La luz que algunos seres ven en mí, y que es tan brillante, en realidad no emana de mí, sino de los seres que viven en mí.
Esos seres tienen muchos nombres, algunos les llaman ángeles, otros les llaman demonios.
Yo no se lo que ellos quieren de mí, ni cuales son sus propósitos, lo que parece es que ellos guardan celosamente su identidad, y no dudan en provocar confusión entre toda la Humanidad, para guardar sus secretos; su estrategia es ocultar la verdad en medio de las mentiras. De hecho, parece que estos seres están Locos.
Por desgracia somos sus esclavos, porqué están en una situación de dominio, y pueden manipular sin escrúpulos a toda la Humanidad, que es lo que siempre han hecho.
En todo esto, Dios no está por ninguna parte.
Solo puedo aconsejar: Que todos los seres intenten ser felices, y sobre todo que abran sus almas al Amor que unifica el Universo.
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