viernes, 11 de julio de 2014

LA PLENITUD DE LA RESILIENCIA - O el arte de vaciarse en la plenitud

Esta es un sencillo relato de una sencilla excursión. Otra vez mas en los Pirineos, en los que tengo mas cercanos de casa, en el valle de Nuria. La excursión prevista era una gran clásica del excursionismo catalán, la llamada Olla de Núria, un circuito de algo mas de veintiún kilómetros, con un desnivel positivo de casi 1.900 metros y pasando por un total de catorce cimas, desde la primera a 2913 metros, hasta la última de 2471 metros. A ritmo de excursionista el recorrido se hace entre siete y diez horas, empezando y acabando en el santuario de Núria. A ritmo de la carrera internacional de montaña que se hace en este bello recorrido, el tiempo mas rápido creo que está sobre las dos horas veinte minutos aproximadamente.
Se dio la casualidad de que la carrera se corría una semana mas tarde del día en que yo la intenté. Pura casualidad. Y como describo, la intenté, ya que debido al mal tiempo que se avecinaba, a la niebla y al fuerte viento constante, acorté el recorrido, dejándolo en unos dieciocho kilómetros, unos 1650 metros de desnivel positivo, y tardé siete horas y tres cuartos, a un ritmo mas que tranquilo. Soy de los que hace una larga parada de media hora para almorzar en tan privilegiado lugar. Es algo así como disfrutar mas del paisaje y del momento. Se aúnan los placeres del comer y de la contemplación silenciosa del entorno y del paisaje.
Mi manera de entender la montaña no tiene nada que ver con las carreras, con los récords, ni con las prisas. Y menos aún con las posibles lesiones, que de eso voy sobrado.

Y llego a Núria pensando en quedarme unos cinco días. La idea era instalarme algunos días en la zona de acampada que hay ahí. Solo dejan acampar dos noches, pero ya me las apañaría para estar al menos cuatro noches.
El problema es que cuando llego a la estación del tren cremallera para subir a Núria, hay un cartel que indica que la zona de acampada esta llena. Creo que hay un cupo máximo de cincuenta tiendas pequeñas, no dejan acampar con tiendas grandes. Pero esto no es problema, dormiré en cualquier lugar, sin tienda, y por las mañanas dejaré mis trastos en las taquillas de la consigna que hay en las instalaciones del santuario.
Llego a Núria, la oficina para registrarse en el camping está cerrada, no importa. Doy un paseo hasta la zona de acampada y veo que hay lugares para acampar, me instalo en uno de ellos y ya pasaré mañana a registrarme y pagar. Aunque sé de sobras que aquí hay muy poco control sobre la zona de acampada. Yo mismo he acampado muchas veces sin pagar, siempre y cuando han habido muchas tiendas y yo he ido de discreto. No soy un ciudadano ejemplar, lo sé. Al final del relato lo explicaré un poco.

Entre las tiendas acampadas veo una idéntica a una que me robaron hace algunos años. Era una buena tienda que me aguantó alguna tormenta importante y vientos que casi parten las varillas metálicas, pero siempre resistió estoicamente. Y aparte de la mía solo he visto esta que sea exactamente igual. Asociar esta tienda a la mía es normal; si fuese la mía la reconocería por un pequeño desgarro que había en la parte frontal, pero para ir a mirarlo tendría que hacerlo de una manera descarada, o indiscreta, ya que los que parecen los propietarios están justo delante, sentados en los bancos. De momento lo dejo correr, quizás me pase mas tarde. En realidad, mas que la tienda, el perjuicio o daño lo sufrí en el robo de toda mi documentación, y tardé meses en renovar  todos los carnets y tarjetas. Miro de reojo a los propietarios de la tienda, y no me da la impresión de ser el tipo de gente que usan cosas que no son suyas. (Aunque me puedo equivocar ).


Hacia las nueve de la tarde- noche, me meto en el saco de dormir. Escucho música para relajarme. He comido - cenado en el área de pic-nic que hay en el interior de las instalaciones. Estaba totalmente solo, pese a la cantidad de visitantes que hay. Y el bar estaba cerrado, así que no tengo ni idea donde comerá la gente.
Escucho música tranquila, The Rite of Springs, muy acorde con el ambiente natural de las montañas. Y en esto que me doy cuenta de que me estoy durmiendo ( en casa me acuesto mucho mas tarde, nunca antes de las doce de la noche ). Apago el Mp3 y duermo la mar de bien, solo me despierta de tanto en tanto, gente que habla y que pasea o que va al baño. Mas bien parece un camping de la costa mediterránea. Pero todo lo encuentro muy natural, y con el ánimo tranquilo me despierto casi a las seis de la mañana, que era la hora en que me quería despertar. La mañana es fría - estos días la temperatura está sobre los ocho grados positivos - hace un ligero viento, pero aquí el viento es normal.
A las siete y cuarto empiezo a caminar hacia mi primer pico del día, el Puigmal, de 2913 metros. Desde Núria hay casi mil metros de desnivel ( 946 metros  ) que resuelvo en dos horas y diez minutos a un ritmo muy tranquilo. Todo de un tirón, solo hago alguna parada mínima para tomar alguna fotografía. En ningún momento me he de quitar la mochila, cosa inusual en mí, dado que siempre llevo la cámara en el interior de la mochila, por lo molesto de llevarla colgando. Pero como hoy, la dificultad técnica es cero, y llevo una mochila pequeña, con no mas de cinco kilos de peso, no me molesta llevarla colgando.
( En la foto de arriba una vaca tranquila, el lugar está a unos veinte minutos de Núria. )
Llegando a la zona llamada del Pluviómetro ( porqué hay uno ) ya toca el sol hace rato. Hago la foto a los caballos y miro con recelo la loma del Pic del Segre, tendré que subir esta mañana.
En la subida hasta aquí solo he visto a una chica con un perro, bajaban de la montaña. Pensaba que aparte de ellos no había nadie mas por esta parte de la montaña;  pero descubro al fondo un larga hilera de gente subiendo la parte final del Puigmal. Pueden haber perfectamente cuarenta o cincuenta personas, y me sacan al menos media hora de adelanto. Me pregunto a que hora se habrán levantado. Me imagino que la chica que iba con el perro, habrá abandonado y se habrá dado la vuelta. La vestimenta de ella no era precisamente de montañista. 
Cuando estoy llegando a la cima, empiezan a bajar grupos de gente. La mayoría son gente joven, muchos, sobre todo las chicas, van con pantalón corto. A una de ellas la veo que tiene la piel de gallina, y es que hace un frío considerable, es a causa del viento, que es muy fuerte. Prácticamente todos llevan puestas las chaquetas, alguno con la capucha puesta, porque a pesar del sol, la sensación térmica, literalmente es casi de invierno.
Nada mas llegar a la cima del Puigmal, me he de poner la chaqueta cortavientos, y pese a estar en el mes de Julio, llevo tres capas de ropa: Camiseta, softshell y cortavientos. Me he dejado en la tienda los guantes y el gorro, y los hecho en falta, sobre todo los guantes. Las manos se me han helado en minutos, es increíble.
Hago  las fotos de rigor a la cumbre, que está llena de cruces, y hierros y trastos. Es realmente feo todo este tinglado. El Puigmal es una montaña muy visitada, sobre todo desde la zona de Fontalba, ya que hasta ahí se llega en automóvil hasta los 2100 metros, y de ahí a la cima hay una hora y media por un camino trillado. Ver niños subiendo es de lo mas normal.
Hoy no hay niños, hay gente agrupada en los pequeños muros de piedra que hay. Están comiendo pese al frío y al viento, los noto helados. No estoy mas de cinco minutos porque las manos las tengo heladas, hasta me ha cruzado la idea de bajarme para Núria si no se me pasa el frio. Me ha venido la idea de bajar por Fontalba, y desde ahí a Núria....., pero si no intento hacer la Olla de Núria, me sentiría cobarde. Voy a seguir hasta donde el viento, el frío inesperado y mis manos me dejen. Se puede abandonar prácticamente desde cualquier lugar, sin ningún problema.
Y me despido de la corta visita a la cima, recordando muy vivamente la primera vez que subí al Puigmal, hace cuarenta  y un años, tenía diecisiete. Subí con unos amigos de mi barrio, todos de mi edad, y subimos en pleno invierno con toda la montaña totalmente nevada, y en un día como hoy, soleado, frío y ventoso. Antes que esta montaña mi única experiencia en alta montaña era haber subido al Aneto, a los dieciséis años y un posterior intento de subir el Aneto en invierno, también con dieciséis años, con un vecino de mi escalera, unos días más joven que yo. Y el equipo de montaña de entonces era de pena, comparado con el de hoy en día. Y de alimentación no teníamos ni idea. Era muy normal levantarse, tomar un té y subir monte para arriba, y ya comeríamos por ahí cualquier cosa.

Esta excursión ha provocado la evocación de sentimientos, sensaciones y experiencias pasadas, tan antiguas que parecen como si las hubiese vivido en otra vida, en otra reencarnación. Es que acercarse a los sesenta años tiene esta manera de recordar lo vivido, como algo muy lejano....., son tantas experiencias acumuladas, buenas y malas, en la montaña y en la ciudad. En el templo sagrado de las montañas donde moran los Dioses, y en las cloacas urbanas, donde malviven las criaturas hipnotizadas por las falsas ilusiones, por los buscadores de placeres efímeros.
Y empiezo la larga procesión de bajadas y subidas. Me acerco al Puigmal de Llo, pero sin llegar a él. He de seguir la kilométrica carena de la derecha. En el collado se puede ver un serpenteante sendero, unos minutos antes he visto bajar a un solitario ¿ excursionista ?. Iba vestido con mallas, zapatillas de carrera, un cortavientos y una mochila muy pequeña con el tubo del camel back. Honestamente no sé como definir a este tipo de visitantes veloces de la montaña. Supongo que tendría que llamarlo un runner, o trail runner.
Llego al segundo pico del día, el Pic del Segre, de 2848 metros. Antes he pasado por el Pic Petir del Segre, que no es mas que un promontorio cercano, pero lo cuentan como pico.
En todo el recorrido de la Olla de Núria, ahora hay marcado un sendero, perderse con buen tiempo es casi imposible, no hay que buscar ningún hito de piedra, ni tan siquiera ninguna marca de pintura de algún GR, tan solo hay que seguir el sendero, prácticamente un camino, que se ha formado con el paso de miles de montañeros o excursionistas. Hace años que no visitaba estos picos y me quedo bastante perplejo por como de una manera natural, se ha ido formando un camino que facilita mucho las cosas, pero que al mismo tiempo le quita parte de la aventura que antes tenía. Tener un camino trillado ( excepto en tramos muy cortos ) le quita riesgo.
A mí se me ha ido el frío de las manos y me encuentro bien, pese al viento que es frío. He de recurrir a ponerme el pañuelo tubular en la cabeza y la capucha de la chaqueta, y estamos en Julio. ¡¡ Y yo que llevo en la mochila un pantalón corto pensando en que pasaría calor !!

Llego al Coll de Finistrelles, a 2606 metros. Es un paso fácil entre España y Francia. En realidad la mayor parte del recorrido de la Olla de Núria sigue por la larga frontera natural que forman las montañas, unas veces estaremos en Francia y otras veces estaremos en España. De hecho los asiduos visitantes de estas montañas son gente de ambos países. Los franceses de esta zona tienen un peculiar acento, no es muy difícil reconocerlos. Supongo que ellos también notarán la diferencia de acento entre los españoles de Cataluña y los del resto de España. Pese a que esta parte de Francia es la Catalunya Nord, y ellos dicen ser los auténticos catalanes ( mas que los catalanes del sur ) y tener poblaciones con nombre catalán, encontrar personas en Francia que hablen catalán es bastante difícil.  Se da el hecho gracioso que ellos a la baraja de cartas española la llaman " baraja catalana ". ¿ Chauvinismo ?......, da igual. También se da el hecho que hay catalanes de la " Catalunya Sud ", o sea de Barcelona, etcétera, que llegan a esta zona de Francia y se dirigen a los franceses del lugar hablando en catalán....., eso a ellos les revienta, y creo que tienen razón.

Retomo el relato de la excursión: Llegado al Coll de Finistrelles, decido hacer una parada, la primera del día, para comer algo. El tiempo está empezando a cambiar, hay nubes que han crecido muy deprisa. Ya no hace tanto frío, las manos se me han calentado del todo. En la bajada me han adelantado, primero dos hombres y una mujer que iban en plan corredor. La mujer ha resbalado en uno de los pocos neveros que quedan, y a partir de ahí iban mas lentos, pero poco a poco me han ido dejando. Al llegar al Coll de Finistrelles se han bajado para Núria. O sea que no hacen la Olla.
También me ha pasado un personaje solitario. Va vestido como yo, de montañero clásico, pero tiene la parte baja de las perneras de los pantalones totalmente rota. Me lo encuentro en el Coll de Finistrelles, comiendo algo de pie, ni siquiera se sienta. Come rápido y se va camino del Pic de Finistrelles.
A unos treinta metros por encima de mí, hay otro personaje solitario, también está comiendo. Cuando termina en vez de subir, como me había supuesto, se baja para Núria. Me quedo solo durante unos pocos minutos, porque enseguida veo que bajan corriendo varias personas. Van en diferentes grupos, que se reúnen en el Coll. Hay uno que parece ser como el monitor, les da indicaciones sobre como correr por la montaña, y hace algo gracioso que nunca lo he visto hacer a nadie. Les enseña a subir por las laderas de lado, subiendo a pequeños saltos ayudándose de los bastones de trekking. Lo hace de una manera muy ágil y graciosa, se ve que lo tiene entrenado, lo que pasa es que no sé cuanto tiempo pueden durar sus articulaciones subiendo de esta manera tan curiosa.
Me fijo en que uno de los ¿ corredores ? es mas o menos de mi edad, pero a diferencia de mí, tiene el cuerpo atlético, se le ve en plena forma y entrenado. Y también me fijo en dos mujeres, llevan una minifalda que se ponen las corredoras de montaña, debajo llevan unos shorts, visten parecido a como visten las tenistas. Aún ignoro que sentido tiene el ponerse faldas por la montaña, solo le veo incovenientes. Seguro que es solo una moda al que muchas mujeres se apuntan.
Este grupo también se va enseguida. Me quedo solo otra vez, pero por pocos minutos; baja una mujer sola. Llega a mi lado, me saluda y se pone ha hacer estiramientos. Esta no lleva falda, lleva unas simples mallas cortas, que realzan una musculatura envidiable. Veo bajar a un hombre poco a poco, llega, se reúne con la mujer y se bajan para Núria.
Aún veo bajar a un último personaje, está aún un poco lejos, lleva una chaqueta de color rojo vivo, que destaca mucho; pero yo ya estoy listo para marcharme, he estado una media hora, el tiempo está cambiando. Estaba comiendo en un lugar relativamente a resguardo del viento, pero al levantarme y empezar a subir por la loma, noto que el viento ahora húmedo me hace tambalear ligeramente.
Llego rápidamente al Pic de Finistrelles, de 2827 metros, el camino tan marcado facilita las cosas, y apenas me de dado cuenta y ya estaba en la cima. Un poco antes había visto a un padre y a su hijo, de unos trece años, bajar en manga corta. El viento hace que el frío sea notable, son los únicos que van tan ligeros de ropa, y me da la impresión de que estos pagarán su osadía con problemas de salud. En todo caso el responsable es el padre.
Mientras hago rápidamente unas fotografías, llega el montañero de la chaqueta rojo chillón. Es muy alto, al menos mide metro noventa centímetros, lleva mallas pirata y zapatillas de correr, pero va tan tranquilo como yo. Nos saludamos, iniciamos una brece conversación, y los dos tenemos la idea de que la niebla se cerrará pronto, y que solo llegaremos hasta el Noufonts, y desde ahí nos bajaremos para Núria. Tengo la  impresión de que quiere proponerme ir juntos el resto del recorrido, pero no se atreve. Se le nota buena persona y confiado...., si supiese quién soy.....
Nos medio despedimos y él sigue su camino mientras yo le sigo muy de cerca. Como tiene las piernas tan largas, en cada paso de los suyos recorre mas  tramo que uno de los míos. Poco a poco, lentamente se va distanciando. A veces tengo la impresión de que quiere pararse para esperarme, me mira de soslayo, pero no me dice nada.
La fotografía de arriba es mirando hacia el valle d'Eina, que tiene la categoría de Reserva Natural. Al fondo se puede ver la población francesa de Fontromeu. Parece que esté cerca pero bajando hay varias horas. Como curiosidad, destacar que mientras en todo el recorrido de la Olla de Núria no se puede ver ninguna población española, mientras que si se pueden ver varias poblaciones francesas. Vistas desde lejos son feas, desentonan con el paisaje;  me recuerdan las poblaciones costeras de España, llenas de edificaciones horrorosas.
A diferencia de España, por esta zona no es infrecuente ver a militares franceses haciendo maniobras. La presencia del ejército francés es los Pirineos es notable. Incluso hay una base militar aérea, y ver aviones de combate sobrevolando la zona también es normal. Incluso a veces entran o rozan el territorio español. En una ocasión estando en un bar de Puigcerdá dos aviones de combate volaron muy bajo rozando dicha población haciendo un ruido tremendo. Los clientes del bar no se inmutaron y me hicieron constar que eso era bastante normal.

El cielo se está poniendo muy oscuro, mas de lo previsto, ya que los días anteriores a esta salida, había consultado la previsión metereológica y pronosticaban buen tiempo, calor y riesgo de alguna tormenta por la tarde del domingo, o sea hoy. Y estas nubes tan negras tienen el aspecto de ser algo mas que nubes de tormenta pasajera.
Llego al Coll d'Eina, a 2682 metros. Enfrente está la Torre d'Eina, y detrás de todo se ve la punta del Roc del Boc.

En el Coll hay varias personas que están hablando con el montañero de la chaqueta roja que me precede. Entre ellos hay varios que van en manga corta. Luce algo de sol, y me atrevo a quitarme la chaqueta cortavientos, pese a que el viento continua siendo fuerte.
El montañero de la chaqueta roja, enfila la subida hacia el Pic d'Eina, pero coge un sendero que no llega hasta la cima, sino que la flanquea por abajo. Así se ahorra unos minutos de travesía. En realidad, en todo el recorrido hay la alternativa de flanquear todos los picos o lomas por un sendero que pasa mas abajo. De esta manera, el total de minutos recortados es notable, pero yo subo todos los picos, incluidos los secundarios, siguiendo fielmente las lomas por su punto mas al filo posible.
Y desde aquí el montañero de la chaqueta rojo chillón me saca una distancia notable, ya no lo alcanzaré, sigo a mi ritmo tranquilo y sin pausa...., bueno las nubes amenazadoras, y la niebla que ya empieza a dejarse ver por la cresta, si que me dan algo de prisa.
Llegando al Pic d'Eina saco esta instantánea de la Torre d'Eina, y detrás suyo el Puig Conca Sud, el Pic Conca Nord y el Roc del Boc. Estos picos, junto al Pic Rodó, El Racó Gros y el Racó Petit y el Pic de l'Infern, son los únicos de todo el macizo que tienen alguna vía de escalada, los demás son todos muy accesibles, con largas lomas que son una delicia para los senderistas. En invierno todo esto es otro mundo, solo apto para los montañeros y esquiadores con experiencia en montaña invernal.

Llego al Pic d'Eina, de 2789 metros. El viento aquí es de escándalo, pese a ello, en uno de tantos círculos de piedra que hay a lo largo de todo el recorrido, hay parapetadas varias personas. Y algunas de ellas van en ¡¡manga corta !! Y al parecer llevan rato parados. Son varios hombres y mujeres de mas o menos mi edad. Me gustaría saber que toman para no notar el frío. Yo rápidamente me pongo otra vez la chaqueta cortavientos, tengo la sensación de aquí me estoy constipando.
Apenas estoy dos minutos en la cima, no soporto el viento; creo que al final abandonaré el recorrido en el coll del Noufonts, acortando la travesía en una hora mas o menos. El viento ya me esta alterando, tantas horas soportándolo al final vuelve medio loco a cualquiera. Y por supuesto cuesta mas andar, el desgaste físico es mayor que sin viento.

Mas abajo veo pasar a dos auténticos corredores. Van sin mochila y corriendo, no veo ni que lleven agua. Supongo que quizás se estén entrenando para la carrera de la próxima semana. No suben a la cima y siguen por el sendero que bordea el Pic d'Eina. Se ahorran algún minuto, y si lo hacen en todos los picos, el ahorro de tiempo es notable, pero se dejan el verdadero motivo de caminar por las montañas: Disfrutar del paisaje y del entorno, y las cimas son parte muy importante del entorno. Si no hay cimas conseguidas ( por fáciles que sean ) la montaña sabe a menos.
Enfilo la subida final hacia el Pic de Noufonts, de 2861 metros, ya tengo decidido que a partir de ahí me bajaré para Núria, no soporto mas el viento. No estoy muy cansado pero me noto un ligero dolor de cabeza, que en mí no es nada usual. Solo los tengo ligeros cuando estoy descansando por las tardes en los refugios o en la tienda, y en zonas altas.

La subida final, me cuesta un poco, pero llego en unos minutos. Antes me he cruzado con dos franceses que están sentados en un lugar expuesto al viento. Los he visto desde hace rato, y ahora veo que pueden tener al menos sesenta años. Son dos hombres que tienen su equipo desperdigado a su alrededor y veo que llevan una tienda de campaña. Supongo que estarán reponiendo fuerzas.
 Cuando ya estoy llegando a la cima, creo ver al montañero de la chaqueta roja, tengo la impresión de que me está esperando. Se pone de pie, es muy alto y su silueta se recorta perfectamente, pero me cuesta distinguir el color, ya que la niebla ya empieza a ser espesa. Cuando llego a la cima del Pic d'Eina él ya no está. Hay un grupo de franceses, tres hombres y dos mujeres, hablan con el típico acento de esta zona de Francia. Nos saludamos, uno de ellos me habla en freancés, y creo que me dice algo del tiempo, y del frío. Yo le contesto en español, no sé si me entiende, pero nos sonreímos pese a no entendernos del todo.
Ellos van supreabrigados y se van enseguida en dirección contraria a la que yo llevo.
El grupo de franceses iniciando el descenso. Se meten en la niebla espesa, la impresión que me da es que se meten en las puertas de algún infierno. Pero lo hacen voluntariamente, por puro placer de andar por las montañas.

Yo ahora tendría que ponerme las rodilleras, ya que en la bajada mis rodillas sufren menos con ellas. El problema es que con este viento y el frío no me atrevo a buscarlas en la mochila, y además que me he descalzar y hasta bajarme un poco los pantalones para ajustármelas bien. No me atrevo, esperaré hasta encontrar un lugar un poco resguardado del viento. Y lo encuentro enseguida. Y para un menester tan sencillo, me es necesario unos buenos cinco minutos, que ahora el tiempo ya empieza a pesar y la mente la tengo un poco espesa.
Bebo un trago de agua, y me doy cuenta de que apenas he bebido algo mas de medio litro en todo el día, sin contar la leche del desayuno. Me he subido un litro de agua y otro de naranjada - que hace las funciones de bebida isotónica - y pensaría que incluso necesitaría mas. Tenía cierto temor de pasar sed, ya que no se encuentra nada de agua en todo el recorrido por la cresta. Para encontrar agua hay que bajar al menos media hora, y esto solo es posible en algunos pocos lugares.
El haber bebido tan poco líquido da una idea del frío reinante.
Por la fácil bajada hasta el Coll de Noufonts, mirando hacia el Racó Gros y el Racó Petit, la niebla ya empieza a ser constante, pese a algún tímido rayo de sol, que mas bien engaña dando falsas esperanzas de buen tiempo.

En el centro de la fotografía se puede ver la cima del Pic de l'Infern, que es el teórico objetivo de mañana. La ruta de ascensión elegida, es una de mis preferidas de todo el Pirineo, la arista que arranca desde el Estany Negre de Carança, la arista, que se puede ver a la izquierda del Pic de l'Infern, se sube en una hora, la dificultad es de primer y segundo grado, incluso hay tramos andando. Desde lejos parece difícil, pero no lo es en absoluto. Pero el mal tiempo no entraba dentro de los planes de días atrás, cuando consulté la previsión metereológica.
Para poder hacer la fotografía tuve que esperar a que la niebla se abriera un poco durante unos segundos.

Llego al Coll de Noufonts, desde lejos he visto al personaje de la chaqueta rojo chillón, estaba parado, quizás comiendo, pero cuando llego él ya había seguido el descenso. De sopetón me encuentro con una pareja joven, que están resguardados detrás de unas piedras. Parecen extranjeros, y la sensación que me da es de que están haciendo alguna travesía. Se les nota un poco hechos polvo. Tengo tentaciones de seguir al menos hasta el Pic de Noucreus, que lo puedo alcanzar en unos veinte minutos ( Pasé por ahí apenas hace tres semanas ). Y si el tiempo se aguantase acabaría el recorrido de la Olla de Núria. Pero el viento ya me tiene mareado, no tengo nada de frío, ni tampoco estoy muy cansado ni tengo hambre, pero mi instinto me dice que lo mejor es bajar hacia Núria. Ya volveré otra vez, quizás dentro de unas pocas semanas, a pesar de que este año ya he llegado a mi tope de excursiones por este macizo, que normalmente es de tres o cuatro veces al año. Pero estoy redescubriendo estas montañas. Será la edad, que me hace ver estas montañas con ojos diferentes a cuando escalaba vías de dificultad. Ahora andar para mí es un placer tan grande como escalar, y para los escaladores que menosprecian esto de andar, hay que decirles que andar también es difícil, el arte de andar también tiene su dificultad.

En la fotografía la cabaña de Noufonts, apenas visible, dado lo pequeña y lo mimetizada con el entorno. La marca roja y blanca del GR hace que nos fijemos en ese lugar.
Sobre esta cabaña sé una anécdota verídica. Sucedió hace muchos años y me la contó un buen amigo mío al que se la contaron los protagonistas de la historia.
Mi amigo llegó un día a esta cabaña, dentro se encontró con tres jóvenes, dos hombres y una mujer que estaban haciendo la travesía de los Pirineos. Habían empezado en el País Vasco y ya estaban en su parte final, a no mas de ocho o diez días fáciles, de cumplir su meta. Decidieron pasar la noche en esta cabaña, había una buena tormenta, una tormenta de verano con mucho aparato eléctrico. Y estando los tres dentro, un rayo entró en la cabaña, provocándoles ligeras quemaduras. De milagro el rayo no alcanzó de pleno a alguno de ellos, y seguramente tampoco sería de mucha potencia. Ese susto provocó que al día siguiente decidieran abandonar su travesía de los Pirineos ( pese a estar tan cerca, y cuando los Pirineos se transforman en monte bajo, y fácil de andar ). Y antes de irse fue cuando mi amigo los encontró en la cabaña.
Bajo todo recto hacia el camino que llanea en ligero descenso, durante un buen rato. Es un tramo muy agradable para andar, incluso para bajarlo en bicicleta de montaña, que los hay que lo bajan. El problema es subir con la bici a cuestas..., pero los hay que hacen el esfuerzo, a ellos les merece la pena.
En este lugar es donde veré por última vez al personaje de la chaqueta roja. Ha sido un buen rato siguiéndole los talones, desde el Pic de Finistrelles.
Paso por delante de unos caballos solitarios..., o casi...., porque a pocos metros.........

Hay un pequeño grupo de vacas solitarias y tranquilas. Bastante mas arriba, en la distancia,  había visto una manada de vacas, estas al parecer no se ajuntan con el grupo.
Mas abajo, llegando a Núria había otra manada de vacas, y mas arriba de esa manada un buen número de vacas desperdigadas por el monte. Por eso me hacen gracia estas vacas no alienadas. Cuando les hago la foto tengo la impresión de que se están quietas para salir bien fotografiadas. Incluso creo que saben que cuando les hacen fotos  es porque son guapas......, jajajaaaaa.....

Y siete horas y cuarenta minutos después de haber salido de la tienda, regreso a ella. Han sido unos dieciocho kilómetros recorridos y un desnivel positivo acumulado de unos 1650 metros. Y solo he bebido algo más de medio litro de agua, y solo he parado una vez para comer. No he completado la Olla de Núria ( he acortado como una hora ) por culpa del viento, de la niebla y del riesgo de lluvia....., lluvia que empieza a caer, nada mas llegar, en forma de gotas sueltas; de momento.

Cuando llego a Núria y miro hacia la zona de acampada, me quedo totalmente perplejo ¡¡ No hay tiendas !! ¡¡ Si habían al menos treinta tiendas !! Esto no es normal. Cuando estoy mas cerca veo dos pequeñas tiendas, y una es la mía, y no hay nadie mas. ¿ Que ostias habrá pasado ?
Al llegar a la zona de acampada, como sobra tanto espacio y yo estoy en uno malo, decido cambiarla de lugar. Solo unos metros. Y para ahorrarme tiempo, me limito a quitar las piquetas y arrastrar la tienda con todo mi equipo dentro, lo hago con cuidado para no rasgar ni romper nada. Me instalo en la misma parcela en la que estaba, pero al lado de unos bancos y una mesa de madera, que me irá ideal para cocinar y descansar.

Ahora tendría que ir a la zona de los lavabos para limpiar mis cacharros de cocina, una pequeña marmita y una taza de aluminio, pero la lluvia está empezando a caer con fuerza, y me estiro en la tienda para descansar. Pienso que no puede llover mucho  - ¡¡ craso error !! - y puedo aguantar algún tiempo sin comer algo caliente.
Y como no, me quedo dormido mientras escucho llover. El ruido de la lluvia en el tejido de la tienda es fuerte pero no molesta. Es para mí una incógnita el comportamiento de la tienda cuando llueve. Es una tienda nueva con la cual solo he dormido una vez , sin contar con la noche pasada aquí en Núria.  Es buen lugar para testarla, si entra agua, cosa que en principio dudaba, tengo todo el recinto de Núria para cobijarme.
La tienda la compré por internet en una web alemana, no la necesitaba ya que tengo una buen colección de tiendas ( todas con algún desperfecto por el uso)  pero como era muy barata y tenía buena aspecto, y el color negro me gusta y me es necesario, por el tema del camuflaje cuando acampo en zonas delicadas ( prohibidas ), pues la compré. La tienda se puede decir que es de gama básica, pero con la novedad de que tiene un tratamiento ignífugo, cosa que tiendas de marca, varias veces mas caras que esta no lo tienen. Y para mí, que he tenido muchas tiendas de campaña, los elementos que  componen la tienda, como son las varillas de fibra en vez de aluminio, es una ventaja por el tema de los rayos. Las varillas de aluminio atraen los rayos. Y el suelo de vulgar ráfia plástica, en vez del tejido mas ligero y de menos bulto, para mí, tiene la gran ventaja de que es mas impermeable al agua, sobre todo si el agua corre por debajo de la tienda....¡¡ como me sucede hoy !!

Cuando me desperezo de la improvisada siesta, aún llueve, pero mas débilmente. Hecho un vistazo a la tienda por si veo agua o por si hay algo empapado, pero no lo veo. Abro la puerta de la tienda ¡¡ Y veo un charco enorme de agua que se ha formado debajo de la tienda. La entrada de la tienda tiene un charco de unos cuatro centímetros de profundidad. Ahora me percato que donde tenía la cabeza, está blando debido a la cantidad de agua que hay debajo. ¡¡ Nunca me ha pasado una cosa así !!
Pego un repaso a la tienda, porqué es imposible que no haya entrado agua, ¡¡ Y en efecto !! me doy cuenta de que debajo de la gruesa colchoneta autoinchable, hay pequeños charcos de agua. Y conforme retiro mis objetos del suelo de la tienda veo mas agua , y algo de mi equipo se ha mojado. El agua puede haber entrado por cualquier poro o micro-agujero. Lo extraño es de que no esté todo anegado de agua. Si en vez de esta tienda barata, hubiese traído una tienda cara con suelo de nylon, ( que pesa y abulta menos ) estaría todo totalmente anegado de agua. Y me alegro de tener esta tienda barata pero para mí, de buena calidad.

Y cuando ya me he recuperado de la desagradable sorpresa, decido cambiar la tienda de lugar. Los ocupantes de la otra tienda que queda también han pasado por el mismo problema y también cambian la tienda de lugar. Sale algo de sol y ponemos, ellos y yo las cosas mojadas para intentar secarlas un poco.
Cambio la tienda de lugar del mismo modo que antes, arrastrándola por la zona de acampada, y la monto en un lugar que parece estar seco. Y me quedo mas tranquilo. Las nubes parece que se están marchando, la tarde es mas bien tranquila, aún queda gente en Núria, pero en la zona de acampada solo quedamos dos tristes tiendas y un total de cuatro pringados. Me hago la ilusión de que mañana podré ir hacia el Pic de l'Infern para hacer su arista tan agradable de recorrer, y que la he subido hasta en invierno, con la dificultad y exposición que ello conlleva.

Y una vez mas me equivoco, pero por culpa de los que hacen las predicciones meteorológicas. Después de hacer una comida - cena, hacia las nueve me meto en el saco, escucho música con el Mp3, hoy me pongo un disco de John Scofield: " This meets that. " Es un buenísimo disco de un buenísimo guitarrista, con una buenísima banda. Y escuchado en un equipo de alta fidelidad suena de maravilla. Y al igual que ayer, me quedo dormido escuchando la música.....

Y me despierto hacia la una de la noche, y me ha despertado un trueno, y después le siguen otros, y empieza a llover. Y así hasta que me levanto hacia las siete y media de la mañana He pasado una noche pésima. En realidad, cuando me levanto ya no truena, pero la lluvia es mas fuerte aún. Incluso ha caído algo de granizo. Al fondo entre las brumas puedo ver el Pic de Finistrelles totalmente blanco de granizo. Y para mi desgracia me doy cuenta de que nuevamente ha entrado agua dentro de la tienda. Pese a que ayer el terreno donde acampé estaba seco, como ha llovido tanto, durante tantas horas, se ha formado otro charco debajo de la tienda. Muy cansado por la noche mala que he pasado voy haciendo la mochila poco a poco, no hay mucho espacio para moverse en esta minúscula tienda. No para de llover y he de hacer la mochila dentro de la tienda. Intento desayunar pero apenas tengo hambre. Y llega el momento de salir afuera para desmontar la tienda y plegarla. Sigue lloviendo y dejo la mochila, o las dos mochilas que llevo, debajo de la mesa de madera, ahí hay un poco de granizo acumulado. Y como hace frío, las manos se me enfrían muy rápido. Me he traído unos guantes de montaña con tejido de neopreno, pero los tengo en la mochila, y no la voy a deshacer ahora, con lo que me ha costado hacerla. Y para hacerlo mas difícil veo una cortina de agua al fondo del valle, que se va acercando a la zona de acampada, y me pilla de pleno en la tarea de desmontar la tienda.

Paso auténtico frío en las manos en el mes de Julio en Núria, y ya son casi las nueve de la mañana. Cuando he de plegar la tienda, no soy capaz de hacerlo, no me entra en la funda, y decido ir con todos los trastos a los lavabos a plegarla. Ahí estaré seco. Y consigo hacerlo, y me voy hacia las instalaciones de Núria para tomar el tren cremallera hasta Ribes de Fresser. Pero antes me dirijo hacia donde están las consignas para hacer las mochilas correctamente, de manera que todo ocupe menos espacio. La tienda la desmonto ¡¡ Con lo que me ha costado plegarla !! y la meto dentro de la mochila. Y esto tiene una intención: Es que no pienso pagar las dos noches que he pasado en la zona de acampada. Y no quiero pagar porque no es posible pretender cobrar por un servicio tan pésimo. La zona de acampada no está en condiciones de albergar tiendas en caso de lluvia. Que las parcelas se queden anegadas de agua, es incluso demandable, reclamable o denunciable. Sé seguro que estoy mas que espiado o controlado ¡¡ total solo estamos dos tiendas !! y mi aspecto es inconfundible, no hay muchos hombres mayores como yo, yendo solos por el monte, y menos durante varios días.
Otro cuestión de porque no quiero pagar es por el tema de los lavabos. Solo hay dos duchas con agua fría de la montaña, y tres retretes. Todo es unisex, o sea es para hombres y mujeres, sin separación física. Y el sábado al menos estábamos noventa o cien personas. Es verdad que hay otros lavabos en las instalaciones de Núria, pero están demasiado lejos de la zona de acampada.

Cuando saco el billete para Ribes de Fresser, creo ver que el hombre que me atiende espera que le diga que he estado acampado. Pero no le digo nada, que caradura no me falta, tengo mas que ellos. Llevo una gorra y una chaqueta diferente pero soy inconfundible. Él hombre no me dice nada, yo a él tampoco y me voy para la estación a esperar una hora exacta que falta para que salga el tren cremallera.
En la estación me tomo un capuchino de máquina y me entretengo mirando la pantalla informativa. Según la pantalla, que es la misma que se ve en la web de la estación de Núria, hoy hace un tiempo de nubes y claros ¡¡ Caradura no les falta tampoco a estos !! Así muchos pardillos ingenuos se fiarán de la web y vendrán a Núria ha hacer gasto y donde todo es caro, y los empleados del complejo, seguirán teniendo trabajo, y podrán mantener a sus familias y su chollo. ¡¡ Si esto no es engañar... !!
Sigue lloviendo, menos que antes pero llueve. Y la temperatura según la pantalla informativa es la misma que días anteriores, ocho grados positivos, con una sensación térmica de también ocho grados. ¡¡ Si la temperatura se ha desplomado hasta diez y once grados en muchos lugares de Cataluña !!
Mas tarde me enteraré de que esta tormenta que no estaba prevista días atrás, ha sido en toda Cataluña, ha provocado cancelaciones de vuelos en el aeropuerto de Barcelona, y lo que es mas grave para mí, es que la línea de tren que hoy he de tomar también ha sido afectada por la tormenta, y tendré que viajar en autobús desde Ribes de Fresser hasta Vic. Yen en esta población de Vic, en la que llueve y voy con sandalias, en pleno mes de Julio paso frío en los pies. ¡¡ Es increíble !! No recuerdo una cosa así en la vida.
O sea, que hoy viajaré en un tren cremallera, un autobúes, y dos trenes mas. Y no llegaré a mi casa hasta exactamente las siete menos cuarto de la tarde, habiendo salido de Núria a las diez y media de la mañana. Toda una proeza.
Me da tiempo para cambiarme de ropa y asearme, lo hago en los lavabos de la estación del tren, pero no me da tiempo para comer. Y no comeré algo hasta las cuatro de la tarde, antes de tomar el segundo y último tren. Y en el viaje a ratos lloverá y a ratos saldrá el sol.
Cuando el tren llega a la penúltima estación llueve, pero cuando llego a mi destino luce un medio sol de tarde. Pero mas tarde lloverá. Por aquí ya ha llovido, y hay charcos por la calle. Estoy cansado de tanta lluvia, esta es la cuarta salida consecutiva en la que me pilla la lluvia. Y medio mareado llego a mi solitaria casa, por el camino me he ido adaptando al ambiente que tendré que soportar los próximos días, ambiente de perros y perras, de traidores y de gente chusca y vulgar. De almas viles, miserables que no ven mas allá de sus narices, y que no piensan en nada más que satisfacer sus estómagos y sus apetencias carnales. Y para ellos soy su enemigo, y ellos para mí también lo son desde hace trece años. Pese a que ellos soy muchos y yo estoy solo, no hay un solo héroe que se atreva a plantarme cara. Todo son calumnias y difamaciones por la espalda, son auténticos perros y perras cobardes que los dioses me han puesto de prueba. Yo diría que de sparrings, porqué les falta clase y altura.
ES MI DESTINO.
Ahora, me ducho, ceno un poco, veo las noticias y repaso el correo, el postal y el electrónico. Y cuando son solo las diez de la noche, me regalo una pastilla para dormir y duermo como un ángel....., que me lo he currado. He puesto mi equipo en el patio por si se seca, pero empieza a llover otra vez......, pero me duermo dulcemente escuchando la lluvia, deseando vivir otra experiencia mas por los montes que tanto me han enseñado, y a los que tanto les debo.

QUE TODOS LOS SERES SEAN FELICES.