Esta
es una de las imágenes que más me fascinan de las montañas. Una montaña
reflejada en las aguas traquilas y cristalinas de un lago. Y
precisamente en esta hora de quietud natural, cuando la Naturaleza se
prepara para recogerse durante la noche. La similitud que me produce
es la de estar haciendo meditación sentado tranquilamente. La
conciencia serena observa los pensamientos producidos por la mente,
y los sentimientos se van purificando. Los pensamientos, - al igual que
las nubes - van desfilando sin alterar la conciencia, que no se aferra a
ellos y los deja marchar, esperando los siguientes, sin tampoco
aferrarse, pués los pensamientos son ilusiorios, nos crean una realidad
ilusoria. La actitud es la de estar presente, Aquí y Ahora, siendo
consciente de todo lo que experimentamos sin apegarnos a nada,
disfrutando en silencio mental del misterio de la Existéncia, sin tan
siquiera esperar la Iluminación.
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