PEREGRINAJE DE LA IGNORANCIA _ o El ladrón que contemplaba la luna


Esta es una travesía que realicé a los 57 años de edad por los Pirineos Centrales, de nueve días de duración, entre las poblaciones de Torla y Benasque. El trayecto exacto fue el siguiente:
Torla - San Nicolás de Bujaruelo - Valle de Ara - Col de Mulets - Oulettes de Gaube - Hourquette de Ossue ( 2.734 metros ) - Refugio Baysellance - Oulettes de Ossue - Gavarnie - Refuge de Espugettes - Col de Pimené - Cabane d' Estaubé - Lac de Gloriettes - Circ de Tromouse - Heas - Hourquette de Heas - Hourquette Chermentas - Circ de Barroude - Puerto de Barrosa - Circo de Barrosa - Parzán - Central eléctica Urdizieto - Paso d'es Caballos - Viadós - Puerto de Chistau - Valle de Estós - Plan de Senarta ( Benasque ). La distancia total aún no he podido saberla,  ya que las guias que he consultado no se ponen de acuerdo, pero el recorrido total está sobre los 170 - 180 kilómetros.
Y en los dos dias de descanso aún andé algunos kilómetros mas, ya que tuve que ir a Benasque a comprar comida, eso sí, con sandalias y con una bolsa - mochila muy ligera.
La travesía la empecé a finales de Julio y la acabé a primeros de Agosto. En el  camping de Plan de Senarta en Benasque descansé dos dias mas, en total la excursión duró 11 dias. El plan inicial era mas ambicioso, ya que pretendía recorrer el macizo del Neouvielle y ascender algunas de sus cumbres, cosa que no hice por problemas de logística, ya que un montañero francés que vive en el Ariege me aseguró que no podría comprar comida ni gas en ninguna de las pequeñas poblaciones por donde debería pasar. Mi información era otra, pero opté por creerle a él. También el fuerte calor durante las duras jornadas que hice me hicieron desistir de ir al Neouvielle, ya que forzosamente debería de caminar ( y descaminar ) unos 30 kilómetros por carretera asfaltada y pistas forestales, y esto no me atraía nada. 
No ir al Neouvielle ( en realidad pasé y acampé una noche delante mismo ) me supo muy mal, ya que la motivación principal para ir era un homenaje a mi padre, que de segundo apellido tenía el nombre de Aubert. Y el pico del Neouvielle de 3.091 metros, también se llama Aubert, y debajo mismo está el lago de Aubert. Fué una lástima pero estoy convencido de que mi difunto padre, desde donde él ahora mora lo entiende y me lo agradece.
También desistí por otros motivos ascender otros picos que tenía planeado subir. La idea original la hubiese realizado en unos 15 dias, y lo que hice finalmente acabó en 9 dias; algunos muy duros con jormadas de hasta 12 horas caminando, eso sí, contando los descansos, que fueron pocos, y durante las cuales comía muy poco, pero bebía varios litros de agua al día.
Cargué con una mochila que incialmente pesaba 13 kilos de peso mínimo, sin contar con la comida y el agua. Los dos primeros días, fácilmente la mochila rondaría como mínimo los 18 ó 20 kilos. Como el planteamiento era la de autonomía total, pensando en reponer víveres  por las pocas poblaciones por las que pasaría, tuve que cargar con una tienda de campaña - 2 kilos - hornillo de gas, con dos cargas en total, mas los cacharros mínimos para cocinar. Así mismo un pequeño neceser mas elementos para la higiene corporal y de limpieza de ropa y utensilios de cocina.
Creo que la mochila en ningún momento me bajó de los 16 ó 17 kilos de peso. Siempre procuraba llevar el bidón de agua lleno - 1300 gramos - ya que el fuerte calor me hizo beber enormes cantidades de agua. Frecuentemente debido a la sequedad ambiental, la gargarnta la tenía totalmente agarrotada y era incapaz de emitir palabra alguna ni de tragar un mínimo de saliva. Pero a todo se acostumbra uno.
Constantemente pensaba en la manera en la cual podía aligerar peso, ya que montañeros que hacen travesías en autonomía consiguen pesos mínimos de unos 7 kilos de peso, y raramente pasan de los 12 con la comida y bebida. Aunque la respuesta me la daba yo mismo: hace muchos años cuando empecé ha hacer alguna travesía por los Pirineos, llevaba mochilas mucho mas livianas, eso sí, a base de sacrificar comodidad y seguridad, ya que el resultado era un equipo precario en un ambiente tan duro como son los Pirineos.
En aquellos tiempos usaba solo el doble techo de la tienda, la mochila era de menos litros de capacidad, usaba calzado único ( nada de sandalias para descansar por las tardes ) la comida racionada y poca, casi nada de elementos para la higiene corporal, ni siquiera usaba toalla, nada de cámara fotográfica ( la que usé en esta ocasión en total pesaría unos 800 gramos ) saco de dormir veraniego e insufiente, ropa, prácticamente la puesta que ya era poca .... en fin, que así es como se consigue rebajar peso, no hay otra manera.
Sobre la manera de como se consigue rebajar peso, por internet he leído cosas absurdas y algunas cómicas. Pero bueno, cada uno tiene su punto de vista y su experiencia personal. Cuando leo que hay algunos montañeros que han ha hecho la travesía integral de los Pirineos cargados con mochilas de 25 kilos o mas, me asusto y pienso que yo jamás haría una travesía así.
Comentar que el tercer dia por la mañana al despertar me dolían los hombros, me palpé y noté un enorme hinchazón en los mismos, mas bien parecía un gran hematoma. Esto fue seguramente debido a la larga jornada del dia anterior, desde Sant Nicolás de Bujaruelo remonté el valle de Ara, llegué al Col de Mulets ( unos 1.200 de desnivel o seguramente mas ) y bajé al llano de Gaube, junto al refugio Oulettes, con las últimas luces del dia, totalmente  agotado y roto. Fué el peor dia de todos,  ya que al peso de la mochila tenía que sumar un sobrepeso corporal de unos 10 kilos, y los dos meses  que hacía que no iba a la montaña los noté y mucho. Caminé unos 11 horas por un entorno maravilloso, pero cuando se agotan las pilas ...... cada paso cuesta lo suyo, y hay que dar muchos pasos. El dolor de hombros me acompañó durante toda la travesía, incluso me molestaba mas que el peso de la mochila.

Dediqué esta excursión maravillosa a mis difuntos mas cercanos, ya que siempre perviven en mí.


El primer dia de viaje es todo un tormento. Primero un tren hasta Barcelona, y después dos autobuses hasta Torla. En total unas ocho horas desde la puerta de mi casa. En Torla compré comida para varios dias. Después comí y bebí en un banco de las afueras del pueblo. Con el estómago lleno y con la fuerza que me dió una cocacola, caminé por la carretera y después la pista forestal hasta el camping de San Nicolás de Bujaruelo ya de noche. Ni siquiera cené ni me duché, pero me tomé una pastilla para dormir que me sentó muy bien. Al dia siguiente si me duché y desayuné. Hacia las diez de la manaña empecé la aventura de verdad.
Remonté el valle de Ara con fuerte calor; al llegar a la cabaña del Cerbillonar hice la primera parada del dia. Me tomé mi tiempo para comer y beber un poco, ya que pensaba que acabaría la jornada en unas pocas horas hasta el refugio de Oulettes. O mejor dicho, hasta la zona de acampada junto al refugio.
En casi todos los parques naturales de los Pirineos franceses, está permitido lo que ellos llaman " vivac itinerante ". Se puede acampar desde las 7 de la tarde hasta las 9 de la manaña. En teoría esto se puede hacer desde una hora de marcha dentro de los límites de los parques o desde una hora de marcha desde el último lugar al que se pueda acceder en vehículo, pero hay cierta tolerancia en todo esto. No es infrecuente ver acampar a las dos de la tarde, especialmente si el tiempo es muy malo o los randonnéers ( excursionistas - montañeros ) están muy cansados.

El valle de Ara es kilométrico, cuando paso el desvío para el collado de Brazato sobre los 2.100 metros de altitud, el calor y el cansancio hacen mella en mí. El calor es el mismo que se puede notar en las playas mediterráneas pero mas seco. Da la impresión de que casi no se suda, pero se suda muchísimo. Lo que pasa es que la sequedad ambiental hace que el sudor se evapore al instante.
Solo me queda salvar un desnivel de unos 500 metros hasta el Col Mulets ( o collado de los Mulos en español ) y unos cuatro kilómetros de distáncia, pero a partir de aquí caminaré cada vez mas lentamente. Y desde aquí ya no veré mas excursionistas, excepto un montañero solitario que me encontré en la subida final al Col Mulets.

En el peor tramo de la subida, es mas empinado de lo que parece en la foto. Piedra suelta y neveros encima del riachuelo, no hay otra opción. Con el peso de la mochila avanzar por aquí cuesta muchísimo; solo consigo dar cortos pasos en el terreno inestable.
Aunque no lo parece el espesor de los neveros es mas que considerable, en algunos tramos alcanza mas de dos metros. Si me hubiese caído en alguno de sus múltiples agujeros no se como lo hubiese hecho para salir.

Enfrente el Col d'Arratille, de 2.504 metros de altitud, y al fondo si no me equivoco se ve la punta final del Gran Facha, de 3.005 metros. Ni las barritas energéticas, ni la bebida isotónica me dan fuerzas. A pesar del cansancio, la tarde es maravillosa y fresca. Es un lujo estar aquí arriba y solo.

Por fin llego al collado de los Mulos ( o Mulets ). Al fondo se puede ver el final de la famosa pared de la Pique Longue, la joya de los Pirineos.
 En el tramo final hasta el puerto, que es casi llano, casi no podía caminar, ni por las piedras sueltas ni por la semi-blanda nieve. Hay un momento que en vez de parar para descansar, estoy a punto de tirarme en la nieve, pero hago el esfuerzo y me contengo.
Mirando para abajo ya se ve el refugio de Oulettes y su enorme llanura. En teoría no debería de tardar mas de tres cuartos de hora en llegar, pero aún queda mucha nieve en la bajada, y donde no hay nieve el terreno es resbaladizo. Además no encuentro las marcas del sendero y bajo por lo mas recto que puedo.... con las consecuencias de tener que dar marchar atrás en varias ocasiones. Al final encuentro un cómodo sendero que serpentea generosamente y llego a la enorme llanura de Oulettes de Gaube, donde por fín puedo ver tiendas acampadas. No las he podido ver antes porque resulta que la llanura está toda anegada de agua y barro, y las pocas tiendas que hay están en un rincón muy cerca de las rocas.

La famosa pared de la Pique Longue, de unos 800 metros de altura. Su roca es lo suficientemente buena como para que hayan abierto vias de escalada. Este rincón de los Pirineos se podría trasladar perfectamente a las zonas mas agrestes de los Alpes y no desmerecería en absoluto.
Cuando llegué a la explanada solo encontré un lugar para acampar entre otras tres tiendas. Vi a un hombre absorto en la contemplación de esta gigantesca pared. Tuve tiempo de montar la tienda ( la que se ve no es la mía, estaba enfrente ) preparar el vivac e ir a buscar agua... y el hombre aún permanecía absorto en la contemplación de la pared. ¡¡ Quien sabe que pensamientos le endulzarían la mente !!
Como anécdota remarcar que a pesar de la temporada tan larga de nieve  que ha habido este año, el corredor central de la pared, el famoso Coulair Gaube, estaba impracticable por falta de nieve.

 Por la noche he pasado calor, y eso que llevo un saco ligero de plumas de un kilo de peso exacto. La mañana es fresca, pero no mucho. Mientras me levanto, desayuno y preparo la mochila sale el sol y rápidamente me pongo el pantalón corto y me quito la chaqueta y el forro polar. Hace viento que de momento no es muy fuerte. Se presenta un dia magnífico.

Antes de empezar la jornada. Como anécdota comentar que las gafas que llevo son made in China y me costaron 3 euros. Si, 3 euros. Pero antes me aseguré que estaban homologadas por la UE y del grado de protección solar, grado 3, suficiente para este terreno. Salvo falsificación y engaño, me lo creo, y solo tuve problemas de visión la tarde anterior, pero sin las gafas puestas. Veia como todo lechoso y mal. Me preocupé lo justo, ya que en la alta montaña es normal tener problemas de visión.
Aquí es cuando me noté que tenía dos enormes bultos en los hombros, como dos hetamomas rojos; es algo que jamás me había pasado y esto se me preocupaba, porque aún me quedaban muchos días y muchos kilómetros por delante, y el darme la media vuelta no entraba en mis cálculos.

Superada la Hourquette d'Ossue, de 2.734, el punto mas alto de toda la travesía, pasé por el refugio de Baysellance, el mas alto de todos los Pirineos, y de repente viene el vertiginoso descenso hasta las Oulettes d'Ossue, unos 900 metros de desnivel, en este caso de bajada, no exento de pasos peligrosos.
Al fondo se ve el macizo del Monte Perdido. A la derecha de todo los  Gabietos y el Taillón. Mas a la izquierda la famosa Brecha de Roland, el Casco, la Torre de Marboré y otros que no puedo identificar. Todos superan los 3.000 metros.

El vertiginoso descenso, la foto no le hace justicia. Hay largos tramos en los que un traspiés puede acabar con nuestra excursión ( para siempre, ya no volveríamos ha hacer excursiones ). Los precipicios no son enormes y no asustan mucho porque el sendero aún tiene al lado tramos de pendientes herbosas que hacen que solo intuyamos el precipicio. Los pocos experimentados quizás ni se den cuenta del peligro de estos senderos.
Llegando a bajo aún queda flanquear una zona rocosa por la cual cae una pequeña cascada. Aquí un resbalón nos precipitaría unos 80 metros para abajo. No costaría nada poner una cadena o cable como en otros lugares de los Pirineos. Los que vamos con mochilas pesadas lo agradeceríamos, ya que el peso de las mismas nos desequilibra fácilmente. Es decir que con mochilas pesadas cuesta mas pasar estos pasos.
Al llegar al llano me encontré con la sorpresa de que el puente que cruza, el este año, caudaloso río esta roto. No queda mas remedio que volver para atrás y cruzar el río por encima de unos enormes y compactos neveros que hacen de puente. Por si acaso me aflojo las correas de la mochila por si rompe el nevero, aunque no hubiese servido de mucho, dado el enorme caudal y fuerza con que baja este año el rio.
Por otra parte es una suerte que este año, debido al invierno tan largo y a las continuas lluvias de la primavera, baje agua por casi toda la montaña. Nada que ver con el año pasado, que encontrar agua potable fue toda una penuria.

Aquí yo en plena bajada. Aquí ya bajaba un poco tocado por la paliza del dia anterior, por la de este dia, por el calor y por el peso de la mochila.

 Mirando hacia atrás, el macizo del Vignemale ahora por su otra vertiente, con el Gran Tapou, el Milieu y el Monferrat a la izquierda de todo, que también son tresmiles.
Hacia las dos del medio dia llegué a la cabaña que hay junto al embalse de Ossué. Ya me notaba como afectado por un golpe de calor o parecido, pese a que caminaba con la cabeza, nuca y ojos protegidos. Bebí litros de agua en pocas horas. Descubrí que a no mas de doscientos metros bajaba agua potable no contaminada por las vacas que había por aquí. Y como la cabaña estaba vacía y había un saco de dormir abandonado...... pués en vez de continuar ocho kilómetros mas por pista y carretera hasta Gavarnie, opté por acabar aquí la etapa y descansar. Bebiendo y nutriéndome.
La anécdota de este día, fue que una jóven pareja de franceses que me encontré por la mañana subiendo a la Hourquete d'Ossué, donde hacía un viento con ráfagas huracanadas. Por el tipo de equipo no se veían muy experimentados - ni siquiera usaban bastones de trekking - llegaron a la cabaña una hora o dos horas después que yo. Nada mas llegar acamparon justo al lado de la  cabaña, pese a que mas bien está prohibido acampar - las marcas del parque natural están justo al lado, y hasta aquí llega una pista forestal, aunque solo hay dos vehículos.
Me asombro de verlos tan jóvenes y currándose alguna travesía por este terreno tan duro. Ella es rubia y guapa, de ojos azules, mas bien parece nórdica, pero no, habla francés. Es un pelín culona, lleva unas gafas de cristal tipo Rayban, se ha puesto unas chanquletas de plástico de lo mas baratas, pantalón corto de algodón ( que le va estrecho ) y camiseta  de tirantes negra. Entra en la cabaña, me reconoce y me saluda.
Su pareja, es un chico jóven moreno, un poco mas alto que yo. Carga con casi todo el equipo pesado, su mochila es voluminosa, al contrario que la chica que lleva una mochila que no creo que pase de los ocho kilos de peso.
Se pasan la tarde al sol, comiendo, dormitando y hablando en voz baja. Cuando refresca se ponen ropa que no tiene nada de técnica, ni siquiera es de montañismo, es ropa  urbana. Es todo un placer verles así.

Al dia siguiente por la mañana salgo un poco antes de las nueve. He dormido fatal, he dormido en el suelo de cemento de la cabaña. Pese ha haber usado el saco de dormir abandonado como colchón, a las pocas horas ya estaba dolido. He pasado un calor fatal, y eso que la ventana estaba rota, sin cristales. ¡¡ Como calienta el maldito saco de plumas de un kilo !!
Por la noche alguien ha intentado entrar en la cabaña pero no lo ha hecho. Cuando salgo veo que hay mas vehículos que cuando me acosté. Esto quiere decir que llegaron por la noche, fueron a la cabaña y al verme durmiendo no entraron.
Camino los 8 kilómetros ( en otros sitios indican que hay 9 ó 10 ) hasta Gavarnie, pero no sigo el las marcas del GR- 11, que da un rodeo.
 Son unos 500 metros de desnivel en bajada, primero por una pista forestal que estaban reparando, y después por una estrecha carretera. Cuando estoy a dos o tres kilómetros de Gavarnie, los restos de un increíble alud aún son muy visibles pese a estar ya a primeros de Agosto.
El alud o aludes llegan hasta la carretera, ahora despejada, y la traspasa hasta el rio, llegando bastante abajo. El espesor de la nieve junto a la carretera es de varios metros y forma un túnel por el que sopla aire gélido. Al mismo tiempo hace calorcillo, y solo llevo puestos el pantalón corto y una delgada camiseta " técnica ".
No hice fotografías por no perder tiempo en sacar la cámara fotográfica de dentro de la mochila.  Esto fué así durante toda la travesía, ya que llevar la cámara colgando era un engorro. Por este motivo me privé de tomar instantáneas preciosas. Lo lamento, pero mas hubiese lamentado haber llevado la cámara incordiando durante todo el viaje. Y en los pasos peligrosos que pasé la cámara hubiese sido algo mas que un estorbo.

Finalmente llegué a la mítica Gavarnie. Una localidad histórica en el mundo del pirineismo. No tiene nada que ver, con por ejemplo la " pija " Benasque, en donde la gente se dedica a pasear por el pueblo con su mejor ropa de alpinismo y a " piar " sus gestas montañeras en los bares o restaurantes, mientras hechan miradas furtivas a sus vehículos todo terreno, motor home o furgonetas equipadas.
En Gavarnie hay el randonnée familiar, ambiente tranquilo, edificios antiguos que antaño fueron residencias de la burguesía francesa. La gente se pasea con ropa de verano, botas de trekking y poco mas. La excursión al famoso circo de Gavarnie es obligada. Se alquilan mulos para los que no quieren hace la excursión andando. Los que vamos cargados con mochilas de travesía somos minoría y vistos como bichos raros.

Aquí tengo unos momentos de desánimo. Tengo calor excesivo, he dormido mal. El combustible del desayuno ya se ha acabado y ahora estoy fatigado. El dolor de hombros parece que se no irá en toda la travesía. Paso junto al indicador del " chemin d'Espagne " un precioso camino que sube hasta el puerto de Bujaruelo, unos 900 metros de desnivel, casi todos en un larguísimo flanquo ascendente. Desde el puerto de Bujaruelo ( al que también se puede llegar por una pista apta para vehículos ) solo queda una bajada de algo mas de dos horas hasta el camping donde dormí la primera noche.
Alguna tentación de subir por ahí y abandonar la travesía si la tengo. Estoy un rato sentado a la sombra consultando los mapas. Después voy a comprar algo de comida en dos tiendas diferentes. Finalmente sigo el camino turístico y llego frente al desvío del refugio des Espugettes. He de pasar por él y después continuar hasta la Hourquette d'Alans de 2.430 metros. Unos 1.100 metros de desnivel, para después descender hasta la cabane d'Estaubé a 1.765 metros, que no está nada mal, teniendo en cuenta que ya he descendido desde la otra cabaña y llevo unas tres horas rulando.
Como manda mas mi intención primera que mis tentaciones de desánimo, subo unos metros por el camino y junto a una pequeña sombra entre las plantas, me dispongo a comer que falta me hace. Doy cuenta de media baguette, un trozo de queso de cabra y de una cocacola freca que acabo de comprar. Me traen un poco de energía y sin mucho convencimiento inicio el ascenso de 1.100 metros cargado con unos 18 kilos y el calor aplastante del medio dia. Pero..... poco a poco por la zona de detrás del Monte Perdido se va cargando de nubes que parecen de tormenta.
Subo a ritmo lento y tranquilo, como una locomotora. 

Llego debajo del refugio, que desde aquí parece enorme y fantasmagórico. Parece que está cerca pero hay un cartel que indica que aún falta una hora. Y además es de fuerte pendiente.
Contemplo la Brecha de Roland y el Taillón. Enfrente mío , como quien dice a dos pasos, tengo a los Astazu y su corredor central. Esto inevitablemente me trae recuerdos de hace muchos años, cuando hicimos un intento de escalarlo en invierno. No pasamos de la aproximación ..... jajajajaaaa. La salida fue de un fin de semana invernal. Éramos cuatro, hicimos el viaje desde Barcelona en un coche Skoda muy rústico. El conductor, que era policía, era el mayor de todos, varios años mayor que yo. Su amigo, al que conocí ese mismo dia, resultó ser que lo tenía visto de Chamonix, varios años antes. Fué uno de los integrantes de una cordada que realizaron la primera escalada española a la famosa arista integral del Peuterey, en los Alpes. Dias después de esa escalada coincidimos en el camping mas cutre de Chamonix. Y no nos vimos hasta años después en esta salida.
Los otros componentes éramos un amigo de mi barrio, con poca experiencia en invernales pero mucha en verano por todos los Pirineos,  y yo mismo, por supuesto.
Llegamos a Gavarnie ya de noche. El conductor le dio por seguir por el camino hacia el circo con el coche ( no lo sabíamos pero estaba prohibidísimo )  y vivaqueamos sin tienda al lado del coche a unos cuantos grados bajo cero. Por la manaña durante la aproximación hacia el corredor de los Astazu, quedó clara la diferencia de nivel entre los cuatro. Formamos una hilera muy separada entre nosotros. El primero iba yo, y el último el conductor del Skoda, entre nosotros como mínimo había un cuarto de hora de diferencia. Y por la manera de andar se notaba que aquello no progresaría.
Llegado un momento nos reunimos los cuatro, exhaustos por la nieve blanda. Coincidimos en que lo mejor para nosotros era renunciar a la escalada. Nos sabía mal porque esta escalada tenía y tiene buena reputación. Pero al ir tan lentos era imposible hacerla en el dia, y después bajar, ya que el descenso en invierno es complicado y muy peligroso.
Así pues, nos dimos media vuelta, nos fuimos a un bar a tomar unas " biéres " y unas " frites " e iniciamos el largo retorno para casa en tan estrecho y cargado vehiculo. Recuerdo que el regreso lo hicimos dando un rodeo y pasando por Vielha, donde fuimos a un restaurante y comimos copiosamente..........

.... Y despierto de estos recuerdos de juventud. Miro hacia arriba, cargo con la mochila e inicio el tramo final hasta el refugio. De paso el cielo ha ido cubriéndose y ya no hace tanto calor.

Llego al refugio que está a 2.020 metros. Desde aquí se ve pequeño, y hace sonreir la visión de mansión siniestra que tenía desde abajo. En la fuente del refugio bebo toda el agua que puedo y cargo el bidón de agua. Me entretengo unos viente minutos, en realidad me ha costado llegar aquí mucho menos de lo que me pensaba, el pan, el queso y la coca cola han hecho milagros. Me quedan unos 400 metros de desnivel hasta el collado. Me lo veo bastante claro, el sendero da amplias vueltas y no tiene pendientes fuertes. Así pues, sigo tranquilamente y seguro de llegar bastante entero al collado.

Un último vistazo al circo de Gavarnie y su brecha Roland, que en realidad solo tiene unos 40 metros de altura, pero de lejos parece que tenga muchos metros mas.
El cielo ya se ha cubierto del todo, hace viento, se oye algún trueno lejano y cae alguna gota perdida.

Antes de lo esperado y bastante descansado llego a la Hourquette Alans. Ahora toca un largo descenso de unos 700 metros de desnivel. Como hace frío y viento he de parar y ponerme ropa de abrigo, y de paso pico un poco de comida. Mientras tanto me fijo que suben diferentes grupos de montañeros por esta vertiente. Le pregunto al primero, que resulta que es español y viaja solo, donde puedo encontrar agua, y me indica que solo hay en este tramo final, a un cuarto de hora bajando.
Después saludo a otro que también va solo, y también resulta que es español. Este está haciendo la vuelta al Monte Perdido y Vignemale. Creo que son siete dias de caminata y unos 92 kilómetros de recorrido, se ha puesto de moda porque es un " producto " turístico. Duermen y comen en refugios  de pago y ellos caminan con muy poco peso.
Este me comenta y ratifica el calor de los últimos dias. Ayer mismo subiendo al Balcón de Pineta, tuvo un desmayo debido al calor y deshidratación. Se asustó y se bajó para el refugio de Pineta. Y hoy se ha atrevido a volver a subir los 1.200 metros de desnivel hasta el Puerto Nuevo de Pineta, mas unos 200 mas que se pierden y se vueven a subir. Lo veo muy tocado, pero tiene muchas ganas de hablar conmigo y me cuentas sus penurias. Finalmente nos despedimos, y continúo el descenso por el cómodo sendero. Llego a la explanada, no veo la cabanne d' Estaubé, aunque en el mapa la marca cerca. Por aquí ya está lleno de mis amigas las vacas - estas son francesas - y no me fio mucho de ellas, ya que cuando están varios meses viviendo en la libertad de las montañas, se vuelven semi salvajes. Para ellas esto es su casa, y nosotros los transeúntes somos invasores de su territorio. Es mejor caminar entre ellas tranquilo, si puede ser a mas de los 10 metros de distancia recomendados. No hacer movimientos bruscos ni gritarles. Tampoco es buena idea mirarles fijamente a los ojos, porque esto en el reino animal significa desafío, reto. Y donde hay vacas hay toros, y seguramente algún buey.
Puedo contar incidentes personales con vacas, toros y bueyes, y alguna vez he estado a punto de ser corneado. Y incidentes con resultado de muerte también se han dado por los Pirineos, y normalmente son las vacas las que atacan a las personas, especialmente si tienen cerca a sus terneros.

Para llegar a la cabaña he de cruzar un puente y meterme entre un numeroso grupo de vacas. Les hablo en voz tranquila que me dejen pasar entre ellas, pongo un bastón de trekking entre ellas y yo, indicándoles por donde voy a pasar. Finalmente llego a la cabane d'Estaubé, donde en la puerta me espera un sonriente montañero francés que me ha visto llegar. Está solo, es un poco mas jóven que yo y es muy sociable. En seguida hacemos amistad. Mezclando - una vez mas - el español, con el francés y el catalán nos entendemos bastante aceptablemente.
Le indico mis planes y le comento que en mi mapas falta el trozo del camino que mañana he de recorrer. Se sonríe y me dice que él mañana va para el mismo sitio, el Circ de Troumouse, y que no tiene ninguna complicación ya que está muy bien indicado.
Pasamos el poco rato de luz que nos queda cenando y charlando.
El montañero francés se muestra curioso con mi equipo de montaña, y me pregunta por el precio de cualquier cosa que le llama la atención. Me sorprende cuando me dice que esas mismas cosas en Francia cuestan el doble o el triple que en España. Le hago la observación de que hasta hace algunos años los españoles viajaban hasta la cercana localidad fracesa de Pau para comprar material de montaña, ya que allí era mas barato que en España. Y me sorprende aún mas cuando me dice que el material de una conocida marca francesa ( Decathlón ) es el doble de caro en Francia que en España ( Cosa que es totalmente errónea ). Y como guinda me sorprende diciendo que en Francia " casi no hay tiendas de deportes de montaña ".
Me fijo en que parte de su equipo es totalmente nuevo, tiene artículos Decathlón, me pregunto si me tomará por tonto, me estará vacilando o no sabe muy bien lo que dice.

 El refugio huele fatal, el francés rocía con spray antimosquitos todo su equipo, dejando un olor que me repele hasta a mí. Y para el colmo los colchones son muy antiguos, son gruesos, de borra antigua  y apestan enormemente. No se si podré dormir ahí, por si acaso el amigo francés deja la ventana abierta. Se oye llover ligeramente.

Duermo fatal. Paso calor, casi me arrepiento de no haber traído un saco de dormir mas sencillo. El olor del refugio y del colchón se hacen  insoportables. A media noche salgo a orinar y me encuentro con que hay una niebla espesa pero no llueve.
Con todo este malestar tengo un sueño que me inquieta durante varios dias porque se que me anuncia algo importante. Estos días no estoy receptivo y no capto bien el mensaje del sueño. El sueño es corto: Sueño con mi madre, que murió hace casi nueve meses, y con mi hermano que murió hace casi dos años. Mi madre me habla como era en vida, muy parlanchina y vivaz. No recuerdo nada de las palabras, pero capto lo que me quiere decir. Se lamenta de que mi hermano fallecido lo está pasando muy mal, y pide que se interceda por él. A continuación oigo la voz de mi hermano, suena como por unos altavoces muy malos y débilmente. Tampoco puedo captar sus palabras, pero si la intención. Son lamentos de alguien que está muy débil y sufriendo. De alguien que ya no tiene fuerzas para nada.
Cuando me despierto y recuerdo el sueño me sorprende, porque de los sueños con mi hermano siempre tenía la sensación de que estaba lleno de energía, y no si se puede decir de salud. Los sueños con él, tanto como cuando vivía como de difunto siempre han sido muy vivos.
Aún no lo sabía, ya que no me enteré hasta a mi vuelta a casa, mas de una semana mas tarde. Aquel día falleció una tía  mía, hermana de mi madre.
Dos noches mas  tarde, tuve un sueño mucho mas explícito, y esto es así porque esa noche tomé una pastilla pra dormir. Y es cuando la mente está mas relajada, que los difuntos y otros seres se pueden comunicar con nosotros.  Mi padre, que desde el mas allá me cuenta muchas  cosas, me dijo explícita y lacónicamente que " La tieta Son s'ha mort ". ( La tia Son se ha muerto ). Mi padre en vida tenía una energía muy grande, y esta energía la conserva donde ahora está. Me comunica cosas explícitas. Normalmente de cosas importantes de mi vida y de mi familia. Hasta me dice que enfermedad tengo,  enfermedad que ni siquiera me la han detectado los médicos. Y hasta me dice que moriré de esta enfermedad, y que un primo mío morirá de lo mismo, y que los dos nos iremos muy seguidos de este mundo.
Como se ve, solo me comunica  " alegrias ". Pero a mi me gusta que me las cuente. De los sueños con mi padre solo recuerdo la voz,  jamás lo he visto en sueños. Aunque tanto a él y como a otros desencarnados si los capto en el ambiente en que están. Es un ambiente oscuro, grisáceo, sin llegar a ser negro, y el ambiente es frío, sus voces son como metálicas, y puedo captar la especial vibración de cada uno, igual que a los vivos.
Los mensajes de mi padre son lacónicos y a veces no le falta sentido de humor, ya que  lo noto que me dice cosas importantes como riéndose y no dándole la importancia que nosotros los encarnados, le damos a estas cosas.
En todo caso, me apunto otra mas. Tuve que esperar hasta que los acontecimientos ratificaran los sueños que tuve.

Me levanté hacia las siete de la mañana, el amigo francés lo había hecho un rato antes y estaba acabando de desayunar. Yo voy muy tranquilo, no tengo prisa en salir. Siempre cuento que tardo al menos una hora y media en estar listo para partir. Paso a paso sigo el ritual de asearme, desayunar, lavar los cacharros y hacer la mochila. En el caso del día de hoy no he de plegar la tienda, que me lleva al menos un cuarto de hora mas.
Mientras desayuno observo que el amigo francés ya ha hecho su mochila y me está esperando. Pues no recuerdo que hubiésemos quedado para ir juntos al Circ De Tromouse. Creo que hay un malentendido, pero no tengo ganas de quedar como un estúpido. Le digo que al menos tengo para media hora, él hace un gesto como de no darle importancia y sigue esperando.
Decido ir mas rápido y en pocos minutos ya estoy listo para salir. Salimos juntos por fín. El dia sigue nublado y húmedo pero no hace mucho frío, mas bien es fresco. Le digo que se ponga el primero que él es el guia. En seguida coge el camino hacia el Lac de Glorittes, que es hacia donde hemos de ir. Hay casi una hora de llaneo en ligero descenso. Él me dice que ha de ir hasta el parking que hay allí, porque quiere dejar parte de su equipo en su furgoneta.
Pasado un buen rato nos encontramos con un desvío. Hay un cartel que indica la dirección hacia el Tromouse, 3 horas 30 minutos, y para Glorittes, no recuerdo si ponía 20 ó 30 minutos. Aquí tengo un dilema, porque mi intención no es precisamente andar como una hora de mas gratuitamente, y le digo al amigo francés que yo sigo por el camino del Tromouse. Él me dice que no vale la pena, que el " parking está muy cerca " y que los caminos se juntan. Me ve dudar, y al final me dice que es igual que se sube conmigo para arriba por ese camino. ¡¡ Pero si me había dicho que quería deshacerse de varios kilos de peso !! Al final desisto yo y le digo que le acompaño hasta el parking. ¡¡ Menudo rodeo !!. Y con lo que falta por subir. Pero en un principio la etapa de hoy no será tan larga como la de los otros dias.
Llegamos al parking y a su pequeña furgoneta transformada en home motor cutre. Deja sus cosas, hablamos con otros franceses sobre el sendero que sube y partimos.
La subida empieza con fuerte pendiente por zonas herbosas. Hemos de subir un primer desnivel de unos 300 - 400 metros o mas, después descender unos 200, y después subir otros 400 por carretera asfaltada ,y de pago para los vehículos. Y después aún subimos unos 100 metros de desnivel mas hasta el fondo del circo.
Cuando estamos sobre los 1.900 metros la niebla la dejamos abajo y luce un dia magnífico. Desde aquí podemos ver como un mar de nubes cubre los valles y los pueblos del Ariége francés. Este fenómeno nos hace reír a los españoles, porque es muy frecuente ver este fenómeno, sobre todo en invierno, en el que la niebla  se estanca en los valles durante varios días seguidos, mientras por las cimas y por el lado español lucen días soleados y magníficos. Es como una maldición vivir en estos valles tan preciosos. Seguro que este clima forja el carácter de los habitantes locales.

Llegamos a la carretera junto a una  cabaña, un poco mas arriba hay una especie de albergue - refugio - restaurante, y justo enfrente unas pocas tiendas de campaña solitarias. No parece un camping porque no se ve ningún tipo de servicios. Ya estamos frente al Circ de Tromouse, que no tiene nada que envidiar a su vecino, el Circ de Gavarnie. Son diferentes y grandiosos. Como anécdota remarcar que en este circo a partir de los 1.600 metros de desnivel el bosque desaparece, cuando lo normal es que en los Pirineos el bosque llegue hasta los 2.000 ó 2.200 metros. Esto da una idea de los riguroso que es el clima de aquí.
Cuando  llegamos enfrente del albergue le digo a mi amigo francés, que yo he de parar ha comer un poco, que no puedo seguir su ritmo. El francés, que es mas bajo que yo, y tiene una panza casi ridícula por lo enorme, camina mas rápido que yo. Es verdad que su mochila pesa bastante menos, pero mi intuición me dice que este tío ( tiene 51años ) está muy curtido en esto de andar. Hasta llego a pensar si no trabaja de pastor o en trabajos forestales. Por la mañana solo ha tomado un café de sobre, un poco de chocolate, unas pocas galletas y un melocotón. Y con eso tiene para muchas horas. No obstante me dice que él también va ha hacer un descanso ( el primero de toda la manaña ) para prepararse un café. Mas tarde se dirige para el albergue para pedir un bocadillo para llevarse porque no tiene la suficiente comida.
Mientras le preparan el bocadillo nos sentamos en la terraza y observamos a algunos ciclistas que se atreven con estas enormes rampas, empiezan a unos 1350 metros y acaban a los 2.100 aproximadamente, y esto en tan solo en unos 12 kilómetros. Hay uno que después de haber subido, al bajar se para en el albergue y se pide una botella de agua. Tiene una bicicleta profesional, toda  de carbono y muy moderna. Solo lleva dos platos, por lo que me imagino que debe de ser un profesional de la bicicleta.
Finalmente afrontamos la subida final hasta el Circ del Tromouse, que lo tenemos delante. En vez de seguir la carretera, cojemos todos  los atajos que la atraviesan. Finalmente llegamos monte a través a la cabanne de la Vierge, que está llena de excrementos de cabra y por lo tanto, inutilizable.

Aquí le explico al amigo francés, que mi intención es buscar un lugar para acampar dos noches. Esto aquí está prohibidísimo. Ni siquiera se permite el vivac itinerante, ni dormir en las furgonetas, ni en el interior de los vehículos. Por lo tanto he de buscar un lugar al fondo del valle, al pie del Pico de la Múnia, que en teoría es mi meta para el dia de mañana. Caminamos durante unos veinte minutos y por fín vislumbro al fondo unas rocas, hay un par de arroyos pequeños, la hierba es preciosa, no hay vacas por las cercanías ni ovejas ni cabras. Creo que con mi tienda de color gris pasaré desapercibido.
Pues hasta aquí ha llegado nuestro camino común. Le doy las gracias por todo, le doy la mano, le deseo un buen viaje y nos despedimos cordialmente. Me ha prestado una gran ayuda el amigo francés. Aunque la verdad no las tenía todas con él. ¡¡ Jajajajaaa.... !! era un tío raro. Hasta llegué a pensar que no fuese un psicópata ( Pensaría él lo mismo de mí ).  De aspecto fuerte y ancho, pelo tirando a largo, tiene expresiones que pasan de ser muy amables a ser muy duras, como de asesino. De tanto en tanto se le notan dejes de afeminado o homosexual, pero el conjunto es el de un tio duro. No me explica casi nada de su vida, pero se le nota cierta cultura, y está al corriente de lo que pasa en España. Me dice que lo de España, " c'est terrible ".
Aparte del olor del spray antimosquitos que desprendía toda su ropa y su mochila, que llegó ha hacerse insoportable, tuvo la manía de ir indicándome con el bastón de trekking ¡¡ todas y cada una de las marcas blancas o amarillas que iba encontrándo !! Y fueron docenas de ellas las que me señaló. _" Jean Marc que ya las he visto, que vamos bien, que no nos perderemos ". Tiene una forma rara de andar, da pasos cortos y nerviosos, y no paró para hacer un solo descanso excepto el del albergue y porque lo dije yo. Aparte de su cómica panza ( como andará sin esos kilos de menos ) le faltan los dientes de los lados. Cuando ríe, y ríe mucho solo se le ven los delanteros. Parece un roedor.
De las muchas cosas que me iba contando y de las cuales no entendía muy bien, al dia siguiente me enterare de porqué insistía en que no fuese hacia la Hourquette Héas, y fuese por el Port de Campbiell. De paso me asegura de que no hay tiendas donde pueda comprar comida o gas en todo el camino hacia el Neouvielle. Mi información es que en la estación de esquí de Piau - Engaly hay una urbanización donde si hay alguna pequeña tienda, y además para llegar a los lagos en verano es obligado coger unos autobuses. En todo caso como mi información es antigua, opto por creerle y renunciar a ir al macizo del Neouvielle.

Encuentro un lugar idóneo para acampar, monto la tienda en un lugar discreto y como caliente. Es el primer dia que lo hago. Aún no lo sé, pero el cartucho de gas que normalmente me dura cuatro o cinco dias, esta vez me durará los once días que estaré por la montaña y aún me sobrará un poco. Esto da una idea de lo poco que cociné y comí.
Durante el día hacía cortas paradas para comer un poco de embutido, ( en Gavarnie compré unas latas de filetes de sardinas con tomate y  sin aceite que estaban deliciosas. ¿ Porqué no compré mas ? ) pan, frutos secos, chocolate, alguna galleta y mucha agua. Y hasta por la noche no hacia la comida fuerte del día. Y cada noche me acostaba sobre las nueve y media.
Desde mi tienda puedo ver este precioso y tranquilo atardecer. Todo emana una calma natural que tranquiliza hasta las vacas, solo de tanto en tanto se oye un lejano y relajante cencerro, que aquí tiene algo de mágico. Parecen campanillas de un monasterio zen invitándonos a nuestra hora de meditación.

Parte de la cresta del Tromouse, con los últimos rayos de sol y algunas nubes inofensivas. Desde aquí parecen barrancos sin importancia, pero lo que se ve a la izquierda es el pico de Gerbats, de 2.826 metros. Las canales que bajan de su cima son los famosos " tubos de Gerbats " de obligado paso cuando se hace toda la cresta desde La Munia hasta el Gerbats. En algunos lugares se afirma que estos tubos tienen 600 ó 700 metros de altura. Creo que es una exageración, no creo que pasen de los 400 ó 500 los que bajan de la misma cima.
Los tubos, o mejor canales son famosas porque son especialmente vertiginosas. No hay que escalar salvo error en el itinerario. Hay una canal, la mas ancha y vertical, que parece imposible que se pueda pasar por ahí sin escalar y sin cuerda, pero se puede. Todo el terreno es inestable, piedras sueltas y hierba, hay que asegurarse mucho antes de avanzar por las repisas sin estar seguro de que vamos por buen camino. Aquí hay quien se ha pasado tres dias atrapado sin poder pasar las canales. Alguna víctima ha caído por estas espeluznantes canales. Sin tener dificultad les sobra exposición y peligro. En la travesía de toda la cresta desde La Múnia hay tramos de escalada o trepada y muy aéreos, pero al llegar aquí, quien mas y quien menos se arruga un poco. Tiene el sobrenombre de camino del patíbulo.
En los últimos tiempos con la moda de coleccionar tresmiles del Pirineo, y con el incremento de gente que practica montañismo, al parecer el sendero para pasar estos tubos está bastante mas marcado que hace unos años.
 En todo caso aquí las dimensiones engañan, este circo es grandioso, y por la parte de atrás, los circos de Barroude y Barrosa, la altura y verticalidad de las paredes es aún mayor. Por ese lado el pico de Tromouse si que tiene unas paredes de unos 700 metros de altura.

El problema es que por la tarde me he acercado a las paredes de la Munia para ver como estaba de nieve. Hay mas de la habitual. La ascensión solo tiene dos pasos con algo de trepada, que no pasa de unos pocos metros de IIIº como mucho.
Pero forzosamente he de pasar por una canal que desde aquí queda oculta, que seguro que tendrá nieve, y la inclinación es de unos 40 grados. Con nieve dura, sin piolet ni crampones y con botas  blandas de trekking, es tentar a la suerte.
Así decido renunciar a otro de mis planes, que era subir al Pic de la Munia y de ahí pasar al apartado Robiñera, que es el único tresmil de la  zona que me falta. También en casa me había hecho ilusiones de hacer toda la travesía de la Munia hasta el pic Gerbats cargado con la mochila de travesía. Pero el peso excesivo final me hizo despertar del sueño.
En todo caso, se que si no lo subo por esta lado, dentro dedos dias, cuando pase por la otra vertiente de la Munia, tampoco lo subiré, porque por allí el desnivel es excesivo, y el terreno poco marcado y perdedor.

Por la mañana me despiertan unos gritos, son solo las seis y media de la mañana y aún está bastante oscuro. Hago esfuerzos por levantarme y aprovecho para orinar  - que orino poco a pesar de beber mucha agua .-
Veo a un pastor y después a otro mas, están reuniendo a las ovejas que tienen por aquí. No están a mas de doscientos metros de donde estoy. ¡¡¡ Y yo que me creía escondido !!!. Por la tarde ya pasaron una pareja con un crío pequeño, mas tarde un grupo de vacas pasó no muy lejos de aquí, pero no me molestaron; es mas por esta zona no hay excrementos de vacas, por lo que deduzco que las ovejas y las vacas tienen muy delimitado su territorio, y no se molestan las unas a las otras.
Como se que aquí me pueden multar por acampar, y como no me fío de los pastores - que no hacen ningún gesto para saludarme - me levanto, desayuno y hago la mochila de una manera diligente. No hace nada de frío, solo un fresco muy agradable.
Parto siguiendo una senda que bordea hacia la cabanne des Aires, y después desciende hacia la localidad de Héas. A los pocos minutos paso cerca de uno de los pastores, está de espaldas sentado sobre una roca y no me ve, se prepara para almorzar o desayunar y hace una exclamación que me deja pasmado. Es un suspiro de cansancio que suena a femenino, a maricón perdido. ¡¡¡ Jesús, quien lo iba a decir !!! Enseguida pienso malintencionadamente, si este pastor tiene algún tipo de relación con las ovejas.

Mientras camino miro hacia atrás, y veo una hilera de gente, unos seis o siete personas, que suben para La Munia. Aún no toca el sol. Paso entre grupos de vacas que parecen agresivas, me miran de una manera que no me gusta, y ellas a mí tampoco. Tomo el camino de bajada hacia Héas, he de perder un buen desnivel, unos 500 ó 600 metros aproximadamente, y después subir 1.000 mas hasta la Hourquette de Héas a 2.608 metros.
Aún después tendré que bajar unos 200 metros de desnivel, subir 150, bajar unos 200 mas, y seguir unos kilómetros de sube y baja hasta el refugio Barroude, donde pienso acampar.
Este es ni mas ni menos el itinerario que me he propuesto para hoy, pero por un súbito antojo, lo acortaré.

Unas dos horas después llegó a este cartel indicador que está a pocos minutos de Héas. De repente, sin un terreno intermedio, he de pasar de una fuerte bajada a una fuerte subida. Pero antes de empezar a subir, vislumbro unos contenedores de basura en una zona de párking y hago el esfuerzo de bajar a tirar la poca basura que he acumulado. No dejo en la montaña ni el más mínimo papel, ni tan siquiera las hierbas de las infusiones. No dejo ninguna huella de mi paso, salvo en los terrenos fangosos, donde inevitablemente las huellas de mis botas quedan estampadas.
El calor por la mañana ya es infernal, me pregunto si por el valle que he de subir encontraré agua potable. Y encuentro la justa.

Voy subiendo tranquilamente y seguro de mis fuerzas. Estos dias estoy seguro que he adelgazado varios kilos y estoy mas entrenado que los tres primeros días de travesía.
Mirando hacia atrás veo el macizo del Vignemale, que  rodeé los días anteriores. Desde aquí se ve muy lejos, y tengo un poco la sensación de que esto de rodear macizos es un poco absurdo.... pero me gusta....

Primero paso por la cabane de Aguila, donde solo hay unas pocas vacas, y después llego a la cabane Aguilous, que es esta de la foto. Está a 2.293 metros, es muy pequeña, solo caben cuatro personas para dormir, hay chimenea pero ni rastro de leña. Y en la puerta hay un cartel que indica que es privada. Afuera, por la parte contraria de la que se ve en la fotografía, hay una mesa y unos bancos muy toscos. Están comiendo tres pastores y una mujer. Los palos que hay en la pared son suyos.
Son del tipo de mis preferidos, ni tan siquiera me saludan, ni se dignan mirarme cuando llego a su lado y hago el gesto para saludarlos. Estos pastores franceses son únicos. ¿ Se habrán dado cuenta que soy español ? ¿ Los servicios de " inteligencia " de la zona ya les habrán avisado de que hay un tío que ha acampado en el circo de Tromouse ? Pienso en que por mi les pueden dar por culo, me entretengo un buen rato aquí mirando el mapa. Bajo a buscar agua, que está un poco lejos. Me hidrato todo lo que puedo, y como de todo un poco, pero sin pasarme.
Mientras tanto han ido pasando alguna gente que bajaba de los collados o picos cercanos.

Finalmente parto sin despedirme de los pastores estúpidos, por aquí solo veo cabras, no hay vacas... ufff... mucho mejor. Veo un grupo de cabras paradas en un nevero, se están refrescando. He de pasar por en medio de ellas, les hago algún gesto de que me dejen pasar, alguna se muestra un tanto agresiva, pero con un simple grito me dejan pasar.
El camino hacia el collado empieza dando unas lazadas muy grandes, es casi irritable. Es un camino pensado en subir con el mínimo esfuerzo posible, pero la consecuencia es la que se ha de andar muchísimo mas de lo normal.
Pienso erróneamente que toda la dificultad del camino hacia la Houquette será esta. Pero estoy equivocado y mucho.
Poco a poco el camino se mete debajo de una pared descompuesta. Ahora el sendero es mas bien estrecho. Al lado no hay paredes verticales que asusten, pero si que hay unas pendientes muy fuertes que en caso de caída tendrían el mismo resultado que  si fueran paredes verticales.
Sorprendentemente veo bajar a un hombre con dos niños pequeños. Son un niño de unos seis o siete años, y una niña rubia de abundante melena que no creo que tenga mas de nueve o diez. El que supongo que es el padre lleva una mochila pequeña, los niños no llevan absolutamente nada. Es mas la ropa que llevan no es ni de trekking. No comprendo como pueden haber subido un desnivel de 1.000 metros y estar tan frescos como aparentan. Sobre todo la niña que se la ve muy en su ambiente. Tiene unos andares muy sueltos.

Ahora el sendero tranquilo se acaba de golpe. Empieza a hacer zig - zags en la pared de roca. El sendero es muy estrecho, parece picado en la roca, o en todo caso arreglado y muy transitado. En nada me doy cuenta de que el barranco ya empieza a impresionar, aquí no se puede caer uno. Pienso si el hombre que llevaba a los niños no habrá cometido una imprudencia al subirlos por aquí.
Voy caminando con una mano agarrándome a la roca, en la otra mano llevo los dos bastones de trekking. De repente, cuando ya se vislumbra el final del camino, de refilón puedo ver el gran montón de piedras puestas que indican el collado, y cuando me estoy alegrando de haber superado estos 1.000 metros de desnivel sin mucho esfuerzo.... tengo la desagradable sorpresa de ver como el estrecho sendero rocoso se corta de golpe. ¡¡ No me lo puedo creer !! Aquí no hay mas remedio que dar un paso de escalada, unos dos metros horizontales que fácilmente puede ser de II º, al menos así me lo parece, y el abismo si que impresiona y mucho. No tengo el mas mínimo espacio para quitarme la mochila, incluso tendría problemas para darme la vuelta.
No tengo tiempo de pensármelo y me meto en el paso, mirando de reojo el barranco y evaluando en un segundo el peligro de pasar por aquí. La caída primero puede tener unos 60 metros verticales, y después le sigue un terreno muy inclinado en el que seria imposible parar, se caería rodando montaña abajo. El paso es muy aéreo y expuesto.  La caída aquí sería mortal de necesidad.
Empiezo el flanqueo, que no es difícil y tiene buenos agarres, pero lo paso con los dos bastones en una mano, con la otra me he agarrado a una presa que no puedo soltar. Con los bastones en la mano es imposible que pase. Con mucho cuidado dejo los bastones a la altura de los pies en una minúcula repisa, pueden caerse con un soplo de aire.
El problema ahora es que donde he puesto los bastones he poner los pies, ¡¡  no puedo pasar así !!.

Me agacho con cuidado para coger los bastones, el peso de la mochila me desequilibra una barbaridad. Tengo esa sensación que tienen los escaladores cuando tienen la adrenalina a tope. Estoy con los sentidos al máximo.
No tengo mas opción que pasar el flanqueo medio metro mas abajo, con los pies ya el borde del abismo. Consigo dejar los bastones en una repisilla, y puedo pasar el paso agobiado por el peso de la mochila. ¡¡¡ UUfffff  ... !!!! He tardado como medio minuto o un minuto en pasar este mal trago..... El subidón de adrenalina tardará  un buen rato en irse, esto lo saben todos los escaladores.
Y todo esto a pocos metros del collado. No me he dado cuenta pero había un grupo de gente que me estaba mirando y esperando en el collado. Son tres hombres y una mujer jóvenes, para mi sorpresa son catalanes. Llevan mochilas ligeras pero todos llevan piolets. ¿ A donde irán si ?... porque por aquí no hay mucha nieve precisamente... Nos saludamos y les pregunto por la bajada, que desde aquí me impresiona un poco,  ya que es rocosa.
El que parece el guia me dice que " no es peligrosa, seguramente es como por donde has pasado ". Pués vaya... empiezo a bajar, no estoy en el collado ni un minuto, aún impresionado por ese paso peligroso.
Mientras bajo oigo al " guia " decir que " aquello es el Monte Perdido y ahí acabamos nosotros ".
En seguida me doy cuenta de que la bajada es muy fácil, no tiene ningún barranco ni pasos peligroso. Solo en un sitio el camino se corta porque hay un helero muy compacto, de mas de dos metros de espesor. Este también tiene su túnel, y por ahí pasa un viento que me hiela. Aún voy con pantalón y manga corta, estoy a casi 2.600 metros y el viento frío es continuo.
Para pasar el helero es de destrepar entre el hielo y la roca, con la mochila tan pesada lo hago de una manera chusca, se me engancha la mochila, me lleno de barro. Después veré que me he desgarrado el pantalón, la mochila y la colchoneta.
Superado este paso siento un alivio enorme, porque ahora todo se ve muy fácil. El sendero hacia la Hourquette Chermentas se ve cerca y fácil. Ignoro como es la bajada, pero me encuentro relativamente fuerte y confiado.

Mientras bajo por el sendero hacia un cartel que se ve mas abajo, me vienen a la memoria tres cosas. Primero y sorprendetemente, me acuerdo de golpe de haber leído en internet un pareja que hizo esta camino en sentido contrario y evaluaban el paso comprometido de IIº.
Después pienso en las palabras del montañero catalán que he visto en el collado: " No es peligroso, seguramente es como el que has pasado ". Pues te equivocas amigo, a ver como encuentras el camino de bajada y el paso ese. Creo que es la primera vez que pasas por aquí ¿ No ? Ya me contarás, agárrate fuerte a la roca.
Después pienso en la irresponsabilidad del hombre que ha traído por ese camino a dos crios tan pequeños. Es un misterio para mi, el porque en los Pirineos no hay mas accidentes mortales, es como un milagro.

Enseguida llego al cartel indicador, para donde voy, el Circ de Barroude marca dos horas. Que a mi me costarán al menos tres, que ya es un poco tarde y llevo unas siete u ocho horas andando.
Enfrente tengo otros tresmiles. Son los que están mas al sur del macizo del Neouvielle. El de la foto es - si no me equivoco -  el Pic Campbiell, de 3157 metros. Mas abajo pasa el port del Campbiell, que es el que me decía mi amigo francés del dia anterior, que era por donde mejor pasar a este valle.

Por aquí tengo la sorpresa de que no hay las temidas vacas y toros, solo hay inofensivas cabras, y algún cabrón, de tamaño grande, negros y con ojos de diablo. Tienen pintados en el dorso las marcas que sus dueños les hacen. Algunos tienen pintura de colores como el pistacho o butano, dándoles un aspecto de cabras punk que me hace reir. Aquí si que me arrepiento de no tener la cámara de fotos a mano.

Una bonita vista hacia los picos de Estaragne. El central es un tresmil. Abajo en el valle se puede apreciar una cabaña junto al rio. Por aquí pasaba mi trazado inicial para ir al centro del macizo del Neouvielle. Lo descarté pensando en el que el macizo siempre estará ahí y ya tengo una excusa para volver por estos bellos parajes.

He descansado y comido un poco junto al cartel indicador. Me he puesto el forro polar porque hace ya un poco de frio, son casi las cinco de la tarde. Mientra me preparo pasa un jóven randonner francés, no creo que tenga mas de dieciocho años. Lleva un equipo justito y camina rápido. Me saluda y me avanza.

Ahora he de ir hacia el collado que se ve en la foto, la Hourquette Chermentas. No se ve lejos, he de bajar no mas de 80 metros de desnivel y subir otros 150. Me preparo mentalmente para afrontar dos o tres horas mas hasta el refugio de Barroude, donde seguramente llegaré casi de noche.

Cuando llego justo donde empieza la subida final al collado, me encuentro con este rincón encantador, es de ensueño. En mi altímetro marcaba 2.340 metros, pero fallaba algo estos dias.

El lugar es un rincón donde no hace viento, toca el sol, y aún tocará unas tres horas mas. Tiene varios rellanos para acampar, hay un riachuelo con aguas cristalinas que nace ahí mismo, por lo tanto el agua es potable al cien por cien. Aún quedan pequeños neveros, pese a que no hace nada de frío, y es que este año han habido numerosas nevadas.
Enfrente tengo a los picos de Campbiell y los Estaragne, la tarde es deliciosa, bucólica, el cielo está despejado y ni de lejos se preveen cambios repentinos. No hay vacas, solo tranquillas y pacíficas cabras..... así que tengo un repentino deseo de quedarme aquí para acampar, no se encuentran muchos sitios como este.
Descargo la mochila y me preparo a buscar el mejor sitio para acampar.

El precioso rincón donde acampé. Esta tarde - noche la recordaré por mucho tiempo.

No hay nadie por aquí, el sendero está a no mas de cincuenta metros, pero estoy algo escondido. Ya no creo que pase nadie hoy. Como la tarde es tan agradable voy a aprovecharla para lavarme a fondo y repararme.
Me desnudo y me lavo en el arroyo que pese a que parte sale de los neveros cercanos el agua no está muy fría. Aprovecho para lavarme la ropa, incluidos pantalones largos, que se que se secarán en el poco tiempo de luz que queda .

Me curo las pequeñas heridas, me cambio las tiritas, me hidrato la castigada piel de brazos, manos y piernas, que ya tienen ampollas debido a la acción del sol. Cuando el sol desaparece tras las crestas que tengo enfrente, me preparo la cena. Cuando es un poco mas oscuro, creo tener una visión extraña pero no..... me levanto para poder verlo mejor: Al fondo a lo lejos, por el sendero veo una larguísima hilera de cosas blancas que caminan por él lentamente. ¿ Que ostias puede ser eso ? ¿ Serán fantasmas,ánimas en pena ?....  ¡¡ Jajajaaaa... que va !!  Son cabras y quizás alguna oveja que les da por caminar por el sendero a estas horas, y van en fila, cuando lo normal es que estén desparramadas anárquicamente por todo la montaña ¿ Que les pasará ? Como nunca lo sabré no le doy mas importancia y acabo de cenar.
Hacia las nueve y media ya estoy listo para meterme en el saco. Esta noche decido tomarme una pastilla para dormir, que me sienta muy bien.
Esta noche es cuando tengo el sueño con mi padre que me anuncia la muerte de mi tia. 

Me despierto hacia las seis y media. He dormido mas que bien, de golpe, he tenido un sueño muy reparador, me hacía mucha falta.
Cuando salgo de la tienda se me acercan primero unas pocas cabras curiosas ¿ Que hace este humano aquí y solo ?

Poco después van llegando mas cabras........ sus ojos diabólicos son inquietantes.

Al fin creo que una buena parte del rebaño se ha citado aquí para observarme. Observo que alguna cabra tiene intenciones agresivas, se acerca a mi tienda y donde he dejado parte de comida. Husmea mi equipo y cuando va husmear la comida le pego un grito, no se va del todo y llegan mas cabras. Al final cojo una pequeña piedra y la tiro al lado de las que están cerca de la tienda. Esto surte efecto y se van.

Aprovecho para admirar el paisaje matinal, donde estoy aún no toca el sol. Miro el termómetro del reloj - altímetro - barómetro - cronómetro y marca nueve grados de temperatura. El ambiente es muy seco. La ropa que lavé ya se secó ayer mismo por la tarde.
Así que hago el ritual de desmontar la tienda y hacer la mochila, pero seguramente debido a la pastilla que tomé para dormir, me lo tomo con demasiada parsimonia y tardo un buen rato en tenerlo todo listo. Igualmente luce un día magnífico y no tengo ninguna prisa.
Cuando finalmente empiezo a andar, veo a otro montañero solitario que está a no mas de 50 metros, y va en dirección contraria a la mía.  Se ve muy tostado por el sol. Lleva mochila de travesía, va tan cargado como yo, nos reconocemos en algo sutil, siento una espontánea afinidad espiritual con él, y nos saludamos en francés. Nos deseamos buen viaje el uno al otro, por mi parte son deseos totalmente sinceros. La montaña me borra los malos instintos y las mezquindades que solemos acumular en las ciudades y pueblos.

En apenas quince o veinte minutos ya he llegado a la Hourquette de Chermentas. La vista es espléndida, magnífica. No se ve ni una nube, el cielo es totalmente azul limpio y fresco,  la mañana que promete ser única.
El plan de hoy es casi todo de bajada hasta Parzán. Las únicas subidas que encontraré son los sube y baja hasta el refugio de Barroude, y unos 150 metros mas de desnivel hasta el collado Barroude ( Barrosa para los españoles ). ¡¡ Está chupao !! ......... Craso error, por que este día haré la etapa mas larga de la travesía, andaré hasta las nueve y media de la noche y porque ya no tengo mas luz y he de improvisar un vivac.

De momento aún estoy en la Hourquette de Chementas. Desde aquí puedo ver justo enfrente los picos que en España se les llama Culfredas, que son tresmiles aunque no tienen nada de nieve, y que en Francia se les llama Batoua. El nombre de Batoua como otros topónimos de los Pirineos al parecer son de orígen vasco. Aunque el país Vasco esté un poco lejos al parecer antaño el pueblo vasco habitó muchas zonas de los Pirineos.
Nombres como los míticos Biseberris, que los catalanes creen que es catalanísimo y del cual se sienten orgullosos, en realidad es vasco. Incluso mi primer apellido del cual solo hay 823 personas en España que lo tienen, y en Cataluña todos creen que es catalán, con toda probabilidad es de origen vasco - navarro. Este apellido significa " seguro " y de las cinco ramas que se le conocen, una, en su escudo heráldico tiene representados dos lobos. Cosa que me encanta, eso sí, los lobos tienen el aspecto parco de como los pintaban por aquellos tiempos, hay que echar imaginación para ver que son lobos.

El camino hacia el Barroude es maravilloso, las paredes del circo impresionan. Días atrás estuve por su la vertiente opuesta, el Circ de Tromouse, que también impresiona la suyo, pero estas paredes son mas verticales y mas altas. Fácilmente llegan a los 600 metros de desnivel, incluso los 700 en el caso del Pic del Tromouse, que es el que se ve justo en la esquina de la izquierda de la fotografía.
Como la muralla es tan ancha no da la impresión de que las paredes sean tan altas. La roca es de mediocre calidad, pero alguna via de escalada si que hay. Pienso que la pared del Vignemale que es la mas famosa de los Pirineos por sus 800 metros de pared, aquí quedaría un poco deslucida, apenas sobresaldría de entre estos murallones.

Todo el camino hacia el refugio y sus lagos es un largo flanqueo por debajo de las murallas del circo. Solo me cruzo con dos chicas jóvenes que van solas y cargadas con mochilas de tamaño medio. Con la primera nos cruzamos espontáneamente, el sendero es muy estrecho y nos apartamos ligeramente para dejarnos pasar y no entorpecernos. Nos saludamos casi en un murmullo. Pero la segunda chica, veo que se para, está indecisa, yo también me paro a ver que es lo que hace. Lo que hace es que se pone en su parte izquierda y se sube un poco por la pendiente, y me deja pasar.
Me doy cuenta de que es lo que le pasa. Seguramente tiene un poco de vértigo y no ha querido pararse en su camino lógico que era el ponerse al lado del barranco como ha hecho su compañera.... por si acaso.
En todo caso el barranco aquí en realidad no es de paredes verticales, si no de pendientes herbosas muy inclinadas, solo de tanto en tanto se pasa por algún tramo rocoso. Eso sí, el camino es muy aéreo y bonito, hasta se hace corto, pese a sus sube y baja continuos.

En la fotografía puede verse al fondo el Port de Barroude, de 2.534 metros, que en teoría tendría que ser el último pequeño obstáculo de hoy. A partir de aquí todo será una larga y kilométrica bajada hasta la población de Parzán. a 1.174 metros.


Me hice esta fotografía con este careto. Detrás las murallas de 600 metros de altura.

Llego al refugio, que está en un entorno único. Unos metros antes me he encontrado con una mujer jóven con un niño pequeño. Estaban sentados junto a una roca, y me imagino que deben de se la mujer y el hijo del guarda. Junto a el refugio y un poco mas bajo está este formidable lago, que tiene hasta pequeñas islas con rocas que parecen castillos. Hay algún pescador silencioso, no se oye a nadie por aquí.
Hago un corta parada para hacer alguna foto. Hoy no he cogido ni bebido casi agua, por lo que no me molesto en buscar agua por aquí, quizás con la que llevo llegaré hasta el valle de Barrosa.

Hago esta foto pensando ilusamente que quizás saldrían unas siluetas que se veían arriba de todo de la cresta. Hay gente haciendo la travesía de la toda la cresta del Gerbats a La Munia. Van de derecha a izquierda, y en el corto tramo que los veo van caminando, pese a que desde aquí pueda parecer que es un tramo difícil de escalada.
En todo caso en esa cresta, y prácticamente ninguna, te puedes permitir el lujo de caerte.

El refugio de Barroude, a 2.373 metros. No vi ni oí a nadie, salvo la mujer y su hijo que estaban detrás de las rocas de la izquierda. Y eso que este refugio tiene los precios bajos, tanto en el dormir como en el comer, y la zona es de las mas bonitas y espectaculares de los Pirineos. Y aún tiene otra particularidad: El guarda titular del refugio tiene unos pelos muy abundantes y largos, tipo escarola; la melena es casi afro, pero sin los rizos típicos de ese cabello.
A él le da un aspecto como de bohemio trasnochado, de tipo raro vamos. Vive aquí con su mujer gran parte del año porque le gusta vivir en este entorno privilegiado. ¿ A quien no ? Y que tenga los precios tirando a baratos, comparados con otros refugios de la zona, incluso españoles, habla muy bien de él. Y hasta tiene una web del refugio.

Llegando al collado hecho una mirada hacia atrás. Los lagos, los colores, las nubes que tapan el sol y juegan, dejando que sus sombras correteen por la montaña. El aire fresco, la atmósfera transparente, vivificadora, la paz natural del entorno.... hasta me sabe mal tener que marcharme de aquí. Pero prometo volver.

Por fin llego al Port de Barroude. 2.534 metros. Aquí está la frontera entre Francia y España. Después de varios días de estar en territorio francés, entro en territorio español, del cual ya no saldré en los días que me quedan de travesía. No obstante si que estaré cerca de algún collado al que se puede acceder otra vez a Francia.

La bajada hasta el  el refugio Barrosa se hace interminable, son unos ochocientos metros de desnivel en bajada, pero el camino da unos rodeos o lazadas increíbles, hacen que la bajada ya de por sí larga, lo sea aún mucho mas. Incluso cuando por fin ya estoy llegando al refugio por unas pendientes muy suaves de hierba, el camino da unos rodeos y giros que no se entienden. Desesperado de tantos rodeos bajo todo lo recto que puedo.
Por aquí solo hay un grupo muy pequeño de vacas, creo que como mucho hay veinte o treinta, y pacen tranquilamente, por lo tanto el agua de por aquí no estará demasiado contaminada, ya que solo hay un torrente muy caudaloso y no creo que se metan mucho en esa agua.

El refugio es muy cutre, no tiene literas y hay que dormir en el suelo, que está bastante mal. Cuando entro está vacío, pero habían dejado unas seis o quizás ocho sillas en fila y bien ordenadas, como en un cine, y enfrente una mesa. Me da una extraña sensación. En su interior no hay nada mas, solo una funda de una tienda de campaña. El interior es mas bien oscuro pese a dejar la puerta abierta. No me gusta el refugio.
Desde aquí se accede al pico de La Munia, lógicamente por su parte española. El desnivel ya es considerable, unos 1.400 metros de desnivel, pero el itinerario es perdedor y empieza por las pendientes herbosas, que se ven al fondo de la imagen, que son mas inclinadas de lo que parecen.  Y toda la subida es así hasta el collado de La Munia, es por eso que esta parte es mucho menos frecuentada que la francesa.
Hago una larga parada para comer, y como todo lo que puedo porque hoy compraré comida en el pueblo de Parzán, que está aún a unos cuantos kilómetros, primero por sendero, después por pista forestal y aún unos cinco kilómetros mas por carretera, y con un calor de espanto.
Hoy me extraña que he bebido poca agua, aún tengo el bidón casi lleno, y no lo he llenado desde que he salido del lugar donde he dormido.
Cuando salgo, una media hora después, para seguir por el camino, que me creía que a partir de aquí sería un camino sin problemas, me encuentro en que no puedo cruzar el río. Lo intento cruzar por donde hay unos hitos de piedra, pero es imposible, baja demasiada agua, y un resbalón aquí puede ser peligroso, fácilmente me podría fracturar algún hueso, y eso sería trágico.
Intento pasarlo por diferentes sitios, mas abajo veo que un matrimonio con un niño pequeño, lo cruzan quitándose las botas y metiéndose en el río. Hay además como un medio tablón que les ayuda un tramo. Como estoy demasiado cansado para dar mas rodeos, me meto en el rio en un lugar bastante plano y sin priedras grandes. Llevo botas impermeables de caña alta y pienso que quizás el agua no me rebase el límite de la caña. Craso error. El agua se me mete por dentro de las botas y me las empapa, además está bastante fría.
Una vez en el otro lado no me paro a sacar unos calcetines secos, y camino con los pies mojados. Esto lo hago durante una media hora, hasta que llego a un riachuelo del cual cojo agua  ( la primera vez en horas ¿ que me pasa ? ) Buscar calcetines secos equivale a desmontar media mochila y volver a montar todo el equipo como si fuese un puzzle, si no no cabe todo. Estoy perdiendo demasiado tiempo, ya tendría que estar bastante mas abajo.

Siguiendo por el camino, en medio de la nada, me encuentro una bicicleta de montaña tapada por un plástico, y debajo de la bicicleta hay otro plástico que tapa algo que no puedo ver. La impresión es de que ya lleva aquí algún tiempo ¿ Que ostias hará aquí la bici ? No veo a nadie, el lugar es de lo mas inapropiado para dejar una bicicleta, aparte de que alguien amigo de lo ajeno se la apropie. De todos modos no toco nada y continuo por el camino hasta la pista forestal. Pasado un buen rato llego a la carretera, ya muy cerca del túnel de Bielsa. De aquí a Francia creo que no hay mas de siete kilómetros en fuerte pendiente. Pero yo he de bajar unos cinco kilómetros en dirección contraria, en bajada hasta Parzán. La bajada me cuesta, ya son casi las cinco de la tarde y estoy bastante cansado, y los hombros me duelen mas que nunca. Tengo que hacer varias paradas para descansar los hombros.

Cuando estoy llegando al pueblo, me encuentro que en dirección contraria sube un montañero muy cargado. Tiene el aspecto mas bien de peregrino; sombrero de alas anchas, gran mochila con las chancletas colgando. Un plástico de color verde le sobresale mucho de la mochila. Lleva una botella de agua metida dentro de la colchoneta. Usa zapatillas de montaña en vez de botas.
Nos saludamos y nos ponemos ha  hablar un rato. Le puedo ver la cara de desgaste que tiene, es bajito y ancho, se ve fortachón, usa gruesas gafas de ver ( al dia siguiente me entararé de que tiene diez dioptrías en cada ojo, y también que se llama Oscar ) Lleva cuatro dias mas que yo andando, y está haciendo la travesía integral de los Pirineos, pero la acorta unas ocho etapas del Pirineo navarro, ya que él es de Pamplona ( al día siguiente me aclarará que nació en Villaba ) y conoce mucho aquella zona. ( Y yo pienso que además la montaña de verdad no empieza hasta la séptima u octava etapa, lo mismo que en el otro extremo de los Pirineos ).
Me indica donde puedo comprar comida en Parzán, y que mañana hará la misma etapa que yo, hasta Viadós. Hoy se irá a dormir por aquí cerca, ya que es un poco tarde y está cansado de la etapa de hoy.

Llego al lugar donde se puede comprar comida. Es una gasolinera, con restaurante - bar y mas abajo hay una casa que hace de pequeño supermercado, y que está llena de franceses. Y tiene una explicación: Vienen aquí a comprar alcohol y licores, de los cuales hay un abundante surtido. Es mas barato que en su país y se llevan grandes cantidades.

No puedo evitar caer en la tentación, no he comido mucho pero no tengo mucha hambre debido al calor. Estoy mas que roto y cansado pero he de comer algo hasta la noche, que espero que el bar esté abierto y pueda cenar de verdad. Por eso me tomo una cerveza, una cocacola, una bolsa de patatas fritas y una lata de berberechos ¡¡ Me sienta fenomenal !!
He tomado la decisión de dormir por aquí cerca del bar y la tienda, incluso detrás mismo, cerca del río. Busco algún lugar decente, pero para mi sorpresa no lo encuentro. Doy vueltas..... nada, ni un sitio para dormir. Me distancio un poco por la carretera por donde he venido, igualmente debo retroceder un kilómetro y medio hasta la pista que debo tomar mañana. Tampoco encuentro nada, hay alguna casa, descampados sucios o con piedras y pinchos.
Finalmente decido llegar hasta el principio de la pista de Urdiceto, que es por donde va la ruta para mañana. Ya he andado un kilómetro y medio mas, por carretera y en subida. Llevo una botella de agua de litro y medio en una mano y los dos bastones en la otra. Estoy haciendo un poco el pamplinas, así se pasea no se anda.
¡¡ Pues por aquí tampoco veo nada que me permita dormir !! Y ya es un poco tarde. Se que el montañero navarro que he visto antes quería acampar por aquí pero no lo veo ( Al dia siguiente me enteraré de que siguió un camino que yo no ví ).

Empiezo a subir por la pista de Urdizeto. Esta pista es famosa por que en tan solo once kilómetros sube un desnivel de 1.200 metros, lo cual da unas pendientes el triple de inclinadas que una carretera normal. Además está en mal estado y solo es apta para todoterrenos, y en algún lugar no tiene mas de tres metros de ancha.
Cuando empiezo a subir ya me despido de ir a cenar al bar de la gasolinera, ya no pienso dar la caminata de ida y vuelta hasta el pueblo, sería  absurdo.
Voy subiendo buscando ansiosamente un pequeño lugar para vivaquear, por pequeño que sea, pero no encuentro nada. La pista pasa por una pendiente muy boscosa y empinada, sube cruzando la montaña y haciendo muchos zig-zagas. No hay ni un rellano. Y yo continuo subiendo con la botella de agua de litro y medio en la mano. En un lugar por fin veo como un llano herboso, hay un cable que cierra el paso, lo cruzo y me llevo la desagradable sorpresa de que hay panales de abejas y un cartel indicando de su presencia y de su peligrosidad.
Chasqueado continuo subiendo, y me percato de que por aquí no hay ningún riachuelo. El río caudaloso está bastante abajo por fuertes pendientes y el bosque es muy cerrado.
Con esta tontería ya es casi de noche, miro el altímetro y marca 1.600 metros ¡¡ Jesús !! ya he subido mas de cuatrocientos desde Parzán.. ¡¡¡ y aún con la maldita botella de agua en la mano !!! Calculo que ya he andado unos cuatro kilómetros de los once que tiene la pista. Aun así decido andar hasta que pueda ver, incluso estoy dispuesto ha andar de noche hasta la central hidroeléctrica que hay a unos cuatro kilómetros mas, y donde me imagino que podré encontrar agua . ( Y que además cerca hay una cabaña libre, pero aún no lo sabía ).

Cuando ya no se ve casi nada, veo que baja un hilillo de agua sucia de barro por la ladera. Bebo de la mía y lleno el bidón. Pasados unos cien metros, creo que por fín puede haber un rellano unos metros mas arriba de una curva. Subo por entre priedras, pinchos y ramas ¡¡ veo un semirellano !! lo despejo todo lo que puedo de piedras y piñas secas. Preparo a oscuras el vivac, no ceno nada, ni me preparo ninguna infusión. Me meto en el saco....  y cuando llevo unos pocos minutos me doy cuenta de que me duele una muela, y que el dolor va a más. ¿ Alguien me está castigando ? ¿ A santo de que ahora me duele una muela ? ¿ Ha sido la cocacola, la cerveza, las patatas fritas o los berberechos ? Ha sido lo único que he comido hace ya unas tres horas. En todo caso en toda mi vida por la montaña solo he tenido dolor de muelas en una ocasión. Bueno, esta es la segunda vez.

Así y todo el cansancio me puede ( he andado unas doce horas en total ). La noche es cálida, paso calor, duermo fatal debido a lo incómodo del vivac, que ni siquiera es plano... las muelas, el no cenar.... todo. Duermo a ratos hasta que la noche da paso al nuevo día. Cuando ya son las siete me levanto totalmente roto, han pasado un par de todo terrenos de la hidroeléctica y me despiertan del todo. Desayuno poco y sin hambre, me topo una pastilla para el dolor de muelas y recojo todo; antes de salir miro el termómetro, 16 grados a la sombra y por la mañana.  Se presenta bien el nuevo día, con mas calor, promete ser un calor de espanto.

Cuando llevo andando no mas de diez o quince minutos me encuentro con que la pista forestal entra en una especie de estrecho valle, ¡¡ Y chasco !! aquí si que hay llanos para acampar, es un lugar abierto y veo justo al lado de la pista un lugar hasta bonito donde si hubiese acampado, hubiese dormido mucho mejor.
Empiezo a exclamarme por que el día anterior me entretuve en tal o tal sitio, o porque no seguí unos minutos mas en vez de contentarme con el mal lugar donde he dormido. O porque no hice descansos mas cortos. Pero da igual, hoy es el octavo día de andar y mañana ya acabaré la travesía. Me siento moderadamente optimista, solo tengo el ánimo chafado por la mala noche que he pasado.

La subida por las fuertes pendientes son aburridas, no me gusta nada este tramo. Cuando ya estoy cerca de la central hidroeléctrica pasan dos ciclistas con bicis de montaña muy modernas. Llevan los piñones de moda, de 36 dientes, y suben a un ritmo muy lento pero eficaz. Así y todo asusta verlos subir por estas rampas.
Hoy es el primer día que hace humedad y el sudor corre generosamente por mi cuerpo. Me gusta mas el ambiente seco.

Paso la central hidroeléctrica, aquí el valle se abre un poco y  el paisaje y el entorno ya es agradable. Llego a un punto en el que hay un atajo, hay una marca roja y blanca del GR 11, que lo tendré que seguir durante hoy y mañana. Sorprendentemente es la segunda marca que veo desde ayer, justo cuando empieza la pista forestal. En toda la pista no hay ninguno - o yo no lo ví - hasta llegar al atajo. Sigo el atajo y veo que bajan una pareja jóven, que van ligeros de equipaje. Por fin, mas cansado de lo normal llego al Paso d'es Caballos, a 2.300 metros aproximadamente; dejo la pista que aún sube un kilómetro mas aproximadamente hasta el lago - presa de Urdizeto, y justo enfrente está el refugio cabaña que hay en el collado.
Es relativamente nuevo y pequeño, está en un lugar que parece muy castigado por el viento. Miro por los alrededores y no veo agua por ningún sitio, ni tan siquiera a lo lejos puedo ver ningún arroyo. Pues este refugio como muchos otros no sirve no tiene agua cerca. Solo sirve en caso de urgencia, o si se llega en coche y se trae el agua de casa.

Mas arriba, al final de la pista y junto al lago han reconstruído un barracón y lo han convertido en refugio libre, pero yo no pasaré por él. Desde aquí me espera una bajada de unos 800 metros y una subida final de 150 metros hasta el refugio de Viadós, y aún tendré que subir mas hasta encontrar un lugar para acampar.... Esto en teoría, por que luego no será así.

Como no cené y he desayunado muy poco, tengo hambre y decido tomarme todo el tiempo del mundo para almorzar. Aún me queda una lata de sardinas que compré en Gavarnie y la voy a saborear. Y como tengo hambre le siguen el queso, salchichón, chorizo, pan de ayer, chocolate y frutos secos. Pero no me preparo ningún café ni infusión porque voy justo de agua.

Cuando ya estoy terminando de almorzar, oigo voces y se presentan tres montañeros, dos hombres y una mujer. Me saludan muy cordialmente, ellos están muy animados pese al esfuerzo que han hecho. Dos, una pareja, vienen andando desde Parzán, y el otro, que resulta que es Oscar, el montañero que vi ayer tarde cerca de Parzán, viene desde donde empieza la pista. La pareja es de Bilbao, Oscar el navarro y yo catalán; mas tarde alguien hace el comentario de que " los vascos y los catalanes somos los que mas vamos por los Pirineos ". Yo hago la observación de que " también los navarros ". El mismo Oscar lo confirma, " los navarros no somos vascos ".

Se crea muy buen ambiente entre nosotros, de una manera natural, espontánea. La pareja vasca son muy sociables, la mujer lo cuenta todo. Hasta me cuenta que fue campeona vasca de billar..... jajajaaaa...., y además creo que varias veces. Vaya cambio de actividad. Según me cuenta el ambiente en el billar de competición a veces es sórdido y está lleno de envidias.
Su pareja, aparte del montañismo en general, también practica otras disciplinas deportivas, incluido el buceo.
Cuando hago mas confianza con Oscar, me comenta que cuando nos encontramos ayer, que lo vi con la cara congestionada, mas que cansado lo que tenía es que se había tomado dos cervezas en el bar y iba un poco colocado.

Nos sopesamos las mochilas, hay unaminidad, la mía es la mas pesada, puede pesar dos o tres kilos mas que la de Oscar. La del vasco, pese a que abulta bastante, ya que lleva parte del equipo de su compañera, pesa algo menos que la de Oscar. Y la de su compañera pesa muy poco. Me explican los vascos que ellos llevan poco peso porque no llevan tienda de campaña, y van justos de equipo. Piensan dormir donde puedan ( están haciendo una travesía hasta el Pirineo catalán ) en cabañas y algún refugio. Y para comer lo mismo, comen donde pueden y compran comida donde pueden.
Les pregunto si saben como será el tiempo para los próximos días, extrañado de tanto buen tiempo, y me dan la noticia de que para esta noche y para el día siguiente se esperan lluvias, tormentas y una bajada de las temperaturas de 10 grados. En realidad me alegro de la noticia.

Como hemos de compartir parte del camino juntos y hay buen rollo entre nosotros, bajamos los cuatro hacia el valle de Viadós. En el camino primero se quedarán los vascos, en una cabaña que tienen anotada en el mapa. Después se quedará Oscar en un cámping, y después yo seguiré solo mi camino.... Pero tampoco saldrá así del todo. En la montaña los planes casi nunca salen como uno se propone. Hay cambios imprevistos que los trastocan y hay que adaptarse a todo.

Antes de bajar hago una foto a la Punta Suelza, de 2.972 metros. No llega a los tresmil metros por poco. Si fuese un tresmil sería de largo el mas frecuentado, ya que se sube por la pista hasta los 2.400 metros. Y desde ahí a la cima como mucho hay dos horas de caminata fácil. Además al final de la pista hay el barracón refugio y toda el agua del mundo en el lago.

La hermosa cabaña de Sallena con el Posets al fondo. Parece un bucólico paisaje suizo, pero es el Pirineo aragonés. Al fondo ya se ve la pista forestal que lleva a Viadós.

Aquí hicimos una larga parada. A pocos metros está la cabaña donde la pareja vasca van a pasar la noche. No encuentran agua muy potable pero deciden quedarse de todos modos.
Comemos un poco, hacemos alguna fotografía, nos contamos algo de nuestras vidas y planes para el futuro. Y finalmente nos despedimos con la seguridad de que coincidiremos mañana u otro día. Seguramente en Benasque, ya que todos tenemos pensado pasar por este pueblo.

Oscar y yo bajamos juntos por los atajos que cortan la pista. Vamos hablando y Oscar me sorprende cada vez mas. El que parecía un tipo mas bien rústico, con expresiones que me recordaban mas las mañas que las navarras, resulta que es un montañero - alpinista - escalador - esquiador - ciclista y alguna cosa mas.
Y por la tarde me sorprende aún mas cuando me explica sus gustos musicales, que van desde el flamenco al jazz, pasando por el rock de todo tipo, compartimos gustos musicales. Y aún mas me sorprende su cultura y gusto cinematográfico que coincide bastante con el mío. Mas tarde le explicaré como bajarse toda la música o películas de internet gratis. Le explico que yo me he bajado cientos de discos.

Llegamos al punto mas bajo del día de hoy, a algo mas de 1.500 metros de altitud. Es la pista que siguiéndola nos lleva, primero al camping donde él quiere quedarse, y después sigue hasta Viadós. Hoy hace un calor insoportable, el corto tramo de pista por el que pasamos está polvoriento. Empiezo a tener la tentación de quedarme por el camping o dormir por aquí cerca. Ya son mas o menos las tres de la tarde, y la mala noche, y quizás la pastilla para la muela que me ha dejado un poco mormo, se hacen notar. Se lo digo a Oscar y se alegra de ello. Dice que me invita a una cerveza en el camping. Al poco rato llegamos al camping, que se ve muy tranquilo. Está a la sombra, hay pocas tiendas acampadas, y tiene un bar - restaurante y habitaciones.
Nos tomamos las cervezas, preguntamos por los precios - que son económicos  - y nos apuntamos para la cena, porque hay que apuntarse para ello.
Plantamos las tiendas, la de Oscar hace reír, como él es mas bien bajo - y corpulento - lleva una tienda vivac muy pequeña y corta. Pesa 900 gramos y es de color verde chillón. Ese es parte de su secreto para llevar poco peso. Pero la cosa va mas, en vez de pantalones de montaña lleva mallas ciclistas, cortas y largas. En vez de forro polar, lleva una chaquetilla muy pequeña también de ciclismo. El saco de dormir pesa 800 gramos, es de plumas pero parece que no tenga muchas plumas. Usa zapatillas de trekking en vez de botas. En vez de sandalias lleva unas chancletas de playa ligeras y baratas. Y así todo su equipo.
Hablando sobre su travesía casi integral de los Pirineos, me doy cuenta de que no las tiene todas consigo. Le falta un gramo de convicción.
Yo me ducho y lavo la ropa, y aunque faltan solo unas tres horas para cenar, me preparo un arroz de sobre, porque no aguanto muchas horas sin comer, me baja la tensión.

Mientras tanto ha llegado un joven alemán. Viaja solo y está haciendo la travesía de los Pirineos por su recorrido mas exigente, la Alta Ruta Pirenaica. La empezó en el Cantábrico y la acabará en el Mediterráneo.
El alemán, que no creo que tenga mas de veinte años, tiene el físico típico alemán, alto, rubio y fuerte. A mí me recuerda al personaje de cómic Tintín, incluso lo veo algo infantil. Tiene modales educados y a mi entender es de buena familia. Y hasta habla algo de español. Cuando se queda corto en el idioma, metemos el inglés de por medio y nos vamos entendiendo.
Nos cuenta que estudia en Suiza, y que se ha venido a los Pirineos porque los Alpes están llenos de gente. Pero lo sorprendente de él, es de como está haciendo su aventura tan larga, que es de un mes un poco largo.
Lleva un equipo ultralight, ni siquiera lleva mochila tal cual. Lleva una bolsa muy delgada con tirantes. Es pequeña. Solo lleva un trozo muy pequeño de colchoneta que la mete dentro y alrededor de la mochila. No usa tienda de campaña, lo que usa es una especie de carpa, que solo pesa 600 gramos, y que se aguanta con los palos de trekking. Se ve muy frágil, no creo que le aguante tormentas de las de verdad. El color de la carpa es horroroso y cantón, de color verde pistacho.
También usa mallas largas de ciclismo como Oscar, mas un pantalón corto.
La guinda de su equipo es el hornillo para cocinar. De lo mas sencillo y cutre al mismo tiempo. Consiste en una lata de comida para gatos, la agujereó por los lados. Ahí le pone alcohol de quemar, del que lleva una pequeña cantidad. Encima de la lata pone la cacerola y calienta el agua justa para cocinar puré de patatas de sobre y cosas muy rápidas de cocinar.

A la objeción que le hacemos de que es mucho mas práctico el clásico infiernillo de gas, él se muestra muy convencido de su sistema, y al parecer tiene la idea errónea de que le sería difícil encontrar gas por los Pirineos. En realidad en casi todos los pueblos por donde ha de pasar se puede encontrar.
En conjunto su táctica de travesía recuerda mas a la de supervivencia.

Cuando son las ocho y media vamos a cenar Oscar y yo. El precio de la cena es económico y  es de tres platos mas postre. Nos avisan de que el precio de la bebida va a parte.
La cena consiste en sopa, de la cual nos ponemos dos platos cada uno. Tiene algo de sopa de sobre seguro. De segundo unas verduras revueltas con beicon, que también tienen algo de lata. De tercero finas lonchas de lomo, con patatas mas que fritas, hervidas y con una salsa que parece de manzana. Pero es lo mejor de la cena. Nos comemos todo el pan, nos traen mas y también lo acabamos. El vino, que nos lo cobran al equivalente a dos tercios del precio del menú, nos gusta y apuramos la botella. Somos los únicos que beben vino, el resto de los comensales beben agua del grifo. Hasta nos da un poco de vergüenza ..... ¡¡¡ jajajajaaaa !!! pero nos sienta de maravilla y nos reímos. Somos los que mas hablamos y mas fuerte. Oscar es un gran tipo.
Para finalizar un yogurt y un cortado, que también somos los únicos en pedir uno. ¿ Será la crisis o es todos que hacen dieta ?

Mientras estábamos cenando se ha puesto a llover y se oyen relámpagos. Ya está aquí el mal tiempo.

Hemos quedado con Oscar para levantarnos a las seis de la mañana. Haremos juntos casi la totalidad de la etapa de mañana, que para mí será la última. Serán unos veinticinco kilómetros mas o menos, una primera subida de unos 1.000 metros de desnivel, sin contar alguna bajada de por medio, con la consiguiente pérdida de desnivel, y después una larga y kilómetrica bajada por el inigualable valle de Estós, hasta el Puen de San Chaime, con un desnivel de bajada de 1.300 metros. Y por último unos tres kilómetros de carretera y subida hasta Plan de Senarta, con un desnivel de unos 150 metros mas. Eso en la práctica son muchas horas. No está nada mal; al menos la mochila ya pesa algo menos, pero no mucho menos.


A las seis de la mañana cuando me he de levantar llueve y se oye algún trueno no muy cercano. Creo que ha llovido toda la noche. Yo he dormido bastante bien; había quedado con Oscar que si él no se despertaba lo despertase yo, pero no lo hago porque lloviendo no creo que quiera salir.
Así y todo desayuno para ganar tiempo por si deja de llover y se puede salir. Desayuno y sigue lloviendo, no tengo mas remedio que medio volverme a meter en el saco vestido y preparado para levantarme si deja de llover. Creo que ya son loas ocho y media cuando me despierto, ahora llueve poco. Me levanto y veo a Oscar que sale de la tienda cuando yo. El chico alemán ya ha salido, es duro este chaval, seguro que este si que acaba la travesía integral de los Pirineos.

Intercambiamos opiniones y planes. Yo decido desmontar la tienda y caminar todo lo que pueda, como mínimo he de llegar a la cabaña de Añes Cruces, que está a unas dos horas de camino, y si sigue lloviendo me pararé ahí hasta mañana. Oscar me dice que se quedará en el camping hasta las doce, y después verá si se queda un día mas o parte para arriba. Antes pero, nos vamos al bar del camping a tomarnos unos cafés con leche.
Son ya las diez de la mañana - ¡¡¡ vaya horas !!! cuando me despido de Oscar y salgo para arriba. Cuando no he andado mas de cincuenta metros, oigo voces que me llaman, me giro y veo a la pareja de vascos que van acompañados de otra pareja. La chica vasca me dice: " Ven que aquí tienes tocayos ". Los tocayos son una pareja de Barcelona, de unos treinta y tantos años, van los cuatro muy animados y hablándose como si se conociesen de toda la vida, pero solo se conocen de ayer. Han dormido los cuatro en la misma cabaña.
Siendo como soy, lo primero que hago es echarles un repaso, de soslayo eso sí. Llevan un equipo " gama baja " y mochilas muy ligeras. Están haciendo una travesía de solo dos días, y no llevan tienda ni siquiera colchoneta.

Me hace sonreír, verlos en animada conversación, ahora Oscar también está con ellos. ¡¡ Que rápido confraterniza aquí la gente !! Esto ya parece el Camino de Santiago..... y la guinda la pongo yo, cuando en vez de decir Parzán, me equivoco y digo " Tarzán "......  ¡¡ jajajajaa!! explotan todos en carcajadas, y creo que la gente que está afuera del bar también.... cosas de la edad.
Como quien no quiere la cosa en pocos minutos subimos por los atajos que cortan la pista hasta el refugio de Viadós, las dos parejas y yo. Oscar se queda.
Ya no llueve y ya me pongo en manga corta, no se nota mucho la bajada de diez grados de temperatura. Cuando ya estamos en el refugio las dos parejas se quedan a tomarse unos cafés, yo les digo que sigo para arriba, que como ellos van tan ligeros ya me pillarán por el camino.

Mirando hacia atrás me despido de los picos de Eriste, son tres tresmiles que subí hace décadas ( literalmente ). Son un poco difíciles y peligrosos. Fueron de los primeros tresmiles que subí, harían los número veinte o treinta como mucho. Se da la casualidad de que en aquella salida es donde tuve el único dolor de muelas que he tenido en la montaña. Y otra cosa remarcable, que la tienda de campaña que llevaba era de las primeras tipo igloo, y pesaba ¡¡ seis kilos !! muy lejos de los dos de la que ahora estoy usando. Y aún mas, recuerdo perfectamente que la mochila pesaba treinta kilos, y la tuve que acarrear durante cuatro o cinco horas hasta la base de los picos de Eriste. Y aún mas, bajando de los picos me cayó un aguacero que me provocó un fuerte resfriado, y entre el dolor de muelas y el resfriado lo pasé muy, pero que muy mal.



Continúo solo durante unas dos hora aproximadamente, pasada la cabaña de Añes Cruces, que no tiene agua cerca, el camino hace bajada hasta el cruce que se ve en la foto, a unos 2.100 metros. Repongo agua en el río y hago unas fotos, pero no paro para comer nada, aunque debería hacerlo aunque no tenga hambre. Mas de tres horas sin comer me produce bajada de tensión, con la consecuente pájara.

Aquí mi careto, me doy cuenta de que no me afeité en el camping, se me olvidó. Los pelos blancos me delatan.
En el cartel donde dice 1 h. 30 ' a mi me costará al menos dos horas. Ese puerto tiene dos nombres, como la mayoría de topónimos de por aquí. Son Puerto Chistau y Puerto Chistén.

Desde el cruce mirándo hacia abajo, por donde he venido. Aunque se ve muy facilón, tiene alguna canal que hay que cruzar que tiene un mínimo peligro. En la foto se pueden ver las dos últimas. Son canales rocosas, no muy inclinadas, pero mas de lo que parece en la foto. En caso de caída es imposible pararse, y el final está a unos 40 ó 50 metros mas abajo. Y el camino desaparece y hay que medio agarrarse a la roca. Un poco de atención si les presto,  porque está todo mojado.

Enfrente el Bachimala y un trozo de la larga cresta que le sigue. Todos son tresmiles a los que subí hace años, pero dejé un pico que queda un poco apartado, y mas lejos aún me quedó otro, el Lostou, que está en territorio francés.
En la fotografía no se puede apreciar, pero en la parte alta hay granizo que ha caído con las tormentas de la noche. Por aquí ya hace un poco de frío, esto ya es clima de montaña de verdad, y empiezo a sentirme a gusto...... pero cansado.

Después del cruce tengo un despiste y pierdo las marcas del GR, que son blancas y rojas. Sigo por el valle siguiendo el río pensando que ya las encontraré. No las encuentro y me paro. Dudas.... pero oigo voces mas  arriba de donde estoy, y veo a una pareja de montañeros que bajan andando por un camino encima de unas rocas, me parece un poco peligroso, pero seguro que el camino es por ahí.
Subo recto y llego al sendero, hay marcas del GR. El sendero es mas que estrecho, a la iquierda hay barrancos en los que está prohibido caerse. Basta un simple traspiés para ir hacia abajo, y además está todo mojado. Lo sigo paso a paso, con tendencia a inclinarme hacia la derecha, me voy agarrando a pequeños salientes. El sendero continúa en diagonal ascendente durante unos quince o veinte minutos. Hay un par de pasos peligrosos de verdad, el sendero se estrecha demasiado, incluso desaparece, y hay que agarrarse a unas rocas medio sueltas para poder pasarlo. Tienen su peligro, especialmente el segundo de los pasos. ¡¡ Y yo que pensaba que el camino de hoy seria facilón y sin peligro alguno !!
Se me hace un poco largo este tramo;  cuando ya lo he pasado y veo que lo que sigue parece no tener mas barrancos me relajo, y me doy cuenta de que ya empiezo a notar la falta de comida. El desayuno de las seis de la mañana, y el café con leche de las nueve, mi cuerpo ya los ha consumido de sobras y quiere mas energía.

Cada día tomo dos o tres pastillas que son complementos de minerales y vitaminas. En teoría solo hay que tomar una al día, pero no me fío, aunque sean de una conocida marca, y por eso tomo dos o tres. Hace unas noches, en uno de mis sueños con mi padre, éste me dijo que las pastillas eran muy malas y que no tomaran tantas. En anteriores sueños lo mismo me había dicho de productos alimenticios que compro, especialmente de un café descafeinado de marca barata. Se ve que los difuntos saben cosas increíbles. Siguiendo con mi padre, como anécdota, hasta me dijo que cierto reloj que tengo en casa, que compró mi madre, y que dejaba de funcionar, en realidad estaba perfecto, solo que yo le ponía pilas medio gastadas. Lo comprobé y así era. Y además saben el futuro. ¿ No será mejor vivir desencarnado ?

Cuando por fin llego al puerto de Chistau, tengo sensaciones profundas, y una es el frío. Hasta me tendría que poner los guantes, pero como los tengo en el fondo de la mochila, y buscarlos y hacer la mochila me puede costar una eternidad, me aguanto.

Ahora por fin, solo me queda la larga bajada final. Se han acabado los peligros, ya no hay barrancos, ríos peligrosos que cruzar, ni siquiera hay vacas. Me conozco bien la bajada, se que desde el refugio de Viadós, por donde he de pasar forzosamente, el camino es muy plácido en ligera bajada. Solo al final hay sube y bajas. Y cuando llegue a la carretera, los tres kilómetros en subida que he de hacer hasta el Plan de Senarta me matarán.

Desde el collado de Chistau mirando la larga bajada por el valle de Estós, son trece kilómetros por uno de los valles que mas me gustan de los Pirineos.
 A la izquierda, si no estuviesen las nubes se verían varios tresmiles de la zona. El Perdiguero, Seil de la Baquo y otros. Aunque parezca que llueve, solo caen algunas gotas perdidas, pero por mi ya puede llover todo lo que quiera.
Aquí si que toca almolzar, a pesar del frío y de las nubes amenazadoras. Cuando llevo diez o quince minutos en el puerto intento buscar agua, pero no encuentro. Bajo un poco por donde he venido y veo subir un grupo de gente. Primero pienso que son suizos o franceses, mas que nada por que veo a alguien que es rubio claro. Pero en seguida veo quienes son: La pareja de vascos ( ella es rubia claro natural ), la pareja de Barcelona y Oscar, que finalmente no se ha esperado y se ha unido al grupo. Me saludan de una manera tan cordial, como si nos conociésemos de toda la vida,  que me emociono un poco. Me sorprende este grupo espontáneo. Tienen una moral a prueba de bombas.  Y como sucede en alguna ocasión, cuando llegan al collado, me doy cuenta de que sale el sol. No hago ningún comentario, me doy cuenta de que ellos no se han percatado de este detalle.
Como ven que estoy empezando a almorzar, ellos también se paran y comemos juntos. Entre bromas y risas, comparten también comida. Comen rápido y como a veces vienen ráfagas de viento frío y el sol se tapa un poco, se preparan para la larga bajada. Yo les digo que voy a tardar un poco mas y que ya les pillaré, no tengo tanta prisa y el lugar me encanta. Es mi último día de travesía y quiero disfrutar de un poco de soledad. Me medio comprenden y se van, los veo desaparecer en una esquina, y ya no los veré hasta media hora después.

Sorprendentemente bajo mas rápido que ellos, y poco a poco los voy alcanzando. En un punto sigo todo recto y los pillo en un descanso que han hecho en un riachuelo. Ahora ya seguimos todos juntos, pero solo lo haremos hasta el refugio de Viadós. Ellos no tienen los planes claros, no saben si quedarse a dormir aquí o seguir mas abajo. Yo si lo tengo claro, hasta el camping de Plan de Senarta no pararé.

Mientras bajamos hacia el refugio, que aún está bastante lejos y con algo de subida, me fijo en algo sorprendente. La pareja de Barcelona andan raro, y es que él se ha hecho un esguince hoy mismo. Se ha puesto como una venda o algo así, y ella camina de una manera que no me lo puedo creer. Baja totalmente coja, hace unos gestos y movimientos que no me lo esperaba. Le pregunto que le pasa y me dice que es que le duelen las plantas de los pies, que es de las botas. A pesar de como anda, que no se si podrá llegar muy lejos, tiene una presencia de ánimo que asusta. En un momento dado, como va la última del grupo, se queda rezagada y ya no la vemos. Le llamamos a gritos, pero no contesta. Por fin aparece caminando de esa manera tan rara, y nos dice algo así, con mucho desparpajo: " ¿ Que pasa, es que teneis prisa ? ¡¡ Si aún quedan horas de luz  !!".

Cuantas personas en su estado ya se hubiesen hecho rescatar por un helicóptero. Por menos de eso llaman al grupo de rescate. Y también me preocupo por su pareja, porque si realmente tiene un esquince, en cuanto se pare y se enfríe no podrá andar. Y el valle es largo. Para colmo dejaron su vehículo en Bielsa, y para regresar a él primero han de llegar a Benasque, y después tomar dos autobuses, incluso creo que un tercero o un taxi..... o andando varios kilómetros mas.

Cuando llegamos al refugio el grupo ya se había desperdigado un poco. Tengo a tres por delante y dos por detrás. Me despido desde lejos de ellos, me doy cuenta de que la chica vasca - ¡¡ la campeona vasca de billar !! - le hubiera gustado despedirse con dos besos, como hicimos  ayer, pero estamos lejos, y yo un poco cansado para subir hasta donde está ella. Les digo que igual nos vemos mañana en Benasque y todos contentos. ( Pero ya no nos veremos mas ) Me llevo un gran recuerdo de este grupo de gente, compañeros improvisados de viaje, almas grandes con una voluntad, decisión y presencia de espíritu que no es fácil ver hoy en día. Mas abajo pensaré en ellos y me sonrío pensando en que mas que montañeros en travesía parecíamos peregrinos del camino de Santiago, que se agrupan y se ayudan entre ellos en su duro viaje. Mas que ayuda material, como es un poco de comida, unas tiritas, un poco de gel de baño, lo que se comparte es el calor humano, calor desprovisto de egocentrismo. Es el calor del que da, porque de su espíritu noble surgen sentimientos de ayuda al prójimo.

Sigo con mi bajada por el valle de Estós, ahora el camino es un paseo, todo por un camino ancho, que al final es una pista solo apta para vehiculos autorizados.
Pienso un poco egoistamente que si no hubiera ido con el grupo hasta el refugio, me podría haber ahorrado unos veinte o treinta minutos de camino, ya que el GR se desvía expresamente hacia el refugio, me imagino como un ardid para atraer clientes. Pero la compañía de ese grupo tan vivo, tan lleno de fuerza, no tiene precio, y el esfuerzo de mas ha valido la pena.

Ahora los hombros ya me están castigando, cada quince o veinte minutos he de parar, y descanso dos o tres, y sin quitarme la mochila, sencillamente cuando veo una roca un poco alta, me aflojo las correas de la mochila y me siento. Llego al puente que está cerca de la cabaña de Turmo; por aquí todo es verde, y no hay ni vacas ni cabras ni ovejas. Este valle es una delicia de paz.

Desde la cabaña de Turmo hacia los prados cercanos. Un poco mas arriba están las ruinas de un cuartel, y hacia el fondo hay un refugio - cabaña que cuesta un poco encontrar.

La cabaña de Turmo, ahora cerrada. Cuando estaba abierta pasé aquí unas cuantas noches. Alguna vez estuve casi una semana entera aquí, sin ser molestado por nadie. Me servía como base para las ascensiones que hacía por los picos de la zona. Ahora esta zona en verano es muy transitada.
Ahora han puesto unos carteles indicadores por toda la zona, dan unos horarios en exceso optimistas, incluso si se va sin mochila. Es una forma de engaño, que a veces puede acabar en una llamada para rescatar a un grupo de gente inexperta que se le ha hecho de noche.

Para llegar a esta otra cabaña, la de Santa Ana, que está a unos 1.500 metros, me cuesta mas de lo normal. Ya no tengo fuerzas, y el dolor de hombros ya es insoportable. La mas mínima cuesta me hace sufrir; tengo una semi - pájara.
Cuando llego aquí decido hacer una buena parada para comer.
Por delante de la cabaña pasa el camino por el que transitan pequeños grupos de turistas. Me miran al verme tan cargado, y cuando deshago la mochila para sacar los utensilios, oigo comentarios de los turistas. Se creen que esta cabaña es para que descansen los montañeros, algo así como si fuese obligado parar aquí.

Como aquí no hay agua, no tengo mas remedio que bajar al río, que es una imprudencia, porque mas arriba está el refugio de Estós y no se si vierten aguas residuales al río, aunque sea de escondido, que uno ha visto de todo. Pero como es agua para hervir, no me caliento demasiado la cabeza. Aunque después pienso que el bidón de agua quedaría contaminado.

De hecho en los once días que estaré en la montaña, no tendré ningún problema intestinal, ni tan siquiera pondré pastillas potabilizadoras al agua, pese a que llevo docenas de ellas. Es el primer verano en muchos años en que no tengo problemas con el agua.

Estoy unos tres cuartos de hora en total. Me he rehecho un poco. Ahora ya hace fresco, me he de abrigar un poco; mientras el cielo se ha ido cargando con nubes que amenazan lluvia.
Por fin llego a la carretera. Un poco antes me he cruzado con un grupo de unos cuatro o cincos pintas de mucho cuidado, creo que eran rumanos o búlgaros. Eran jóvenes, vestían como en la playa, y no me gustaría encontrármelos de noche en una calle oscura. Se nota que hasta aquí llegan gentes de todas partes. Es lo malo de ser un sitio tan turístico.

Ahora me lo veo negro para llegar hasta Plan de Senarta. Enfilo la carretera, ánimo que no son mas de tres kilómetros en subida. Empieza a llover; he de parar varias veces, paradas de un par de minutos y ha seguir. Llueve mas fuerte. Pasan bastantes automóviles, me he de apartar en el arcén..... y por fin la bajadilla final hasta el cámping del Plan de Senarta ¡¡¡ FIN DE LA TRAVESÍA !! Nueve días maravillosos por los rincones mas bonitos y agrestes de los Pirineos... aunque no todos. Aún estoy un poco pajarito y no asimilo el logro personal de esta actividad.

El cámping muestra los efectos de las inundaciones de hace un par de meses, mas o menos. La caseta de recepción ha desaparecido, así como la fuente. El edifico grande está lleno de piedras y escombros, se ve que el agua entró y arrasó todo por dentro. Mucha piedra suelta arrastrada por el agua. Por lo demás, la zona de acampada está como siempre.

Ya son las siete y media y sigue lloviendo, aunque ahora débilmente. Voy a recepción a preguntar y acampo. Monto la tienda que está mojada de la noche pasada ( y pesa mas )  y se sigue mojando. Ahora primero de todo voy a ducharme. Y después ceno restos de comida que me quedan. El pan parece de goma y está hecho migajas. Mañana iré andando a Benasque, unos diez u once kilómetros mas, y compraré algo de comida, porque mi intención es pasarme aquí la tarde - noche de hoy, todo el dia de mañana, y la mañana de pasado mañana. Todo para descansar y no regresar de golpe al mundo de las fieras de la "civilización".

Se empieza a notar frío de verdad. Hoy me acuesto un poco mas tarde que las otras noches, son los vicios de estar cerca de la civilización. Una vez dentro del saco, hecho a faltar el mp3, un poco de música relajante me iría fenomenal, pero por cuestiones de peso, descarté llevar tan pequeño aparato.
Esta noche dormiré de maravilla, y sin pastillas para dormir, sencillamente la noche resultó ser la mas fresca de toda la travesía. ¡¡ Quién lo iba a decir !! A poco mas de 1.300 metros de altitud. Pero es que hoy si que se nota el descenso de diez grados de temperatura que habían anunciado.

Por la mañana amanece inestable. Es fresca tirando a fría. Está todo mojado de la lluvia y el rocío, que aquí es muy fuerte. Este valle tiene la peculariedad de que el mal tiempo se engancha en el fondo del valle, mientras que en los valles cercanos como el de Vallibierna, hace mejor tiempo. Así y todo la gente se queda en los campings que hay por aquí, aguantando estoicamente varios días de mal tiempo.
Estoy tan tranquilo, que hasta las doce de la mañana no empiezo la caminata hasta Benasque. La hago por la carretera y regreso por el otro lado del río. Camino con sandalias y llevo una bolsa en vez de mochila. LLego a Benasque por la carretera que está en reparación debido a las inundaciones...... Y partir de aquí ya no hay historia que contar. Puro trámite; comprar comida, sentarme en un banco al medio sol, y comer tranquilamente delante de los turistas, que alguno hay que me mira como si fuese un homeless.
Regreso al cámping y noto que el pie derecho está punto de petar, seguramente un tendón. Ayer durante la bajada por el valle de Estós ya me estaba amenazando con romperse algo en la planta del pie. Hace unos meses tuve una lesión espontánea, sin hacer ningún esfuerzo, de hecho me pasó en mi propia casa. Estuve tan mal que no podía ni andar para ir al lavabo, ni tan siquiera fui capaz de llamar a urgencias, por que el teléfono estaba en el otro lado de la casa. Afortunadamente mejoró muchísimo en un par de días. Yo creo que fue gracias a los rezos. " Pedid y se os dará  ".

En todo caso la lesión puede volver a reproducirse, y es como un regalo que las molestias las tenga cuando ya he acabado la travesía, y no durante ésta. Y el dolor de muelas que era intermitente, está remitiendo....... son las miserias de tener un cuerpo físico, defectuoso y caducable.

Durante el resto del día el tiempo es inestable, pero no llueve. Hace viento y como tengo que lavar toda la ropa para el viaje a casa, me irá estupendamente, espero que se seque casi toda.
La montaña está toda verde y espléndida, hace gozo, comunica vida, plenitud, energía. Este viento frío parece que da vitalidad.
Lo malo es alguna gente que viene a pasarse algunos días en los campings. Los hay que van ha hacer actividad de montaña y son presentables, pero los hay que vienen de barrios de mala muerte de ciudades o de pueblos, y no tienen ninguna cultura sobre la montaña y sobre la gente que hace actividad  en la montaña. Algunos de estos los he visto en este camping , son auténtica chusma, basura de ciudad que ensucia la montaña, detritos que las propias urbes expulsan durante unos días, quizás semanas.
Ya me empiezo a mentalizar para adaptarme de nuevo a las miserias humanas de la civilización. El buen tono mental se está acabando.

Último día; amanece un día espléndido, sin una nube. La noche ha sido fresca y he dormido genial. Hago un almuerzo fuerte, compré mucha comida el día anterior y una botella de vino, que al final casi no lo probé porque no me apetecía. En cambio esta mañana si me apetece y bebo quizás algo mas de la cuenta. ¡¡ Y yo que  hace décadas que desayuno yogurt con müesli y fruta !!  Será la falta de costumbre, pero al final me doy cuenta de que voy a ir contento en el autobús a Benasque.

Desmonto la tienda y la pongo al sol para que se seque. También aireo el saco de dormir en la mañana radiante. Me ducho, me pongo ropa limpia y desodorante. Hacia las doce y media ya estoy listo. Falta aún un buen rato para que pase el autobús que baja de Vallibierna. Cuando llega, resulta que el único viajero soy yo solo. La gente tiene miedo del recorrido.
 Este autobús, aparte de lo caro que es, tiene dos tramos en la subida a Vallbierna que son muy peligrosos. Yo monté en dos ocasiones y no lo pienso repetir. En algunos tramos las ruedas del autobús pasan demasiado cerca del barranco, que en algunos lugares puede tener mas de doscientos metros de caída. La pista es muy estrecha, fácilmente caen rocas por la ladera de la montaña, y el suelo es muy inestable, a base de tierra y piedras. En los lugares mas peligrosos hay arreglado mínimamente el suelo. Como mínimo he visto tres automóviles accidentados o bloqueados, y que por aquí pueda pasar un autobús es casi un prodigio de habilidad y valentía por parte del conductor, que una vez me comentó que no cobra ningún plus de peligrosidad. Yo le daba la medalla al mérito laboral.

.... Pero yo hoy no voy a pasar el mal trago de ese recorrido, solo voy a ir por la carretera asfaltada hasta Benasque. Voy a comer un plato combinado, que me sienta de maravilla. Y las dos cervezas que me tomo también. Al que creo que es el dueño del hostal creo que lo tengo visto desde hace cuarenta años, cuando era tan chaval como yo. Éste usa la estrategia ( al menos conmigo ) de ponerte primero la cerveza que has pedido junto con el plato combinado, y hasta que no ve que la has acabado no te trae el plato. Entonces como ya no tienes mas cerveza pues pides otra. Pero bueno, esto lo hacen en muchos sitios, está dentro de la normalidad, aparte de que comer ahí no es nada caro.

Lo siguiente que me pasa si que es mas discutible. Cuando subo al autobús para Barbastro y pago, el conductor me devuelve un euro de menos en el cambio; y mira que es difícil equivocarse, me ha de devolver un euro y unos céntimos, y solo me da los céntimos. Se lo digo y hace una exclamación un poco pobre. ¡¡ Pues nada !! así empieza mi periplo hasta mi casa. He de recorrer unos 365 kilómetros, repartidos en dos autobuses y un tren. Salgo a las tres de la tarde y no llegaré a casa hasta las once de la noche aproximadamente. Y eso que tengo suerte y puedo pillar el tren seguidamente de llegar a la estación, si lo hubiese perdido hubiese tenido que esperar una hora mas, y llegar a casa a las doce de la noche, que es lo mas normal que me pasa en otras ocasiones.
He tenido tiempo de ir a comprar comida para llevar. Empiezo a degustar un sabroso bocadillo de pan de chapata con embutido y ensalada; en la siguiente parada se sientan delante mio dos jóvenes prostitutas rusas o ucranianas. Una de ellas saca un melocotón, lo muerde y le cae el jugo al suelo, cerca de mis pies. No se disculpa y saca un hilo dental después de haberse comido el melocotón. No es una puta fina.

La coca cola que he tomado me provoca un erupto. Erupto sin mucho disimulo delante de las prostitutas...... estas han visto de todo y no se escandalizan. Ya es de noche, y hago el viaje dormitando en el vagón. Me siento pleno, me lo he currado, como cuando mi cuerpo era jóven.

Estoy tranquilo, sereno y siento paz.

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- EPÍLOGO -

Un maestro de Zen vivía el tipo de vida más simple, en una pequeña choza a los pies de una montaña.

Una noche, mientras estaba ausente, un ladrón entró furtivamente a la choza sólo para encontrar que no había nada para robar.

El maestro Zen volvió y lo encontró. “ Has venido desde muy lejos a visitarme”, le dijo al merodeador, “y no deberías volver con las manos vacías. Por favor, toma mis ropas como regalo”.  El ladrón estaba desconcertado, sin embargo tomó las ropas y se dio a la fuga.

El maestro se sentó desnudo, mirando la luna. “Pobre hombre“, meditó, “desearía poder darle esta hermosa luna”.

(Cuento zen : El ladrón que se olvidó la luna en la ventana )




QUE TODOS LOS SERES SEAN FELICES.



2 comentarios:

  1. Espléndida ruta pasando por lugares realmente espectaculares. Felicidades.

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    1. Pues gracias, y si te has entretenido en leer todo esto, millones de gracias, por dedicar una parte de tu preciosa vida en prestar atención a este modesto relato.

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