cojo agua del río, me fío de su potabilidad un poco, porque mas arriba no hay casas, y ganado solo he visto cabras, que estas no ensucian el río como las vacas.
Ahora el GR-11 sigue la carretera dirección Vielha durante un tramo. Al medio kilómetro mas o menos hay que dejarla y cruzar un puente. Aquí en realidad dudo de si seguir por el GR o seguir por la carretera, ya que creo que es mas corto y rápido. Pero aparte de que toca el sol un poco mas fuerte que antes, he venido a seguir el GR, aún sabiendo que este a veces toma caminos mas que discutibles o razonables, cuando no totalmente absurdos. Pero me propuse no pelearme con el trazado del GR y sigo por donde las marcas me indican......... marcas que enseguida desaparecen. He seguido una pista ancha que acaba de golpe junto al lecho del río. Busco alguna marca o camino pero no hay nada. Retrocedo hasta la pista por si me he equivocado; pero no el GR va por ahí. Pero no hay mas marcas. ¡¡¡ Ya estamos en Cataluña !!!.

Un poco mareado - me noto algo raro que no se que es - decido meterme en el lecho del río, que por donde voy hay poca agua, y si muchas plantas y piedras. De tanto en tanto se ve como si alguien hubiese pasado por ahí. Veo una marca del GR pero está muy gastada, apenas es perceptible. Al menos se que voy bien.
Sigo durante un buen rato con la misma tónica hasta que la vegetación se abre y veo una marca mas reciente que indica un cambio de orientación. La sigo, el camino se abre mucho mas y llego a una pista que ya conozco. Es que la viene desde el refugio de Conangles y pasa por el desvío hacia los Biseberris. A partir de aquí y durante casi dos kilómetros ya no veré mas marcas, solo carteles indicadores en los cruces de caminos. Por aquí lo hacen así. En realidad el refugio de Conangles es accesible en automóvil hasta la misma puerta. La carretera está al otro lado del río, y por lo tanto no le faltan clientes. Me imagino que funciona mas como bar que como refugio de montaña. De ahí que no se molesten en marcar el recorrido del GR-11.
Llego a la fuente que está muy cerca del refugio. Parece una fuente bíblica en la que el agua brota de la roca, pero no, tiene truco. La roca está agujereada y han puesto unos tubos. Muy cerca de aquí hay una magnífica zona de picnic, muy soleada y con bancos y mesas de piedra. Todo una gozada. Hay algunos turistas pasando un magnífico día.

Hace rato que me voy sintiendo un poco mareado. Se que me pasa algo pero no se que es; no tengo dolor, ni fiebre ni nada parecido, solo un malestar general. Pienso que quizás ayer me dio un golpe de aire, o quizás tenga alguna bajada de algo en mi organismo debido al esfuerzo de ayer, incluso pienso en un ligero edema pulmonar o cerebral, o por el cambio de rutina de mi vida diaria, al que mi cuerpo aún no se ha acostumbrado. En todo caso me propongo que hoy no pasaré de los 1.800 metros de altitud, buscaré algún bosque con agua y descansaré toda la tarde.
Ahora falta que esos deseos se cumplan.
Llego a las cercanías del antiguo hospital de Vielha, pero el GR tiene otra variante y se desvía y sigue hacia la derecha, hacia el Port de Rius. Hay un cartel indicador con unos horarios que yo diría que son en exceso optimistas. Sigo un buen rato por el sendero que al principio sube por pendientes fuertes hasta que llega a una pista por la que hace tiempo que no pasa un automóvil. Al rato la deja y continua por un camino entretenido, piedras, agua, hierba y barro. Llega un punto en el que me imagino que se podrá acampar cerca del rio de una manera discreta. Me alejo unos doscientos metros y ¡¡ Bingo !! encuentro un lugar perfecto para acampar.
Está entre varios brazos del río. Sería peligroso si hubiese peligro de lluvia, pero por el cielo que hace no creo que esta noche vaya a llover. En todo caso estaré atento al cielo.
Acampo entre las hierbas, en el río he visto truchas. Al lado de la tienda hay un gran rovellón que no me atrevo a comer. También me fijo que hay restos de una hoguera, pero está muy escondida debajo de las hierbas, por lo que puede tener décadas de antigüedad.  Me lavo en el río, y me lavo la ropa. La pongo a secar colgada entre los árboles.
Para esta travesía me he comprado unas chancletas de goma muy baratas, pesan bastante menos de las que uso normalmente, y me doy cuenta de que ahora mucha gente los lleva para descansar por la montaña. Pero en cuanto me las pruebo me hacen un dolor terrible en los dedos;  no me puedo poner esto. Así que andaré por aquí descalzo y en cuanto encuentre un lugar donde dejar la basura me desharé de ellas.

 Y por fin me pongo a cocinar. Para hoy me toca un sobre de tallarines a la parmesana, un plato potente.
En toda mi vida, se me habrán caído no mas de cuatro o cinco veces el fogón y la cazuela mientras estaba cocinando, y en esta travesía me pasará dos veces consecutivas, y hoy será el primer día. Y me pasa delante de mis ojos. Mientras observo con paciencia como van hirviendo los tallarines, dejando que el aroma de la pasta excite mis jugos gástricos, con horror observo que el fogón y la cazuela se ladean y se caen, esparciéndose todo el contenido por el suelo.... ¡¡ me quedo pasmado !!... ¡¡ Ostiaaaa... !!.... Pues nada, no toca mas remedio que guardar los otros sobres de tallarines que me quedan y cocino un sobre vulgar de pasta de fideos con pollo...¡¡ jajajaaaa...!! bueno no hay nadie por aquí para reírse.
Paso la tarde descansando y durmiendo un poco. Me encuentro un poco mejor pero no mucho.
Como antes de las nueve ya es oscuro, ceno ligeramente y a dormir. Me tomo otro somnífero porque he de descansar de verdad, he de renovar energías para el día siguiente.

Es mi tercer día de montaña y me despierto muy espeso. La noche ha sido muy húmeda, no ha soplado ni un poco de viento y la tienda y toda la hierba están empapados. Aquí donde he dormido no tocará el sol hasta bastante tarde. Mientras desmonto la tienda y hago la mochila las manos se me están quedando heladas. Es de esos días en los que tienes prisas por salir, pero notas que vas demasiado poco a poco y te desesperas porque nunca acabas de tenerlo todo preparado. Cuando empiezo a andar ya han pasado dos horas y media desde que me he levantado.

Retomo enseguida el GR, que enseguida empieza a subir por un camino muy empinado. El bosque se acaba enseguida y empieza lo que se podría llamar vegetación de alta montaña, aunque el punto mas alto de hoy no pasa de los 2.315 metros de altitud. Pero esta zona de los Pirineos a pesar de su altura media, tiene ambiente de alta montaña, dado lo agreste de su orografía. En esta zona hay catalogados mas de doscientos lagos, es la zona mas lacustre al sur de Europa, siendo este uno de los principales atractivos que atraen a tantos visitantes.

Tardo aproximadamente una hora y tres cuartos en llegar al Port de Rius y solo he subido quinientos metros de desnivel. He subido de un tirón a pesar de no estar nada fino. La única parada que he hecho ha sido de unos cinco minutos para quitarme ropa. Aquí de marcas del GR hay bien pocas, se limitan a ver  alguna de tanto en tanto; lo que si que hay son pequeños hitos de piedra, solo en algún cruce hay carteles indicadores de la dirección a tomar, y por donde va el GR-11 con alguna de sus variantes está indicado correctamente. La verdad es que en comparación con Aragón o Andorra, se aquí hay poquísimas marcas, y se hechan a faltar en muchos lugares un poco liosos. Las bromas - o peor - sobre la mentalidad tacaña de los catalanes tienen su justificación. Las personas que marcan el GR lo hacen a partir de unos presupuestos que alguien paga, y no entiendo como no pueden comprar un bote de pintura mas. El kilo de pintura está sobre los trece euros, no parece que se coma una parte importante del presupuesto. Pero bueno, en el mundo del montañisno reina la misma irracionalidad que en todos los ámbitos de la sociedad. Hablamos de humanos.

Mientras subía las nubes, la humedad y el frío que ya es destacable, indican que viene mal tiempo. En realidad ya lo sabía, puesto que antes de salir de casa consulté la meteorologia y anunciaba tres días de buen tiempo y dos o dos y medio de lluvias. Así pues no me pilla de sorpresa.
La fotografía de arriba es mirando hacia el el Tuc de Mulleres. El valle escondido que hay a la izquierda es por el que bajé ayer.

Mirándo hacia las crestas del Tozal de los Lagos. Detrás están los Biseberri ( o Besiberri , nombre vasco en territorio catalán ).

Cuando llego al Port de Rius el sendero pasa por algún falso collado. Hago una parada para sacar la cámara fotográfica y me llega un montañero solitario que me iba alcazando poco a poco. Lleva una mochila tirando a pequeña, no se le ve ni colchoneta aislante, ni tienda, y erróneamente supongo que vendrá ha hacer una excursión hasta los lagos o poco mas.
Pero me equivoco porque varios días mas tarde me lo volveré ha encontrar en la Vall Ferrera, y al otro día en Andorra, donde acabará ( igual que yo ) su travesía. Es extranjero con fuerte acento inglés pero no se indentificar su país ni me atrevo a preguntárselo.
Me adelanta pero en cuanto ve este increíble paisaje, el Estany de Rius, que hasta recuerda los paisajes chinos o tailandeses, se queda embelesado y se sienta en un montículo para admirar este belleza indescriptible. La calma aquí es total.
Después de ladear el lago, que toma su tiempo, empieza la larga bajada hacia la Restanca. El refugio que está junto a la presa, está a 2.010 metros de altitud, pero el GR baja mas de la cuenta, hasta los 1900 metros y después remonta hasta los 2.070 aproximadamente y vuelve a bajar. Parece que es pan comido, pero el tiempo ya se está estropeando del todo, los hombros ya los tengo castigados y empiezo a tener hambre, ya que el desayuno de leche con cacao y galletas hace rato que lo he digerido y mi cuerpo necesita mas energías.
En todo caso el descenso al principio es por un valle muy suave y sin complicaciones. En total son unos cinco kilómetros de valle en descenso y perdiendo solo unos cuatrocientos metros de desnivel.
Paso cerca de una cabaña, ya se intuye donde está la presa de la Restanca, aunque aun no se ve. Claramente, como mínimo estoy mas de cien o ciento cincuenta  metros de desnivel por debajo de la Restanca, pero por arriba claramente se puede intuir que ha de ir un camino que flanquee sin bajar tanto. En todo caso el GR va por aquí y me prometí no pelearme con su recorrido y acatar los caprichos de los que lo marcaron.
Lo malo es que ahora el sendero se mete en terreno rocoso y lleno de vegetación que a ratos es espesa. He de ir saltando entre las rocas, y en uno de esos saltos estoy apunto de pisar a una víbora que se ha estado quieta encima de una roca.

Llego ya muy cerca de donde empieza la subida final, que desde aquí se ve muy exagerada, por la vegetación y por la inclinación, que es bastante fuerte. En realidad es peor de lo que estoy imaginando.
Baja un hermoso arroyo de agua fresca que me imagino que será potable ( de hecho no tendré ningún problema gastrointestinal en toda la travesía, que para mí es un triunfo ). Decido parara a desayunar aquí, me tomaré una hora, ya que pongo la tienda y la ropa a secar a los pocos rayos de sol que de tanto en tanto me engañan como el canto de una sirena.
Pasan una mujer y un hombre por el GR. Vienen de la Restanca y llevan mochilas muy pequeñas. Me pregunto si estarán haciendo alguna travesía con tan poco bagaje.
Cuando empiezo a guardar los trastos ya caen las primeras gotas de lluvia. Es el principio de dos días y medio de tormentas, lluvia y granizo, que harán que esta travesía se me haga mas dura y pesada que la del mes pasado, en las que caminé unos 180 kilómetros en nueve días.
En esta travesía me encuentro mas fuerte, y lo achaco a que en la anterior pasé muchísimo calor en un ambiente muy seco. Sudé tanto que perdía seguro varios kilos al día en líquidos. Los reponía bebiendo varios litros de agua al día, pero seguramente perdía demasiados minerales y sales y no los llegaba a complementar con las comidas que hacía ni con los suplementos vitaminicos y minerales que tomaba. En esta travesía al no sudar tanto - ni de lejos - pierdo menos minerales y sales.
Así pues, con las primeras gotas de lluvia empiezo a subir el tramo final. En seguida pierdo el GR. La subida es liosa por un terreno empinado y de vegetación enmarañada, que no tiene nada que ver con los prados alpinos precisamente. Al final he de subir por donde puedo; a veces se ven como rastros de pisadas, pero bien pueden ser pisadas de animales.
Para mayor frustración veo que efectivamente hay como un camino que rodea la ladera mas arriba de donde estoy. O sea que el GR baja mas de la cuenta... pero bueno... no me pelearé con el recorrido del GR.
Llego arriba de un promontorio, para mi sorpresa veo una marca del GR, pero no hay mas, por muchas vueltas que doy, no encuentro ni una. Me meto pues campo a través en medio de unas plantas enormes, hago un camino sin querer. Entonces si que veo las marcas del GR y el sendero auténtico que he perdido. En todo caso la Restanca ya está muy cerca, a pocos minutos de bajada.
En todo esto ha dejado de llover y hay como un poco de resol.

Llego junto a la presa, hay que cruzarla por arriba del muro. Las barandillas para mi gusto son demasiado parcas. Están a metro y medio mas o menos, y en caso de resbalón, tropiezo o caída, sería muy fácil ir a parar o bien al agua profunda, o bien abajo del otro lado del muro, unos cuantos metros mas abajo. En todo caso la paso lo mas rápido que puedo procurando no tropezar.
Paso junto al nuevo refugio de la Restanca, hecho un vistazo a los carteles indicadores y a la gente que veo que suben montaña arriba, a pesar de que el tiempo no presagia nada bueno. Bueno, hacen como yo. Aquí seguro que no dormiré, aún quedan unas cuantas horas de luz y he de ganar tiempo. Así que sigo subiendo sin tan siquiera parar para descansar los hombros.

De esta zona y el antiguo refugio - éste es nuevo - guardo un recuerdo imborrable. Hace como mínimo veinticinco años o mas, vinimos a escalar la vía el Gran Diedre, del contrafort del Drac del Tumeneja. O mejor dicho, mi gran amigo Antonio García Picazo me trajo a escalar una gran vía. Por aquel entonces la vía tenía muy pocas repeticiones, y se consideraba como una de las mejores de todos los Pirineos. A pesar de que solo tiene unos doscientos o doscientos cincuenta metros de recorrido, la escalada es de dificultad alta y mantenida por un granito inmejorable. Y la vía como su nombre indica es un largo diedro que se recorre de abajo arriba. Y encima es una escalada alpina, ya que la cima está a unos 2.800 metros de altitud. Y para colmo la aproximación desde el refugio creo recordar que era de mas de dos horas.

La apertura de la vía correspondió entre otros al guarda de entonces del refugio de la Restanca. Cuando llegamos al refugio y preguntamos por la vía, el guarda nos trató con aires de superioridad, a pesar de que mi amigo Picazo por aquel entonces ya tenía fama de ser uno de los mejores escaladores de la península ibérica, además de prestigioso aperturista de famosas vías de escalada. Es un escalador que ha dejado su huella y su nombre en numerosísimas montañas, paredes y rocas.

Hicimos vivac al lado del refugio, ya que no nos gustaba dormir en refugios guardados llenos de gente. Al dia siguiente temprano hicimos la aproximación en busca del Contrafort del Drac. No supimos identificarlo, estuvimos dando vueltas, yo me caí sin consecuencias por un nevero, ya que íbamos con zapatillas deportivas de la época, y como piolets, Picazo usó una piedra puntiaguda y yo un friend cogido por su parte mas gruesa y clavando la punta.
En un momento dado, desistimos de buscar mas y decidimos aprovechar el día y nos subimos a una cima que creo que era la Punta Harlé. Trepamos sin cuerda, creo que la escalada no pasaba del III +. Nos relajamos al sol de la cumbre y nos bajamos para el refugio.

El guarda al enterarse de nuestro semi-fracaso se le notaba aún con mas aires de suficiencia y condescendencia.
Pero al día siguiente volvimos a la carga. Esta vez con mas información sobre la ubicación de la vía. Retomamos la subida de ayer, mas de dos horas cargados con el material de escalada de la época, que incluía martillo y unos cuantos clavos ( la via ahora tiene reuniones montadas con parabolts ).
Llegamos al sitio correcto y la escalamos en unas tres horas, cuando el horario normal era de unas seis horas. Bajamos andando o destrepando por alguna zona, que ya no me acuerdo, y empezamos el largo descenso hasta el refugio.
Esta vez a el guarda se le cambió la cara cuando le dijimos lo rápido que la escalamos ( volvimos muy pronto al refugio y no hay dudas del horario efectuado ). Le dimos los detalles que quiso saber, y mas tarde ya mas humilde nos preguntó que nos había parecido la vía.

Volvimos ha hacer vivac al lado del refugio y al dia siguiente nos fuimos para escalar en otra zona bastante alejada de aquí, con la satisfacción de haber hecho un buen trabajo. Y al guarda le dimos alguna lección, seguro. Son las ventajas de escalar con un maestro de la escalada. ( Por cierto ahora esta vía hay quien la gradúa con una dificultad superior a la de entonces. Hace largos años la graduación era de quinto grado mantenido con un tramo de quinto superior. Ahora al tramo de quinto superior algunos la gradúan como de 6a y algún tramo de Vº lo marcan como de V+. Y para descender han puesto reuniones montadas con parabolts ).

Después de estos grandes recuerdos, que me persiguen durante largo rato, me preocupo por el tiempo, que está muy inestable. Sale el sol, se tapa, cae alguna gota y vuelve a salir un débil rayo de sol.
El agravante es de que en la dirección que ahora voy no he estado nunca, y no se si encontraré un buen lugar para acampar. El problema principal es que estoy en pleno territorio comanche, el Parc Natural de Aigüestortes, y aquí la acampada está super prohibida. Esto es territorio de gente que hace carreras de montaña, runners, gente con equipo ultralight y extrapasta, que intentarán estar el mínimo tiempo posible por los senderos. Intentarán rebajar algún record personal u oficial. Aquí los montañeros clásicos como yo, casi están mal vistos. No hacemos gasto en los refugios.
En todo caso mi mochila me delata, llevo tienda de campaña y colchoneta, en algún lugar pues saben que acamparé.

Y acampo en este bellísimo lugar, el Estany de la Restanca ¿ Que otro nombre podría tener ?. Está a algo mas de 2.200 metros, y el GR pasa a unos ciento cincuenta metros de distancia. Pero como mi tienda es de color gris y pequeña y acampo en un rincón, me imagino que poca gente la verá.
Por aquí pasa bastante gente de esta que van tan ligeros, con zapatillas de trail  running, mallas cortas o tres cuartos, mini - mochila y un cortavientos ligero. Algunos andan otros corren, y yo desde mi rincón de zorro solitario los voy viendo.
En todo esto que cuando estoy montando la tienda vuelve a llover, ahora con mas intensidad. El cielo se ha oscurecido de verdad, aún no se oyen truenos pero los oiré y durante dos días. Y me alegro de mi " sabia " decisión de no seguir andando a pesar de que aún quedan varias horas de luz.
Me preparo el segundo plato de tallarines a la parmesana.... y me pasa exactamente igual que ayer. El fogón y la cazuela, delante mío, que estoy dentro del saco de dormir e inmóvil mirando hervir la pasta, sin motivo aparente se caen al suelo, y los tallarines se desparraman por la hierba. No me lo puedo creer, algo que me ha pasado tan poquísimas veces me pasa en dos días seguidos. Y vuelvo a repetir la historia de ayer, cocino un sobre vulgar de ave con fideos.
Después de comer hago una siesta, y si no ceno me será igual. Duermo un buen rato .... y me despierto sobresaltado. Está lloviendo y granizando, aunque el granizo es de pequeño tamaño. Temo por la tienda, que si el granizo la raja, me provocará un problema grave. El ruido es grande, la lluvia y el granizo golpean el toldo de la tienda con un ruido que llega ha hacerse insoportable. El agua salpica por debajo del toldo y me moja ligeramente lo que tengo esparcido por el suelo, incluido el saco de dormir.
..... Y los truenos y rayos llegan. Los temidos rayos y truenos. Suenan cerca y retumban las montañas. Cuando veo el desteyo de un rayo,  que incluso los veo con los ojos cerrados, cuento los segundos que tarda en oirse el trueno para calcular la distancia, aunque no es un método fiable. En todo caso estoy metido de lleno en plena tormenta y solo ruego que los rayos caigan lejos. Llevo objetos metálicos, como los bastones de trekking, las varillas de la tienda, el fogón y las cacharros de cocinar. Mi mismo cuerpo puede atraer los rayos. Soy pues candidato a estar en la estadística de diez muertos al año provocados por caídas de rayos.

Antes de acostarme, durante una tregua en la lluvia salgo para aliviar la vejiga. Es ya casi de noche, pero observo incrédulo como una figura baja corriendo por el sendero dirección la Restanca. No lleva luz frontal y seguro que a partir del final del lago le pillará la oscuridad total. Al principio la bajada tiene rocas, incluso hay que destrepar unos pocos metros junto al río. Me imagino que debe de ser un runner solitario que se ha visto atrapado por la tormenta y se habrá resguardado en algún lugar. Aunque me temo que no hay un solo lugar donde resguardarse. En todo caso su situación ya empieza a ser comprometida.

Cuando ya son las diez y media de la noche aún relampaguea y llueve intermitentemente. Dentro del saco, acostado ya, totalmente vestido hasta con gorro y con el saco bien cerrado para no oír como la lluvia golpea la tienda, creo escuchar voces, pero pienso que son imaginaciones mías. Durante un rato estoy con los ojos abiertos, me cuesta dormir ya que no tomo ningún sonmifero. Creo ver relámpagos cercanos pero no escucho los truenos cerca.
Me doy cuenta de que esos destellos de luz son de lámparas frontales, y efectivamente estoy escuchando voces. No tengo mas remedio que sacar la cabeza de la tienda y mirar. Son varias luces frontales las que veo, las luces de unos iluminan la espalda del que tienen delante. Por el equipamiento no hay duda, son runners, entre ellos hay al menos una mujer.

Pienso que les debe de haber pasado como al runner que he visto que bajaba sin luz. La tormenta les habrá pillado durante algún recorrido, y aprovechando la pausa de la lluvia han decidido seguir bajando.
Pero lo que ocurre durante toda la noche me rompe este suposición. A pesar de que la tormenta con sus peligrosos rayos es intermitente -pero es evidente que estamos bajo las efectos de  una tormenta severa - no dejan de pasar runners, o montañeros, todos en la misma dirección de bajada. Entonces lógicamente pienso que debe de haber alguna carrera, pero no creo haber visto ningún dorsal a nadie, pero como está tan oscuro podría no haberlos visto.
Quedo atónito por este hecho, para mí inaudito, ya que caminar de noche por la alta montaña, por terreno rocoso y accidentado y en plena tormenta con aparato eléctrico, no está precisamente dentro de los márgenes de seguridad que hay que tener en la montaña. Es tener todos los boletos para el sorteo de una accidente.
Evidentemente estoy ante un concepto de como ir a la montaña totalmente diferente al mio.

Días después me enteraré que durante esta tormenta un rayo destrozó el campanario de la cercana localidad de Vielha.


Me levanto hacia las siete de la mañana, que está muy oscura. Ya no relampaguea pero llueve. Es sábado, y para mi estupor sigo viendo grupos de gente con atuendo de runners, la mayoría hombres, pero también escucho la voz de alguna mujer.
Algunos de estos grupos van en dirección subida, hacia la tormenta y la lluvia. ¡¡ Pues ya son ganas !! Pero el caso es que yo también he de ir ¿ Pensarán ellos que soy tonto o temerario ? ¿ Pensarán que hará un pureta solitario con mochilón y lloviendo ? ¿ Pensarán que soy un imprudente y temerario ?

Mientras hago la mochila, con las manos totalmente heladas, tengo una sensación que nunca he tenido. Estoy agachado aprentando las correas de la mochila, y tengo una sensación de muerte. Es como un velo que me cubre y envuelve, una especie de amenaza o presagio. Pero no tengo miedo alguno.
Esta sensación que tengo no tiene nada que ver con lo que se siente cuando estás pasando un peligro y piensas en una posible caída y estás excitado por la adrenalina, o bloqueado por el miedo. Sencillamente es una sensación interior, quizás no de mi muerte, pero si de muerte de forma genérica.

Mi etapa de hoy serán dos de las que marca la guía, ya que son demasido cortas, y en un día largo las puedo completar juntas.
En total solo serán unos diecisiete kilómetros y unos mil metros de desnivel, seguramente algunos mas, porque todas las etapas tienen tramos en los que se pierde desnivel para después volver a recuperarlo. El horario indicado está sobre las ocho horas en total , sin contar descansos, que haré pocos.
Llego pronto al primer collado, el Port de la Crestada - el de la fotografía de arriba -. Aquí ya hay niebla, hace viento, y cuando saco la cámara empieza a granizar débilmente. ( Estas coincidencias con la aparición o cese de la lluvia justo cuando yo empezaba o dejaba de hacer algo serán algo constantes durante estos dos días y medio de tormentas. Pero no creo que las tormentas tengan una intencionalidad concreta con mi persona ).

Sigo hasta el otro collado al principio llaneando y después por una corta subida. Y ahora toca descender unos doscientos metros de desnivel. Por aquí me doy cuenta de que hay demasiados papeles y envoltorios ensuciando el sendero. Es lo malo de ser una zona tan frecuentada. Es una pena porque el entorno es maravilloso incluso con niebla y lluvia. ( En realidad llevo viendo papeles desde el segundo día de travesía, pero son muy pocos, y hasta llego a pensar si no serán de una misma persona que está siguiendo el GR-11 y ensuciando el sendero con sus papeles, que son todos blancos, tipo pañuelo de papel o toallitas de limpieza ).

Cuando estoy llegando al Port de Caldes hay una pequeña tregua de lluvia. Aquí es donde empieza la larga bajada hasta el lago y refugio de Colomers. Veo una vaca. La primera en toda la travesía, que con hoy ya es el cuarto día. Veo justo enfrente una pareja de montañeros, que por su estatura y apariencia ya se ven que no son españoles. Están haciendo fotografías a la vaca. Les saludo y los noto excitados; en inglés me dicen que la vaca acaba de parir un ternero, al parecer ha sido hace escasos minutos. Realmente los noto conmovidos por la escena.
Efectivamente la vaca está lamiendo la placenta que aún envuelve al animal, y acercarse mucho a la vaca para hacer mejores instantáneas es mas que peligroso. El ternero - o ternera - ha nacido en un entorno maravilloso pero en un día tormentoso. Hoy es día seis de septiembre, y me pregunto a que signo zodiacal pertenecerá el ternero recién nacido. De verdad lo pienso.

Port de Caldes, de 2.567 metros de altitud. Altura modesta pero en un ambiente de alta montaña. ( Estival , eso sí ).


Mirando hacia la dirección que he de tomar; la verdad es que asusta un poco. El cielo se está cerrando y promete ser mojado. De tanto en tanto se escuchan truenos lejanos, pero todo indica que los mismos vienen hacia esta dirección.
Nada mas empezar el descenso ya vuelve a llover. Son gotas frías, que después se convertirán un una lluvia contínua hasta que llegue a Sant Maurici. Y aún después seguirá lloviendo toda la tarde y noche.

Pero de momento aún estoy por aquí, ligeramente preocupado. Veo un pequeño grupo de vacas, nada que ver con los rebaños gigantescos de otras partes de los Pirineos. Me voy cruzando con pequeños grupos de gente, la mayoría trail - runners, con su equipo tan ligero y para mí, precario. Hay una excepción, y es un grupo de unas ocho o diez chicas que van acompañadas por un solo chico. Todas llevan equipo de montañismo.
Tengo un pequeño contratiempo, un bastón de trekking se me hunde;  se ha estropeado y no hay manera de arreglarlo, al menos de momento. Para mí es grave ya que por una dolencia en las rodillas ( unas de las muchas que tengo en mi cuerpo que ya empieza a fallar de chasis - pero no de motor - ), me obliga a llevar rodilleras para las bajadas y ha usar los dos bastones; con uno solo bajo un poco inestablemente por los caminos rocosos y mojados.
Sin ninguna complicación llego al lago y refugio de Colomers. No estoy cansado, pero ya toca buscar un lugar idóneo para comer algo. El problema es que lloviendo no me veo desmontando la mochila y dejar que la lluvia moje mi equipo. Aunque en realidad intuyo que ya se está mojando, saco de dormir incluido.

En la foto de arriba se ve el refugio nuevo. Como la mayoría de refugios de esta zona, solo está abierto los meses de verano y algunas fiestas o puentes festivos. En invierno dejan una pequeña parte del refugio abierta, que hace las funciones de refugio libre.

En la otra parte del lago - presa está el antiguo refugio de Colomers. Es muy pequeño, y durante años los antiguos guardas compartían estancia con los montañeros. Sencillamente una pequeña parte del refugio era para su uso particular, sin tener ninguna separación con los clientes.
Cuando paso por al lado está cerrado y parece semi - abandonado.

Para cruzar el pantano hay que pasar por el pasadizo de arriba, que es igual que el de la Restanca; solo hay una barandilla a metro y medio de altura y otra barra hacia la mitad. En caso de tropezón sería muy fácil caer por debajo de la barandilla. Hace mucho viento, y he de pasar agarrándome a la barandilla y de tanto en tanto, cuando hay alguna ráfaga de viento mas fuerte, me paro para no desestabilizarme.

El problema ahora es encontrar las marcas del GR. Hay un cartel indicador, pero hay varios caminos. Doy vueltas, ando un poco por ellos, pero no veo ninguna marca. Al final observo que en una roca hay una mancha de pintura gris. Me temo que las señales han sido borradas. ¿ Tendrá algo que ver un cartel muy espartano que indicaba otro refugio a cuarenta y cinco minutos y abierto ? Me temo - por otros indicios que veré mas tarde - que estoy entrando en terreno de las mafias de esta zona. Bien podrían ser algo así como mafias locales, con objetivos mezquinos.

Efectivamente, sigo por el camino por el que supongo que las marcas del GR han sido borradas, y veo otras manchas de pintura gris. Casi seguro que tapan las marcas del GR. Solo de tanto en tanto veo alguna del GR pero muy desgastada. Y sobre todo, donde tendrían que estar para indicar el camino correcto, las han tapado. ¡¡ Pués me acuerdo de sus muertos y de la ruindad de algunas gentes de la montaña !! ¡¡ Cuanta mezquindad y miseria moral !! No me lo puedo creer.....

He subir unos cuatrocientos metros de desnivel, que en la práctica serán al menos quinientos, y esto en unos cuatro kilómetros y medio. Con buen tiempo sería un paseo pero con esta tormenta lo pasaré mal.

En la foto de arriba - y si no me equivoco porque por aquí hay varios seguidos - el Estany Obago. En su parte contraria ha de haber una cabaña semi - destruida que sirve de refugio precario. Pero no me molesto en buscarla porque pienso seguir hasta Sant Maurici.
Aprovecho una pausa en la lluvia para  comer un poco fuerte. Mientras como, baja la niebla, y los truenos van sonando mas cercanos. En poco rato los tendré encima.
A pesar del tiempo tan malo que hace, veo pasar dos mujeres mayores que van solas, van en dirección Colomers. Nos saludamos discretamente, como si no nos fiásemos los unos de los otros.

Hace rato que ya doy por mojado todo mi equipo, lo he sacado para buscar la comida y todo está como mínimo humedecido. El saco de dormir no lo miro, pero seguro que también estará mojado. Es que ya son varias horas de lluvia continuada.
 Estoy como mínimo media hora comiendo y reponiendo fuerzas. Cuando estoy haciendo la mochila, una vez mas la coincidencia de que empieza a llover y los truenos y rayos ya están aquí. Veo sus destellos, que incluso me molestan la vista. Empiezo a tener un sentimiento de resignación. Puede que algún rayo me parta, de hecho voy en su dirección.
Veo caer los rayos, algunos en la cresta, incluso en el collado hacia donde voy, el Port de Ratera. Otros rayos caen al fondo del circo, muy cerca de los lagos.

Me cruzo con un montañero francés, de mediana edad y enjuto. A pesar de la lluvia no lleva capucha; me pregunta algo sobre el camino, .......... y de repente cae un rayo muy cerca de aquí, relámpago y trueno van juntos, y esto ocurre cuando el montañero francés estaba hablando. Cuando cae el rayo instintivamente pone cara de miedo y agacha la cabeza.
Yo quizás mas por resignación a lo que me depare el Destino que por inconsciencia, le digo con tranquilidad " que no es nada ".

Y sigo subiendo hacia donde puede que esté mi perdición. El sentimiento de muerte que he tenido esta mañana ahora me vuelve con fuerza. Quizás me estaba anunciando mi propia muerte. Pero no tengo ningún temor de morir, y si un rayo me ha de fulminar.... no tendré mas remedio que aceptarlo, pero desde el mas allá.
En todo caso con un tiempo así es una gran barbaridad caminar por la montaña, y sobre todo si vas en dirección donde están cayendo los rayos.
Hay una cosa que me tranquiliza a medias, y es que en comparación con tormentas mucho peores que esta, no noto el ambiente muy cargado de " electricidad " ( en realidad creo que es gas ozono ) característico de las tormentas mas poderosas . Es como un olor a azufre. Los que han pasado tormentas de esas, incluso oliendo esa " electricidad " saben de lo que estoy escribiendo.
En todo caso, aunque no note ese olor - ¿ Estaré resfriado ?- los rayos caen muy seguidos. Mi cuerpo nota el zumbido y la carga de electricidad que llevan. La lluvia cada vez es mas intensa, y el frío me está penetrando, pese a llevar tres capas de ropa en la parte superior del cuerpo. Cuando llueve tan fuerte y durante tantas horas, no hay ropa de montaña que lo soporte, ni siquiera las mas cara y exclusiva. No llevo guantes para no mojármelos, pero mas tarde veré que se mojaran igual. El frío en el pecho me preocupa porque puede provocarme algún problema pulmonar.

Las rodillas las tengo heladas, las botas empapadas de agua y mi situación empieza a ser delicada. Me cruzo con un jóven montañero solitario. A pesar de la tormenta está sonriente y despreocupado, a mi me da que éste está curtido por muchos días de andar. Le pregunto si sabe si hay algún sitio para guarecerse de la tormenta y me dice que no, que hasta Sant Maurici no hay nada.

Sigo subiendo y veo un tronco calcinado por un rayo, pero supongo que es de una tormenta muy anterior. La parte final de la subida está marcada correctamente con las marcas del GR. Por el mismo baja un pequeño arroyo, todo, absolutamente todo, está plagado de pequeños arroyos y pequeñas cascadas que se han formado. El camino ahora llanea un poco antes de la subida final, y para mi estupor veo que bajan un chico y una chica. El chico va en ¡¡ manga corta !! y se ha puesto una especie de capelina de plástico por encima. La chica al menos llevo una chaqueta entera.
Cuando nos cruzamos me doy cuenta de que el chico lo está  pasando mal, aunque fuerza una sonrisa, se está frotando los brazos por el frío.
Si yo que voy subiendo, vestido con tres capas y cargado con una mochila pesada estoy literalmente helándome ¿ como ha de estar este chico ? Me temo que este temerario en los próximos días pasará fiebre. Eso como mínimo.

Desde hace al menos una hora que tengo un sentimiento muy profundo y que se ha instalado en mi. Tengo sentimientos profundos de tristeza y amargura, especialemente por mis difuntos, por alguno de ellos mas que por otros. Especialemente por mi madre. Es como si notara que me estuviese llamando a ese otro mundo donde ahora ella mora.
También siento tristeza por mi mismo y por mi vida, por las miserias inherentes de la condición humana. No intento rechazar este sentimiento que no me gusta, pero ha surgido y lo observo y lo vivo todo lo intensamente que puedo. Se que hoy es un día especial, pero no porque me haya de suceder algo inesperado, sino porque en el otro mundo se que hay seres que se preocupan por mí. Y les doy las gracias por prestarme su atención y los privilegios que como humano he tenido. ( Aunque muchos opinen diametralmente lo contrario ). Estos sentimientos de amargura y tristeza me durarán varias horas mas.

Se que un rayo me puede caer en cualquier momento, y lo acepto. Acepto el riesgo de  acabar mi vida en este día tan espeso y que se me está haciendo duro. Acepto mi destino con resignación, y solo pido que si me cae un rayo, me fulmine al instante, que no sufra ninguna agonía, que aquí sería un trance terrible.

Llego por fin al Port Ratera de 2.470 metros de altitud. Me llama la atención que desde el mismo port baje un torrente de agua, que al menos hoy es caudaloso, normalmente esto solo se ve en las cuadros de pintores fantasiosos. Por aquí aún quedan pequeños neveros de nieve endurecida. ¡¡ Piso nieve el cuarto día de travesía en una cota modesta !!
El port es largo y ancho, me encanta este lugar, pese a la tormenta. Veo a lo lejos un poste indicador, y aquí veo algo que se repetirá en los próximos carteles indicadores que encontraré: El cartel que indica el refugio Ernest Mallafré, que es por donde pasa el GR-11 ha sido arrancado. Solo hay los carteles que indican el refugio de Saboredo y creo que el de Amitges, que son variantes del GR principal. Esto ya me suena muy sucio y triste;..... que pasen estas cosas entre guardas de refugios de montaña......
 No obstante nada mas bajar se observan unos magníficas balizas ( postes de madera ) que indican por donde va el GR-11. Se agradecen y mucho porque perderse en un día como hoy puede resultar letal, ya que estoy empapado, y seguro que mi saco de dormir estará mojado, e intentar acampar con la semi - tienda que he traído puede acabar con hipotermia. De hecho las manos las tengo totalmente congeladas y sería incapaz de abrir las correas de la mochila o de hacer alguna cosa complicada con las manos. Y tardaré al menos una hora en tener las manos menos frías. Los guantes los tengo en los bolsillos del impermeable, pero están empapados e inutilizables. He de descender durante unos seis kilómetros por un valle especialemente estrecho y pedregoso, por el cual baja agua por todas partes. El desnivel a bajar es poco, unos quinientos o seicientos metros, pero hay tantas rocas y he de ir tan prudentemente y poco a poco que se me hace largo.

Se que cualquier incidente o accidente en un dia como hoy puede ser trágico. Incluso una simple torcedura de un pie me complicaría el hecho de poder llegar a algún lugar en el que pudiera pedir ayuda. Hace rato que estoy empezando a tener ligeros temblores de frío, si me parase sería víctima de una hipotermia, seguro.

Y paso a paso, y superando algún repechón corto, llego a la pista forestal que siguiéndola en dirección bajada me llevará al refugio Ernest Mallafré, que es donde he de ir, ya que dormir hoy en la semi - tienda con la ropa y el saco de dormir mojado sería una locura. Si no hubiese mas remedio lo haría, pero hay un refugio donde poder calentarme y comer comida de verdad,  y me atrae mucho. El único problema es que hoy es sábado, y es muy fácil que el refugio esté lleno de gente y no hayan plazas, ni para dormir ni tanda para cenar. La agravante es que este refugio es muy pequeño, de una sola planta.

Llego a pocos minutos del refugio, junto a la caseta de información; al lado hay dos todoterrenos. Apenas he llegado cuando se asoma la cabeza de un hombre y me dice que si quiero taxi para bajar a Espot .... ¡¡¡ Jajajaaa.. no he tenido tiempo ni de quitarme la mochila y ya me están atosigando con servicios que no he pedido !!! Hago una parada, estoy un poco en estado de shock, aún tiemblo un poco, aunque las manos ya se me han calentado bastante. Bebo agua con naranjada en sobre - ¡¡ que poco que he bebido hoy, ni un litro !! - y pico algo de comer. Continua lloviendo sin parar, y no hay nada que haga preveer que el tiempo mejorará. Ni tan siquiera puedo ver los emblemáticos Encantats, una de las montañas bicéfalas mas representativas de los Pirineos. Todo está inmerso en brumas densas. Solo he podido ver un instante el refugio.

Me dirijo hacia el refugio que está a unos diez minutos por una pista de tierra. Y llego, y entro. Y el panorama es desolador, está lleno de gente a rebosar,   el refugio es pequeño y todos están dentro debido a la lluvia incesante. El ambiente es ruidoso y prosaico. Hay un grupo numeroso de alemanes, de mediana edad, algunos juegan y otros charlan animadamente. Hay ropa mojada colgada por todas partes, el ambiente es tan húmedo como en el exterior.

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El guarda titular del refugio, desde hace muchos años es un amigo, un buen amigo de hace muchísimos años. Se llama Sergio y hoy no está, hay un chico y varias chicas muy jóvenes que llevan el refugio. Al menos uno, el chico, al día siguiente me enteraré que es su hijo. Las otra chicas no lo se, pero una rubia se le parece mucho.

Con este buen amigo tengo una anécdota que es de hace un par de años. Éste amigo y yo estuvimos casi treinta años sin vernos. Y hace un par de años estuve por la zona del pico Mulleres. Lo subí dos días seguidos. El primero de ellos, bajando de él, hacia los 2.600 o 2.700 metros de altitud, en medio de una zona extensísima de grandes bloques de granito y piedras, me crucé con un hombre que vestía ropa deportiva tipo trail runner. Creo recordar que era todo de color negro. Llevaba un gorra y gafas de ver; de mediana edad tirando hacia los cincuenta largos. Era ancho y fuerte. Mi primera impresión fue de que era  "americano" o " similar ". Nos saludamos y me preguntó para subir al Mulleres, hablaba español. Le estaba dando alguna explicación, cuando me dí cuenta de que a ese hombre le pasaba algo. Le cambió la cara y me dijo: - " ¿ Tu no eres tal ?". Dijo un nombre parecido al mío, pero no es correcto y le dije que no. Él insistió y le dije que se equivocaba de persona.
Él insistió aún mas y dijo:- " Si tu eres tal . Yo soy el Sergio ". Me quedé pensativo unos instantes y de golpe lo reconocí. Le digo :  -" ¿ Sergio Martínez ? ". Efectivamente era él, después de tantos años sin vernos, habernos encontrado en este lugar inhóspito, solos, es algo que se puede llamar " kármico "

Sergio me dió un apretón de manos que no dejaba lugar a dudas de su fortaleza y de su integridad moral y franqueza. Casi me hizo daño. Sergio es muy fuerte, su mandíbula cuadrada así lo indica. A mí siempre me recordó físicamente al actor Charlon Heston.... jajajaaaaa... es verdad.

Hablamos durante un rato, de amigos comunes y de como nos va la vida. De golpe me he fijé en las puntas de los dedos de sus manos. Estaban amputados como consecuencia de las congelaciones sufridas en una de las primeras expediciones españolas al Everest. Él llegó hasta los ocho mil metros tuvo problemas y lo tuvieron que ayudar a bajar. Se quedó medio ciego temporalmente y tuvo además congelaciones. Hasta salió por televisión.
Le hice un desacertado comentario al respecto: - " ¿ Heridas de guerra ? ". No puso buena cara y me dijo algo como : -" Ssssíii ".

Me explicó que quería subir al Mulleres  - solo tiene unos metros de IIIº de trepada para llegar a la cresta -.y después crestear  hasta llegar al Pic de Salenques y después bajar por su largo valle. Lo que me dejó atónito es que le preocupa que pueda encontrarse con " pasos difíciles " ya que al parecer para él ahora un IIº en Pirineos ya es díficil. Me comenta que hace poco subió con unos amigos al pico Rusell y lo pasó mal porque era de IIº expuesto.  Teniendo en cuenta que él fue uno de los cuatro aperturistas de una via de escalada en el Himalaya ( Estel imposible al Baguirati ) que  fue considerada como la vía mixta mas  difícil del mundo, es al menos insólito.
Me comentó que se dedicaba mas al mountain bike y que a la montaña en realidad iba poco, pese a tener el refugio de Sant Maurici desde hace muchos años. Nos contamos algunas cosas mas y nos despedimos efusivamente. La verdad es que este encuentro me dejó entusiasmado, fue como un regalo después de haber estado unos cuantos días totalmente solo haciendo ascensiones clásicas.

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No tengo mas remedio que dormir en el refugio Ernest Mallafré pese a lo atestado que está. Queda alguna plaza para dormir y para cenar. Cuando le pregunto a la joven chica si hay duchas, me dice que si la ducha es fría es gratuita y si es con agua caliente cuesta un euro. La sola idea de ducharme con agua fría con el frío que aún tengo, me horroriza y ni tan siquiera me imagino que en un día como hoy haya gente que se duche con agua fría. Así pues, le doy el euro a la chica y me posteriormente después de instalarme en el refugio me ducharé.
Pero el problema es instalarse; está todo a rebosar, consigo un lugar para dejar la mochila gracias a que se va una pareja. El lugar donde se dejan las mochilas es el mismo donde está la cocina libre, para los que no desean cenar pagando o  los que prefieren comer su propio menú.
Pero es que al lado, por encima y por todos lados de la cocina libre minimalista, hay botas mojadas con calcetines por todas partes; toallas, chaquetas, ropa de todo tipo. Tardo un buen rato en orientarme y organizame en medio de esta jungla. Mas de tres personas a la vez aquí ya se molestan.
Para darle un aire mas prosaico, como de cárcel tercermundista, resulta que los lavabos están justo al lado. Todo junto.

Cuando voy al dormitorio y despliego el saco veo que está no mojado, si no empapado. Lo cuelgo de una viga con la bana esperanza de que mañana esté seco. Pero lo que consigo es que al rato el saco gotee empapando el suelo del dormitorio, y con este ambiente tan cargado y húmedo, segurísimo que mañana estará igual de mojado.
Pues tener el saco mojado es grave. Incluso me planteo que si paso frío durmiendo sin él, termine mi travesía mañana mismo.
Cuando ya tengo todo mas o menos controlado, he de plantearme la estrategia de como ir a ducharme, porque aquí si te mueves haces mover a todo el mundo. Lo tengo ya todo claro, voy a ducharme y no hay vestidor, me he de desnudar en medio del lavabo y dejar la ropa encima de la bombona de butano que caliente el agua de la ducha.. El lavabo es mixto, para hombres y mujeres. Cuando estoy medio desnudo entra una chica, la veo de refilón, es rubia y viste de negro, igual puede ser la chica que me ha atendido para registrarme u otra un poco mayor alemana. Ambas se parecen un poco.
Entra en uno de los dos lavabos que están a dos palmos y la oigo orinar, mea gordo y largo. La oigo subirse la ropa, tira de la cisterna y sale....... pues por esto se paga. No entiendo que a la gente le guste dormir en refugios de pago. Solo lo entiendo si los que van son morbosos y precisamente van para esto, para revolcarse en lo promiscuo, para dormir todos revueltos, hombres y mujeres juntos, para fisgonear lo escatológico ajeno.
A mi que no busquen mucho por estos refugios. No es que no quiera pagar, es que por esto no se debería de pagar. Pero al prohibir acampar en casi todos los Pirineos, obligan a muchos montañeros a tener que pasar por refugios, que a veces son como este, demasiado pequeños y prosaicos. En todo caso construir uno nuevo mas grande solucionaría un poco las cosas.

Después de ducharme no tengo mas remedio que ponerme ropa semi limpia, pero mojada. Me tumbo en el colchón y me tapo con la manta que tengo asignada. En seguida me doy cuenta de que he mojado el colhón. No tengo ánimos para avisar a los guardas y que me den algún plástico. No paro de tiritar, la ducha caliente no ha sido suficiente para hacer entrar mi cuerpo en calor. Y soy incapaz enmedio de esta maraña  y hacinamiento, de buscar mis cacharros para ponerme a calentar un caldo o una infusión.
Me espero hasta las siete y media que es la hora de la cena. Descanso junto a otros montañeros que están dormitando. Uno es alemán y lleva un pijama roto por el culo. ¿ Que habrá hecho ? Lo veo como mareado y quizás esté un poco enfermo.

A la hora de cenar hay que apretarse en los bancos. Solo hay dos mesas pequeñas para tanta gente. Estando sentado en el banco toco mi espalda con la espalda de una mujer alemana. La alemana parece que no se da cuenta porque de tanto en tanto me da empujones con su espalda. Me imagino que está mucho mas fuerte que yo y no nota mi cuerpo.
En los refugios de montaña se acostumbra a servir tres platos para cenar mas un postre. Pero es que aquí los tres platos del menú se sirven en el mismo plato. El primero ha sido sopa, de la que nos sirven bastante en un perol comunitario y nos toca varios platos a cada uno. En mi caso me sirvo tres platos de sopa.
A partir de este plato de sopa, el plato queda manchado de sopa. El segundo plato que es ensalada se sirve en este plato manchado de sopa. También nos toca a un par de platos por comensal.
El tercero, que es butifarra con escalibada también hay que servirlo en el mismo plato donde quedan residuos de sopa y ensalada. Pero de este solo nos toca a una ración por cabeza. Al menos me como casi todo el pan, que veo que los compañeros de mesa no lo tocan.
Y el postre, que es sandía, también hay que servirlo en el mismo plato donde antes nos hemos servido la sopa, la ensalada y la botifarra con escalibada.

La cena ha estado amenizada por un alemán que no iba con el otro grupo de alemanes. Lleva una guitarra y toca trozos de temas conocidos. Le digo - " Please,  do you know play flamenco ? "  duda un poco y me dice que no sabe tocar esa música. Sus dudas en responder quieren decir que sabe tocar algo de flamenco pero no se atreve.  Él cenará mas tarde de su comida preparada en el infesto lugar destinado a cocina libre. Mientras ceno oigo a una chica de las guardas que hace un comentario, - " Es que el flamenco no lo soporto ". Estoy en territorio catalán, muchos ultra catalanistas no soportan la música flamenca, ni nada que tenga que ver con los gitanos, ni nada que les suene a español. Es lo que hay.

Pero es que en Cataluña hay un gran desconocimiento de su propia historia. Ésta ha estado manipulada durante muchos  años por políticos mezquinos e intelectuales a sueldo, que han reinventado la historia de su región. Y millones de catalanes son víctimas de esa manipulación, y tienen por seguro que la " historia " oficial que se enseña en Cataluña es verídica, y asumen esas mentiras como corderillos, sin tan siquiera plantearse leer otras informaciones sobre la verdad de la nación catalana.
La verdad es que música flamenca sonando en este santuario del nacionalismo catalán es como gritar un insulto blasfemo en el interior de una catedral. Para los ultra catalanistas quedaría horroroso, sería como una violación.

A estos ultra nacionalistas catalanes habría que explicarles que alguna música flamenca es tan catalana como la sardana.
De la sardana se tiene el conocimiento de que en el año 1550 ya existía al menos la palabra sardana. Pero es que los gitanos procedentes de la India llegaron en su periplo nómada a España hacia el año 1.400, o sea antes de que existiera la sardana.  Y los gitanos entraron en la península Ibérica por Cataluña. Y el nombre que los gitanos españoles dan a los no gitanos es " payo " y payo viene de " pagés " que es el nombre de los campesinos catalanes.
Por mi sangre corre un poco de sangre gitana, como la de muchos miles de españoles que la tienen y no lo saben. Y entre esos muchos miles bien pueden estar miles de ultra catalanistas ignorantes de sus propios orígenes. Es lo que hay y con estos hay que lidiar.

Un rato mas tarde escucho que desde la zona de los guardas suena música pop. Las chicas se conocen la letra y la cantan, pero es en inglés, y contra la lengua y la cultura inglesa no tienen prejuicios.

Cuando ya hemos terminado de cenar, entra un chico al refugio. Va solo y viste ropa de trail runner. Incluido mallas cortas. Esta mojado y cansado. Al parecer ha salido esta mañana y ha llegado ahora. Lo oigo que explica sus aventuras, creo entender que iba con otro compañero que ha sufrido de hipotermia y no se que mas. Después se va cocinar a la " cocina " libre.
Antes de ir a dormir me voy al lavabo. Paso por al lado de los que cocinan. En el lavabo de al lado hay alguien defecando y soltando unos pedos enormes. Se tira muchos, al parecer tiene problemas digestivos. Y a un par de metros escasos hay gente cocinando........

Para dormir tomo una manta de mas, la que está en el colchón de al lado, que es de los pocos que quedan vacíos. Duermo vestido y mojado, pero antes me tomo una pastilla para dormir, que me hará efecto en pocos minutos. Mientras me duermo escucho ronquidos y algún pedo, alguno creo que es de mujer. En el comedor que está al lado separado por una pared no muy gruesa se quedan unos cuantos alemanes que han pedido vino y hacen un poco de juerga.
Y me duermo........ y me despierto varias horas después en la misma posición en la que me dormí, boca arriba. Casi seguro que he roncado, y mis ronquido según me han contado son terribles, asustan hasta a los osos.
Me levanto para ir a orinar y al volver a entrar en el dormitorio noto el olor a " humano " que desprende tan pequeño lugar repleto de gente. Y sigue lloviendo...... cuantas horas sin parar de llover.

 - Sobre el dormitorio del refugio, se de una mujer multimillonaria que durmió aquí algún tiempo atrás, no mucho. Y la descripción que hace del dormitorio es " que se parece a los de los campos de exterminio nazis ". Y tiene toda la razón del mundo. El dormitorio consiste en literas " corridas " de dos alturas. Cada litera tiene una sucesión de colchones tirando a estrechos. En cada colchón ha de dormir una persona, y puedes tener de compañero de litera a cualquier desconocido o desconocida. Y esto es así en prácticamente todos los refugios de montaña. -

Después de volverme a dormir, me medio despierto y escucho a gente y veo luces de linterna frontal. Es gente que ha llegado de madrugada al refugio y se están acomodando. La manta del que se ha puesto a mi lado la tengo yo. Me la sacudo por encima y se la dejo al lado, por si la busca.

Y por fin me levanto, como cada mañana hacia las siete. Voy rápido antes de que la marabunta se levante. En el comedor hay una mesa con un colchón encima, quiere decir que alguien ha dormido ahí unas pocas horas.
En el comedor ya están unos pocos desayunando. Casualmente son los que tuve de compañeros de cena. Dos son vascos y les escuché quejarse por lo bajo de este refugio. Otro es uno con perilla que va solo. Mas tarde me comentará que ayer se dirigía hasta el refugio de la Colomina, ya que tiene su motocicleta por esa zona. Pero debido a la niebla, en algún punto de equivocó y fue a parar a esta zona, y no ha tenido mas remedio que quedarse a dormir aquí.
Desayuno rápido y mas bien poco. El desayuno en los refugios suele ser un poco de buffet libre, no te cuentan la ración que comes de todas las pastas, galletas, mermelada y mantequilla que comes. Solo el café con leche es de ración única. Pero aquí sirven un buen bol lleno. Energía para unas cuantas horas no me faltará.

En una hora ya estoy listo para irme, pero antes he hecho algo no correcto y de la cual no me arrepiento. Cambio mis chancletas totalmente nuevas que compré y que no puedo utilizar porque me hacen daño, por unas sandalias de plástico y viejas de las que dejan en el refugio para que la gente no vaya con botas por el mismo. Hay chancletas mejores y mas nuevas, pero pesadas. Las sandalias son baratas de plástico y me irán bien para descansar, así pues hago el cambiazo, dejo las mías y me llevo las viejas. Gana el refugio. Puedo asegurar que hay gente que acostumbra a llevarse las chancletas de los refugios. Por eso dejan las viejas.

Antes de irme para despedirme de los guardas le pregunto al único chico que hay si ya no está de guarda  " el Sergio Martínez ". Se queda parado y me contesta que es su padre y que hoy vendrá aquí. Me sabe mal no estar cuando llegue. Le digo que le de recuerdos de mi parte, y como ya soy un poco viejo y un poco chafardero le pregunto al chico por su edad, y resulta que tiene solo dieciseis años. ¡¡ Tan jóven y llevando un refugio tan emblemático como este !! Se que Sergio tiene dos hijos mas, pero ya no me atrevo a preguntar si alguna de las chicas también es su hija. En todo caso Sergio ha de estar orgulloso de tener un hijo así, educado y responsable, y hasta lo escuché hablar inglés con cierta fluidez. Lo tiene bien educado.



Cuando salgo hacia las ocho de la mañana ya no llueve, pero hace un rato aún llovía débilemente. La etapa de hoy en principio será un trámite. Quince kilómetros y medio casi todos de bajada. Solo he de subir un desnivel de unos doscientos metros.
Cuando llevo pocos minutos andando puedo ver la emblemática montaña de los Encantats con 2.747 metros en su punta mas alta, pero la veo por su perfil menos atractivo, el de la fotografía de arriba. No se ve la clásica enforcadura que la hace famosa. Mientras estoy contemplándo la montaña me sobresalta un ruido y movimiento inesperado. Es un ciervo de buen tamaño y de grandes cornamentas que no había visto y que estaba a escasos metros de distancia. No se si ésta zona es la única de los Pirineos en los que hay ciervos, ni si son autóctonos o reintroducidos, lo mismo que los pocos osos pardos que hay por esta zona de los Pirineos. Esta zona realmente es rica en fauna y flora. Aquí hay abetos de verdad. Muchísima gente, montañeros incluidos confunden el pino negro con el abeto. Esto es realmente un parque nacional - el único que hay en Cataluña -  y se nota lo cuidado que está.

Y no puedo dejar de comentar una ascensión de hace muchos años a los Encantats: Hace muchos años, demasiados, hasta podrían ser treinta, con el amigo que mas acostumbraba a escalar y a ir a la montaña ( no siempre para escalar ) no se como fue pero salió la idea de ir a esta montaña tan emblemática. Solo un fin de semana. Iríamos con un amigo de mi amigo al que yo en principio no conocía, y que además era el que tenía el automóvil para hacer el viaje. Mi amigo me informó que su amigo tenía un problema en un brazo, lo tenía mas corto que el otro y creo recordar que mas débil, pero hacía escalada  y además conducía autos.

Este amigo de mi amigo cuando lo vi supe que lo conocía de algo. Y haciendo esfuerzos por recordar lo conseguí. Era el que hacía la lectura de los contadores eléctricos del barrio donde vivía. Eran viviendas antiguas con los contadores en el interior de las casas, y el encargado de leerlos tenía que entrar en nuestras viviendas. Y el amigo de mi amigo resulta que estuvo muchísimas veces en mi casa. Eso rompió el hielo inicial y ya éramos todos del mismo palo, como si hubiésemos escalado juntos toda la vida.

La ruta elegida para la escalada fue la normal del Encantat Petit, que es algo mas bajo que su hermano mayor pero mas difícil, aunque solo es una escalada de IVº , eso sí por mala roca y difícil de asegurar.
Llevamos ( llevé ) una reseña muy antigua y de pésima calidad sacada de una revista. Aún no existía el internet y era el principio de los ordenadores, con lo cual conseguir información sobre rutas y vías de escalada era algo muy difícil. Algo que los nacidos en la época de las nuevas tecnologías no han tenido que pasar y sufrir.
Primero tuvimos que subir por la canal central que vista desde enfrente y desde lejos asusta, puede tener unos quinientos metros de desnivel, pero una vez metidos en su interior no tiene mas complicaciones que un primer resalte de cincuenta metros y con pasos quizás de II+ o III- , tuvimos que pasar por un nevero en pleno mes de Agosto, pero por un túnel que se formó por debajo,  y después todo fue un largo rosario de superar bloques sin mucha dificultad. Solo hubo uno que era realmente difícil pero de pocos metros y poco expuesto. Mi amigo y yo lo pasamos como pudimos, pero el otro amigo, debido al problema de su brazo no lo podía pasar. No tuvimos mas remedio que asegurarlo desde arriba. Como no había ningún sitio decente donde poner un clavo o tascón, cogí una piedra de gran tamaño, la puse encima de un tascón grande que puse en el suelo de la canal y me senté encima de la piedra. Fue el único medio de poder asegurarlo.
Llegamos al final de la canal hasta el collado que separa ambos picos, el ambiente era muy aéreo. Empezamos a subir con buen tiempo y sol, pero a esa hora se empezó a tapar el cielo rápidamente.
Empecé a tantear la trepada, subí sin cuerda unos metros, pero no ví ningún clavo y la dificultad era claramente superior al IVº. Subí aún mas y flanqueé hacia la izquirda, por terreno vertical, no vi ni un clavo ni señal de que la vía fuese por ahí. Nos quedamos chasqueados. ( Mas tarde nos enteraremos de que subimos mas de la cuenta. La vía empieza antes de llegar al collado ).
Decidimos subir al Encantat Gran, ya que igualmente para bajar del Petit después hay que subir al Gran. Era una trepada algo aérea de IIº incluso algún paso de IIIº.  Subimos bastante rápidos, quizás unos diez minutos incluso menos, ni siquiera usamos la cuerda. Pasamos rápidamente por la cumbre y empezamos el descenso que tiene algún paso complicado y aéreo. Enseguida, de golpe y sin avisar, empezó a caer una granizada con piedra tirando a gruesa, de la que hace daño. Sorprendidos por la inesperada tormenta bajamos todo lo aprisa que pudimos.

Contentos y satisfechos nos volvimos para casa. Al amigo de mi amigo no lo vi nunca más.


Antes de salir del refugio me había informado de que la predicción meteorológica para hoy era de que no llovería hasta la tarde. Y para el día siguiente mejoraría el tiempo.
Con la mente espesa y algo destemplado bajo por un camino placentero. A los pocos minutos paso junto a la ermita de Sant Maurici. Tiene un porche en el que se puede dormir y una buena fuente. Voy a mirarla de cerca, veo una puerta metálica que está cerrada y parece un anexo de la ermita. Intento abrirla pero está cerrada, oigo una voz desde el interior, es alguien que sabe algo de español y dice:  -" ¿ Algún problema ? " . Este es  alguien que se ha refugiado de la tormenta y las lluvias de estos días. Le digo que no pasa nada y que no hace falta que se levante para abrir. Seguro que aún estará en el saco de dormir.
El camino a ratos es ancho, otras veces se estrecha y pasa por un espeso bosque. En algún tramo se abre y cruza explanadas herbosas. No hace demasiado frío, solo el fresco normal del mes de septiembre.

En la dirección en que voy el cielo está algo mas despejado, incluso promete abrirse un poco.

De la dirección que vengo el cielo se está tapando muy rápidamente y casi seguro que volverá a llover muy pronto.
A la izquierda superior de la imagen se pueden ver los dos picos de los Encantats.

Llego a al pueblo turístico de Espot. La carretera justo cuando llega al pueblo está cortada. Me imagino que es por alguna crecida del río, aunque no se si ha sido en estos días o de hace algún tiempo.
Es domingo y mi sexto día de travesía; todo está demasiado tranquilo, el pueblo está casi vacío. No hago ninguna parada y continuo siguiendo las marcas del GR, que por aquí son correctas, ni sobran ni faltan y además hay carteles indicadores en los puntos clave. Todo muy bien.
Nada mas pasar el pueblo sigo por un camino turístico y que llanea. Veo un perro, un chucho de mala muerte que va con alguien que aún no he visto. No se que le pasa al perro que le da por ladrarme y hace gestos como para morderme. Le pego unos gritos de advertencia y el perro se enfurece aún mas.
 Alguna vez me ha mordido algún perro. Una vez fue un pastor alemán, me dio un solo mordisco en la rodilla cuando iba en bicicleta. Me bajé encolerizado y le tiré una gruesa piedra gritándole con todas mis fuerzas. El pastor alemán se asustó y se refugió en el jardín de su casa, ladrandome desde ahí pero sin atreverse a salir de su seguro refugio. Le tiré alguna piedra mas pero impactaban contra la valla.

Soy pacifista, pero de los que " cuando hay que tomar la espada se toma " como decía mi Maestro Ramana Maharshi. Y si tengo que degollar al perro que hace amagos para morderme, no me lo pensaré, que soy de espada fácil y algún juicio he tenido por ello.

Enseguida llega el dueño del perro, le pregunto tranquilamente si el perro muerde, me dice que no. El perro ha captado el tono de las voces y sabe que no hay peligro ni para él ni para su dueño.

Hacia el kilómetro nueve de la etapa he de subir el único desnivel del día, de mapa son unos doscientos metros de desnivel, pero en la práctica en total pueden ser unos trescientos perfectamente.
La pendiente al principio es muy pronunciada y estrecha, es un sendero que cruza varias veces la carretera que va al pequeño pueblo de Estaís.
Llego sin problemas, busco alguna fuente pero creo que no la hay.

Junto a la pequeña iglesia hay un precioso cementerio, no tiene nichos todo son tumbas. Me da muy buena vibración este enclave, tanto la iglesia como el cementerio.
Viendo la imagen me doy cuenta de que modificándola con algún software específico puede salir una imagen genial para una ilustración de terror.
Saliendo del pueblo me encuentro con dos perros mas, estos también me ladran y advierten. El mas pequeño es el que manda y le hace un gesto al mayor que yo interpreto perfectamente al instante. Le dice que soy inofensivo y que se calle, cosa que ocurre de inmediato.
Ahora el GR sube por un desnivel que no está marcado en el mapa. Es un sendero muy estrecho que bordea una serie de barrancos. En muchos tramos está arreglado y ensanchado con pequeñas losas. Pero no me fío porque las losas salen demasiado hacia el barranco y ya tienen muchos años puestas ahí. Pero el camino me gusta. En este tramo hasta parece que las nubes se abrirán y veré algún rayo de sol. El tramo de hoy está saliendo entretenido y variado. Me estoy metiendo en la media y baja montaña, ya que hoy la etapa concluirá a unos novecientos metros de desnivel.
En este camino aéreo me cruzo con una chica que va con mochila pesada de travesía. Es rubia, lleva gafas de ver, impermeable y pantalón corto. Va sonriendo y me imagino que estará hablando con alguien. Le digo " buenos días " y me contesta en algo parecido al español: " Gracias ".
Para mi sorpresa va sola, no hay nadie detrás de ella.

Al rato, oigo ruido de helicópteros, miro hacia el cielo y veo a tres de ellos que van seguidos. Mas tarde pasa otro mas. Me extraña un poco y me espero a que pase por delante mío para ver si es militar. Y no lo es. Ya estaba temiendo que hubiesen dado un golpe de Estado. Ha de ser otra cosa, quizás un accidente, es lo que me imagino. Pero la respuesta la tendré  mas tarde mientras hago una larga parada para comer y poner todo mi equipo al medio sol que está saliendo.
Mientras estoy comiendo al lado de la estrecha carretera que va a Jou, miro abajo hacia el valle, puedo ver la carretera unos quinientos metros de desnivel mas abajo. Puedo oír el ruido de los automóviles y la voz de alguien que está hablando con un equipo de megafonía, pero no entiendo bien lo que dice.
Poco mas tarde veo un numeroso grupo ciclista seguido de una caravana de automóviles. ¡¡ Es la vuelta ciclista a España !! de ahí tantos helicópteros juntos.

Y una vez mas la coincidencia de que cuando empiezo ha hacer alguna cosa, empieza o deja de llover. En este caso ha sido al hacer la mochila, enseguida se ha tapado el cielo y se ha puesto a llover, aunque débilmente.
Mientras hago la mochila veo pasar a un senderista, él a mí no me ha visto porque estoy detrás de un montículo. A este lo veré varias veces mas a lo largo de los próximos días.
Enseguida llego al pueblo de Jou que es muy pequeño, pero tiene su iglesia, pequeña y antiguo, y para mí entender en estado ruinoso. A partir de aquí el camino baja de golpe, y lo hace a través de un estrecho caminito lleno de hierba y plantas altas, y como está mojado de la lluvia enseguida quedo empapado de las piernas.
Veo el pueblo y el camping perfectamente. La Guingueta d'Aneu en realidad son cuatro casas mal contadas. Es un pueblo residencial en el que no hay ni tiendas. Solo algunos hoteles y dos campings. 

Cuando llego a la Guingueta aún llueve débilmente. Miro si hay tiendas para comprar comida, pero no hay nada. Hay una parada de autobús que tiene marquesina y me voy para allí. Resulta que hay autobuses para diferentes poblaciones. Hasta podría llegar hoy mismo a Barcelona. Y es una idea que empieza a rondarme la cabeza y a serme agradable. Tengo todo el equipo mojado, el saco de dormir está empapado, cosa que es grave o muy grave. Pero antes de abandonar la travesía voy a quemar mi último cartucho, voy al camping que está muy cerca, es de dos estrellas y está lleno de ruolttes, tiendas chalets y bungalows...... pero resulta que está casi vacío de gente, no hay casi nadie.
Pregunto a una mujer que es del camping y no me pone dificultades para acampar aquí una noche con mi humilde semi tienda de campaña. Aquí desentona una barbaridad. Me informa de los precios y son muy modestos, cuesta lo mismo que las zonas de acampada de algunos lugares de los Pirineos, y no ofrecen ni de lejos los servicios y calidad que tiene este.
El camping además tiene el único lugar del pueblo donde se puede comprar comida. Hay un cartel que pone " supermercado ", pero en realidad es un pequeño rincón anexo al restaurante del camping. Y la variedad y cantidad de comida para comprar es escasa, pero me sacará del paso.
Lo bueno viene cuando voy a ducharme, los servicios son modernos y están limpísimos. Las duchas son mejores que la que tengo en casa. Tienen mampara de cristal, mosaico de diseño y vestidor independiente. Todo está muy cuidado, para ser un camping de dos estrellas no se puede pedir mas.

El porque de este nivel en la calidad y nivel del camping la deduzco. Dentro del recinto del camping hay una edificio grande, en una puerta hay el cartel de una empresa dedicada a la construcción. Justo delante del camping hay un almacén grande con el mismo letrero de esa empresa, y mas al lado hay una casa con un patio grande lleno de camiones, furgonetas, escavadoras y vehículos diversos dedicados a la construcción. El camping pertenece a los dueños de esa empresa y no han reparado en gastos en las instalaciones del mismo.

Hago una comida de la mía, me como el sobre de tallarines a la parmesana, pero esta vez busco una piedra plana y coloco el fogón encima. Esta vez no se cae. Después de comer voy a tomarme un cortado en el bar del camping. El bar restaurante es grande y con una decoración rústica y agradable; el único problema es que está casi vacío, y estamos a principios de Septiembre. Solo hay un joven sentado delante del gran televisor mirando la vuelta a España, y conmigo somos dos.
Mas tarde entra en juego la chica que me ha servido el cortado. Es de la Europa del Este, pero no sabría decir de que país. Es joven y está de buen ver. Ella lo sabe de sobras y viste ropa muy ajustada. Se pone a barrer el local, el joven que está mirando la vuelta a España no deja de hecharle miradas de entre admiración, enamoramiento y lujuria. Y lo hace sin disimulo, yo me creo que él ni se da cuenta de como la mira. Ella lo tiene pillado.
Los gestos y movimientos de ella son voluptuosos, lo hace para ser admirada y deseada. Cuando ha de barrer por donde estoy yo hacemos bromas sobre si me levanto y me voy para otro lugar. Ella levanta el pecho, o los pechos que los tiene muy erguidos y se ríe, me dice que no hace falta y barre el suelo casi rozándome con su cuerpo. Me doy cuenta de que me huele disimuladamente, pues me he duchado, afeitado y me he puesto desodorante. El " enamorao " se gira varias veces, no le gusta que ella hable con otros hombres.

Voy a comprar comida al mini supermercado que está pegado al restaurante. Hay que llamar a un timbre para que te abran. Llamo...... y abre la exuberante chica de la Europa del Este... ¡¡ lo sabía que abriría ella !!. Compro comida pensando que en dos días podré comprar en otro pueblo, así me ahorro peso, pero una vez mas me equivocaré. Entre las cosas que compro hay tres sobres de tallarines a la parmesana, pero aquí los pago al triple de precio de lo que pagué en mi localidad. Son de otra marca pero la diferencia de precio es bestial, espero que no se me caigan mas por el suelo.

En vez de hacer  un poco de siesta me dedico a pasear por el pueblo y por la zona del río. He visto salir del camping al senderista que he visto por la mañana. Va cargado con la mochila y no soy capaz de entender porque sale a esta hora tan tarde. Ha parado de llover y hasta hace un poco de sol. El cielo se está despejando, quizás quiera aprovechar las pocas horas de luz que quedan, pero la continuación desde aquí es muy dura y sin refugios ni pueblos intermedios. Hay carteles informativos de la etapa desde la Guingueta hasta Estaón. Es muy corta en cuanto a kilometraje, no llega a los diez kilómetros, pero muy dura en cuanto desnivel. Hay que subir de golpe casi 1.300 metros en tan solo seis kilómetros, y se pasa por un solo pueblo, pero está abandonado, donde está la única fuente que hay en la etapa.
En todo caso si el senderista tiene ganas de caminar es su libre elección.

Me siento en un banco durante una hora aproximadamente, y puedo contemplar esta magnífica estampa. Calma total solo rota por los vehículos que pasan por la carretera. Paso esa hora relajándome, contemplado unos pescadores que no consiguen pescar un pez. Los peces los veo saltar justo enfrente de donde yo estoy, y los pescadores están muy lejos. Tengo pensamientos un poco de tristeza. Estoy sorprendido por el día tan duro de ayer en medio de la tormenta y los sentimientos de tristeza, amargura y muerte que tuve. Al día de hoy aún puedo recordar ese día tormentoso como algo vivido en un sueño, como algo irreal. Pero sucedió.
El cielo se está despejando, en contra de las predicciones que me han dado por la mañana en el refugio Ernest Mallafré. Está haciendo justo lo contrario de lo previsto.... pues mejor, espero que mañana luzca el sol y por fin tenga unos días seguidos de buen tiempo, que con hoy han sido un total de tres días seguidos de lluvias, y el mal tiempo mina mucho la moral.
Cuando ya oscurece y hace frío me voy para el camping, cenaré en el restaurante. No es precisamente mi idea de ir a la montaña en autonomía, pero me siento un poco tocado del frío de ayer, y necesito comer algo mas sólido y mas sano que los sobres de sopa y embutidos y chocolates que llevo. Y ceno mas que bien, sobre todo por la generosa ensalada que acompaña el plato combinado que he pedido. Y me lo como todo, no dejo ni el pan que me han puesto. Gracias a Dios soy de buen comer y esto me da salud y energía.
Pero ceno solo, no hay nadie mas que yo y la camarera, una mujer de mediana edad. La chica de la Europa del Este ahora no está. Y veo la televisión, y me espero hasta que den las predicciones metereológicas, y veo claramente como sale un mapa todo lleno de soles, y esto es para los próximos días ¡¡ Que bien !!..... Pero se equivocarán y mucho, porque volverá a llover.

Inicio mi séptimo día de travesía. Hace un día magnifico, es una mañana fresca y serena, solo se ven pequeñas nubes algodonadas. Cruzo el puente, sigo por la carretera unos minutos y enseguida empieza el subidón de casi 1.300 metros de desnivel bastante empinados. El sendero apenas tiene marcas del GR, solo hay carteles indicadores de por donde va, y es cuestión de seguirlo y no despistarse, pero me pregunto que si hay niebla o algo de nieve, aunque sea poca, ha de ser dificilísimo encontrar el sendero.
Enseguida que me toca el sol hago una parada para poner mi ropa mojada - la que lavé ayer en el camping - encima de la mochila. Convierto mi mochila en un tendedero del que cuelgan calcetines, camiseta, toalla y gallumbos. Bueno por aquí no hay nadie, y el colgar la ropa de la mochila es un recurso bastante utilizado por los trekkers.
Llego al pueblo abandonado de Dorvé. En la imágen de arriba se pueden ver los techos de alguna casa en medio de los árboles. En realidad hay una casa reconstuida y otra que estaban reconstruyendo. Mirando las casas tengo un resbalón tonto, y estoy a punto de irme al suelo. No he tenido ninguno en estos días tan duros por la alta montaña y casi me caigo en un lugar de la baja montaña.
A partir de este pueblo abandonado el sendero se complica por la falta de marcas, incluso de pisadas o rastros de caminantes. Incluso llego a pensar que esta etapa se la saltan muchos que hacen el recorrido integral del GR-11. Hay tramos en los que no hay absolutamente nada. Es un terreno despejado casi sin vegetación, el suelo es de tierra y alguna roca y  forzosamente ha de estar marcado por las pisadas. Pienso que me he equivocado, pero oigo voces lejanas mas arriba de donde estoy. No veo a nadie aún, pero me da ha entender que quizás el GR ha de estar cerca.
Sigo mi instinto de por donde seguir y al fin veo tramos pisados, y alguna marca del GR. Veo a dos montañeros o senderistas un poco lejos, seguramente son los que oía antes.
Voy subiendo y los pillo en poco rato. Son de mediana edad, y me llama la atención de que llevan paraguas gruesos metidos dentro de la  colchoneta de dormir. Eso de los paraguas en la montaña desde hace algún tiempo hay quien lo lleva, pero ha de ser incomodísimo andar por la montaña aguantando un trasto en la mano. Por no decir del viento que normalmente sopla en la montaña. Por otra parte seguro que mi mochila transformada en tendedero también será motivo de comentarios por parte de ellos.

Los senderistas se paran cuando el sendero cambia de orientación. Hay que girar al norte y de repente en cuestión de metros la ladera antes de hierba y piedras, se convierte en un magnífico y húmedo bosque. Por aquí no toca el sol, incluso hay abundantes setas. 

Durante un buen rato el camino sigue por el espeso bosque. Hacia los mil metros de desnivel desde la Gingueta el bosque se abre y hay un magnifico prado donde toca el sol y piedras para sentarse. Pues aquí voy a almorzar, pero primero saco todo mi equipo y lo pongo a secarse al sol.
Pasada una media hora me pasan los dos senderistas de antes. Nos saludamos escuetamente, lo justo.

Desde el lugar donde almuerzo hacia el norte, la zona de Saboredo. Lo que en verano parecen plácidas montañas, en invierno se convierten en montañas nevadas que cogen carácter alpino.

En la imagen de arriba se puede apreciar el pico dels Encantats. Es la cima bicéfala que está hacia la derecha. Por allí pase ayer. Empiezan a crecer nubes que me hacen temer que por la tarde tenga otra vez tormenta.

Llego al punto mas alto de hoy el Montcaubo, a 2.290metros, o sea aún en la media montaña. Al fondo del valle se puede ver uno de los pueblos semi abandonados que hay por esta zona.
El collado donde estoy es amplio, a la  izquierda, un poco mas alto hay una instalación de antenas. Los dos senderistas de los paraguas están sentados, curiosamente a la sombra, pese al fresco que hace. Hablan en voz baja y noto cierta  complicidad entre ellos, y hasta me imagino que son homosexuales.

Hago unas fotografías mientras descanso y me preparo para la bajada. Al fondo de la imágen de arriba se puede ver por donde iré los próximos días, la Vall Ferrera con la Pica d'Estats al lado. Pero eso será de aquí a tres días.

Bajando hacia el pueblo semi abandonado de Estaón, en un descanso. La bajada son de 900 metros de desnivel en tres kilómetros y medio. Aquí bajo por una ladera que es irregular en cuanto a pendientes, que a veces son muy pronunciadas por piedras sueltas, y a veces por prados herbosos poco inclinados. La vegetación también es muy irregular, pasando a ratos entre bosque y a ratos entre praderas y monte bajo con vegetación escasa.
En esta zona de los Pirineos es muy común el hecho de que una misma montaña tiene laderas con mucho bosque  y vegetación, y otras que son solo de hierbas y piedras. Y esto ocurre de un modo abrupto, sin zonas intermedias.

Desde este cartel al pueblo de Estaón solo quedan cuarenta minutos ( Lo pone en el cartel ). Cuando llegue al pueblo habré completado la etapa en mas o meno el tiempo que ponía en el primer cartel, algo mas de seis horas, que con el peso que llevo me da ánimos para el resto de travesía.
En realidad ya he llegado a la fase en la cual a partir de la semana de caminata, el cuerpo ya se ha endurecido, y las etapas se hacen mas fácilmente. Los desniveles de mil metros positivos ya no asustan, y se puede llegar a andar prácticamente todo el día hasta que quede luz para andar.
Yo tengo el problema de los hombros que me duelen bastante y me obligan ha hacer paradas muy cortas, de escasos minutos. Todas las mochilas, sean de marca cara o de gama media, tienen el problema de que los tirantes que pasan por los hombros se estiran y pierden grosor, provocando dolor de hombros, ya que la correa al ser mas delgada se clava en los ellos. La mochila que llevo aún estando bastante nueva estéticamente, ya tiene cierto uso y los tirantes están mas que estirados. 
Poco antes de llegar al pueblo de Estaón , me cruzo con todo un personaje. Al principio me creo que es un hippye que vive en el pueblo, uno de tantos que se han marchado a vivir a pueblos semi abandonados. Va muy cargado y pienso que quizás lleve plantas recolectadas...... pero enseguida me doy cuenta de que no. Nos saludamos y me doy cuenta de que es francés. De entre cuarenta y cincuenta y tantos años. Rubio, de ojos claros, con el pelo largo, y lo que mas llama la atención es su barba, la tiene atada y enrollada con una cuerda delgada. Cuando habla me doy cuenta de que le faltan dientes. Huele a humo, le hecho un rápido repaso, lleva zapatillas deportivas baratas, pantalón tres cuartos muy gastados, chaleco de vestir tipo hippye de los años ochenta. Mochila vieja y barata del que cuelga un impermeable amarillo. Lleva otra mochila mas pequeña colgando de un hombro, es una mochila de colegial, y me intuición me dice que no la ha comprado. En una mano lleva una bolsa de plástico de ir a comprar. En su interior puedo ver varias botellas, una de ellas tiene un líquido de color oscuro que casi diría que es vino.

Este pobre hombre, literalmente está medio loco. Me doy cuenta enseguida, sus ojos lo delatan. Y me lo confirma su conversación con él. Para mi asombro me dice que está haciendo la travesía de los Pirineos, que ya lleva dos meses andando. No lleva colchoneta, ni fogón ni tienda. Hoy ha dormido en un lugar que él dice que es " un pueblo abandonado" pero en realidad son unas bordas ( cabañas en la montaña para guardar ganado ). Y estas bordas no están a mas de dos horas y media de aquí. Hace etapas cortísimas, porque hoy ya no andará mucho mas. Está buscando unas bordas que hay por aquí cerca. Me dice que estarán cerradas pero que él siempre encuentra un método para entrar, incluida la patada en la puerta.
Está muy delgado, me imagino que come poco. Ni de lejos se le nota la vitalidad de la gente que hace montaña, mas bien tiene algo de débil, de cansancio infinito. Pero cuando me dice que ya ha hecho la travesía de los Pirineos por la parte francesa, que volvió a su casa y le dio por repetirla por la parte española, me asombra y no dejo de sentir una gran admiración por él.

Siento cierta lástima cuando me dice que en la casa que hace de refugio en Estaón, le han tratado de loco y casi lo hechan. Al parecer quería comprarles comida pero los guardas no se han avenido ha hacerles este favor.
Llega un momento que estoy convencido de que quiere pedirme comida o dinero pero no se atreve. Le infundo cierta desconfianza, no se fía de mí. Le pregunto de que parte de Francia es y me contesta " entre París y Burdeos ". Me río y le digo que están muy lejos una ciudad de la otra, y me contesta que " unos ochocientos kilómetros ". A mi me da que este esconde algo.
Él se ha quitado las mochilas pero yo no, tengo ganas de llegar al pueblo y ver donde puedo acampar y encontrar agua.
Él hippye francés se está animando ha hablar y yo tengo ganas de irme, ya he escuchado su historia y la recordaré, pero ya no necesito saber mas de él, así que sintiéndolo mucho me despido, o al menos lo intento. Creo que el francés está a punto de pedirme comida o dinero. La comida aquí es vital, es el combustible para poder andar, si le doy me quedaré muy justo. No se cuando podré comprar mas. Y dinero seguro que no le daré.
Él de tanto en tanto hace referencias a " los ricos " los que comen en restaurantes de los pueblos o en los refugios, y creo que piensa que yo soy de " esos ricos ".
Cuando lo dejo a medio hablar y empiezo a bajar despidiéndome de él y deseándole suerte, se queda pensativo y me dice: " Ah, me he encontrado con uno que va para Andorra ". Le contesto que ese soy yo, se lo he dicho hace unos minutos.
Este pobre hombre da lástima, pero al mismo tiempo despierta admiración. Tiene una fortaleza mental que ya quisieran muchos aventureros o alpinistas de alto nivel. Estos tienen dinero y medios para realizar sus aventuras, pero la fuerza de voluntad que tiene este hippye francés no la tienen muchos de ellos. Y eso no se compra con todo el dinero del mundo.
Aunque pienso que esta fortaleza mental es fruto o consecuencia de la demencia alternada con la cordura y momentos de lucidez.

Otra foto de careto, está hecha a la entrada de Estaón.

El pueblo visto desde arriba con el sol de la tarde, parece que sea nuevo, ya que los tejados de pizarra brillan mucho al sol. Pero cuando entro en el pueblo, me llevo una desilusión, está medio abandonado. Hay casas reconstruidas al lado de casas en ruinas. Algunas comparten estructura, si la casa en ruinas se va abajo se llevará a la reconstruida. No hace falta ser arquitecto para darse cuenta.
Enseguida llego a una especie de mini plaza que tiene una fuente. He aguantado toda la jornada con solo un litro y cuarto, y aún me ha sobrado. Justo al lado de la fuente resulta que está la casa refugio. Es una casa del pueblo medio reconstruida, y la impresión que da es de que no es fiable en cuanto en estructura. Las marcas del GR llegan hasta aquí; al lado de la casa refugio hay un cartel indicador de los distintos caminos que pasan por aquí. El del GR parece claro, indica por una calle. Voy pues por la calle, que es muy estrecha; enseguida se estrecha demasiado y parece que entra en un jardín particular. No hay marcas del GR. Doy media vuelta hasta la casa refugio. Veo una marca que sube por unas escaleras hacia el camino por donde he llegado al pueblo, las sigo, y efectivamente van hacia donde he venido.
Empiezo a mosquearme de lo mal marcado que está el GR, y bajo hacia el cartel.  Vuelvo a mirar la dirección que indica, es por la que he ido la primera vez. Voy otra vez y sigo hasta donde parece que se entra en un jardín particular.
Ahora me acuerdo que el hippye francés me había hecho un comentario de lo mal marcado que estaba el GR por dentro del pueblo.
Regreso y miro por otras calles que bajan, no hay marcas. Vuelvo a donde parece que se entra en un jardín particular. Me meto con temor, no sea que me salga un perro de la casa, tendría todo el derecho del mundo a morderme. Por suerte no sale ningún perro.
Camino un poco y parece que esto es como una calle rústica de medio metro de ancha con el suelo de roca natural. Parece que me meto en otro jardín de otra casa particular. Me da por seguir a ver que pasa, estoy entre varias casas. Seguramente antiguamente esto pertenecía a una sola casa y la han dividido en varias. Parece que hay camino de bajada, lo sigo y veo ¡¡ una marca del GR !! pero no veo la siguiente por ningún lado. Bajo por un muro y me medio meto en otra casa particular, llego a la parte mas baja del pueblo.... y no hay ni una marca del GR. ¡¡ Me siento como dentro de un laberinto !! Estoy para acordarme de la madre de alguien. ¿ Tanto cuesta pintar cuatro marcas para salir del maldito pueblo ? ¿ Como pretenden que la gente duerma y coma en el refugio semi reconstruído si no tienen la mínima atención de pintar las marcas ? Esto da muy mala impresión a la gente. ¡¡ La del tiempo y energías que me están haciendo gastar para salir de este pequeño y maldito pueblo !! Este pueblo me da malas vibraciones, el hippye francés había dicho algo parecido.
Me vuelvo a subir a la única marca que he visto, desde aquí la única salida posible es meterse por lo que parece el jardín privado de otras casas. Hay como un mínimo pasillo, y me imagino que eso debe ser una calle. Sigo por ahí y ¡¡ Bingo !! hay marcas del GR, que ahora me hacen bajar un trecho por fuerte desnivel hasta una pista forestal estrecha. Pista que tengo que seguir hacia arriba. El río pasa al lado y hay abundante vegetación.

A partir de aquí cualquier lugar un poco plano y con hierba me servirá para dormir. Sigo por el GR mas de media hora sin encontrar un lugar que me guste. Llego al final de la pista, aquí hay un cartel que indica que está permitida la acampada itinerante entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana. Pues menos mal, hoy no incumpliré ninguna normativa.
Sigo un buen rato mas por el sendero, que pasa por una zona muy estrecha con mucha vegetación; hay algún llano pero la hierba y las plantas son demasiado altas, y está todo muy húmedo. Esto es  terreno ideal para las culebras y con la semi tienda que llevo no me atrevo a dormir aquí, no estaría nada tranquilo.
Ya es tarde y he de buscar un lugar como sea. Después de dar vueltas y perder tiempo encuentro un lugar donde la hierba no es demasiado alta. Es una zona muy húmeda, el río lo tengo a pocos metros, y mañana por la mañana seguro que la semi tienda estará empapada y pesará mas de la cuenta.
Hago una cena sólida y caliente, me meto en el saco y me duermo enseguida sin necesidad de pastillas.
He pasado una mala noche, incluso he pasado calor con el saco de dormir estando aún mojado. Me levanto siendo oscuro, pero no es porque sea de madrugada, es que el cielo está  tapado y amenaza lluvia. Hace menos frío por la mañana que por la noche cuando me acosté. Esto parece un frente que viene del sur. ¿ No habían hecho por televisión la predicción de buen tiempo para varios días seguidos ....... ? Cuando se equivocan se equivocan de verdad.
De mal humor empiezo mi octavo día de travesía. Hoy la etapa es casi ridícula, son solo algo mas de diez kilómetros hasta Tavascán, y el desnivel a subir, primero quinientos metros y después algún repechón no muy largo. Mi idea es hacer hoy dos etapas, desde Tavascán continuar hasta Áreu, y tendré que sumarle diecisiete kilómetros mas y un mínimo de mil doscientos metros de desnivel positivo mas, que siempre son mas de los que marca la ficha. O sea una etapa maratoniana, pero me veo capaz de hacerla, pienso caminar mientras haya luz, y creo que llegaré justo al oscurecer.

Primero paso por las bordas de Nibrós, que es donde durmió el hippye francés. Tenía razón en llamarle " pueblo abandonado " porque un poco lo parece. Ahora el camino sube directamente hasta el Coll de Lleret, según mi mapa, pero hay un cartel que indica " Jou " como el pueblo por el que pasé hace dos días. Me río interiormente pensando que quizá esté dando vueltas como un tonto ..... pero no, es otro lugar con el mismo topónimo.
Llego a un borda solitaria, aquí pierdo tontamente otra vez varios minutos intentando encontrar el GR. Decido tirar montaña arriba hasta lo que creo que es el Coll de Lleret, cruzo por hierbas y pinchos y encuentro el sendero.
Y llego al Coll de Lleret mucho mas rápido de lo que me imaginaba. He subido los quinientos metros de desnivel en poco mas de una hora. Eso son tiempos de ir sin mochila y entrenado. Pues me alegro de verdad, me da confianza para acabar la etapa tan larga que en principio he de hacer..... si el tiempo lo permite....... ¡¡ Que será que no  !!

La fotografía de arriba es mirando hacia Tavascán, por desgracia he de ir en esa  dirección, donde se ven cortinas de lluvia. Donde estoy, un poco mas abajo del Coll de Lleret, caen gotas de lluvia, por ahora son pocas y finas, pero amenaza llover con intensidad.

En la fotografía de arriba mirando hacia el este, el cielo no está tan tapado como hacia el norte, y me da un poco de esperanza de que hasta pueda despejarse. Si llueve hoy sería el cuarto día de lluvia de los ocho que llevo en la montaña, y tanto mal tiempo acaba con la moral de cualquiera.

Me hago una foto de careto..... y salgo así, con cara de vampiro, de enterrador. No me gustaría encontrarme por aquí con alguien que tuviese esta cara.

Muy poco rato después en el descenso hacia el pueblo de Lleret, llego a un pista muy estrecha y en mal estaso, y que no tiene evidencias de que transiten automóviles. A los pocos minutos veo llegar un perro que me ladra. Creo que es un labrador y lleva alforjas un tanto deterioradas. Le digo algo suave para que se tranquilice. Unos metros detrás veo llegar una chica de entre veintitrés y veintiocho años, pero yo para calcular la edad de la gente soy fatal.
La chica va cargada con un mochila grande tapada con un cubremochilas para la lluvia. Lleva camiseta fina, mallas tres cuartos, botas de trekking y cámara reflex colgando. No veo a nadie mas detrás suyo. Sin haberla oído hablar mi intuición me dice que es vasca.
Le digo a modo de saludo si el perro muerde, y para mi asombro me dice que si. Le vuelvo a preguntar si el perro muerde, quizás no lo he entendido bien, y me vuelve a repetir que si, que a veces muerde.
Me quedo un tanto perplejo por la respuesta, y sigo el camino sin decirle nada mas. Apenas he andado cuatro o cinco metros cuando la chica, desde detrás mio, quizás arrepentida por la respuesta tan fría, entabla conversación conmigo, con preguntas de cordialidad y genéricas. Yo no puedo dejar de preguntarle si está haciendo la travesía de los Pirineos, y efectivamente la está haciendo, y acompañada de su perro, que ladraba para proteger a su dueña, pero ahora capta que no soy ningún peligro y se tumba para descansar.
Le pregunto a la chica cuantos días lleva andando ( empezó en el Cap de Creus ) y me sorprende diciendo que no lo sabe muy bien, dice: " unos veinte días ". Me sonrío ligeramente para que no se sienta ofendida; ya me cae bien la chica, es mas, la admiro enormemente. Una mujer joven haciendo la travesía de los Pirineos con un perro.... , no se ven muchas. Me  dice que en realidad sola ha andado pocos días, ya que ha ido encontrando gente por la montaña y ha compartido camino con ellos. Me habla de Andorra que le ha encantado.
Curioso y chafardero como soy le pregunto cosas como el peso que lleva , que ella calcula en unos " doce kilos mas o menos " .  Le pregunto riendo si el perro en las alforjas lleva sus cosas, y me dice que sí, menos la comida " que si no se la come ".
Le noto cierta nostalgia cuando me dice que  "voy hacia a Irún, para mi casa ", y que dentro de muy pocas etapas ya estará en el ecuador de su periplo. Prefiero no decirle nada sobre que a partir de Sant Maurici viene lo duro de verdad, aunque ya ha pasado etapas de alta montaña. Y que los días serán cada vez  mas cortos y mas fríos, que incluso le puede pillar alguna débil nevada. Y seguro que el perro lo pasará mal en algunos pasos claves, como el destrepe ( trepada para en dirección contraria ) en el Ibón de Ballivierna, o las cadenas debajo del pico Punta de las Olas, en Ordesa, o el paso de los Sarrios, también en Ordesa; es mas éste es totalmente imposible que el perro lo pueda pasar. Tendrá que tomar una ruta alternativa. Y algunos pasos mas que no puedo recordar. Ya se los encontrará, se ve fuerte, tirada para adelante y con agallas y recursos.
De tanto en tanto, mientras me habla, no puedo de dejar de pensar que se parece a mí cuando era mucho mas joven, incluso la encuentro un parecido físico o de expresión a mi de aquellos años remotos.
Por lo que me dice está haciendo la travesía sin dormir en ningún refugio, todo a base de tienda de campaña, de hornillo de gas y de ir cargada. Cuando me dice que la pasada noche ha acampado en un parque de Tavascán " de las once y media de la noche hasta las ocho de la mañana " y que estuvo en un bar tomando alguna cerveza hasta tarde, ya no me aguanto la risa, pero ella no parece ofenderse. En realidad ya le veía un poco bolinguilla y marchosa. Tiene la expresión entreestar cansada, de haber dormido poco y como si se hubiera tomado un carajillo antes de salir. En conjunto tiene  la expresión muy auténtica y genuina.
La veo un poco preocupada por como está la acampada en el parque nacional de Sant Maurici, le digo, aunque ya lo sabe, que está prohibido acampar en todo el parque, pero que yo acampé cerca de la Restanca sin ningún problema, que si acampa un poco tarde y escondida nadie la verá. Me doy cuenta de lo que quiere es lo contrario, estar cerca de gente, estar muy sola y escondida mas bien la asusta. Me imagino que por eso lleva el perro y la pasada noche la ha pasado en un parque.
Me da indicaciones e información sobre el terreno que me encontraré hoy, ya que voy en la dirección de la que ella viene, y nos despedimos. La  noto como si quisiera que hiciésemos el camino juntos, pero justo llevamos direcciones opuestas. No puede ser.
Nos deseamos suerte, yo ha ella de verdad. Pensaré en ella los siguientes días, esta chica vasca impresiona, no se ven muchas así.


Después de despedirme de la chica y el perro, sigo el camino todo de bajada hasta un minúsculo pueblo llamado Lleret. El GR no entra en el pueblo, pero tiene contenedores de basura y me puedo librar de la mía, aunque sean pocos gramos. Ahora el sendero sube bastante mas trozo del indicado en el mapa, es un sendero muy estrecho que bordea barrancos, y está arreglado a la manera de esta parte de los Pirineos, con piedras lisas colocadas hacia el exterior del barranco, que se aguantan de milagro. Por si acaso piso por la parte interior.
Por aquí ya empieza a llover de verdad. Me cruzo con un curioso grupo de jubilados franceses que van con mochilas, algunos llevan abierto gruesos paraguas, el primero no es capaz de pasar un fácil tramo rocoso pero mojado, va con mucho cuidado y es lento. Me espero unos momentos, pero viendo que le cuesta pasar, paso un metro mas abajo por donde está él, en cuestión de segundos los paso a todos; me giro para atrás y el hombre mayor que va de primero aún está tanteando el paso. Pues no irán muy lejos.
El sendero sigue en flanqueo descendente hasta otro mini pueblo, Aineto, aquí también hay perros que me ladran pero lo hacen  muy poco. Están mojados por la lluvia y mas bien dan pena.
Y llego por fin a Tavascán. Son exactamente los doce y cuarto. Apenas he tardado cuatro horas; es una etapa excesivamente corta.
En una especie de plazoleta veo al mismo senderista que ha ye visto en dos ocasiones anteriores. El que hace dos días salió del camping de la Guingueta por la tarde. Le calculo poco mas de veinticinco años. Tiene su mochila desparramada por una especie de banco de piedra. Ropa, enseres, absolutamente todo está extendido. El problema es que sigue lloviendo y en vez de secarse, su equipo se moja mas, aunque esté debajo de un pequeño balcón. El ambiente es terriblemente húmedo.
Y el senderista está leyendo un libro tumbado tranquilamente en el banco de piedra. Nos saludamos demasiado fríamente. Lo primero que he de hacer es buscar una tienda de comestibles. Doy vueltas por el pueblo pero no encuentro ninguna. Mas arriba del todo se ven algunas casas, pero no parece que ahí puedan haber tiendas. Bajo a la carretera, hay una caseta de turismo o información, y.....  ¡¡ una fuente !! aunque hoy apenas he bebido líquido. Cerca hay varios hoteles o hostales, que no se si están abiertos.
Pues la cosa pinta mal. Lloviendo, con comida justa para un día y medio, y por aquí no hay campings donde poder pasar una noche, porque hacer las dos etapas en una ya lo descarto. No quiero acabar tan mojado con en el tramo de la Restanca a Sant Maurici y tener problemas de hipotermia. Y acampar en el parque como la chica vasca, no es para mí, seguro que a mí me echan.

Así que decido descansar y comer todo lo que pueda en un banco al lado del río. Y lo hago bajo la lluvia, y una vez mas  la coincidencia, cuando estoy empezando a comer deja de llover. Hasta cae algún debilísimo rayo de sol.
Me tomo mas o menos una hora para comer tranquilamente, creo que no tengo prisa, ya no llueve y parece que quiere salir el sol. Pero es solo un canto de sirena, una trampa, un engaño, porque si días atrás me mojé de verdad, hoy también me volveré a mojar.
Decido seguir el GR hasta donde pueda, quizás hasta puedo llegar a Áreu, aunque son diecisiete kilómetros y unos mil doscientos metros de desnivel positivo. ( Que serán mas ).  Y si no creo que encontraré algún lugar para acampar.

Para salir del pueblo tiene guasa. El GR lo tengo justo enfrente de donde he comido. Y ahora, de golpe y en frío sube cuatrocientos cincuenta metros de desnivel en solo ¡¡ un kilómetro !!. No está nada mal. El camino sube hasta el borde de unos barrancos y los rodea por su parte alta, siguiendo en un largo flanqueo de unos cuatro kilómetros en continuas subidas y bajadas. Y como no podía ser de otra manera, enseguida se cierran las nubes, el cielo se oscurece de golpe y empieza a llover. Cada vez con mas intensidad. Hasta escucho algún trueno lejano. No me lo puedo creer. ¿ Que he hecho para merecer esto ? Como no tengo opción, sigo el camino pensando que pronto encontraré algún lugar para acampar, en el camino he de encontrar dos torrentes que seguro que hoy llevarán agua.
No mucho antes de encontrar un desvío, que lleva a la  Vall Ferrera pero por la  vertiente opuesta a la que he de ir, cuando estoy pasando una zona de piedras sueltas, piso una grande que cede y resbalo cayendo de rodillas y golpeándome la muñeca derecha contra la roca. Ha sido una mala caída, con la pesada mochila en la espalda, y los bastones de trekking puestos. Ha sido en frío y se me ha escapado un grito, mas bien de asombro y de rabia. Me levanto temiendo que me pueda haber lesionado la muñeca, las rodillas o no se qué, pero estoy ileso, ni siquiera se me ha roto la ropa. Al rato, cuando voy a consultar mi reloj - altímetro con horror veo que no funciona. Hay una capa de humedad por su parte interna y la pantalla está en negro.  Lo que me faltaba, me tendré que guiar por el sol, si es que lo hubiese. Y el reloj del teléfono móvil solo lo puedo usar con cuentagotas, para no quedarme sin batería.

A partir de aquí he de ir con mas cuidado. El camino a partir del desvío llanea, con múltiples subidas y bajadas. El camino al parecer antiguamente era de cierta impotancia, ya que está arreglado, pero a la manera de aquí, con piedras lisas, colocadas hacia el exterior del barranco. A tramos las piedras se han caído y de agarrarme a la roca. Aunque la caída no sería de muchos metros, sería grave o muy grave.
Pero llego a un paso en que el camino está cortado del todo. Aquí la caída ya es mas seria, es un primer tramo extraplomado de unos quince metros y después sigue el barranco, así que lo tengo mal para pasar. Hay que hacer un par de pasos por la roca mojada, pero no me lo veo. La escapada posible sería trepar por la roca hacia arriba ocho o diez metros y después flanquear, pero casi que es peor. Me quedo mirando el paso, y como un poseso me meto en él. Ahora lo veo mas fácil, y con decisión lo paso sin consecuencias. Espero no encontrar muchos pasos como este.
Ya estoy mojado del todo, aunque como no hace tanto frío como en Sant Maurici solo llevo dos capas, chaqueta  y camiseta, y he tenido la precaución de meter todo en bolsas de plástico de mejor manera que aquél día.
Lego a un lugar en el que el mapa marca un torrente con una borda al lado. El torrente está pero la borda no la veo por ningún lado. Si que hay márgenes en los que antiguamente habrían cultivado. Pero aparte de que las hierbas y plantas son demasiado altas ( lo perdería todo ahí ) y está todo muy mojado, el sitio es una esquina muy expuesta al viento, que aquí ya es notorio, y se escuchan truenos cada vez mas cercanos.

Desalentado decido seguir como mínimo hasta otro mini pueblo semiabandonado, Boldís Subirá. A unos quince minutos hacia abajo hay otro pueblo, Boldís Josá. Están a unos mil quinientos metros de altitud.
Y llego al pueblecito, que enseguida veo con horror que está semiabandonado. Me había hecho la idea de encontrar alguna pensión o un bar donde comer, pero no hay nada de nada. En una pared de una casa hay grifo, parece una fuente, y a pocos metros dormita un perro desgraciado bajo la lluvia. No me ha oído aún pero no tardará en despertase, seguro. Mientras lleno el bidón de agua dudosa de la especie de fuente, el perro me oye y se pone a ladrar. No está atado, ya que no parece vigilar nada, pues no hay nadie y las casas están cerradas, alguna con maderas podridas.
El perro está afónico, tiene bultos en las patas; uno de los bultos es enorme. Es un perro sucio, desgraciado, abandonado por unos dueños miserables. No deja de ladrar mientras estoy ahí. Mas bien parece que esté llamando o avisando a alguien, pero por aquí no se asoma nadie. Es un pueblo triste y vacío, me da mal rollo.

Las marcas del GR están pintadas en las fachadas de las casas. Salgo del pueblo, y justo en la última casa, hay un perro atado que nada mas verme empieza a ladrarme. Y este perro es peligroso, es de color negro y fuerte, creo que tiene algo de mezcla de perro catalogado como peligroso. Por suerte está atado, porque suelto hubiéramos acabado mal, él y yo.

A partir de aquí el camino sigue un pista ancha, que incluso seria apta para vehículos todo terreno sino fuese porque está prohibido, menos un primer tramo muy corto. El tramo a seguir es de unos cinco kilómetros por esta pista, pero espero encontrar un lugar para acampar muy cerca, ya que he visto campos de cultivo abandonados y hay un torrente muy cerca. A los pocos minutos llego al torrente, y efectivamente hay campos de cultivo abandonados donde podría acampar, sino fuese porque crecen plantas y hierbas altas, y está todo mojado. Tardo al menos ¡¡ cuarenta minutos en encontrar un lugar adecuado !! No he parado de dar vueltas cargado con la mochila. He saltado por una valla que cuando la estaba pasando me dado una descarga eléctrica, y no muy moderada. Todo esto está lleno de excrementos de vaca, así que no puedo estar aquí, por si las vacas deciden visitarme.
Y a unos diez metros de la pista, en un lugar muy abierto y a la vista de quien pudiera estar en el pueblo ( quizás algún fantasma o vampiro ) monto la tienda. ( En la foto de arriba ). El río lo tengo a poco mas de un minuto. Y ¡¡ sssiiiii !! mientras montaba la tienda ha dejado de llover. Una vez mas esa coincidencia. Aunque no hace sol, extiendo mi equipo, incluido el saco de dormir que aún está mojado desde hace varios días. No se secará absolutamente nada.
Lo primero que hago es cocinar un sobre de tallarines a la parmesana, y me sienta genial, y ya he de racionar la comida porque ya casi no me queda nada. Solo para un par de desayunos, trozos sueltos de embutido y varios sobres de sopa. Así que hago una comida-merienda-cena, pero escaso de comida.

Mientras comía han empezado a aparecer brumas o nieblas, el cielo parece abrirse un poco llenándome de esperanza para mañana. Empieza ha hacer frío y no se si es debido a que tengo la ropa húmeda o a que la temperatura ha bajado. En un momento dado sale  un poco el sol, y para mi asombro veo que aún está muy alto, no creo que sean mas de las cinco de la tarde, aún quedan unas tres horas horas y media de luz. Estoy bastante recuperado y hasta pienso que si la mejora del tiempo fuese de verdad aún podría desmontar la tienda y seguir andando, pero el tiempo está muy inestable. Las nubes y la niebla no paran de abrirse y cerrarse. Igual puede despejarse el cielo que ponerse a llover, a sí que decido quedarme aquí y mañana hacer una etapa super corta, de no mas de tres horas y media hasta Áreu. Las cosas no han salido como creía, pero ha sido por culpa del mal tiempo, porque yo me encuentro en forma.

Descanso un buen rato dentro del saco mojado, y antes de oscurecer voy a pasear en sandalias de plástico por la pista dirección subida. Tengo el pueblo de Boldís Subirá enfrente, está oscuro, y me pregunto si tendrá electricidad. Al rato puedo ver que sí, se encienden algunas farolas de color naranja que le quitan el aspecto de pueblo fantasma. ¿ Quien habrá encendido las farolas ?.
Y con las últimas luces del día me meto en el saco de dormir, y mientras lo hacía he escuchado como una especie de ladridos apagados que parecían de protesta. Casi seguro que es un zorro que me avisa de que estoy en su territorio. Pues se va a quedar afónico.

Paso una mala noche debido al frío. No he pasado un frío excesivo, sino que no estaba caliente. El saco aparte de estar aún mojado ha cogido un olor desagradable, es debido a las plumas mojadas. En realidad el saco por la parte de las piernas se ha secado bastante, pero la parte del cuerpo y sobre todo la cabeza están mojados. Dormir ahí dentro es un poco desagradable, pero no tengo elección. Mientras cojo fuerza de voluntad para levantarme oigo una especie de gruñidos que vienen de la pista forestal, creo que es un jabalí, seguro que también me avisa o me amenaza. Pero lo escucho alejarse.
El reloj sigue sin funcionar y no se a que hora me levanto, pero calculo que serán las siete y media como mínimo. No es tarde puesto que hoy solo andaré hasta Áreu, apenas doce kilómetros y con un desnivel de subida de poco mas de setecientos metros. En Áreu hay un camping que supongo que estará abierto, y algún lugar mas donde hospedarse. Y según la ficha hay alguna tienda, donde espero comprar comida.
Cuando salgo de la tienda veo que el cielo está muy despejado, casi seguro que durará varios días. Pero hoy es el día mas frío de todos, y no es porque haya dormido mojado, se me hielan las manos mas que en el tramo de Sant Maurici, y la tienda está empapada de lluvia y del rocío.
Cuando cojo la mochila para ponérmela tengo la impresión de que pesa el doble de lo normal, y eso que ya le he quitado varios kilos de comida. Eso es que estoy roto. A ver si poco a poco me voy animando.
Ayer pensaba que aquí tocaría el sol muy pronto, pero no es así, y empiezo a caminar por la pista forestal, que enseguida pasa por un bosque húmedo donde tampoco toca el sol.

A los pocos minutos ya me llevo el primer casi susto. En la pista hay una puerta de esas que hay para que no pase el ganado, porque el ganado está detrás claro. Y nada mas cerrarla veo excrementos de toro, son inconfundibles, y son recientes, yo diría que de no hace mucho rato. Pues espero que sea un toro pacífico, que hay muchos que lo son. De momento solo veo vacas y están detrás de una alambrada, así que el toro lo dejan en la otra parte, pero es que la otra parte es la pista forestal abierta al público caminante. Voy a rezar un poco para no encontrarme con el toro.
La pista es de subida suave y continúa durante unos cinco kilómetros. Con las botas de caña baja ando bastante rápido, seguro que mas rápido que con las trekking normales, y hago de un tirón los cinco kilómetros, y sin ver al toro. Llego a un desvío, ahora la subida es por un estrecho pero marcado sendero que sube de golpe, y aún no me toca el sol, aunque ya me he quitado ropa en un brevisimo descanso. Subo unos trescientos cincuenta metros de desnivel mas de un tirón hasta llegar al Coll Tudela, de 2.239 metros de altitud. La subida se me ha hecho hasta corta, estoy mas fuerte de lo que pensaba por la mañana.

Poste indicador hacia cuatro direcciones en el Coll de Tudela. Curioso topónimo en territorio catalán, ya que Tudela es un nombre navarro y también un municipio de Navarra. Me imagino que antaño un señor llamado Tudela vivió por aquí y por los motivos que sea se puso su nombre a este amplio collado. 

Durante la subida me imaginaba el collado mas bien un paso estrecho o rocoso, pero es totalmente llano y amplio. Me choca que en el mismo collado hay una roulotte, una tienda de campaña pequeña y un automóvil pequeño, que ni siquiera es todo terreno. A la izquierda hay un rebaño de ovejas dentro de un cercado. Hay varios perros y dos son gigantes y blancos, me imagino que son mastines de los Pirineos o muy parecidos. Los ejemplares de estas razas pesan alrededor de ochenta kilos, y si fuesen salvajes nos podrían devorar fácilmente. Por suerte son muy pacíficos. Pero tengo una anécdota con dos de estos perros bonitos y enormes.
 Fue en la otra parte de los Pirineos, regresando del Canigó. Caminando totalmente solo en una zona abierta, hacia los 2.200 metros, vinieron hacia mí dos enormes perros blancos, que casi seguro que eran mastines. Se veían abandonados, uno de los dos incluso enfermo, no se les veía buenas intenciones. Se me encendió la  luz de alerta, porque dos enormes perros atacando a un montañero solitario, acabaría en tragedia para el montañero. Me empezaron a ladrar, y ahí saqué coraje y les di unos gritos autoritarios al azar, tipo: " ¡¡ Noo !! ¡¡ Seatt !!. Seguí caminando y los perros me seguían, y continuaban ladrándome. Caí en la cuenta de que olían la comida que llevaba en la mochila, y empecé a temer lo peor. Me giré y quizás imprudentemente les planté cara pegándoles algunos gritos de advertencia. Pero por fortuna hicieron efecto y los perros me dejaron marchar, pero no las tuve todas conmigo hasta que pasaron varios minutos y tuve la certeza de que los perros ya no me seguían.
Fue algo un poco anómalo, porque perros de este tamaño, hambrientos y acosando a una persona solitaria, no acostumbra a suceder. Y extendiéndome mas, muy cerca de esa zona tuve problemas en otra ocasión con vacas  y con un enorme toro blanco de bellísima estampa que me estuvo vigilando amenazador durante hora o mas, mientras desmontaba mi tienda de su territorio....., pero eso es otra historia.

Ahora estoy en el Coll de Tudela; aún no toca el sol porque hay nubes que aparecen y desaparecen rápidamente, incluso hacia la dirección que he de ir hay niebla.  Hago unas fotos y veo que hay gente que sale y entra de la roulotte, veo a dos mujeres y un hombre. Me imagino que son los pastores de estas ovejas y que viven en la roulotte, que no se como la habrán subido hasta aquí arriba. Escucho a una mujer un poco regordeta y estúpida decirle a los perros: " Hay un señor, ¿ Quien será ?" Se lo dice a los perros blancos y en catalán. No se como pero los perros la han entendido y vienen hacia mí, pero mas bien tranquilamente, me observan, me huelen y hay uno que se va enseguida. Pero el otro marca el territorio delante mío. Orina en un árbol cercano. Le miro directamente a los ojos, hoy tengo energía en ellos y los perros no me asustan. Veo miedo en el animal, baja un poco la cabeza , y me mira como pidiendo perdón, tiene esa mirada triste que tienen los perros. Mientras hago la mochila me sigue observando a ver que hago, y se sobresalta cuando hago algún movimiento que él interpreta como peligroso. Realmente es un perro miedoso a pesar de su tamaño. Pero mejor no fiarse porque los perros pueden cambiar de actitud en cuestión de un segundo. No piensan, reaccionan.
Bebo un último trago de agua y le hablo y al animal y me río yo solo de la situación y del perro mirón. Estoy seguro que el perro se fija en mis dientes haber si los tengo grandes y soy peligroso. Hace reír pero los animales lo hacen, valoran la peligrosidad del adversario por su tamaño y por sus dientes.
Y empiezo el descenso que enseguida es por un tupido y hermoso bosque húmedo. En realidad el sendero es de los mas agradables que recuerdo haber pasado. Es un estrecho y continuo camino que va haciendo numerosos zigzags. La pendiente es moderada salvo algún corto tramo. A pesar de que en total se bajan unos mil cien metros de desnivel, incluso en subida ha de ser llevadero.
Bajando por el sendero al rato me cruzo con una mujer joven y alta cargada con una enorme mochila y un bolso colgando del pecho. Seguro que es extranjera. Nos saludamos de muy buen rollo, el día magnífico que hace invita a ello, hay comunión entre los seres caminantes. En efecto ella es extranjera, habla un poco español y por su acento yo diría que norteamericana. Mas abajo sube su pareja, mas alto que ella aún y llevando una mochila enorme, se nota que le pesa por los movimientos que hace. Le digo a la chica que tiene una expresión muy sana y sonriente que no se fíe mucho del tiempo porque parece que las nubes que están creciendo son de tormenta. No me entiende muy bien y se lo digo en mi inglés básico y chapucero, pero lo entiende a la perfección y me dice que es igual, que  "todo es bonito ". La noto en armonía con la Naturaleza.
Sigo bajando hacia una explanada que se ve desde arriba y que me imagino que será lo que el mapa marca como Bordes de Costuix. Llego al poco rato y efectivamente hay un par de bordas y un magnífico prado lleno de hiebas y flores. Aunque no la veré hasta mas tarde pero hay una fuente muy cerca. Un lugar idílico, así que voy a comer lo que me queda de comida que ya toca.
Cuando paso por las bordas buscando un lugar donde sentarme y pone al sol mi equipo para secarlo, veo que hay una mujer joven sola sentada apoyada en un muro. También tiene su equipo al sol, se ha quitado las botas y está leyendo un libro. Es rubia con el pelo muy corto y me apuesto algo a que también es extranjera. Que lo es. La saludo, ella no entiende las palabras pero me hace un gesto de saludo. Tiene expresión de serenidad, se ve seria. Y no veo a nadie mas cerca, así que me imagino que va sola.
A no mas de cincuenta metros de donde ella está pero detrás de un pequeño muro decido sentarme, pero visualmente no nos podemos ver. Y aquí me relajo y tomo el sol como las lagartijas. Me estoy una hora larga, no tengo prisa y el sol empieza a secar mi equipo, incluso el saco de dormir parece que se seca.
A los pocos minutos de estar sentado pasa el chico que ya he visto en dos ocasiones anteriores y nos saludamos igual que ayer, mas bien fríamente con un " hola " muy seco.
Mas tarde pasa la chica que estaba detrás leyendo, ve todo mi equipo al sol, incluida ropa interior y se ríe, me hace un gesto de que ella también tiene todo mojado. Me pregunto donde habrá dormido esta noche. Lleva una mochila que no abulta mucho y no creo que lleve tienda de campaña. Lleva mallas tres cuartos y me fijo que sus piernas son muy delgadas. Casi seguro que también estará haciendo la travesía de los Pirineos.
 Por cierto, en Cataluña, donde ahora estoy, a los Pirineos se la llama Pirineo, en singular; es como siempre le he llamado, a mí me suena como mas íntimo.

Hago una fotografía a la zona de la Pica d'Estats ( En la foto de arriba ). Casualmente hoy es día once de septiembre, día nacional de Cataluña, llamado " La Diada ". En otros años la  zona de la Pica d'Estats estaría llena de nacionalistas catalanes que subirían a esta montaña, ya que es emblemática por ser la mas alta de Cataluña, con 3.143 metros de altura. Pero para mi sorpresa resultará que la montaña ¡¡ estará vacía !!. En el pueblo de Áreu no encontraré a nadie. Y eso es por los acontecimientos políticos de los últimos tiempos. Para hoy hay convocada una manifestación independentista a gran escala llamada " cadena humana " que consiste en que cientos de miles de personas se den la mano y crucen todo el territorio catalán de punta a punta, mas de 300 kilómetros de recorrido, y al parecer la manifestación ha convocado a millón y medio de personas, según datos oficiales y optimistas.

Pues para mí me va fenomenal, porque la montaña sin muchedumbres me gusta mas, es mas la prefiero totalmente solitaria.

Llego al pequeño pueblo de Áreu. Antes de llegar a él, bajando por el bosque ya he podido ver el camping. Ahora falta saber si está abierto. Porque todo está demasiado tranquilo, apenas he visto pasar un par de coches, y no veo gente.
Llego al primer núcleo del pueblo, que no se como se llama, el pueblo propiamente dicho está a unos trescientos o cuatrocientos metros de distancia.
Veo varios carteles que anuncian diferentes hostales y restaurantes, pero voy directamente al camping a preguntar. No se de cuantas estrellas es, pero desde lejos no veo ni una tienda de campaña, solo hay bungalows y caravanas. Tiene un restaurante y está abierto ¡¡ Por fin comeré bien en varios días !!
Me atienden dos mujeres, pero no en recepción, si no en la barra del bar; me dan las indicaciones para instalarme, y me dicen que solo hay otra tienda de campaña  que es de un mexicano que también va solo. Monto la tienda, y en seguida voy ha ducharme y lavar la ropa; por suerte la puedo lavar con agua caliente. Mientras me estaba duchando puedo escuchar como una de las dos mujeres que me han atendido, no se cual de ellas, entra en uno de los lavabos y suelta unos pedos horrorosos. En realidad si que me imagino la mujer que ha sido, una que es mas bien " rústica ". Mas tarde me percataré de que los propietarios del camping y su familia usan los mismos aseos que los clientes. El edificio que compone los aseos, duchas y zona de lavado para ropa y utensilios de cocina, tiene la pecularidad de que el techo está separado un buen trozo de las paredes, dejando que el aire exterior airee todo el edificio, supongo que para evitar malos olores y humedades. El problema es que al estar construido de esta manera, se pueden escuchar los mas mínimos ruidos ajenos, y otro problema ha de ser cuando hace frío, ya que el mismo ha de ser un elemento disuasorio.
En su conjunto es un buen camping. Y solitario. Solo somos dos clientes en un once de Septiembre. Increíble.
Antes de ir a comer voy andando al pueblo que está a unos cuatrocientos metros. Busco tiendas donde comprar comida, solo hay una pero está cerrada. Es una tienda típica de pueblo turístico en la que venden recuerdos, camisetas, objetos variados y algo de comida.

Voy a comer al bar - restaurante del camping, ya había avisado a las dos mujeres que iría a la hora que ellas habían dicho. Y como no podía ser de otra manera, soy el único cliente, al igual que días atrás en el camping de la Guingueta. En un día festivo tan importante y ha mediados de Septiembre .... ¡¡ Pues si que hay crisis !!.
Mientras espero a que me sirvan miro el televisor, han puesto un canal catalán y durante toda la comida y un buen rato después que me quedo medio adormilado en la mesa, solo hablan de la " cadena humana " en pos de la independencia de Cataluña. En seguida veré que los propietarios del camping y su familia, que ha llegado mientras estaba comiendo, son totalmente independentistas, y no lo disimulan, si no que lo exhiben.

Cuando me sirven el primer plato, que es una gran ensalada de la casa, que la llaman " Pica d'Estats " veo demasiada comida y pienso que no me la acabaré. En realidad el estómago se me ha hecho pequeño, y he adelgazado algún kilo. Pero cuando empiezo a comer se me excitan los jugos gástricos y me la como toda....., al igual que el segundo plato, el pan, el postre de helado, dos cervezas y un vaso de vino......, y no tomo café. Y me entra modorra en la mesa; la mala noche pasada con frío y mojado, el madrugón, la caminata, me pasan factura, y me quedo viendo por televisión la manifestación independentista. Y puedo escuchar a la familia del camping que se han puesto a comer al lado. Hoy es el cumpleaños de uno de los hijos y se reúnen para celebrarlo.
Les oigo hablar de la manifestación y del independentismo. Escuchándolos se me ocurre que este pueblo tan pequeño y en el cual los catalanes procedentes de las grandes urbes de Barcelona y alrededores, (  los llamados " pixapins ", " mea pinos ") son vistos como carteras o billetes que andan, bien pudiera reivindicar ser un pueblo independiente incluso de Cataluña.
Hay un momento en que escucho a la familia del camping hablar de un hecho que sucedió en el pueblo, y que fue la quema de una bandera española que algún nacionalista español había puesto en algún lugar del pueblo. Uno de los hijos hace referencia a que el padre sabe quienes fueron los autores del hecho, pero el padre hace ver que él no sabe nada. Pienso que quizás no saben que quemar la bandera española es un delito que se paga con la cárcel, que ya hay antecedentes por ese motivo. Y ellos no saben quien puedo ser yo. Un pelín pardillos si que son.
 Mas tarde escucharé que el padre se autodenomina " el chulo de Áreu ", y su familia también hacen referencias a él con este apodo. Eso sí, en un ambiente familiar en el que yo soy un invitado de piedra. Casi me da la impresión de que me he metido en el salón comedor de una casa particular......., pero no, estoy en un local abierto al público y yo soy un cliente. El único cliente.
Después de pagar pregunto si mañana por la mañana me podrán preparar varios bocadillos para llevarme, porque me he quedado sin comida y no me ponen ninguna pega. Es mi única solución si mañana no encuentro la tienda de souvenirs y  alimentación abierta. Solo me quedan dos jornadas hasta Andorra y el último día solo andaré unas pocas horas, casi todas de bajadas hasta Arinsal, ya en Andorra. Con esos bocadillos, los sobres de sopa, seis barritas energéticas y un par de desayunos que me quedan tendré suficiente combustible como para poder andar.
La etapa de mañana tiene unos quince kilómetros y medio y un desnivel de mil trescientos metros de desnivel, que en la práctica son como mínimo cien metros mas de desnivel acumulados. En teoría mañana dormiré en el refugio -vivac libre del lago Baiau, a 2.517 metros de altura. En la ficha lo marca como final de etapa, y los que van de refugio de pago en refugio de pago, lo tienen mal. Se tienen que llevar su equipo de vivac y su comida por unas pocas etapas como esta que hay en todo el recorrido del GR-11.


Después de comer no quiero hacer la siesta porque quiero ir a dormir temprano. Cojo la cámara fotográfica y me voy al pueblo, que no hay mucho que ver. El pueblo está bonito y limpio. Hace sol pero a veces nubes algodonosas de buen tiempo lo tapan durante unos instantes. He de ir con el forro polar puesto, porque no hace calor de verdad.

Junto al río hay una especie de parque, y muy cerca hay lugar con algún banco y una pequeña explanada. Y en ese lugar el mismo senderista joven que ya he visto varias veces, incluido esta mañana, ha plantado una pequeña tienda de color rojo y ha puesto todo su equipo al sol de la tarde. Me imagino que lo tendrá mojado de la lluvia de ayer. No entiendo como le puede gustar acampar a algo más de cien metros de las casas, una de las cuales es un hotel u hostal, y otra un bar restaurante. Incluso me extraña de que lo dejen acampar aquí y a una hora tan temprana, no creo ni que sean las cinco de la tarde.
Paso por delante de él, que esta cocinando un plato preparado. Solo hay unos pocos niños jugando en el parque y dos o tres personas mayores, y al parecer el senderista no tiene ningún pudor en cocinar, montar la tienda y poner el tenderete con su ropa mojada a la vista. Me pregunto que dirán los del hostal que está tan cerca.

Como no hay mucho pueblo para fotografiar, saco una instantánea de unas casas que al natural las paredes se ven muy irregulares, parece que o las construyeron sin hacer servir plomadas, o con el paso del tiempo se han ido curvando.

Empiezo mi décimo día y penúltimo día de travesía. Para dormir me he tomado un somnífero porque he de dormir todo lo que pueda y bien. Por la noche no cené porque la abundante comida del mediodía me dejó sin hambre, y con una infusión de polea menta  tuve suficiente.
El saco de dormir que dejé varias  horas fuera de la tienda, se ha secado algo, pero el olor a plumas mojadas es ya horroroso; quizás se estén pudriendo con tanta humedad.
Y he pasado un poco de frío de madrugada. Me levanto creo que sobre las siete y media o incluso mas tarde. Desmonto el tinglado y hago la mochila. Encuentro una bolsa mía con algo de basura a varios metros de la tienda. Ayer noche mientras me preparaba para dormir, creí tener alucinaciones cuando ví que esa misma bolsa se movía. Ahora lo entiendo, algún animal la estaba intentado coger por debajo de la tienda, ya que al no llevar la parte interior desde afuera los animales tienen acceso al interior. Y como era de noche y me iluminaba con la linterna frontal, no pude ver ninguna pata ni hocico del animal en cuestión.

Antes de ir al bar del camping a almorzar bajo al pueblo a ver si puedo comprar comida. Cuando salgo veo que por la carretera sube la chica rubia que vi ayer en las bordas de Costuix, la que estaba leyendo, y sube a buen ritmo, se la ve entrenada y con estilo. Me imagino que habrá dormido en el hostal.
Llego al pueblo y la tienda está cerrada, pese a que ya son casi las nueve de  la mañana. Y remirando por los cristales a ver si hay alguien en su interior, veo que hay un cartel que ayer o no lo ví o no estaba. Avisa de que para que te despachen primero hay que avisar en el hotel de al lado y ellos se encargan de abrir la tienda......., pues que fastidio, seguro que tardaría demasiado tiempo y ya es un poco tarde, no tengo tiempo para perder, me apañaré con los bocadillos que me prepararán en el camping.
Me subo para el camping ( ya he andado demasiado esta mañana ) y solo está el autodenominado " chulo de Áreu " que parece buena persona y sensato. Me hace el comentario de que esta mañana hemos llegado a tan solo cinco grados de temperatura, y en estos momentos estamos a seis grados. Ya me parecía que esta mañana era fría, y pienso en el frío que pase la noche anterior, allí arriba podría haber una temperatura de no mas de dos o tres grados positivos. Y pensar que pocos días antes de salir para esta travesía estaba en la playa a unos veintiocho o treinta grados de temperatura. Me extraña que mi cuerpo no proteste mas.
Desayuno un potente bocadillo de tortilla y una cerveza, con esto aguantaré las seis horas y media teóricas de la jornada, me dará energía para llegar hasta el final teórico de la etapa. Y me llevo dos enormes bocadillos más que me tienen que durar hasta mañana.
Cuando me despido del hombre del camping, tenemos una conversación, al parecer él se cree que soy un novato o espontáneo en esto de la montaña, o un jubilado aburrido. Y también se cree que vivo en Barcelona  - Si que nací en esa ciudad pero no vivo ahí desde hace muchos años - y que para mí y los de Barcelona los cinco grados de temperatura de esta mañana ya es frío.
Y no tengo mas remedio que decirle que con hoy  llevo diez días andando y que empecé en Benasque, y que por lo tanto ya llevo andados unos ciento treinta kilómetros por media y alta montaña, y que he pasado unas tormentas de mucho cuidado, y que " no soy nuevo en esto de la montaña y  he hecho unas cuantas invernales ". Le cambia la expresión de la cara, al parecer no se lo esperaba, creo es que es algo mas joven que yo y él no debe de hacer actividades durillas como esta que estoy haciendo, debe de creer que esto solo es para gente mas joven........ Pues no es así amigo que los que somos como yo existimos.

Empiezo a caminar demasiado tarde, son casi las diez de la mañana, pero la etapa de hoy en teoría solo tiene unas seis horas y media, sin contar los descansos, o sea que sobre las cinco o las seis de la tarde llegaré al refugio libre de Baiau. Hoy tengo una sensación que no he tenido en los demás días, y es la sensación de tranquilidad del que va hacia su casa. Me siento muy tranquilo y no es por el efecto de la pastilla para dormir, es el saber que ya tengo la travesía que me propuse casi hecha, que si no tengo algún percance ya la tengo en el bote.
Desde el desvío hacia el refugio de Vall Ferrera hasta Andorra, me conozco el camino de haberlo recorrido varias veces, y es un entorno muy agradable, prácticamente es de alta montaña, con sus enormes prados alpinos, cumbres de hasta dos mil novecientos metros de altura, crestas rocosas, canales, lagos, arroyos cristalinos y senderos apenas marcados, donde si no hay buena visibilidad es fácil despistarse o perderse.

El GR empieza por una pista durante un par de kilómetros aproximadamente, a partir de ahí el GR la abandona para recorrer un antiguo camino que discurre mas alto que la pista forestal, y es mas directo, aunque tiene multitud de pequeñas subidas y bajadas, haciendo que el desnivel real sea mas que el que marca la ficha, pero al menos es mas directo, evitando algún pequeño rodeo que esta hace. Llego al Pla de la Selva ( foto de arriba ) y hago una pequeña parada para quitarme ropa y beber agua con naranjada, que me quedan aún dos sobres. La glucosa que contiene me da energía extra. Los kilómetros, paisajes y caminos variados van sucediendo; por esta zona hay muchas cabañas o bordas, pero están en la parte contraria del valle por el que camino. Voy siguiendo por un accidentado pero agradable sendero, saboreo el bosque, los numerosos riachuelos, la hierba, el aire. Noto mi cuerpo, mi respiración profunda y jadeante, mi sudor, mis piernas fortalecidas, mis pies sabios que saben encadenar cada uno de mis pasos entre este infinito de piedras recorridas y por recorrer. Noto la cadencia de mis brazos y manos que agarran los bastones de trekking, y se combinan a la perfección con el resto de mi cuerpo haciendo que la espontaneidad de mi andar sea placentera.

Y noto mis pensamientos, los noto todos, uno a uno, y los observo nacer, hacerse presentes, estar algún tiempo en mi mente queriendo tener realidad propia........., y los dejo fundirse, evaporarse, desaparecer, hasta que los siguientes pensamientos de mi mente incesante también quieren asomarse y tener apariencia de realidad. Y todos esos pensamientos se han ido quedando por todo el camino recorrido. Se han quedado por los valles, senderos, bosques, collados, por todo el Gran Recorrido de Humildad que he seguido estos días. Y ahora son pensamientos que quedan vagando por los espacios sutiles. Son como esas delicadas y livianas flores que la brisa hace volar por el aire, y van donde el aire las empuja grácilmente. No harán daño a nadie, porque de mi mente en todos estos días solo han nacido pensamientos positivos y gratos. Incluso cuando en algún momento mi instinto me hizo brotar amagos de autodefensa y violencia, no sentí ningún rencor o rabia hacia nada ni nadie. Todo ha sido pura espontaneidad.

Hacia las tres horas y media llego al Pla de Boet a 1.860 metros de altitud. Ya he subido unos setecientos metros de desnivel acumulados desde Áreu, aunque tengo la sensación de que no he subido ni la mitad. Realmente me estoy poniendo fuerte. Si no fuese por el dolor de hombros sería mucho mas placentero caminar por este hermoso valle que a partir de aquí cambia radicalmente. Se acaba el bosque tupido y empiezan los prados que tanto me encantan. Ahora esto ya se parece a la media y alta montaña.

En el Pla de Boet hay algún banco donde sentarse. Esta zona es muy concurrida por los turistas y montañeros en general porque se puede llegar en automóvil hasta pocos minutos de aquí, aunque es por una pista sin asfaltar. Desde donde me encuentro hasta el popular refugio de la Vall Ferrera no hay mas de diez o quince minutos. Y sirve de base para la ascensión a la Pica d'Estats, que es la cima mas alta de Cataluña, donde cientos, quizás miles de excursionistas o montañeros suben cada año.
Al fondo de la imagen de arriba se puede observar una cabaña. Hace un par o tres de años estaba abierta y en condiciones aceptables para dormir, y también puede servir de base para hacer excursiones por la zona.
Antes de llegar al Pla de Boet he pasado por el párking al final de la pista, y he visto varios automóviles estacionados. O sea hay gente por la montaña.

Decido hacer una parada  para comer alguna barrita energética e hidratarme. Ya he hecho media etapa y no estoy nada cansado, así que no tengo mucha prisa.
No acaba de salir el sol, solo a ratos se dejan ver débilmente. La impresión que tengo es de que igual puede taparse del todo y llover como despejarse del todo. Hace aire y un poco de frío, hasta me de de poner el forro polar y la chaqueta mientras estoy sentado.
Veo llegar un montañero solitario que sube por el camino. Su cara me suena o su aspecto me suena de algo......., ya me acuerdo, es el que vi el tercer día de travesía en la subida final al Port de Rius, el que se quedó embelesado viendo los lagos. Y siete días después nos hemos vuelto a encontrar. Lo raro es que no hayamos coincidido en mas lugares.
Me doy cuenta de que él también me reconoce, hace un gesto de sorpresa al verme y esboza una sonrisa de complicidad. y amistad. No se para a descansar y sigue por el GR.  Su mochila es amarilla, abulta y seguro que pesa poco. Los andares que tiene son mas bien rarillos. Camina aparentemente un poco lento abriendo mucho los brazos. Bracea mucho al apoyar los bastones. Y con las piernas hace lo mismo, hace pasos como abriendo las piernas; haciendo un poco de broma parece un pato. No tiene los andares de persona acostumbrada a andar largas travesías....., pero está haciendo una y  grande. Y si se atreve con esta, me imagino que ya ha hecho mas de una en su vida.
 En todo caso los andares y la forma corporal de las personas no indican el nivel de fortaleza o aptitudes para hacer montañismo en general, escalada o alpinismo. Quien menos lo parece resulta que es un buen escalador aunque por su aspecto nadie lo diría. Voy a escribir eso de " las apariencias engañan " porque aunque gastada es un expresión ideal.

A partir del Pla de Boet las marcas del GR escasean demasiado, escasean tanto que irrita. No hay mas remedio que seguir nuestra intuición de por donde irá el camino. Se puede estar mucho rato sin ver ni una marca ni camino alguno, solo de tanto en tanto podemos encontrar pequeños hitos hechos con un montoncito de piedras inestables, que cualquiera que pase, en un descuido las puede derribar.
A mi me da que esto obedece a una política o táctica concreta, aunque ni se me ocurre cual puede ser. Quizás puede ser que hay gente a la que no le gusta que sus montañas estén pintadas con esas pequeñas marcas de pintura. Y esa gente tiene la suficiente influencia para que se haga efectivo su capricho. No se me ocurre otra causa. En todo caso esto solo ocurre en esta parte de los Pirineos, y es todo lo opuesto a la opinión de los responsables de marcar los Pirineos aragoneses, que decidieron que el GR-11 y todos los demás senderos de corto recorrido estuviesen excelentemente marcados. Si se hace así es en beneficio de los montañeros. En esta parte de la Cataluña independentista al parecer los montañeros no merecen ningún respeto, solo son tenidos en cuenta cuando dejan sus euros en los negocios de la zona.
No es de extrañar que trekkers, caminantes, senderistas, montañeros....., se acuerden de la madre que parió a los catalanes. Y el tópico de la tacañería endémica de los catalanes seguro que no falta en sus críticas sobre ellos.

Para los que ya hemos recorrido este valle y estas montañas no es ningún problema; en este caso del GR-11 solo es cuestión de seguir el valle hacia arriba, al fondo encontramos el lago Baiau, y encima de una roca está el refugio. Y enfrente y a la izquierda los dos collados que atraviesan las crestas y abren el paso hacia Andorra, donde el GR-11 y otros senderos están magníficamente marcados, al igual que en Aragón. Cosa que no pasa en algunas zonas catalanas por las que pasa el GR-11.

Para los que no han estado nunca por esta zona, especialmente para los que están haciendo el GR-11, el que no hayan casi marcas es un gran problema, porque puede hacerles perder mucho tiempo buscando el sendero correcto. Para encontrarlo primero hay que andar, y andar significa pisar hierbas y plantas innecesariamente, y que además está prohibido, que hay muchos carteles por los Pirineos que lo advierten. Si hace mal tiempo o hay niebla es incluso peligroso no saber donde se está el sendero. Y todo esto genera angustia y desamparo, y los senderistas ya pasan muchos contratiempos para que los caprichos de unos señores insensibles ( o cosas peores ) les generen mas problemas innecesarios. En todo caso, pese a que hace un tiempo relativamente bueno, y mas o menos podría encontrar el refugio sin seguir ningún sendero, también me acuerdo de la madre que parió de los que han decidido no marcar bien este tramo del sendero, que son unas tres horas de camino.

Siguiendo por el plácido valle, cruzando torrentes, saltando entre piedras, escuchando a unas pocas vacas que hay al fondo del valle, me cruzo con un grupo de montañeros que bajan de la montaña. Les oigo decir el comentario acerca de mí: " Con este ya son seis, han pasado la chica sola, la pareja...., y tal y tal ". Entiendo, como es evidente, que ya se han cruzado con circo personas que subían y yo soy el sexto. Para dormir en el refugio no hay problema porque tiene nueve literas. - Que en realidad son para dieciocho personas -. El problema será si se presenta mas gente, ya que el refugio es muy pequeño y un poco claustrofóbico.
A pesar de que en una ocasión acampé sin problemas junto al lago Baiau con la misma tienda que llevo, ahora solo llevo la mitad, el sobretoldo, y el experimento ha demostrado que no funciona, que paso frío, y esta noche la temperatura rondará los cero grados seguro. Pues la incertidumbre ya la tengo servida.

Ya me queda poco para llegar al lago y refugio. El collado que se ve en el centro de la imagen es el Port o Coll dels Estanys Forcats de 2.750 metros de altitud. Por ese collado pasa una variante del GR-11. El sendero mas transitado es el que pasa por  la Portella de Baiau de 2.756 metros. La subida hacia la Portella de Baiau es un crimen; durante el tramo final, que pueden ser un mínimo de 150 metros de desnivel, la subida es muy empinada ( vista desde abajo es casi vertical ) y se sube por una tartera compuesta por piedra, arena y tierra suelta. Casa paso que se sube se resbalan dos palmos para abajo, es agotador, sobre todo si se va cargado con mochila de travesía. A cambio de ello se pasa por el refugio guardado del ComaPedrosa, pero está como mucho a dos horas o dos horas y media, y como etapa es excesivamente corta.
Por contra si se sube por el Coll dels Estanys Forcats, la subida no tiene ningún problema, es un tramo ya de alta montaña - en esta caso veraniega - que se sube sin complicaciones, no tiene repechos duros o resbaladizos. El único problema es en la bajada, donde encontraremos al final de unas paredes rocosas, un paso algo peligroso. Es un flanqueo de unos diez metros, en donde nos tenderemos que agarrar con las manos a la roca, se le puede catalogar de Iº, es poco, pero ya es trepar. Debajo tenemos un barranco vertical y un poco extraplomado de unos treinta metros o mas. Está prohibido caerse. En el paso un cable, cadena o incluso una cuerda no iría nada mal. En algunos lugares de los Pirineos con pasos peligrosos y concurridos los han puesto.

Por fin estoy en el lago Baiau. El refugio está unos treinta metros -quizás algo mas- de desnivel mas arriba, a unos pocos minutos. El problema es que hay que hacer una corta y fácil trepada, pero no me acordaba de este tramo, y pienso que el camino es bordeando unas rocas. Me lio....., y acabo subiendo por unas rocas agarrándome a la hierba y poniendo las rodillas, al mas puro estilo patatero. He ido a parar unos cuarenta metros mas lejos de donde está el refugio.
Me acerco a él, veo gente afuera. Primero al joven senderista que ya he visto varias veces desde la etapa de Sant Maurici a la Guingueta. Está sentado y con cara de aburrido, le pregunto si hay mucha gente, piensa un poco y me dice que conmigo seis.
Cerca de él está el que he visto esta mañana, el de la mochila  amarilla y andares de pato ( con perdón ). Está tumbado y parece dormir, aunque hace un poco de frío para estar sin saco. Al otro lado y cerca de unas rocas está la chica que vi ayer sentada en las Bordes de Costuix. Al igual que ayer está leyendo un libro. Me reconoce y me sonríe. ¿ Porqué estarán los tres afuera del refugio ? Entro en él, hay una pareja que parecen extranjeros, aunque en realidad solo veo a la chica que es alta y rubia, a su pareja solo le veo las piernas. Están cocinando y el refugio es tan pequeño que es un caos. Las pertenencias de los que van a dormir están extendidas por los colchones y lo ocupan todo. Da la impresión deque no hay sitio, pero lo hay. Hay que dormir como en una lata de sardinas.
A pesar de que el refugio tiene nueve literas con sus nueve colchones, en realidad la capacidad es para dieciocho personas, y esto es así porque la mentalidad de cuando hicieron el refugio, hace décadas, era la de la época, y se veía normal que la gente durmiera o conviviera amontonados como animales. Lo prosaico se veía como " calor humano ", de " germanor " ( hermandad ) como dicen los catalanes.
Las literas en cuestión llaman la atención porque son muy estrechas y largas. Da la impresión de que fueron generosos con las personas de altura considerable. Pero no. Son largas pensando en que durmieran dos personas en cada litera o colchón, puestas cara a cara. O sea como las latas de sardinas, los pies de uno tocando la cara del otro. Para poder dormir así sería necesario que ninguno de los dos se moviera, porque al moverse tocaría con sus pies la cara del otro. O le clavaría las rodillas en la espalda, costado o donde fuera. Es increíble pero cierto. Y me consta que han habido trifulcas en este refugio por este motivo, debido a  gente que ha hecho prevalecer la norma de que en cada litera caben dos.
Y para acabar de dar por poco lógica la distribución de este refugio, está el que para ir a buscar agua no hay mas remedio que bajar un mínimo de treinta metros de desnivel hasta el lago. Entre bajar y subir tardaremos unos cuantos minutos, y subir cargado con agua cansa, sobre todo si es al final de una larga jornada o hace mal tiempo.

El problema de estos refugios vivac, todos los pertenecientes a la federación catalana de montañismo, llamada " Federació Catalana de Entitats Excursionistas de Catalunya ", ( con el nombre ya se ponen en evidencia ), es que se han colocado en lugares estratégicos, pero no están ubicados correctamente, todos, absolutamente todos tienen el problema de que el agua está demasiado lejos.  A la hora de ubicarlos se ha tenido en cuenta su estética en la montaña, es decir colocarlos en lugares encima de rocas para que sean visibles desde lejos, que " queden bonitos ". Recuerdo perfectamente la mentalidad de los responsables de la federación y de los montañeros clásicos y ortodoxos de hace décadadas. No era infrecuente oirles hablar del Pirineo catalán como de " montañas wagnerianas " y cosas por el estilo.
Ha llovido y nevado mucho desde entonces, y las nuevas generaciones que tienen otra mentalidad mas abierta, dinámica y práctica no entienden como por ejemplo en el último refugio vivac reconstruido hace un par de años, el de Mulleres, esté construido sólidamente, cuente con emisora de radio, luz nocturna de posición, placas solares..... ¡¡¡ y no tenga agua !!! En este caso es peor aún que el de este refugio de Baiau, ya que para encontrar agua hay que bajar un desnivel exagerado por una zona empinada y rocosa. Y para volver al refugio tardaremos no menos de cinco minutos, que pueden ser diez si no encontramos la trazada adecuada. Es increíble pero cierto.
Con estos personajes gestionando la federación catalana de montañismo no hay nada que hacer. Lo llevan grabado muy profundo y no atienden a la lógica y el sentido común. A estos que se les llena la boca de esa palabra tan catalana , " el seny "( algo así como sensatez  u otros sinónimos parecidos ) lo que les falta precisamente es el seny.

Visto el panorama de que el refugio puede ser un calvario con solo seis personas, que enseguida serán ocho porque llega otra pareja procedente de la parte Andorrana, me voy a buscar un lugar a resguardo del viento molesto. Son algo mas de las cinco de la tarde y solo he comido un par de barritas energéticas desde las diez de la mañana. Y ya me he currado mas de quince kilómetros con un desnivel de unos mil cuatrocientos metros positivos.
Encuentro un lugar ideal, a resguardo del viento y al sol que está empezando a salir. Y me tomo mi tiempo para comer medio bocadillo y beber toda el agua que puedo. Y pienso.
No me agrada la idea de dormir ahí dentro con tanta gente y con el agua tan lejos. Yo necesito mucha agua para cocinar y lavar los cacharros y no voy ha hacer viajes de unos cuantos minutos solo para ir a buscar agua. Y ocho personas ahí metidas ha de ser peor que una cárcel tercermundista......, y sigo pensando......, y acaricio la idea de proseguir la jornada hasta una cabaña maravillosa, la de los Estanys Forcats, que es de madera y casi seguro que estará vacía. Está nada menos que a 2.630 metros, siendo una de las cabañas y refugios mas altos de los Pirineos. Pero primero se ha de subir al Coll dels Estanys Forcats, a 2.750 metros, o sea que tendría que subir mas de trescientos metros de desnivel, que sumados a los mil cuatrocientos que ya llevo ya es algo serio, teniendo en cuenta que la  mochila pesará unos catorce o quince kilos, y que mis hombros los tengo como clavados, martirizados.
Desde el lugar donde me encuentro puedo escuchar al varón de la pareja que ha llegado hace un rato. Está hablando con alguien que habla mas bajo que él. El recién llegado no para de hablar y alardear de sus periplos. Tiene una voz y actitud que no me gusta........, pues lo tengo decidido, voy a seguir para la cabaña de los Estanys Forcats. No creo que tarde mas de dos horas en llegar, desde el collado queda muy cerca, a no mas de veinte minutos de bajada un tanto laboriosa. En todo caso quedan unas tres horas de luz como mucho y tengo cierto margen de seguridad. Y si tengo problemas llevo todo el equipo necesario para hacer un vivac. Las nubes se están disipando y luce un cielo que augura buen tiempo

En la foto de arriba el tramo que he de subir hasta el Coll dels Estanys Forcats. Parece una rampa de nada, pero tiene un desnivel de mas de trescientos metros. Como mínimo se tarda unos tres cuartos de hora en subirlos, pero con la mochila, todo el desnivel acumulado en el día de hoy, el cansancio de las horas de caminata y que solo he comido medio bocadillo, me hacen pensar que puedo tardar algo mas de lo normal. El factor tiempo me apremia.
Mientras preparo la mochila veo que el senderista que he visto por la mañana, el de la mochila amarilla, el de andar de " pato", el que vi en el tercer día de travesía, se va de aquí. Ha hecho su mochila y se va ha dormir a otra parte. Como casi seguro que no lleva tienda, se debe de ir al refugio del Coma Pedrosa. No se si conoce el camino, pero la subida, que desde aquí se puede ver y asusta por lo empinada que es, se le atragantará porque parece cansado y somnoliento.
Bueno, al parecer no soy el único que tiene problemas para dormir en ambientes tan promiscuos y clautrofóbicos.

A primeros de septiembre aún quedan neveros tan compactos como este, que es mas alto de lo que parece en la fotografía, del agua a la cornisa de nieve puede haber unos tres o cuatro metros de altura. No se por donde pasará el GR,  yo decido subir por el nevero y cruzarlo. Si resbalo y me caigo al agua no hay mucha profundidad, así que lo paso tranquilo.

Al principio del lago para coger la variante del GR hay una marca muy gastada y un hito pequeño. A partir de aquí ya no hay mas marcas, y hay que seguir los mojones que suben directamente hacia el collado.
La tarde ha mejorado mucho, ya casi no hay nubes, hace un viento soportable, con el forro polar tengo suficiente abrigo.
Mirando hacia abajo veo el lago Baiau y el refugio encima de una roca, pienso en los que se quedan ahí, seguramente ya no veré mas a los trekkers con los que  desde hace varios días coincidido con ellos. Mentalmente me despido de todos ellos y les doy las gracias por haber sido parte de mi humilde travesía. Puedo decir aquello de " Gracias por existir ".
Desde hace varios días que he estado acariciando la idea de prolongar la travesía dos o tres días mas. Cruzar Andorra y llegar hasta la población española de Puigcerdá o a la francesas de la Tour de Querol, a pesar de que es un zona que la tengo muy recorrida, hay muchos refugios libres, por lo que dormiría mejor que con la tienda. No tengo muchas ganas de llegar a casa y el tiempo parece que acompañará. Solo tengo un problema, y es que los tendones de los dos tobillos y de las dos plantas de los pies los tengo como si quisieran protestar y quisieran lesionarse o algo peor.

La edad ha querido que mi cuerpo haya desarrollado problemas físicos de desgaste dobles. Hace tan solo un par de años cojeaba notablemente, cojera que me ha ido desapareciendo casi del todo, pero no ha sido gracias a ningún milagro, sino a la constancia y al espíritu de superación. En realidad siempre he tenido ambas virtudes para todo lo que hago.
 Tengo problemas en las dos plantas de los pies y en dos lugares diferentes; en los tendones de los tobillos y también en dos lugares distintos y en las dos rodillas. Aparte tengo un principio de artrosis lumbar y también cervical en todas las vértebras. O sea, que lo último que tendría que hacer es ir a la montaña cargado con una mochila. Y menos aún solo, porque si se me rompe algo de mis pies o mis piernas no podría andar, y la cobertura del teléfono móvil solo es posible en determinados lugares, normalmente no la hay ni en lugares altos.

Desde hace días que camino prestando mucha atención a mi manera de poner los pies, los he sentir en cada paso, no puedo dejar que la distracción me haga pisar de una manera que mis articulaciones no admitan y tenga una lesión. He de sentir mis tendones en cada pisada y captar el mas mínimo dolor o molestia. Pero con tantos pasos dados de tanto en tanto hay alguno que me avisa de que he de ir con mas cuidado. Me he acostumbrado a esta manera de andar, es mecánico e intuitivo y no necesito hacer un esfuerzo mental especial. Me sale solo.
A manera de aviso de que no he de prolongar la travesía es que al igual que en la travesía del mes pasado, tengo un repentino dolor de muelas. Y este es fuerte de verdad, mas que el del mes pasado, es tan fuerte que se me pasa a la muela que está justo arriba de la otra. Y ha sucedido en no mas de quince o veinte minutos. Pues lo tengo un poco crudo. Llevo pastillas para el dolor y si las mezclo con las que tomo para dormir, seguro que dormiré incluso demasiado. Y por la mañana mi cerebro estará como el de un zombie. Prefiero rezar mientras camino. Totalmente en serio, y también protesto a los dioses, que esto no puede acabara con un dolor de muelas.
Y mientras voy subiendo distraído por lo entretenido del camino, me doy cuenta de que el dolor de muelas ha remitido bastante. Supongo que es porque soy un hombre de fe, y ahí Arriba alguien me ha hecho caso.
Poco antes de llegar al Coll dels Estanys Forcats ya noto el viento que cada vez es mas fuerte conforme me acerco a él. Me he de poner la chaqueta, el gorro y los guantes porque la sensación de frío es alta, a pesar del sol del ocaso que se despide de mí y me acaricia.
Por la otra parte del collado corren veloces jirones de niebla, y anuncian mas frío, y me apremian. Me dicen que la luz del sol se está acabando y que es peligroso vivaquear por aquí.
No puedo dejar de estar unos minutos contemplando este bello atardecer. Se que es mi despedida de las montañas amigas, que mañana acabaré en Andorra y no prolongaré mas  la travesía. Me despido emocionado de este rincón de los Pirineos y de los días tan ricos en experiencias que he vivido. Me siento pleno, mi alma está tranquila y serena, se que he cumplido con mi deber. Todo ha sido cuestión de fuerza de voluntad sin esfuerzo alguno, de espontaneidad, como el río que sigue valle abajo sorteando los obstáculos naturales, sin pensar en el esfuerzo de sortearlos. Simplemente transcurre por el valle por su propia fuerza natural.

He llegado al collado sin grandes esfuerzos, no creo que haya tardado mas de una hora como mucho. Hace frío, viento fuerte y niebla que va y viene velozmente. Nada mas llegar al collado ya hay hermosas marcas de pintura rojas y blancas ¡¡¡ como se nota que los andorranos cuidan sus montañas !!! No se les llena llena la boca como a otros de la sensibilidad, respeto, mantenimiento de las montañas y no se cuantas cosas mas, y después tienen las montañas como las tienen. Para esos otros los que menos cuentan son los montañeros. Me encantan Andorra y los andorranos.

A la izquierda del collado está muy próximo el Pic de Medacorba de 2.914metros de altura. Este pico tiene la particularidad de que hace frontera entre tres países, Andorra, Francia y España. Es pues un pico piramidal.

La cabaña hacia la que he de ir está a unos dos minutos del final de los lagos, que aún conservan nieve en su superficie, y el camino va por la derecha de los mismos. La cabaña queda escondida bajo de unas rocas, pero antes he de bajar por un terreno al principio resbaladizo, compuesto por piedras y arena suelta, y después por rocas, que al principio son pequeñas, pero conforme se acercan al lago son bloques grandes por los cuales he de ir saltando procurando tantearlos para ver si están sólidamente asentados. No tengo ningún problema hasta llegar al nevero que está cerca del último lago. La nieve está muy dura, y un resbalón significa ir directamente al lago, y la profundidad es grande. Me desengancho las correas de la mochila por si cayese al agua poder nadar, pero me temo que no sería capaz de hacerlo en esta agua tan fría, vestido con toda la ropa puesta y con las botas, y tendría que nadar un largo trecho porque el nevero hace una cornisa que está a mas de dos metros del agua, y recuerdo haber leído que en aguas a cero grados de temperatura no se sobrevive mas de dos minutos. Y como agravante es que yo solo nado bien en el mar, que es donde aprendí a nadar y me queda cerca de casa, pero para nadar en agua dulce soy negado. Solo he sido capaz en una ocasión de cruzar un lago atándome a la espalda una cantimplora de cinco litros llena de aire, como si fuese un flotador
Normalmente la gente pasa por estos lugares sin percatarse del peligro que representan, y esto lo hago extensivo a otro tipo de peligros objetivos que tienen las montañas y que los montañeros parecen no verlos.

Cuando estoy cruzando por el nevero tengo micro - resbalones, ya que mis botas son demasiado blandas para este terreno, y no tengo mas remedio que subir con mucho cuidado hasta las rocas de mas arriba y cruzar por ahí. Casi que se me está haciendo mas larga la bajada que la subida. No acabo de llegar al refugio que está tan cerca, es como una pesadilla en la que quieres correr escapando de algo y vas desesperadamente lento. Pero todo llega, que se que los augurios son buenos.
Por fin llego a la cabaña de los Estanys Forcats, también llamada cabanya dels Pescadors. Si no me equivoco es el segundo refugio mas alto de los Pirineos, está solo a cinco metros de diferencia que el mas alto, y seguramente es uno de los mas desconocidos, ya que no sale en muchos mapas, y su localización solo es posible si se sabe que existe y se busca. Es fácil confundirlo con un barracón metálico abandonado y ruinoso que está un poco mas arriba, casi en la misma vertical de este. El GR pasa por el lado del abandonado y de una antena fea y rara que supongo que es de telecomunicaciones.
El refugio, como no, está vacío, a esta hora es difícil que llegue gente, así que todo para mí, todo un regalo de despedida. Desde la última vez que estuve se ve un poco abandonado. Al ser todo de madera es muy sensible a la climatología, y ya empiezan ha haber goteras en el techo. Por la nieve que aún queda cerca de aquí, me imagino que este año el refugio habrá estado tapado por la nieve durante una larga temporada. Por la parte de dentro el techo está abombado debido al agua que habrá filtrado, y el olor a humedad es grande. Está relativamente limpio, solo hay un par de cajas con restos de botellas y plásticos. En las estanterías hay bolsas de comida caducada que llevan años en el mismo sitio, nadie se la lleva. La puerta no cierra bien  y el viento y el frío se meten dentro, y he de atar la puerta con un cordino.
Lo mejor del refugio es la ventana, permite tener una visión privilegiada del paisaje. El pueblo de Arinsal parece que está a un tiro de piedra, pero en realidad hay mil doscientos metros de desnivel de bajada, pero debido a un efecto de perspectiva parece que esté mucho mas cerca. Y ahora ya se empiezan a ver las luces del pueblo, porque aunque aquí arriba aún queda un poco de luz, abajo en los valles ya es oscuro.

Debajo de las literas, en las que caben entre cuatro y ocho personas, hay cajas con artilugios que se usaron para la construcción del refugio, así como utensilios variopintos de cocina. Está todo revuelto y nadie se ha molestado en dejarlo como estaba.
En general el refugio da la impresión de que está abandonado, no parece que los responsables del mismo tengan interés en conservarlo.
Por suerte hay una especie de fuente en el exterior  por la que baja un poco de agua. La fuente en realidad es un delgado tubo negro que viene desde un poco mas arriba. El único problema es que la fuente está al borde de un barranco, bastaría un resbalón o un golpe de viento para ir a parar al fondo del mismo. A no muchos metros aún queda una canal con nieve, y pienso que con el viento y el frío que hace, por la noche la fuente y el suelo mojado estarán helados.

El viento y el frío no me dejan disfrutar de este atardecer, me gustaría sentarme y contemplar esta parte del Pirineo, que siento como si fuese un poco mío, ya que empecé a recorrerlo hace cuarenta años, y esta parte del Pirineo como si fuese mi casa......, ¡¡ cuantas vivencias han moldeado mi carácter !! Vivencias gratificantes y algunas dolorosas ¡¡ cuantos recuerdos han quedado grabados a fuego en mi mente !! Recuerdo hasta los olores, las fragancias, y sobre todo los colores en todos sus matices, en especial los atardeceres dorados contemplados desde atalayas como en la que me encuentro ahora.
La sensación que tengo es la de la promesa de un feliz retorno a casa y la de aprovechar y vivir intensamente cada momento vivido aquí arriba. Todo es paz y sencillez natural.
Me hago la última foto de careto y salgo borroso, pero el contraluz ha salido bastante bien. Puro azar ya que hago casi todas las fotos en el modo " auto ". La pantalla del visor es tan pequeña que sin las gafas no veo nada, y buscarlas me hace perder demasiado tiempo. Así que con el enfoque en " auto " de tanto en tanto me sale alguna que está un poco bien.

La cabaña ya se ve deteriorada; la pintura exterior se está degradando. Los cables que la sujetan están flojos y no es imposible que en un futuro el viento huracanado que a veces sopla pueda desplazarla, y el barranco está a unos tres metros. La fuente está en el mismo borde del barranco.
Aprovecho el fuerte viento que hace para intentar secar el saco de dormir. Pero me temo que la humedad es alta y apenas se secará en el poco rato que dejo el saco aireándose. Y tengo miedo que un golpe de viento lo rompa o se lo lleve barranco abajo. Así que una noche mas dormiré con el saco mojado.
Hago una fotografía nocturna de Arinsal. Está mil doscientos metros de desnivel mas abajo. Aparte de las luces a veces se puede oír muy lejano el ruido de algún vehículo ruidoso, pero apenas molesta. Mas ruido hace el viento que está castigando el nido de águilas donde estoy.

Ceno enseguida que oscurece. Sopa de sobre y el medio bocadillo que me he guardado de la comida de las cinco de la tarde. Lo acompaño de una infusión de polea menta, y me quedo un rato sentado dejando reposar la cena. Estas comidas tan sencillas que se hacen en la montaña saben como el mejor de los manjares. Aparte de quitar el hambre nos dan esa energía necesaria para recuperarnos física y anímicamente, que una cosa va acompañada de la otra. Si no hay energía no hay ganas de andar, y en estos ambientes exigentes la comida tiene algo de bien preciado. Muchas veces, encontrarse comida que otros han abandonado en un refugio o cabaña es como encontrar oro.
Dedico un rato a visionar todas las fotografías de la travesía y hago alguna mas para entretenerme. En la de arriba he captado el ambiente nocturno y solitario que se vive en una cabaña de montaña. El fogoncillo de gas, una vela, un sobre se sopa vacío, un vaso de aluminio y una navaja encima de una mesa metálica, mas bien sucia. Y mucho rato para contemplar la vela sin pensar en nada en particular, dejando vaciar la mente y sentir el silencio interior, sentir el cuerpo, la respiración calmada intentando que sea profunda y rítmica. Indagando mentalmente en el misterio de Ser y Existir, deseando que el velo que cubre mi mente desaparezca para siempre.

No puedo dejar de relacionar este ambiente de montaña con el de mis inicios por las ermitas de la montaña de Montserrat. Ahí lo aprendí todo, incluido a saber pasar las noches en completa soledad, sin sentir ningún temor que los genes de la especie humana se empeñaban en asomarse a mi mente.

He pasado una noche aceptable. No he tomado ninguna pastilla para dormir, ni para el dolor de muelas, que ha remitido bastante. Solo en medio de la noche me he despertado por el dolor de muelas, y es que al parecer me he quedado dormido tumbado sobre el lado de las muelas martirizadoras, y ha llegado un momento en que el dolor me ha hecho despertar, pero me duermo enseguida. Estoy muy a gusto, es la primera noche que duermo en colchón y no paso nada de frío pese a que el saco aún está mojado.
Desayuno con un poco de tristeza por dejar esta maravilloso lugar. Es el undécimo y último día de travesía, y la etapa de hoy es muy corta y toda absolutamente de bajada.
El viento ha soplado toda la noche, y aún persiste en su incordio. Hace bastante frío, la impresión que tengo es que al menos la temperatura es de cero grados o menos, he de salir a buscar agua y temo que la fuente y el suelo estén helados por el frío, y tenga problemas al estar la fuente tan cerca del barranco. Pero no, para mi sorpresa no ha helado, y puedo coger agua con relativa tranquilidad, ya que las rachas de viento son muy fuertes, y he de andar agachado y con cuidado.
Tardo poco mas de una hora en estar listo para marcharme. La mochila como por arte de magia parece que pese mucho menos que los días anteriores, y abulta menos, incluso puedo meter la tienda en su interior.

Y empiezo el descenso, que no tiene ningún problema hasta llegar debajo de unas paredes. Es único paso peligroso de esta variante del GR. Un poco antes de llegar aquí el terreno parecía como si hubiese sido arrastrado y erosionado por algún gran alud, por supuesto meses antes, porque ahora no hay nada de nieve.
Intento pasar el paso peligroso, que es un flanqueo de unos diez metros por la roca. Hay que agarrarse a la roca porque debajo hay un barranco de al menos treinta metros de caída vertical. Un poco de respeto hay que tenerle, porque pasar sin prestar atención puede acabar en tragedia. Como hay muy buenos agarres para pies y manos intento pasarlo sin plegar los bastones de trekking, pero me quedo un poco pillado porque necesito agarrarme bien con las dos manos. Me doy la vuelta y aprovecho para plegarlos y quitarme ropa, que aquí ya hace menos frío. Paso el flanqueo muy fácilmente y sigo flanqueando por una pendiente con hierbas muy altas a las cuales me agarro.

Todo esto lo han estado contemplando un grupo de cabras que estaban muy cerca. Paso cerca de ellas, alguna no se aparta cuando paso por el sendero que aquí hace un surco muy marcado, deben de pensar que ellas son mas y tienen cuernos, pero les pego un grito sin querer asustarlas mucho, se apartan y me río de ellas, que mas que cabras parecen burras.

Llego al refugio del Pla del Estany, paso por el lado y no entro,  hay un grupo de gente en el exterior, son altos y jóvenes, hablan alemán. Cruzando el Pla del Estany de frente llegan dos chicas jóvenes con un perro, andan muy rápido se ven muy entrenadas, y me llama la atención que llevan ropa de abrigo, cuando la sensación que tengo es de que aquí ya hace calorcillo, aunque aún sopla un poco de viento.
Llego enseguida al cruce que va al refugio del ComaPedrosa, un poco antes entre los árboles he oído pisadas y el clásico ruido de los bastones de trekking. Pienso que puede ser gente de los que ya he visto en días anteriores. Y en efecto, es el de la mochila amarilla y de andares de " pato ". Va solo y no hay nadie mas. Lo alcanzo enseguida, o él camina muy lento o yo estoy mas fuerte de lo que pensaba. Nos saludamos y tengo la impresión de que está hecho polvo, que no ha dormido muy bien. Con mi inglés básico le digo que esta noche ha sido muy fría. Se queda un poco pensativo, y pregunta: " tonight, o last night ?"..... ¡¡¡ Jajajajajaaa, le debo de parecer un indio sioux hablando inglés..!!! " Estoooo , last night my friend "... jajajaaaa.... Me dice que ha dormido en el refugio del ComaPedrosa y que no ha pasado nada de frío.
Le digo que yo no estoy haciendo el GR entero si no solo una parte de él y que hoy acabo en Arinsal ( no quedan mas de viente minutos para llegar ). Y él me dice que también acaba hoy, pero que llegará hasta Encamp. Yo hoy llegaré muy cerca de Encamp, pero en autobús. Desde Arinsal hay autobuses cada media hora hasta Andorra la Vella. No se si él lo sabe, en todo caso no le digo nada, quizás el colega tenga ganas de andar unas horas mas, aunque la etapa a partir de aquí no es muy bonita. Pero el dia acompaña para andar, hoy hace.... sol y buen tiempo....

Llego muy pronto, antes de lo esperado, a las primeras casas que están llegando a Arinsal, en concreto como dice el cartel de la foto, la urbanización Prats Sobirans. Estoy a muy pocos minutos de la parada del autobús. Pero antes he de asearme un poco, cosa que soluciono a base de toallitas para la limpieza corporal, porque por aquí no hay fuentes para lavarse. Y me cambio la camiseta y me pongo la única que tengo limpia, si no no creo que me dejasen entrar en el autobús. Y mis botas apestan, a pesar de que prácticamente las estrené en esta travesía. Se han juntado el olor de sudor con el de la humedad de tantos días de lluvia y la de los torrentes que he cruzado.
Llevo días pensando en comprar algún calzado y pantalón barato en Andorra, ya que el pantalón que llevo puesto es con el que he caminado y dormido durante once días. Llevo otro corto que solo lo usé un día. Y no tengo mas. Pero me miro bien y me doy cuenta de que no está tan sucio, la lluvia lo ha lavado. Mis botas están super sucias, y creo que tendré que comprarme algún calzado o ir hasta Barcelona con sandalias de plástico.
A la hora de plegar los bastones de trekking hay uno que está totalmente agarrotado, no lo puedo plegar. Pues lo tiro al contenedor de basura que tengo al lado. En realidad este bastón me da un poco de yu-yu. Me lo encontré hace tiempo al pie de la canal Nariño del Aneto. Es de color gris feo, y junto al bastón encontré un pañuelo grande, de los que se usan para cubrirse la cabeza. Enseguida pensé que aquello era de algún accidente, hubo uno por esta zona tiempo antes, y pensé que si buscaba por entre las rocas me encontraría mas cosas. Pero no lo hice, precisamente por si me encontraba mas cosas. El bastón me lo llevé, y me ha dado un buen uso en unas cuantas salidas a la montaña. Así que lo tiro al contenedor de la basura sin remordimientos, me salió gratis.

Mientras espero el autobús llega a la parada una chica morena muy jóven. Viste ropa urbana, lleva pantalón muy corto y luce un bonito tatuaje en un muslo de la pierna. Son letras tipo caligráfica, no puedo ver que pone y me quedo con las ganas de saberlo. No voy a ponerme las gafas y chafardear a la chica. Tengo la impresión de que la chica quiere hablar y le pregunto si sabe cuando pasará el autobús y alguna tontería mas. La chica tiene una forma de hablar muy distendida y locuaz, se la nota acostumbrada ha hablar con cualquiera. Esta no es andorrana y me pregunto de que trabajará.
Me censuro yo mismo y no le hago comentarios sobre el tatuaje que lleva en la pierna,que realmente es bonito, de buena factura. No quiero parecer un viejo verde acosando jovencitas.
Por fin llego a Andorra la Vella. Como no se la parada exacta donde he de apearme, lo hago al azar, me fijo en las zonas que me son conocidas. Tardo un cuarto de hora o mas en encontrar la estación de autobuses de Andorra, aquí ya me conocen.
Lo primero y mas esencial para mí es asearme y cambiarme de ropa, y lo hago en los lavabos de la estación de autobuses, siempre lo hago ahí. Es muy pequeño y casi no hay sitio, pero me desnudo del todo y me lavo, por suerte no entra nadie mientras lo hago. Y me pongo desodorante y remato la faena frotándome con toallitas de higiene corporal. Creo que estoy presentable.
Las botas realmente apestan, y lo gracioso es que he dejarlas en una taquilla de la consigna. Cuando la abra horas después saldrá un olor asqueroso, pero me reiré.
Con sandalias paseo por Andorra la Vella buscando alguna zapateria, y las encuentro pero no me gusta el calzado que venden, ni siquiera las zapatillas deportivas, tienen algo de zapatos " made in China". Quién lo iba a decir de Andorra, antaño La Meca de los productos novedosos y baratos que en España provocaban envidia. Todo cambia.
Decido no comprarme lo que no me gusta y haré el viaje hasta mi casa con unas viejas y baratas sandalias de plástico negro.
Descanso un buen rato en un parque cercano a la estación de autobuses. La temperatura es de veinticinco grados, y ayer en Areu estábamos a tan solo cinco grados. Es increíble tanta diferencia en una distancia mas bien corta.
En la fotografía de arriba se ve un señor que está sentado. Lleva traje y corbata y está comiendo un gran bocadillo, ha de ser su comida del mediodía. Detrás de él, que no ha salido en la fotografía hay un hombre joven tomando el sol en calzoncillos, tipo boxer pero calzoncillos. Y no parece que nadie se escandalice. Enfrente hay una mujer de mediana edad, que tampoco sale en la foto. Está sentada en un banco y mirando de reojo al hombre en calzoncillos. Se me ocurre que mas tarde en cuanto tenga ocasión la mujer se acariciará sola.

Aunque aún me queda todo un bocadillo entero de los que me lleve de Areu el dia anterior, tengo ganas de comer caliente y voy a un restaurante económico que está a pocos minutos de la estación de autobuses. Lo llevan unos portugueses, si no me equivoco. A pesar del hambre que tengo, pido un bocadillo caliente y no muy grande de lomo con queso. Mi estómago se ha ido haciendo pequeño y no me veo capaz de comer un plato combinado. Esto es normal en mí.
Después, haciendo tiempo voy al bar de la estación, donde el camarero creo que también es portugués.

Y me siento en la explanada al lado de la estación, y hago tiempo haciendo alguna foto aburrida, y este automóvil lo tengo delante mismo. Mas tarde lo veré circulando por la calle, en su interior viajan un hombre y una mujer que no hacen juego con el automóvil. Parece un capricho de alguien que no lo usa para lo que está destinado.


Ya en el autobús, de regreso a Barcelona, medio amodorrado veo la inconfundible silueta de la montaña de Montserrat, lugar donde nací a mi mismo, donde encontré mi centro. Es realmente una montaña única.
Unas tres horas de autobús me dejan en Barcelona. Ahora he de - primero mear, que me estoy meando hace horas - coger un tren hasta el pueblo donde vivo, una hora y media mas de viaje. Pero antes, en un bar de la estación de Barcelona vuelvo a comer otro bocadillo y una cocacola, que me he quedado sin energías y aún tardaré unas tres horas en llegar a mi casa, ya de noche. Y viajo en el tren, como es normal en mí, sacando un billete de una zona en vez de sacar el de seis zonas, que es el que corresponde y el que tendría que pagar, pero no quiero.

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Hay una mujer que se podría decir que es vidente, ella dice que ve el aura de las personas y animales. Esta mujer es conocida en ciertos ambientes y se gana la vida honradamente en su trabajo cualificado que no tiene nada que ver con el mundillo de las tarotistas, videntes, astrólogos y toda esa fauna. Ella vive alejada de cualquier publicidad sobre si misma, sencillamente es conocida en ciertos ambientes, incluido el de la alta sociedad española.

De mí, que me ha visto personalmente en muchas ocasiones, dice que mi aura es fuera de lo común. Pasa de ser enorme y luminosa, la mas grande que ella ha visto nunca - la compara a las que se representan en ilustraciones sobre santos, Jesucristo o Buda - a decrecer mucho, no siendo mucho mas grande y luminosa que el resto de los mortales. Yo pienso que eso, si es verdad, debe de ser por la energía, que me va y me viene.
Y en esta dura y agradable caminata de once días a través de los Pirineos, seguro que me ha hecho crecer el aura muchísimo. Me ha dejado colmado para una buena temporada.

Esta mujer que ve el aura está interesada en los aspectos espirituales de la vida. A viajado por ejemplo a Japón y ha estado en monasterios budistas zen. Tanto en estos monasterios zen como en otros en los que ha estado, no ha visto a nadie que tenga un aura destacada, dice que son solo un poco mas luminosas y mas grandes que las personas no espirituales, las personas que encontramos por la calle.
Si todo ello fuese cierto, querría decir que todos aquellos y aquellas que se dedican a la búsqueda de Dios, en todas sus acepciones no progresan en su intento, pese a sus esfuerzos. Se tendrían que replantear si sus creencias y métodos son correctos. Es muy normal  que buscadores de la Verdad que han optado por seguir una escuela o método en concreto, sean esclavos de sus dogmas e ideas preestablecidas de lo que es espiritual y de lo que no lo es.
Hasta que no rompan absolutamente con cualquier idea preestablecida sobre lo que es Dios y la Verdad, no progresarán en su camino. Por muchas horas, años de meditación, de asanas de yoga, de oración que hagan, no encontrarán el camino de la espontaneidad, el que no sabe de creencias, ni filosofías. El camino del libre discurrir sin esfuerzo.
Si no se encuentra ese camino, todo el esfuerzo de esas almas se queda en buenas intenciones, que seguramente esculpirán un carácter amable, quizás hasta bonachón, pero eso aún no es la espiritualidad.

Estos no deben de seleccionar, censurar o cribar textos sagrados según su capricho intelectual, o para justificar sus carencias y falta de voluntad. Dios lo es todo, absolutamente todo y mientras se tengan ideas parciales o preconcebidas de lo que es Dios serán unas almas que buscan a Dios pero jamás lo encontrarán, porque como asegura algún texto " Dios tiene sus leyes " y solo se accede a Dios si se tiene aptitudes para seguir esas leyes. Leyes que no son los mandamientos grabados en una piedra. En los libros sagrados hindúes se trata la violencia, la guerra, como parte del juego que Dios quiere que hagamos, y la violencia noble no entra en los conceptos preestablecidos de  la mayoría de los buscadores de la Verdad.

Hay un texto muy desconocido de mi maestro Bhagavan Sri Ramana Maharshi, el cual solo desprendía Amor. El texto que está en un libro de poemas espirituales que escribió dice algo así como que " Cuando se tiene la obligación de coger la espada hay que cogerla ".
Y hay otro cita de él que deberíamos grabarla a fuego en nuestras mentes: " Damos las gracias a Dios solo por las coas buenas que nos suceden, y este es nuestro error, pues deberíamos darle las gracias por todo lo que nos pasa, incluido lo malo ".


Que todos los seres sean felices.

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