sábado, 23 de agosto de 2014

LA MANO NEGRA - ( O el demonio que se rebeló contra la injusticia Divina ).

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En el mundo existen el sufrimiento y la injusticia, porque es la voluntad de los Dioses.
Sri Ramana Maharshi decía que era el Plan Divino o Voluntad Divina.
Nadie ha sabido jamás porque los Dioses tienen la intención de provocarnos sufrimiento, dolor y muerte.
Ellos pueden hacer lo que quieran en el mundo, pueden obrar eso que se llama milagro, pero lo hacen de manera soterrada o sutil.
Apenas tres semanas antes de empezar a escribir esta entrada, me resucitaron de una muerte súbita que tuve mientras dormía. Recuerdo claramente lo experimentado. La muerte fue debida a un fallo cardíaco, mi corazón hacía algún tiempo que no funcionaba bien, el ejercicio aeróbico favorece este fallo cardíaco, pero solo cuando estoy en reposo, no mientras hago trabajar mi corazón intensamente.
 Esa noche mi corazón latía tan lentamente que al final dejó de latir. De hecho, uno de mis hermanos hace casi tres años murió de esta manera, mientras dormía.
Viví lo tan narrado sobre esta experiencia de la muerte, seres que se alegraban de que entrase en esa dimensión, y que me daban la bienvenida, y alguien, con un tono de voz mas bien vulgar,  me decía que debía volver porque aún no había llegado mi hora y tenía aún cosas pendientes que hacer.
No experimenté ningún tipo de sufrimiento ni angustia, ni agonía. Mientras dormía pasé a esa otra dimensión de una manera natural, como quien traspasa una  puerta y va de una habitación a otra.
Algunas noches anteriores a esta, algún ser superior me decía que para ellos todos los seres humanos son iguales, que no hay nadie superior entre los humanos. ( Pero no me explicaron el porqué de las injusticias, el porqué unos humanos viven en la abundancia y tranquilidad material, mientras hay millones que pasan hambre, sufrimiento, enfermedad y todo tipo de penurias ).
Hay algún otro ser de otra dimensión - no se cual - que insiste en decirme que la reencarnación de las almas no existe. Y todos ellos me llaman por mi nombre en castellano, Javier. Mi nombre en castellano solo lo usan mis familiares mas cercanos.
Esta última experiencia de haber sido resucitado, me ha cambiado la conciencia de ser en pocos días. Si antes ya no tenía ningún miedo a la muerte, ahora aún menos. Y también tuvo otra consecuencia relacionada con el mundo de las montañas. En la anterior salida a los Pirineos, en las cuales había planeado un recorrido duro, al segundo día de excursión perdí toda motivación por la travesía que quería hacer y  la ascensión a varios picos de tresmil metros, que había planeado durante semanas. Y al día siguiente decidí dar media vuelta y volverme para casa. Y no tuve ningún sentimiento de derrota, frustación o cualquier idea de negatividad, simplemente tomé una decisión acertada y responsable. Hice el pesado viaje de retorno con toda la tranquilidad del mundo.
Y esta experiencia también me ha traído paz mental, ahora sé seguro que aún no ha llegado mi hora de dejar esta envoltura corporal. Por muchos riesgos que corra, por muy amenazado de muerte que esté ( porque lo estoy ) solo pasaré al otro mundo cuando los Dioses ¿ quizás locos ? ¿ quizás sádicos ? así lo tengan previsto.


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Y ahora paso a narrar una corta historia de unos pocos días por las montañas de Andorra. El plan inicial era dar la vuelta a Andorra por el recorrido del GR-P ( Gran Recorrido del Principado ). Es una ruta de unos 128 kilómetros , según los que han recorrido el GR usando un GPS fiable. Parecen pocos kilómetros para dar la vuelta a todo un país, pero es que Andorra es un micropaís. Son pocos kilómetros pero muy duros, el desnivel positivo acumulado es de 8.900 metros, los mismos que hay de desnivel de bajada, pero en realidad siempre son mas metros acumulados de los que marca el mapa, porque en la montaña siempre nos encontraremos con pequeñas subidas y bajadas que no salen en los mapas, y que tendremos que pasar obligatoriamente. Es normal que en una etapa en la que el desnivel acumulado marque por ejemplo, 1.200 metros, y en realidad se hagan 1.300 o 1.400 metros de desnivel acumulados. Este GR-P es un buen ejemplo de ello. Y eso sin contar lo que andamos de más, cuando por ejemplo no encontramos el GR y damos rodeos, o cuando decidimos hacer alguna variante del mismo, o cuando llegamos a un refugio y hacemos múltiples viajes para ir a buscar agua, lavar los cacharros, buscar leña y otras tareas. O como me pasó a mí en esta ocasión, cuando en la cuarta jornada me equivoqué gravemente de itinerario, y seguí justamente la dirección opuesta, entrando en Francia por el collado de Juclar. Perdí toda una jornada en la que andé, quizás no mas de15 ó 20 kilómetros, pero subí un desnivel acumulado de al menos 1.300 ó 1.500 metros y caminé durante nueve horas y media contando las paradas. Este imperdonable error hizo que no pudiese completar la vuelta a Andorra, ya que me quedé sin comida, y no hay posibilidad de comprar más. 
El GR-P se suele realizar entre cinco y ocho días, según las fuerzas y el peso que se lleve. Hay la posibilidad de dormir y comer en refugios, incluso en algún restaurante ( al llegar a La Rabassa, al final del Circ de Pessons, al cruzar la carretera del Port d'Envalira, y al llegar a los núcleos urbanos - turísticos de El Serrat y Llorts ). Refugios guardados tenemos tres, el de Juclar, el de Sorteny y el de Comapedrosa. Si se elige este estilo de travesía, el presupuesto se dispara pero de esta manera se puede hacer el GR-P en cinco días, si se está bien entrenado. Pero como este estilo turístico no es mi ideal de ir a la montaña, ya que prefiero la autonomía y dormir en la tranquilidad y soledad de una tienda de campaña o de una cabaña libre, de las muchas que existen en Andorra. Para mí, si no hay aventura no vale la pena ir a la montaña.
Al ir en estilo autónomo, calculé que lo podría realizar en seis días, y llevé la comida justa para seis días, pero tan justa que al cuarto día ya me dí cuenta de que iba justo de comida. En esta travesía la mochila pesaba en su inicio 17 kilos, mas un litro - kilo de agua, y lo normal en mí es que la mochila pese unos veinte kilos o más. Ese peso de menos lo quité básicamente de la comida y de alguna cosilla más.Me llevé una tienda de campaña de kilo y medio, en lugar de la de dos kilos que uso habitualmente. Ropa me llevé la justa, y cargas de gas llevé solo una pequeña. Así y todo 17 kilos son muchos para una travesía, pero para mí es menos de lo normal. Se da el  hecho que durante esos seis días de travesía, vi a poca gente cargada con mochilas tan pesadas y voluminosas como la mía. La mayoría de gente llevaba mochilas bastante más livianas que la mía, ya que el estilo ultraligero se ha impuesto desde hace años. 
En realidad gente haciendo el GR-P no vi a nadie, solo a una joven pareja que hacían una variante de la misma, variante improvisada por ellos in- situ. La demás gente hacían excursiones cortas, con dos excepciones, un montañero solitario que hacía la travesía de los Pirineos por el GR-11, pero por partes, es decir, el verano anterior hizo una parte del GR-11, y este verano estaba recorriendo otra parte. Y la otra gran excepción fue la de un matrimonio con tres hijos pequeños que también estaban haciendo la travesía íntegra de los Pirineos, el mismo GR-11. El hijo mayor no tendría mas de diez u once años. Y la estaban haciendo en plan de autosuficiencia. Llevar niños tan pequeños en una empresa tan dura - y a veces peligrosa - como esta es mas que discutible y quizás reprochable, pero no dejo de sentir admiración por esta familia, y por el ambiente de juego en el que parecían estar los niños. Estaban realizando esta gran gesta montañera como si se tratase de un gran juego, como si estuviesen en un gran parque temático.

Al sexto día de travesía no tuve mas remedio que abandonar, a pesar de que había ideado alguna alternativa, como bajar hasta la población de Ordino a comprar comida, con la consiguiente pérdida de tiempo, de al menos medio día o más, o ir a cenar, dormir, desayunar y pedir una bolsa de picnic en el refugio del Comapedrosa, pero es que no tenía comida suficiente para una etapa tan larga, desde la cabaña en la que dormí hasta el Comapedrosa había una etapa y media, y hacerla en un solo día no estaba seguro de poder realizarla, sobre todo comiendo muy poco. La comida es el combustible de los montañeros y deportistas, si no se come y se nutre, no hay energía para moverse.
 Y para que no hubiesen mas vacilaciones al hecho de abandonar la travesía, llegó el mal tiempo, el mal tiempo de verdad. Tormentas y lluvias para los próximos días. Me llovió la noche anterior, pero el tiempo mejoró por la mañana. Y ese día - que era el quinto - por la tarde ya se veía que se estaba preparando mal tiempo generalizado para varios días. Empezó a tronar y ha  llover por la tarde - noche, y al día siguiente llovió durante todo el día de forma ininterrumpida. Y cuando llegué a mi casa por la noche, vi que las previsiones eran de mal tiempo para al menos tres días más.
O sea, que no me arrepentí lo mas mínimo por abandonar la travesía. Hice lo que creí oportuno y seguro, no me apetecía mojarme más ( porqué tuve que mojarme durante unas tres horas de bajada ) y esta era mi sexta excursión consecutiva en los Pirineos, en la que me pillaban las lluvias. ¡¡ Estaba harto del agua y de los truenos !! El verano pasado tuve un principio de hipotermia debido a caminar durante todo un día bajo la lluvia, y no quiero pasar por un trance parecido. A la montaña voy a disfrutar, ya ha pasado la època en la que no importaba sufrir y correr riesgos, por el mero hecho de subir, escalar o estar en la montaña. 
La edad me ha traído serenidad y paz mental, distanciamiento afectivo de los hechos realizados, por mí y por los demás, desapego de lo vivido, y ahora veo casi una estupidez humana ( yo fui estúpido ) correr riesgos y padecer sufrimientos por el mero hecho de subir montañas. Ahora ya no veo a los escaladores o alpinistas de élite como héroes, los veo mas bien estúpidos que creen que su actividad peligrosa es lo mejor del mundo. Egocentrismo no falta en el mundo del montañismo, de hecho sobra y ensucia esta bella  y sana actividad.

Y paso a describir el recorrido y anécdotas de estos seis días caminando por las montañas de Andorra.



Me levanté temprano, hacia las cinco y media de la mañana, y como de costumbre, casi un ritual, tomé un tren hasta Barcelona, y después un autobús hasta Andorra. Llegué a este micropaís hacia la una y media de la tarde, y todo seguido tomé otro autobús hasta la población de Sant Juliá de Lória. No tenía ni idea de donde empezaba el GR-P, pero por puro azar, durante la subida en el autobús hacia Andorra, prácticamente de una manera distraída vi el lugar exacto donde empezaba la marca de inicio del GR-P, que era justo al lado de una especie de escalera en zigzag. Lo memoricé, y al bajar en el otro autobús, me bajé en una parada un poco distante, y tuve que andar como quince o veinte minutos de mas.
Empezé el GR-P exactamente a las tres de la tarde, solo había desayunado un bocadillo a las nueve de la mañana, pero no tenía hambre, así que sin mas dilación empecé mi pequeña aventura. El GR-P empieza a una altitud de unos 870 metros desnivel, y la etapa de hoy acaba en el refugio de Roca de Pimes, a 2.171 metros de altura, o sea, 1.300 metros de desnivel teóricos, porque hice de mas, sobre todo debido a un error de itinerario en la parte baja del GR. El sendero está marcado con marcas de pintura roja y amarilla, pero a veces comparte itinerario con otras rutas marcadas con otros colores, y a veces hay que seguir esas otras marcas, lo cual es un grave error, ya que todo el GR-P debería estar marcado con las mismas marcas de principio a final. En la primeras casas de Aubinyá me despisté, y pasado un cruce me despisté y caminé en otra dirección. Perdía al menos quince o veinte minutos en total. Al llegar a la población de Juberri, creía recordar - por haberlo leído - que había la única fuente en todo el recorrido de esta estapa, y creía recordar que estaba al final del pueblo; grave error porque no encontré ninguna fuente. Casi seguro que estaba al principio del pueblo, pero como el pueblo es de fuerte pendiente, no estaba en mi ánimo volver a bajar los metros subidos. Con poco mas de medio litro seguí la subida, angustiado por la falta de agua, ya que en pleno mes de Agosto siempre hace calor.
Al llegar a una altitud aproximada de 1.600 metros, hice una parada de media hora para comer, ya que notaba las horas de ayuno. Bebí toda el agua que me quedaba, y mas angustiado que antes renaudé la subida, pero con mas ímpetu.
   

La subida es en gran parte por un empinado bosque, y hasta que no llegamos a la cota 2.000 no tendremos casi vistas del paisaje. La subida a veces es muy empinada, pero el sendero está muy marcado. Una vez en la cota 2.000 se llega a una pista que en invierno se usa para esquí de fondo, se llanea y al final se baja un poco y se llega a la estación de esquí nórdico de La  Rabassa. En verano es algo así como un parque temático, pero pequeñito - tamaño Andorra - y también alquilan quats y se hacen paseos a caballo. Me metí dentro de las instalaciones, y por suerte vi dos grifos en la pared de unas casas de madera. Supuse que el agua era potable y llené mi bidón de agua. ¡¡ Ya no sufriría ese día por el tema del agua. !! Y seguidamente seguí las marcas del GR que seguían por la pista forestal. 


Pasé por el lado de unas vacas, que en esta ocasión estaban detrás de un cercado. Aparte de estas vacas, durante todo el recorrido del GR, solo había vacas en el valle del Madriu - y había pocas - y muchas, y también toros en la zona de Clots de Massat. Esto para mí es un alivio, ya no me siento tranquilo del todo, metido en medio de manadas de vacas y toros. Caballos vi pocos, pero estos los veo muy inofensivos, jamás he tenido ningún percance con un caballo, pero con toros y vacas he tenido alguno.

Con este espectacular cielo llegué al refugio de Roca de Pimes, que está justo al lado de la pista forestal. Tardé cuatro horas y media en total, lo cual para mí es buen horario, teniendo en cuenta el peso que llevaba y el desnivel subido, teóricamente 1.300 metros, que pueden ser 1.400 perfectamente.
Al lado del refugio había una pareja de mas o menos mi edad, eran franceses y tenían un todoterreno habilitado para viajar y dormir. Les pregunté donde había alguna fuente, y me dijeron que no había, y se ofrecieron para darme de un gran bidón que ellos portaban en el vehículo. ¡¡ Ya tenía agua para cenar y desayunar !!...., pero no solo eso, dentro del refugio, en el que no había nadie, habían dejado dos cervezas de litro, una estaba empezada y la deseché, pero la otra estaba aún precintada, y me la bebí casi entera mientras preparaba las cosas y cenando. No noté ningún efecto del poco alcohol que lleva este tipo de cerveza suave.
Cuando acabé de cenar oí voces fuera del refugio, abrí la puerta y se presentaron otra pareja joven. Venían a dormir al refugio. Entablamos conversación, ellos eran andorranos de verdad, de los que tienen acento de Lérida. Él había estado practicando trial por esta zona durante todo el día, y después de bajar a Andorra, los habían subido en coche hasta la estación de La Rabassa, o sea que habían caminado muy poco. Él era muy extrovertido y me dio algunas indicaciones sobre el GR-P y la montaña en general, aunque estaba desinformado en cuanto en que lugar podría comprar comida, sabía yo mas que él.
Me propuso que mañana podríamos ir juntos un tramo del GR, ya que ellos al día siguiente se iban para el refugio Claror. Con la chica, tuve una conversación sobre la festividad de ese día, 15 de Agosto, y me dijo que en Andorra y " otros países " también era un día festivo. Los andorranos tienen algo de complejo sobre su pequeño país, como si no fuese un país de verdad. Y algo que no toleran es que los catalanes se paseen por Andorra como si fuese una provincia catalana, dado que se habla la misma lengua y ambas culturas están íntimamente ligadas.
La pareja se  puso a cenar afuera del refugio, al calor ambiental de una fogata. Los escuché hablar mientras yo me dormía muy rápidamente escuchando música con un mp3. Por la conversación que tenían interpreté que aún no vivían juntos. Pensé que un chico como él, de unos treinta y tantos años, alto, ligeramente tartaja, no podía dejar escapar a una chica estupenda como ella, rubia, alta, esbelta y con clase. A él lo noté ligeramente inmaduro, pero eso se cura.
Recuerdo que me desperté hacia la una de la madrugada, y fue por los ronquidos del chico ¡¡ roncaba de una manera espectacular !! Los ronquidos eran a intervalos cortos, pero de una cantidad de decibelios considerable. Me levanté para orinar, y me percaté de que dormían los dos en la misma litera, que es muy estrecha. Pensé en la pobre chica, lo que estaría pasando. Los ronquidos son motivo frecuente de divorcio.....

Me levanté muy tranquilo a las siete de la mañana, procuré no hacer mucho ruido al desayunar y preparar la mochila, pero es que el chico andorrano seguía roncando a ratos y hacía mas ruido que yo. A las ocho y media empecé mi segunda jornada de travesía. La mañana era espectacularmente serena, bella y tranquila. Ni una nube en el cielo, y el ambiente fresco, no mas de cuatro o cinco grados positivos. Y había mucha humedad, humedad que daba la impresión de lavar el ambiente y el terreno.

Cuando estuve preparado para irme, llegaron la pareja de franceses de la tarde anterior, me saludaron cordialmente desde lejos y empecé a caminar con chaqueta para el frío y pantalón corto, seguro de que en poco rato entraría en calor. Me sentía muy a gusto conmigo, y tenía plena fe en poder realizar la travesía, dado que el día anterior me cansé muy poco.

El GR sigue por pista forestal hasta casi el mismo Pic Negre Claror, de 2.642 metros, pero la pista solo es apta para todoterrenos de verdad, ya que hay tramos muy empinados y resbaladizos. Encontré agua mas o menos donde el chico andorrano me dijo que encontraría, y a los pocos minutos pasaron dos todoterrenos. El primero, de gama alta, paró a mi lado y el conductor me dijo si quería subir, le dí las gracias pero le dije que continuaba andando, nos saludamos y lo ví subir muy lentamente por la pista forestal.
Mirando hacia atrás se veía la Serra del Cadí, que asomaba entre la niebla, el ambiente era majestuoso y límpido. 

Llegado a una curva, ya a una altura considerable, había este cartel indicador. Hacia el fondo se veían las montañas por las que tendría que pasar al final de la travesía. En el centro se aprecia el Comapedrosa, la cima mas alta de Andorra.

Llegué al Pic Negre de Claror y todo seguido bajé unos cuarenta metros de desnivel hasta el collado donde empieza la bajada hacia el refugio Claror.
Como anécdota de la fotogafria destacar que en esta ocasión me había traído una mochila made in China  que compré por internet a un precio de risa. En la primera salida que hice se me rompió, pero fue debido al peso que llevaba, era una salida invernal y mi equipo no bajaría de los 25 kilos. Muchas veces tuve la intención de tirarla, pero la arreglé. Arreglada y con un poco de aprensión por si se volvía a romperse, ha resultado ser una mochila con la que no sufro dolor en los hombros, como me pasa con otra mochilas. El tema del dolor de hombros y como se ajusta una mochila, es común en los foros de internet, hay mucho teórico suelto y mucho sabelotodo. Gracias a esta mochila que tiene la particularidad de tener los tirantes mas separados de lo normal, creo haber descubierto el origen del mal de muchas mochilas que producen dolor de hombros. En esta salida la mochila me fue perfecta y no parece que vuelva a romperse. La seguiré usando.

Aproximadamente dos horas y media después de haber salido, llegué al magnifico refugio Claror, a  2.280 metros de altitud. Este refugio y su entorno es de los que mas me gustan de toda Andorra y de los Pirineos. En esta ocasión estaba muy limpio....., excepto una parte que alguien que estaba usando la parte cerrada ( seguramente un pastor ), usaba una estancia sin puerta ¡¡ como wc !! y dejaba todos sus excrementos ahí, pegados al refugio. Realmente el que fuese es alguien muy guarro.

Estos dos magníficos caballos pastaban a pocos metros del refugio. Bastante mas abajo se escuchaban un rebaño de ovejas o cabras.
Lo que al fondo parece un amplio camino en la ladera de la montaña, en realidad es un sendero muy estrecho. Poco rato después, un par de motoristas de trial, procedentes del Pic Negre, pasaban por delante del refugio y llegaban hasta el Estany de la Nou. Al parecer en Andorra está permitida la práctica de trial en todas sus montañas, excepto en algún lugar que está declarado Parque Natural. Y por cierto, el nivel de los trialeros es realmente excepcional.

Vista frontal del magnífico refugio, en su interior hasta tiene un altillo para dormir, donde caben no mas de cuatro o cinco personas. Y hay una gran sala que sirve de comedor y dormitorio, con varias literas, eso sí, sin colchón, como en casi todos los refugios libres de Andorra.

Al fondo la fuente del refugio. El verano ha sido muy lluvioso y bajaba abundante agua por los arroyos, pero en algún  otro año en que he estado, la fuente estaba seca.

Hasta ahora el horario efectuado había sido correcto, pero nada mas salir del refugio empezaron los problemas. Seguí el evidente camino que va para el Estany de la Nou y el siguiente refugio. Pero me percaté de que las marcas el GR iban mas abajo, por un casi invisible sendero, las seguí....., y las perdí al poco rato, y no habían mas marcas. Decidí tirar hacia el camino conocido. Tras cruzar un torrente y subir el desnivel perdido, llegué al sendero auténtico, y enseguida vi las marcas del GR en el sendero. ¡¡ Pero como lo han marcado !! Perdí unos valiosos minutos por los caprichos de los que marcan el GR.
Y cuando llegué al Estany de la Nou, el error fue mío. Seguí el sendero marcado que ya conocía y que va hasta el final del lago y después gana un desnivel para después bajar de golpe hacia el otro refugio. Pero me di cuenta de que no había marcas del GR, o sea,  me equivoqué porque el camino que sigue el GR va por el principio del lago y baja un desnivel no muy acusado, para volver a subir hasta el refugio de Perafita. Pués perdí varios minutos más.
En este segundo día de travesía ya me estaba cansando del GR, y  ya empezaba a pensar en alternativas. El problema, que se desveló como grave, fue que me traje un mapa muy antiguo, en vez del actualizado, porqué sin gafas veía mejor el antiguo, y el antiguo casi solo sirve para tener una idea aproximada de la zona, falta mucha información y detalles que si da el actualizado. Confié en mi memoria e intuición y estas me fallaron, pero como describo, básicamente en el cuarto día de travesía.

Y llegué al refugio de Perafita, a 2.200 metros de altitud. La parte de la izquierda está cerrada, y la parte libre es muy pequeña. Hay literas para dormir seis personas.
Cuando llegué aquí ya hacía casi cuatro horas que había empezado a andar y notaba que mi estómago pedía comía. Me tomé todo el tiempo del mundo para almorzar, me comí una lata entera de maíz dulce que habían dejado en el refugio, mas los fiambres y dulces que traía. Y lo completé con un té rojo, que le puso la guinda al ágape.
Aún me quedaba pasar por  dos refugios más en esta larga jornada.

Justo al lado del refugio pastaban estos musculosos caballos, no sentían el menor temor de mí, mas bien daba la impresión de que mi presencia les molestaba.

Mientras me preparaba para renaudar la marcha, llegó un pequeño grupo de personas que se marcharon a los pocos minutos. Justo cuando yo salía y cerraba la puerta llegaba una pareja muy joven que parecía que venían a dormir aquí.
Al lado del refugio está este poste indicador. Yo tenía que seguir en la dirección de la Collada de la Maiana, a 2.426 metros, un desnivel llevadero desde el refugio.
A los pocos minutos de empezar la subida, me crucé con otra pareja joven, y con un perro estrambótico que iba con ellos. Parecía una mezcla de perro de ataque, con otro mas pequeño, tenía una expresión muy rara. Al pasar por su lado, el perro se sentó de golpe en la minúscula sombra de un árbol. La impresión que tuve, es de que el perro estaba emferrmo o mareado, o quizás solo cansado, y que en absoluto era un perro apto para este tipo de orografía.

Llegado a la Collada de la Maina, hay que descender unos cuatrocientos metros de desnivel hasta el valle de Madriu, y seguir por el GR-11 que comparte itinerario con el GR-P el cual a partir de aquí no tiene marcas propias, y hay que seguir las marcas rojas y blancas del GR-11.
En este tramo hay vacas y caballos sueltos, pero no en cantidades excesivas como en otros lugares de los Pirineos. En medio de la fotografía se aprecia una peculiar cabaña, la cual al parecer hace años que no la habitan los pastores. En su interior hay una especie de patio, el cual cabe una tienda de campaña de tamaño pequeño.
Pocos minutos antes pasé por el cercano refugio de Riu dels Orris, a 2.230 metros, había gente en el exteriror, y parecía que estaban ocupando el refugio, ni siquiera paré, y con las últimas fuerzas que me quedaban, seguí para el final de la etapa, el refugio de l'Illa, a 2.485 metros. Está a una hora de subida, o poco mas, y el sendero no tiene fuertes pendientes, se sube mas o menos agradablemente.

En la parte final de la jornada, hice esta fotografía hacia atrás, hacia el collado de Setut, y a la iquierda, como no, el Pic de Setut, de 2.857 metros. Aquí ya empezaba a soplar el aire, y me puse la chaqueta, y como el sol, después de tantas horas ya empazaba a castigarme el cerebro, y noté algo así como un principio de insolación, le puse a mi gorra el cubre nucas, cosa que funciona bastante bien.
Cuando me faltaba un cuarto de hora o veinte minutos para llegar al refugio de l'Illa, me pasó, primero un montañero solitario cargado con una pesada mochila, y minutos después un chico y una chica jóvenes. Iban livianos de peso y rápidos y creí erróneamente que venían de no muy lejos, o que estaban en el refugio y habían salido a pasear. Pero al día siguiente me los volví a encontrar y me explicaron que ese día habían hecho en un solo día las dos etapas que yo había hecho en dos días. En realidad habían hecho unos cinco kilómetros menos, ya que habían dejado su automóvil en la población de Juberri. Habían andado unos treinta kilómetros y subido un desnivel de al menos dosmil metros. Y para colmo se veían, sobre todo ella, mas bien descansados. Mas tarde me los volví a encontrar, junto al montañero solitario. Estaban charlando entre ellos, y al día siguiente me contaron que el montañero solitario estaba haciendo la travesía de los Pirineos, pero por fracciones. El año anterior andó trecientos kilómetros, y este año llegaría hasta donde pudiese.

Llegué al refugio de l'Illa unas nueve horas después de haber salido por la mañana del otro refugio, y al contrario que el día anterior, este día si que me noté cansado. El refugio ( que en realidad es un barracón alargado que usaron los obreros para construir una presa en el lago cercano ) estaba lleno, al menos cuarenta  personas, no tenía muchas ganas de dormir en mi diminuta tienda, así que pregunté si quedaba alguna litera libre, y lo había. Me reservé un espacio junto a una mujer de mas o menos mi edad, que  resultó que iba sola, y al día siguiente, la escuché hablar, aparte del español, inglés y francés.
Me preparé una comida - cena. Mientras comía tuve claro que no soportaba el alboroto del refugio y que acamparía afuera, donde ya había una tienda plantada, y mas tarde otra mas.
Había un grupo numeroso de franceses, todos gente mayor, y una de esas mujeres francesas, no tuvo mejor idea que ponerse ha barrer el suelo - levantando polvo - mientras yo comía. Y no solo eso, sino que se puso a barrer por debajo de mis pies. Un compañero suyo, al parecer le llamó la atención de una manera disimulada, ella hizo un gesto como " que se joda ". Y se atrevió a coger mi mochila y ponerla encima de un banco porque le molestaba para barrer. Ahí no pude mas, y le solté, " ésta es de idiota para arriba ". Y seguro que lo entendió, pero siguió con su tonta afición del barrido del suelo. Como no paraba de hacer ruido con la escoba, ya que golpeaba los bancos metálicos, la puerta, los trastos del suelo y las estanterías, le volví a soltar " pero es que ésta burra no parará ". Y tampoco dijo nada, pero se dio cuenta de que era un imbécil, y la vi barrer con mas cuidado. La vi murmurar con el otro hombre, y mas tarde con otros franceses, me miraban pero nadie me dijo nada por insultar a esa imbécil.
Cuando estuve listo, aproveché la hermosa tarde para montar la tienda, me sentía un poco recuperado pero echaba en falta una buena siesta.

La tienda en cuestión hacía años que no la usaba por su incomodidad. A este tipo de tiendas yo las llamo, " tiendas - ataúd " porque solo se cabe tumbado, debido a su pequeña altura no es posible cocinar en su interior o estar sentado. El solo hecho de ponerse dentro del saco, o vestirse o desvestirse, es una tarea agotadora, ya que no hay espacio para moverse. Me la traje porque teóricamente pesa medio kilo menos de las que uso habitualmente, pero pesada en la báscula me da ciento y pico gramos de mas. O sea, que no creo que vuelva a usarla en mi vida. Por cuatrocientos gramos mas, llevo una tienda de verdad. Ya rebajaré esos cuatrocientos gramos con otra cosa.

Hacia las seis y media de la tarde me metí dentro de la tienda para descansar un rato...., y no me levanté hasta casi las once de la noche. Mientras estaba tumbado empecé a tener un ligero dolor de cabeza, náuseas y un malestar general, pero no le dí mucha importancia, esto pasa a menudo, y puede ser por la altura, por una insolación, por la falta de sueño, por el cambio de alimentación y cosas parecidas. Esto me pasa algún día suelto y no le doy la mas mínima importancia.
Hacia las once de la noche me entró un poco de hambre, abrí la tienda y hacía frío y aire molesto, así que tumbado dentro de la tienda, comí muy poco.
Recuerdo que eran las doce y cuarto de la noche, que por fin me estaba durmiendo, que sentía tocar una guitarra y gente charlando en el exterior del refugio, sin tener ninguna consideración hacia el resto de gente que intentaba dormir y descansar. Si estuviésemos en Francia esto sería insólito o casi imposible, ya que es normal que hacia las nueve de la noche la gente ya empiece a estar descansando y el silencio sea casi total. Por supuesto que los ruidosos eran españoles, concretamente catalanes.

Me levanté a las siete de la mañana, y para mi sorpresa, al abrir la tienda descubrí que se había formado hielo en el interior del doble techo, y por fuera había escarcha. La temperatura a nivel de suelo rondaría los cero grados, eso en pleno mes de Agosto. Por motivos que se me escapan la laguna no estaba helada.
Me sentía mas bien hecho polvo, porque pasé mala noche, y me lo tomé todo con calma. Apenas había actividad en el refugio, así decidí desayunar dentro, ya que afuera hacía un frío notable e incómodo. El grupo de franceses ya se había ido, y también otra gente. Los que quedaban ya se preparaban para marchar. Tardé un total de dos horas en estar preparado para comenzar mi tercera jornada, que sería tan larga como la anterior.
Cuando empecé a caminar, también lo hacían un matrimonio con tres niños pequeños. Por la tarde me enteré de que estaban haciendo la travesía de los Pirineos por el famoso y duro GR-11, considerado uno de los mejores de Europa. Y como anécdota, resultó que este matrimonio con sus hijos tenían una casa en la Cerdanya, a un día de aquí, y que si  hubiesen  querido, habrían podido ir a dormir o estar unos días en su casa. Pero no lo hicieron.
Supuese que esa familía tenían esa casa como segunda residencia, y por lo tanto eran de un nivel adquisitivo solvente.

El Estany de l'Illa, el refugio está a unos metros mas abajo. El sendero ahora está marcado con las marcas rojas y amarillas del GR-P, y en teoría no me tendría que complicar la vida, pero se complicó un poco. Cuando después de una subida pronunciada llegué a la Portella dels Pessons, a 2779 metros, las marcas desaparecieron, y no sabía si había que bajar por la parte contraria de la Portella, en la que no hay camino, o seguir por un sendero que flanqueaba horizontalmente. Perdí unos cuantos minutos dando vueltas hasta que por fin encontré las marcas del GR. En pocos minutos llegué al Pic dels Pessons, a 2.827 metros, que es el punto mas alto por el que pasa el GR-P.

En la cima del Pic dels Pessons en una mañana radiante y no demasiado fresca, aquí ya iba en pantalón y manga corta.
La última vez que estuve aquí, fue el año anterior,  a principios de un mes de Junio, y fue un año excepcional en cuanto a cantidad de nieve. Encontré nieve continua desde aproximadamente 2.200 metros, y aquí arriba había perfectamente medio metro, y en según que zonas un metro de nieve. Eso sí, al medio día caían aludes por todas partes, incluso vi un derrumbe de piedras descomunal y ruidoso, en la zona que se ve al fondo.

Me estuve un buen rato en la cima. Hice esta fotografía hacia el Port d'Envalira, las montañas de detrás ya es territorio francés. Como se puede ver no hay ni una nube en el cielo y la visibilidad era excepcional.

La visibilidad era tan buena, que al fondo se podía ver el macizo nevado de la Maladeta, en la parte aragonesa de los Pirineos. Al natural se veía mucho mejor que en esta foto.
Precisamente, menos de un año antes hice la travesía desde ese macizo hasta Andorra, y me llevó once días completarla, aunque el primer y último día andé muy poco, por cuestión de logística.

Y empecé la fuerte y dura bajada hacia el Cercle de Pessons, donde hay mulitud de lagos y lagunas, estos son los primeros lagos que se ven al bajar. A partir de aquí el camino es todo un festival de subir y bajar rocas, la bajada se hace especialmente cansina, es de las que nunca se acaba.
Y para estropear el día, resultó que a partir de aquí otra vez las marcas del GR desaparecían. Leyendo un poste indicador me enteré de que ahora debía de seguir otras blancas y amarillas. ( Ya me estaba hartando el modo de marcar el GR ).

Ese día era domingo y esta parte de la montaña estaba repleta de gente, turistas, veraneantes y ni un solo montañero. Las montañas del fondo son por las que pasé por la mañana.
Entre tanto subir y bajar rocas, hice un almuerzo al lado de este lago. El calor ese día era de pleno verano.

La bajada por los lagos por fin se acabó. Y ahora tocaba seguir por las pistas de esquí, al principio de las cuales había un magnifico restaurante con una buena terraza, que estaba repleto de gente disfrutando del domingo soleado. Pero solo lo miré, no lo caté. Seguí, ahora sí, las marcas originales del GR-P. Y de repente, en la penumbra de una sombra vi que el GR indicaba subir por una fuerte pendiente. La seguí, y después el GR dejaba las pista de esquí y empezaba un laberíntico itinerario por la montaña, que combinaba los senderos estrechos, con las pistas de esquí y la bajada final por un espeso bosque muy empinado. Tenía que pasar por un refugio libre, el Pla de les Pedres, que está al lado de unas instalaciones de esquí, pero ni lo ví, ni tan siquiera lo busqué porque no me era necesario.

En todos los refugios por los que pasa el GR-P existe un sello y tinta para estamparlo en un carnet del GR-P. Este carnet se puede conseguir en la Oficina de Turismo de Andorra y algún otro lugar. En algunos refugios también dejan alguno de esos carnets. Si se sellan todas las casillas correspondientes a todos los refugios, quiere decir que se ha realizado el GR-P y en la Oficina de Turismo hacen algún obsequio de cortesía.

El GR llega a la carretera que sube hasta el Port d'Envalira, y hay que cruzarla. Pero antes hay una corta y fuerte subida. Me tomé un buen descanso y bebí el resto de agua que me quedaba.
Ahora el plan inicial, era, y según lo leído por internet, comprar comida en una gasolinera que hay en la carretera, y está a unos cinco minutos de bajada. Pero resultó que en la gasolinera apenas vendían comida, la tienda era muy pequeña y solo había alcohol, refrescos, agua, latas de conservas, galletas y patatas fritas. Y nada de pan.
La alternativa era bajar andando o en autobús hasta Soldeu, que está a unos tres kilómetros de bajada. Pero como no quería perder mas tiempo, compré agua, una cocacola, una lata de sardinas, otra de trozos de calamares y galletas con chocolate. Y me lo comí al lado de la carretera, justo donde empieza una mas que fuerte subida. El nombre lo dice todo: " Port Dret ", o sea Puerto Derecho, que tira todo para arriba por fuerte pendiente. Y está a 2.585 metros, un desnivel de al menos seiscientos metros desde la carretera. Y cuando por fín me puse a renaudar la marcha, ya eran las cinco menos cuarto de la tarde, me quedaban unas cuatro horas de luz para acabar la jornada. Tuve cierta prisa, pero el cansancio, el calor, la modorra de la comida, y lo que me temía...., que tenía que pasar por donde pastan numerosas vacas que hay en plena subida (casi se podría decir que casi todas las vacas de Andorra estaban aquí) todo eso junto hizo que tomase un ritmo muy tranquilo, casi de piloto automático. 

La subida estaba amenizada por la luz ambiental de la tarde, que para mí es de las mejores luces de la montaña, tiene algo de íntimo, entrañable, como si alguien familiar me estuviese hablando en la profundidad del corazón con palabras bellas.
La subida al principio era " dreta ", después pasé por un bosquecillo que llaneaba ligeramente, y de golpe el monte se empina, y el sendero como tal no existe. Hay que seguir las marcas del GR que tiran recto para arriba sin hace ni un solo zig-zag. El procedimiento es sencillo, se llega a un marca pintada en cualquier roca pequeña, se mira donde está la siguiente, se va hacia ella, y así hasta arriba de todo.

Tuve que pasar forzosamente por al lado de un grupo de vacas y toros que estaban tumbados cerca de un lugar húmedo y lleno de barro, quizás se estaban refrescando. Pasé a menos de dos metros de un toro que me miraba con esa mirada asesina que tienen los toros. Y detrás de el había al menos otro toro, me miraban como a un invasor de su territorio. Tuve la intención de hacerles una fotografía, pero ponerme a sacar la cámara y apuntarles desde tan cerca, hubiese sido temerario por mi parte, creía que sería demasiado agresivo con su intimidad.
Mas tarde pasé cerca de unas vacas, la que estaba mas cerca de mí, se levantó medio asustada, aunque no sé quien tenía mas temor, si ella o yo. Le hice un gesto con la mano indicándole y hablándole con suavidad, de que yo iba en una dirección concreta. La vaca se quedó quieta levantada mirándome. Seguí por la fuerte pendiente sin prestarle mas atención. Unos diez minutos después me detuve momentáneamente para recuperar el aliento, miré para abajo ¡¡ y vi que la vaca estaba aún levantada, en el mismo lugar mirándome !! Desde ahí arriba tuve un sentimiento de pena por la vaca, creo que ella sufría por mí. ¿ Que pensaría de mí, un tipo solitario y cargado con un enorme bulto en la espalda, y que necesita dos palos para andar ?

El collado - El Port Dret - no está definido, ya que hay una larga cresta que llanea, me supuse donde estaría localizado. Pero las marcas del GR  me llevaban muy a la derecha de ese lugar, y además por el tramo mas empinado de toda la subida; esta parte final está trazada con tiralíneas. Cuando por fin llegué a la cresta y donde pensaba que estaría el collado, resultó que había un sendero muy marcado y llano recorriendo toda la cresta. Y las marcas del GR iban hacia la izquierda, hacia donde me imaginaba que estaría el Port Dret. Y después de al menos quince minutos llegué por fin al verdadero Port Dret, a 2.565 metros de altitud. Ahí tuve una irritación muy grande con los que marcaron el GR-P ¿ Porqué ostias había que desviarse al menos quince minutos hacia la derecha ? No hay motivo que lo justifique, además si la subida fuese directa hacia el Port Dret, el terreno es mejor y mas agradecido que por las fuertes pendientes que había tenido que subir.
Y también me di cuenta - y comparto la opinión de otros - que el GR-P desde el Cercle de Pessons debería ir hacia el Port d'Envalira,  desde ahí hacia el refugio de la Portella y de ahí al Port Dret, es lo más lógico si se trata de rodear el país, se va mas por su límite con Francia. Espero que algún día rediseñen ( y pinten íntegramente ) el GP-R.

Desde el Port Dret ( que me llevó dos horas subirlo desde la carretera ) viene este tramo tan precioso y tan llano. En aquel momento me recordó alguna escena de la saga de El Señor de los Anillos, y sus " Tierras Medias ". A esa hora tan íntima del suave atardecer ( aún iba en pantalón y manga corta ) lo recibí como un acertado regalo para mis sentidos. Mi estado de ánimo cambió de golpe. El único pero, es que desde ahí arriba ya se intuye la civilización muy cerca. El núcleo urbano de Soldeu está a menos de dos horas de bajada ( por el valle que se asoma a la izquierda ).
Yo tenia que ir hacia el fondo, hacia el Pas de las Vacas, y para complicarlo un poco, ahora resultaba que las marcas del GR-P ya no existían y había que seguir otras de otros colores. ¿ Iban cortos de pintura cuando pintaron el GR ?.

Y con los últimos rayos de sol de la tarde llegué al Pas de las Vacas y por fin ví el Estany de Siscaró, y en un punto lejano, entre las rocas, algo que parecía una roca mas grande, era el refugio de Siscaró, el final de mi jornada de mi tercer día por la montaña. Pensé que no podía tardar mas de tres cuartos de hora en llegar. Estaba mucho mas tranquilo, ya no sufría por si se haría de noche por la montaña buscando el refugio.

En esta salida me hice muy pocas fotos de careto o auto retratos ( selfies es como lo llaman ahora ). Esta es mientras por precaución me pongo las rodilleras para la larga bajada. Aquí ya llevaba unas diez horas de marcha. Mis rodillas han mejorado mucho en los últimos tiempos, y bajo mucho mejor que hace algunos años. Son las rarezas que me han acompañado toda la vida.

Y diez hora y media después de haber salido por la mañana, llegué al refugio de Siscaró, a 2.146 metros. Aquí aún tocaba un poco el sol, pero por pocos minutos. En cuanto el sol se escondió detrás de las montañas, el frío llegó de golpe. De este refugio hay la anécdota de que en una web oficial de Andorra, informa de que este refugio dispone de duchas, wc, y no se que comodidades mas. Es un fallo enorme, porque este refugio libre es como los demás, y pertenece al grupo de los pequeños, y ni hay duchas ni wc.
Al llegar vi varias personas en el exterior del refugio, pregunté si había sitio para uno y lo había. En la parte de la izquierda hay un dormitorio con literas en el que caben unas ocho personas, y en la parte de la derecha hay mesa, un banco, chimenea y un litera triple. Esta zona de la derecha la ocupaban una pareja ( en la foto, en la penumbra se vislumbra la chica ). Resultó ser la pareja que el día anterior había visto en el refugio de l'Illa y que habían realizado dos etapas en una sola. Nos saludamos, conversamos y nos contamos un poco nuestras historias. Ellos eran de una localidad muy cercana a Barcelona, y estaban dando la vuelta a Andorra pero sin seguir escrupulosamente el GR-P De hecho ese día, se encontraban un poco cansados por la paliza del día anterior, y habían acortado la etapa. Desde el Cercle de Pessons habían bajado exclusivamente por las pistas de esquí hasta Soldeu. Allí habían comprado algunas cosas y se habían subido directamente al refugio por el camino normal desde Soldeu; se habían ahorrado la paliza del Port Dret. De hecho la chica me comentó que cuando vieron la subida desde enfrente se asustaron un poco, y decidieron no subir.
Ellos pensaban concluir la vuelta a Andorra en dos día maratonianos mas, pero por un recorrido diferente. Mañana entrarían en Francia, y desde allí flanquearían hasta llegar a algún collado, volver a Andorra, subir el Comapedrosa, y después, realizar la bajada final por el GR-P. Estaban fuertes y entrenados, me comentaron que hacía pocos días que habían estado haciendo un recorrido por el Valle de Arán, y que además practicaban regularmente ciclismo de carretera y montaña, incluso él llegó a correr en un equipo amateur. Les pregunté si llevaban un equipo ultra - lite o ultra light, y me respondieron que llevaban un equipo normalito, solo que iban muy livianos de peso, aunque él me dijo que llevaba unos diez kilos de peso. La mochila de ella era mas ligera, pero eso es lo normal en las parejas que hacen montaña, y además es lo correcto, porque si no haría reír.
Y también me comentaron que ellos tenían una tienda de campaña idéntica a la que yo llevaba, y que el día anterior habían estado mirando con atención como la montaba. En esta salida no la habían traído para ahorrarse un peso innecesario, incluso se habían dejado en casa el GPS por el mismo motivo. Incluso llevaban calzado único, no llevaban las clásicas sandalias o zapatillas ligeras para descansar de los pies. Todo por ahorrarse algún kilo en la mochila.

Foto de rigor de la placa del exterior del refugio del refugio Siscaró. Apenas quedaban dos o tres minutos de luz.
Y con la despedida del sol, llegó el frío repentino, y como no tenía la más mínima gana de asearme en el agua fría de la fuente, me hice a la idea de que esta era el tercer día sin ducharme ni asearme decentemente. Pero me pasé unas toallitas higiénicas y me puse desodorante para no espantar a los demás usuarios del refugio.

Después de cenar ligero, no perdí mas tiempo y me fuí a dormir. Los demás ocupantes del refugio habían hecho una pequeña fogata en el exterior del refugio y disfrutaban una velada corta y amena.
En la estancia donde dormí habían un total de cinco personas, y dos eran una pareja mayor que llevaban dos sacos de dormir idénticos, de esos que su pueden unir con las cremalleras y hacer un solo saco. Y es lo que hicieron, unir los sacos y dormir juntos. Me sorprendió que a esa edad ( mas o menos la mía ) se tuviesen tanto cariño, porque no sería por el frío, ya que los sacos eran de plumas y dentro del refugio no hacía nada de frío.
Me puse el mp3, pero me dormí en segundos;  de tanto en tanto me despertaba y notaba el dolor de los auriculares mas que la música. En medio de la noche hice un esfuerzo por despejarme y apagar el mp3. 

Me levanté a las siete de la mañana, los demás aún dormían. La pareja joven de al lado se habían levantado a las seis de la mañana y ya estaban listos para marcharse. La mañana era fría y húmeda, toda la hierba estaba mojada. La chica llevaba puesto un gorro y una chaqueta de plumas muy ligeras, en contraste con el chico que iba en pantalón corto. Me comentó que el día anterior se le habían congelado las manos al salir del refugio de l'Illa.
Nos despedimos y nos deseamos suerte mutuamente.
Hacia las ocho y media partí yo para iniciar lo que sería mi cuarto día, y un imprevisible, pero comprensible, error de itinerario, que haría que mi plan de hacer el GR-P íntegramente se fuera al garete.

La  cuarta jornada empieza bajando hasta los 1.900 metros, en pleno Vall d'Inclas. Las marcas que salen del refugio son blancas y rojas, no hay otras, y ahí empezó mi error producido por lo mal que está señalizado el GR-P. Dos días antes consulté un magnífico mapa que había en el refugio de l'Illa, un mapa grande y plastificado en el que están marcados todos los senderos que hay en Andorra. Y no me percaté de que en este tramo ( en el cual nunca había estado ) el GR-P tiene una variante extraña. Se desvía hacia el refugio de Juclar,  ( para pasar la noche, y que es refugio guardado ) y después retorna para el mismo Vall d'Incla para subir hacia el refugio o cabana Sorda y demás refugios siguientes. Pero como aquí no están las marcas originales del GR-P, las rojas y amarillas, sino que son las blancas y rojas, seguí hacia el refugio Juclar, sin saber que esta parte del recorrido es opcional, ya que se puede obviar y subir para el refugio Sorda, sin dar esta vuelta tonta, en la que se pierde al menos hora y media, solo de subida.

La mañana era espléndida, como las anteriores. Creía que estaría solo en la subida, pero enseguida empezaron a llegar pequeños grupos de gente. Entre ellos una familia compuesta por un matrimonio y dos hijas mayores, creo que eran rusos o ucranianos. La madre y las hijas rubias, iban vestidas de calle con ropa limpísima en la que destacaba el color blanco inmaculado. Las hijas hacían competencia en cuanto a belleza a las montañas que nos rodeaban. No pude por menos de pensar en el pueblo de mala muerte en el que por desgracia vivo desde hace casi catorce años. Estoy rodeado por las mujeres mas bastas, machotas, mal vestidas y groseras que he visto en mi vida. Había una con bigote - seguramente por afeitarse - que hace tiempo que no la veo. A pesar de su aspecto abrumador - porqué también era gruesa - se veía una persona normal.

La subida hacia el refugio es entretenida y complicada. Numerosos pasos por la roca, escalones rocosos y resbaladizos, y agua abundante por todas partes.

Un alto en el camino, ya muy cerca del refugio, por aquí vi alguna marca del GR-P original, y me extrañó mucho que no hubiesen mas. ¿ Quizás me las pasé ? No creo que esté tan cegato, me dio la impresión de ser algo raro.
Aquí había un montañero solitario que iba cargado con una mochila mas grande que la mía. Llevaba varios bidones de agua, y me pareció una exageración. Me saludó de una manera muy abierta y efusiva: " Bon día i bon hora... " lo noté muy a gusto consigo mismo y con la montaña, y tuve la impresión de que estaba haciendo una travesía de gran recorrido, y que ya llevaba muchos días por la montaña.

Aquí ya muy cerca del refugi Juclar, como indica el cartel, está a 2.299 metros. En realidad no hacía falta subir hasta el refugio, mas abajo hay un camino que sube hacia el Estany Segón ( Se llama así ) y de ahí a la collada de Juclar. Pero las malditas marcas rojas y blancas, y como se ve en la foto, hay marcas que son solo un punto amarillo, seguían hacia el refugio  y las seguí. Me equivoqué como un pardillo, y un mal informado. Cosas de la edad.

Cuando llegué al refugio en un banco del exterior, había una mujer mayor francesa tomado un desayuno, y estaba servido en unas tazas, platos, cubertería y demás utensilios, que por su calidad no se acostumbran a ver en los refugios de montaña habituales.
Este refugio hace años era libre, la parte de la derecha es la original. Después se construyó el anexo que hay a su izquierda. Se ve un buen refugio, pero tiene un fallo enorme, los lavabos están en otro edificio que está mas a la izquierda y que no sale en la fotografía. Y salir por la noche para hacer las necesidades biológicas, no es de lo mas agradable que hay. Pasar del calor del saco de dormir a la fría noche, quizás con lluvia o viento, corta a cualquiera, para eso habría que vestirse casi completamente. Lo mas seguro es que los usuarios del refugio que tengan que salir para hacer sus necesidades, abran la puerta del refugio y se alivien desde la entrada del mismo.

Cogí agua de la fuente del refugio y seguí mi equivocado camino. Ahora hacia la collada de Juclar.
Como anécdota, mencionar que la nomenclatura " Juclar " viene de los lagos que están detrás de la collada Juclar,  y están totalmente en territorio francés. Los lagos que hay al lado del refugio Juclar, curiosamente se llaman Estany Primer y  Estany Segón ( no es broma ). El Pic Negre de Juclar, también está en territorio francés. Lo que sí que hay es el Alt de Juclar, que es un pico secundario cercano al refugio y en territorio, este sí, andorrano.
El camino desde el refugio llaneaba al principio, para después subir y bajar desniveles cortos. En una de esas bajadas y subidas hay este tramo protegido con unas maromas deshilachadas, y como curiosidad puede verse que no están fijadas a ningún anclaje, simplemente se aguantan por peso a unos salientes de roca muy justitos. En realidad la cuerda es innecesaria, ya que el destrepe no tiene mas de seis o siete metros, y su dificultad no pasa del segundo grado. No está en ningún lugar expuesto ni peligroso, cualquier persona la bajará ( o subirá ) sin ninguna dificultad.

Al rato, y un poco molesto por haber subido y bajado mas desnivel del necesario, llegué al Estany Segón. Los picos del fondo, sé que se llaman Pic del Ruf y Pic Noé, y hay alguna vía de escalada.

Y por fin llegué a la collada Juclar, a 2.442 metros de altitud. No había estado antes aquí, no conocía el terreno...., y no había mirado el mapa desde el día anterior. A partir de aquí me metí en Francia sin saberlo, pensaba que esto aún era Andorra, aunque el terreno no me cuadraba. ( Hasta me da un poco de vergüenza escribirlo ). Los lagos de abajo son los del Juclar.
Desde el collado la marcas ( rojas y blancas ) me guiaron hacia el destrepe incial,  ya que había un barranco de unos treinta metros verticales. Sin ninguna dificultad lo bajé y seguí por lo que al principio era un fácil y cómodo sendero no muy marcado, debido a las numerosas rocas que había.
Pero la cosa se fue complicando, cada vez había mas rocas y mas grandes, conforme llegaba al lago ya empezaban otra vez las subidas y bajadas, cortas pero que amargaban. Ya hacía varias horas que estaba andando casi sin parar, y las fuerzas ya me fallaban.

Una vez en el bello Estany Juclar, ví que no se podía rodear por su orilla, para mi desgracia el camino remonta un desnivel de al menos cuarenta metros ( por las pendientes herbosas de la derecha ) y hasta hay un paso que me costó superarlo por lo resbaladizo. Me crucé con un excursionista solitario, le dije " hola bon día ", noté que se extrañó un poco y me respondió en francés " bon jour ".
Una vez llegué al extremo del lago, las cosas ya no me cuadraban nada. El valle que seguía en dirección, creo que Oeste y que quedaba cerrado por una montaña, el paisaje del fondo, un edificio grande que se vía en la ladera de la montaña mas cercana ( Era el refugio francés Rhule ), todo eso me intrigaba un poco.
Me tomé mi primer descanso del día, y almorcé empezando a racionar la comida, por lo justo que ya iba de ella. A pocos metros había un personaje solitario, era francés, de unos cincuenta años y llevaba pantalón vaquero, cosa nada normal. A su lado una gran mochila azul, me pensé que era pescador, ya que al otro lado del lago habían dos pescadores. Pero me equivoqué, porque al día siguiente me lo volví ha encontrar caminando con su pesada mochila, en dirección opuesta a la mía.
Y ocurre algo que ya es un presagio de la sorpresa  desagradable que experimentaré como media hora después. Llega un deportista de esos que van en plan trail runner, también es francés ( demasiado francés por aquí, pensé ) se dirigió al otro francés que iba con pantalón vaquero y le preguntó algo, por la respuesta que entendí a medias, le dijo que se había equivocado y que el collado al que debía ir estaba en otra dirección. El otro puso cara de sorpresa y fastidio, pero se dio la vuelta y bajó por la fuerte pendiente de inmediato.

Con la sensación de no haber comido lo suficiente, empecé la bajada por un sinuoso recorrido. La pendiente era fuerte, pero había numerosos zigzags, y la bajada se hacía fácil. Esta caída de agua puede tener perfectamente unos ochenta metros de altura, es el agua que cae del Estany Juclar.

En la ladera se puede ver el refugio Rhule, que desde lejos parece de dimensiones notables. Empezando el descenso se veía muy lejos y mas abajo de mi posición, pero llegado a un pequeño lago, llamado l'Estanyol, se veía relativamente cercano y mas alto que mi actual posición. Y justamente en el Estanyol....., me percaté de mi imperdonable error. Había un poste indicador que marcaba diferentes direcciones, pero ninguna me cuadraba. Tuve que sacar mi viejo y roto mapa Alpina, para poder esclarecer cual era mi posición, me costó un poco por lo malo del mapa, pero al final lo entendí. Me había metido en un collado - El de Juclar - que entraba en Francia. Las marcas rojas y blancas que había seguido correspondían al GR-10, el sendero transpirenaico por la vertiente francesa, que es diferente al GR-11, el español.
Y en mi maldito mapa no aparecía un trayecto alternativo, un sendero ni nada parecido para volver a Andorra sin tener que dar la vuelta y tener que subir por el mismo sitio por el que había bajado. Y menos de una manera tan seguida., no tenía la menor gana de pasar por ese laborioso recorrido, y además de subida. Me sentí momentáneamente cansado física y psíquicamente, hasta desamparado. Pero llevaba tienda de campaña y podía acampar en cualquier lado, sin necesidad de andar mas ese día, o hacerlo hasta que me cansase.
En esos momentos de fugaz desaliento, me dí cuenta de lo pequeño que es Andorra, me salí de ella sin querer.

Recuerdo que hacía un viento molesto que doblaba el mapa, y estuve a punto de romperlo debido a un repentino casi ataque de rabia contra mí mismo. Pero me contuve porqué sin ningún mapa estaba perdido. Me arrepentí de no haber traído el mapa mas moderno, que trae mas información, pero no lo traje por que sin las gafas de leer, veía mejor el antiguo En el mapa antiguo que llevaba marcaba el collado llamado Port de Fontargenta, o d'Incles, que está solo a 2.263 metros de altitud, pero no marcaba ningún sendero para llegar a él. Por suerte en el cartel donde me encontraba si que marcaba un sendero hacía ese puerto. Así que, ligeramente angustiado, lo seguí. Al principio bajaba, por terreno incómodo, flanqueaba una ladera escarpada, pero después llegó a unas pendientes suaves de subida, con mucha hierba, arroyos cristalinos, y ¡¡ Y ninguna vaca, cabra, oveja o caballo !!.

Cuando llegué a los Estanys de Fontargent, a 2.100 metros aproximadamente, me quedé atónito por la belleza del lugar. Hasta dí las gracias por el grave error de itinerario que tuve, el lugar es realmente fantástico, de esos en los que cuando los ves, sabes que volverás otras veces. En esta ocasión hacía un viento molesto y frío, empezaban a aparecer nubes, y el ambiente era más húmedo que los días anteriores, los cuales habían sido muy secos.
En la entrada del lago había un cabaña derruida, no sabía si la acampada itinerante estaba permitida, pero en caso de necesidad se acampa donde sea, y el lugar me tentaba mucho. Justo en la parte opuesta del lago había una tienda montada, pertenecía a una pareja con un niño pequeño. Hablaban español. Pero para llegar hasta ellos tenía que rodear el lago, que es bastante ancho. Mientras lo rodeaba me sorprendió ver a una escultural chica rubia que iba sola. Llevaba una mochila de pequeño tamaño, ropa mas bien de excursionista ocasional, y portaba un bastón de madera característico, que ya había visto en otras ocasiones. Es un palo redondo, barnizado y de una longitud de un metro aproximadamente. Se ve pesado, y se me ocurrió que mas que para apoyarse para andar, también servía como arma de defensa o ataque contra algún animal, incluso " animal humano ".
Y para darle mas misterio al asunto, en unas rocas me encontré de golpe a un hombre mayor con mal aspecto. Desentonaba en ese lugar y en cualquier lugar de los Pirineos. Podría haber sido un pastor, pero por ese lugar no vi ningún rebaño, ni siquiera humano.
Me quedé sin saber quien era la chica, y quien era el hombre de mal aspecto.

Enfilando los últimos metros hacia el Port de Fontargent, y mirando hacia el Estany ¡¡ Realmente fantástico el lugar !!
Días mas tarde, estando en casa, me informé que desde este Estany podría haber seguido un sendero que me hubiese llevado al Port de Banyell, y de ahí hubiese podido retomar el GR-P bajando hasta la población de Llorts, que es lo que creo que es lo que querían hacer la pareja joven que conocí los días anteriores. Son muchos kilómetros, y en una sola jornada no creo que hubiese podido recorrerlo. Es algo que me queda pendiente para otra excursión.
Lo mas sensato yendo sin un mapa digno y fiable, era retornar a Andorra por el camino mas corto, y que me llevaría muy cerca de donde empecé a andar por la mañana. Una vuelta tonta, una vuelta de gilipollas, pero compensada y gratificada por haber conocido este bello paraje. Seguro que volveré.

Ya en el Port de Fontargenta, me crucé con algún grupo de gente, incluso había un joven que estaba solo, tumbado, y en manga corta, pese al viento y al frío que ya empezaba a ser notable.
La bajada hacia la Vall d'Incles es por unas pendientes herbosas muy suaves y agradables de andar. El sendero es bien visible, y se podría  andar por él incluso con niebla.

Después de bajar unos dos kilómetros llegué al desvío que se ve en la fotografía. Aquí ya llevaba casi ocho horas de pateo, me sentí, por una parte aliviado porque ya había retornado al itinerario correcto del GR-P, y en poco mas de una hora llegaría al refugio Cabana Sorda, donde daría por concluida la jornada. Pero antes necesitaba urgentemente nutrirme e hidratarme. Lo poco que había comido unas horas antes ya lo había quemado, y para afrontar los trescientos cincuenta metros de desnivel final que me quedaban, necesitaba básicamente hidratos de carbono y glucosa....., pero me quedaba muy poco de eso. Piqué un poco de chocolate, salchichón, una barrita energética, la punta de una punta de pan, restos que me quedaban de frutos secos. Y al agua le puse naranjada de marca barata, muy dulce y que me produce molestias intestinales. Y al agua le empecé a poner pastillas potabilizadoras, porque tantos días bebiendo agua sin tratar, ya es peligroso para mis salud. Agua cristalina y agua potable son cosas distintas.

Con las últimas fuerzas que me quedaban, y encendiendo mi piloto automático interno, empecé los últimos trescientos cincuenta metros de desnivel de la jornada, por fin veía las famosas marcas de pintura del GR-P, las rojas y amarillas, ya me eran familiares, era como encontrarme con algún pariente o amigo.
 Pensé que lo subiría en una hora, pero tardé una hora y cuarto. Llegué a este buen refugio hacia las seis de la tarde, y...... ¡¡ Bingoooo !! estaba vacío, no había nadie ¡¡ Todo para mí !! Era la recompensa de ese día, por mis padecimientos físicos y morales. ( Por mi gilipollez de no consultar el mapa ).
Habían sido unas nueve horas y media de pateo, contando descansos. Y después de esas nueve horas y media, resultó que estaba a dos horas y media del lugar de donde salí por la mañana, el refugio Siscaró. Había andado siete horas de más, siete horas tontas.

Afuera del refugio hay estas placas solares, creo que sirven para alimentar alguna antena que me supongo que hay en el tubo metálico. A esa hora hacía viento fuerte, y la estructura emitía un sonido ligeramente lúgubre. A menos de dos minutos está el Estany de Cabana Sorda - ¿ Como se podría llamar si no ?- Cerca de él habían una manada  o rebaño de caballos. El agua potable hay que ir a buscarla al arroyo que se ve al fondo. Un poco molesto si que es;  con lo fácil y barato que es poner una tubo o cañería, como hacen en otros refugios.

La foto ya lo dice todo: Refugi de Cabana Sorda, a 2.295 metros de altitud, que ya es una altura considerable. De hecho, casi todos los 128 kilómetros del GR-P se hacen en alturas superiores a los 2.000 metros, siendo la altura media de unos 2.300 ó 2-400 metros.

El interior del refugio. Está pintado de color fucsia, como los demás refugios de Andorra. Este tiene la peculiaridad de que tanto la parte de arriba de  las mesas y de los bancos están hechos de mármol, todo un lujo. El refugio estaba muy limpio. En unas fotografías que había visto por internet se veían unos colchones gruesos, pero ese día no había ninguno, y este es el peor aspecto de los refugios libres de Andorra, que en las literas metálicas no hay ningún tipo de colchón, y con las clásicas colchonetas de espuma, se hace insoportable estar tumbado muchas horas, las literas son realmente duras.
Esa noche para usar como almohada usé un saco de sal de veinticinco kilos - al fondo de la imagen se pueden ver mas sacos -. Y para la espalda puse toda la ropa que pude, incluida la tienda de campaña.
Por suerte para mí, en este refugio había un buen mapa de Andorra, en el que marca perfectamente todos los itinerarios que surcan su territorio. Lo consulté, y casi me avergoncé de mi increíble fallo.
Y en este refugio también había un botiquín muy escaso; habían tiritas y por primera vez en cuatro días tuve que usarlas. Y por primera vez en cuatro días mis botas apestaban, y lo que es peor, estaban perdiendo su capacidad de permeabilidad al agua. Había cruzado numerosos arroyos, y tenía los pies ligeramente mojados. ¡¡ Tanto que me gustaban estas botas que compré el año pasado !!.
Lo que no pude hacer, fue asearme en condiciones, el frío y el viento ya eran fuertes;  el cielo se había cargado y empezaban a caer gotas pesadas de lluvia. Así que...., otra vez tiré de toallitas higiénicas y desodorante. 

Mientras se cocía la sopa de la cena, salí al exterior para hacer esta fotografía. Ya faltaba poco para que oscureciera, la luz le daba algo de tristeza y melancolía al ambiente, al fondo se veía las montañas por las que pasé dos días antes.
Cené ligero, y estaba tan cansado que antes de las diez me metí en el saco de dormir, y ni tan siquiera me puse el mp3 para escuchar música. Me dormí de inmediato, y solo me medio desperté de tanto en tanto, cuando en medio de la noche oía los truenos y la fuerte lluvia que golpeaba el tejado. Los porticones de las ventanas no estaban cerrados, y la luz de los relámpagos inundaban de luz el refugio. Se había desatado una fuerte tormenta, pero no me preocupaba lo más mínimo. No cerré la puerta del refugio con el pasador, por si llegaba gente en medio de la noche, y tampoco creo que me hubiese enterado mucho si hubiese llegado algún visitante nocturno. Soldeu, que es una población de cierta categoría - a nivel andorrano - está a unas dos horas de bajada, o algo más, y era perfectamente factible que siendo Agosto, algún intrépido aventurero afrontase la noche y la tormenta. Pero que va, no vino ni dios.

A las siete de la mañana siguiente, inicié mi quinta jornada en la montaña. Me levanté, mas que cansado, roto. Dormí regularmente, noté la dureza de las literas de hierro mas que nunca. Tuve uno de esos días, en las que al coger la mochila vacía, que pesa unos dos kilos, da la sensación de que pesa una barbaridad, y el solo hecho de pensar que tenía que meter todo mi bagaje, que pesaría unos doce kilos mas, más el agua, me asustaba un poco. Por experiencia se que por muy cansado que se esté, cuando se lleva  una hora andando, el cuerpo empieza a sentirse mas o menos bien.

La mañana era soleada, pero a diferencia de los días anteriores, en el cielo había bandas de nubes, daba la sensación de que la tormenta de anoche, que al parecer duró varias horas, no se acabaría aquel día. El ambiente era muy fresco, el sol aún no tocaba en el refugio, pese a su orientación este, y a su altitud destacada. Todo el exterior del refugio estaba, no mojado, sino encharcado, señal de la cantidad de lluvia caída.
Un poco mas tarde de las ocho y media de la mañana, salí del refugio bien abrigado, sin tener los planes claros sobre la jornada, y sobre el poder acabar el GR-P. Un ligero desencanto, que no llegaba a la desmotivación, intentaba fijarse en mi mente.

La subida hacia un collado del que desconozco el nombre, era muy empinada, con algunos tramos rocosos, tenían un cierto peligro por lo mojado y resbaladizo que estaba todo. El sendero está perfectamente marcado y señalizado. Visto desde abajo parecía mas peligroso o complicado de lo que en realidad es.
En la fotografía, el Estany de Cabana Sorda, el refugio está a dos minutos escasos, en el momento de la fotografía aún no  le tocaba el sol. Los caballos que pastaban cerca del Estany, son unos puntos o manchas muy pequeños, son casi inapreciables.

En los últimos metros de la subida final al collado, a 2.679 metros, me costó poco mas de una hora subir los trescientos ochenta y cuatro metros de desnivel. Las pendientes por las que subí tienen el nombre de Pales de les Basses de les Salamandres.

Desde el collado mirando hacia la continuación de la etapa. Hay que descender hasta los 2217 metros, y después seguir un largo flanqueo ascendente hasta los 2.719, en las montañas que se ven al fondo. Y después una larguísima bajada, hasta Llorts, a poco mas de 1.400 metros. Pero....., ideas diferentes tanteaban mi mente. Mi estado anímico era muy bueno, pero ver que las carreteras y las poblaciones estaban tan cerca, me hizo tener la impresión de que en realidad estaba jugando al hiking. Esta parte de Andorra no es mi preferida por este motivo.
En el collado el viento, la humedad y el frío eran notables. A partir de aquí, y durante un buen rato, el sendero discurría a la fría sombra. Resbalé varias veces, y tuve alguna caída sin importancia. También tuve alguna torcedura de tobillo, cuyo dolor solo duraba unos minutos, de estas he tenido docenas a lo largo de mi vida.
Lo que si notaba era un lesión que tengo hace meses, los malditos tendones de Aquiles, que en los días anteriores me molestaban a partir de llevar varias horas andando, pero ese día me molestaban desde el principio. Mi táctica es la de andar sintiendo como coloco los pies, paso a paso, al final acaba mecanizándose, y camino casi con soltura.

Dos horas y media aproximadamente después de haber partido, llegué al refugio Coms de Jan, a 2.217 metros. Consta de dos partes abiertas, con literas para unas ocho personas, creo recordar. Cuando llegué no había nadie, pero poco a poco empezó a llegar algo de gente, entre ellas a un matrimonio con dos hijas pequeñas, una no tendría mas de cuatro años. El motivo era muy fácil, se puede llegar en coche por pista asfaltada, hasta una distancia de unos cuarenta minutos de subida. Hasta aquí llega mucha gente a pasar el día, y el estado del interior del refugio no es muy bueno.
Decidí almorzar aquí, ya que me notaba la falta de alimento. Aproveché un cartucho de gas que alguien dejó aquí, y me preparé un té, que siempre da un empujón cuando las fuerzas ya van justas.
Mientras almorzaba una cantidad justita de comida, llegué a pensar en quedarme en el refugio a pasar la noche. Había andado muy poco y era relativamente temprano, pero había algo en mí que no acababa de despertarse. La llegada de gente en el refugio, todos excursionistas matinales, me quitaron las ganas, ya que no había la tranquilidad que necesito. 

Saliendo del refugio, el sendero continúa flanqueando la ladera de la montaña, todo subida continuada. El cielo ya empezaba a taparse y destaparse, incluso a ratos se formaba niebla en los collados y cimas. Era un día de esos en los que no estás a gusto en manga corta, ni con la chaqueta. Se pasa de pasar calor a pasar frío.
La subida era ininterrumpida y se ganaba altura regularmente. El sendero estaba perfectamente señalado, delante mio iban tres personas, ligeras de peso, que poco a poco se fueron distanciando hasta que ya no los vi mas.
No sabía con exactitud cual era el collado a pasar, el de Meners, los que vía tenían la parte final por pedreras sueltas, y estaba un poco asustado, porque ese terreno es incomodísimo de pasar.

Al llegar a esta lugar tuve un cabreo muy grande, un cabreo con los que marcaron el GR-P. Bastante antes había visto que el camino se bifurcaba, el " bueno " era el de la derecha que iba siguiendo la ladera, mientras que el de la izquierda, se iba para unas pendientes herbosas....., aquí mi instinto me indicaba que no podía ser. Y no me equivoqué, porque al llegar al lugar de la fotografía de arriba, con desespero vi que el sendero ahora hacia bajada, se dirigía hacia un punto en el que se juntaba con el camino " malo ", que era mas corto y subía menos desnivel. ¡¡ ¿ Pero porqué nos hacen subir inútilmente hasta aquí arriba ? !! Daba un rodeo de al menos quince o veinte minutos..., sin ningún motivo. Es uno de los rodeos o pérdidas de tiempo mas tonta que he visto por las montañas. No supe ver que motivo había hecho que los que marcaron el GR-P lo hicieran de esta manera tan estúpida.
Pero eso no era todo, a los pocos minutos de empezar a bajar, el camino se corta por una pendiente rocosa, de al menos cuarenta o sesenta metros. Son placas lisas no muy verticales, solo en la parte final acaba en un barranco de unos diez metros o más, pero una caída en esas placas es grave o muy grave, seguro. Las marcas de pintura indicaban los pasos a seguir, pero estando todo mojado y con la mochila, ni me atreví a cruzar las placas. La alternativa era cruzarlas por arriba o por abajo, y opté por subir un desnivel de unos treinta metros, y pude pasar por un tramo sin peligro.
A los pocos minutos de seguir bajando, me encontré de cara con el personaje que me encontré el día anterior en el Estany de Juclar, uno que iba con pantalón vaquero. Iba cargado con su voluminosa mochila, no usaba bastones de ningún tipo, iba aún con los pantalones vaqueros, y se le notaba muy justo de fuerzas. Nos saludamos lacónicamente.

Y pocos minutos después tuve aún algún pensamiento asesino con los que marcaron el GR-P, porque aún quedan unos subes y bajas, que a estas alturas del día pasan factura. El cielo ya estaba bastante tapado, casi seguro que ese día llovería. Me crucé con un numeroso grupo familiar que iban de bajada y bajaban por el camino " malo " que en realidad es el camino bueno, el correcto, por el que se anda menos tramo, y se suben menos metros de desnivel.

El tramo final hasta el collado Meners es por fuerte pendiente, el camino zigzaguea por la pedrera, si no fuese por lo transitado del camino, sería una subida mucho mas fatigosa.
A uno metros del collado hay esta cabaña. Su interior está llena de hierros y trastos viejos, es húmeda, y hay unas tablas en las que podría dormir una persona en un caso de urgencia. Esta cabaña no es la clásica de pastores, creo que la usaban en la antigüedad los mineros que explotaban unas minas de hierro que habían por esta zona. En el mapa, la cabaña está marcada en el otro lado del collado, pero durante la bajada no vi ninguna otra.

Una mirada hacia atrás, hacia las montañas de las que vengo. Esta bello panorama umbrío y húmedo me recordaba una vez mas, alguna imagen de las películas de la saga de El Señor de los Anillos. Recuerdo que a pesar de no tener un buen día, y estar mas cansado de lo normal, me sentí casi feliz y contento por estar ahí arriba, disfrutando de las sensaciones tan gratas que me producían el hecho de contemplar y sentir el paisaje, porque los paisajes también se sienten, desprenden unas fuerzas telúricas de primer orden.

Me hice esta foro de careto con el Pic de la Serrera detrás; este pico es uno de los pocos que tiene Andorra que superen los dos mil novecientos metros, en concreto 2.912. En su cima había un grupo de gente que empezaba el descenso, me los encontré mas tarde. Entre ellos había un chico con el síndrome de Down, menos ese aspecto era totalmente normal, había sido capaz de hacer una ascensión de mas de mil metros de desnivel, en un terreno agreste como este.

En la foto se nota que he envejecido diez años en dos días. Seguramente fue debido a una alimentación escasa, y a la necesidad de hacer una etapa algo mas corta, en la cual pudiera comer algo mas sólido que los embutidos, el chocolate y las barras energéticas. Faltando a mi costumbre, en esta salida no me traje complementos vitamínicos y de minerales, sencillamente porque donde los acostumbro a comprar, se habían acabado. También hechaba a faltar una siesta reparadora, como las que hago en casa.
El gasto energético de una persona subiendo montañas, y cargado con una mochila, es de unas 700 - 800 calorías por hora. Multiplicado por unas siete horas diarias de caminata efectiva, da un total de 4.900-5.600 calorías solo para hacer esa actividad. En total, en un día un montañero haciendo travesías puede consumir 8.000 ó 10.000 calorías al día perfectamente. Pero en cambio, ni de lejos consume esa cantidad de energía en un día; la consecuencia es la pérdida rápida de peso, debido al autoconsumo de grasa y masa muscular. Eso fácilmente provoca algún tipo de desorden en el organismo. También el cambio brusco de hábitos, produce algún tipo de shock en el cuerpo y la mente.

Desde la otra parte del collado la visión era esta. Tenía que bajar por el valle que se ve a la izquierda, salvado el primer tramo que es por piedras sueltas, el resto es un valle muy agradable de andar y de suaves pendientes herbosas, y además no vi ni sentí vacas ni ganado alguno.
Al fondo de la imagen se ve la silueta de la Pica d'Estats, el pico mas alto de Cataluña, y el primer tresmil de los Pirineos. ( Salvo que se venga en dirección opuesta, por supuesto, que entonces es el último ).

Desde lejos vi la silueta de lo que parecía un refugio, mas bien grande. En mi viejo mapa no marcaba nada, solo el refugio guardado de Sorteny, pero aún no podía ser. Cuando llegué cerca vi que era pequeño y  que no había ningún camino para llegar hasta él. Estaba rodeado de plantas altas y mojadas, así que me metí entre las plantas y abrí un camino.
Era una cabaña refugio muy pequeño, calculo que estará a una altitud de 2.100 ó 2.200 metros. Consultando el mapa en casa, creo entender que tiene el nombre, o está cerca del llamado Pas de la Serrera. Tiene capacidad solo para dos personas, su interior estaba mas bien sucio y precario, pero la cabaña se veía sólida. No había nadie.....,  y la tentación fue irresistible, decidí que mi jornada acababa aquí. Solo llevaba seis horas de marcha, pero esta cabaña era un regalo para mí. Me daba tiempo para asearme en profundidad, hacer una comida caliente ( la primera en cinco días ) y hasta podría hacer una siesta.
Y es lo que hice. Para el día de mañana...., pues según como estuviese el tiempo y de si podría comprar comida. O bien abandonaba el GR-P, o hacía el esfuerzo de andar dos jornadas mas, o dos y media, porque ese día debería de haber acabado en Llorts. ( Donde por cierto no hay tiendas de alimentación ).

La preciosa y coqueta cabaña, hasta recuerda un paisaje suizo. El río está a pocos metros de distancia, por lo que no falta el agua. Mientras estaba arreglando los trastos, llegó el grupo de gente que había visto en el Pic de la Serrera. Estuvimos intercambiando información, y por ellos me enteré de que para este día habían anunciado lluvias, y para el día siguiente venía mal tiempo generalizado......, Pues ya tenía las cosas mas  claras, casi seguro que al día siguiente abandonaría la travesía y me iría para mi dulce hogar.
Y lo deseado se cumplió, pude asearme a fondo ( pero no pude lavar la ropa, porque estaba a punto de llover ). Comí decentemente y tranquilo, aunque ya era un casi las cinco de la tarde, y aún me permití descansar un par de horas, escuchando música y dormitando en la incómoda litera. Noté que mis fuerzas y mi moral se renovaban.
Me entretuve haciendo algunas fotografías usando la ventana como espejo, a veces me ha salido alguna foto buena haciéndolas de esta manera.

Esta es la segunda que hice. Como se puede apreciar, las nubes ya son amenazadoras, presagian mal tiempo de verdad. Durante toda la tarde tuve una falsa impresión, creía estar en tierras del Pirineo aragonés, y que lógicamente el refugio pertenecía a la federación aragonesa. Incluso al día siguiente mientras me marchaba, me llegaba esa impresión. Son cosas de mi subconsciente, totalmente impredecible en sus manifestaciones. ¿ Porqué motivo mi subconsciente me enviaba esa idea absurda ? ¿ Alguna alma desencarnada me quería decir algo ? Si era así, mi sensibilidad no pasó de ahí.

La nubes eran cambiantes, a veces el paisaje tomaba delicadas luces rosadas, pero rápidamente pasaba a tomar tonos azules o grises.
Y mientras me preparaba una cena a base de puré de patatas con una lata de atún, mas los restos de comida que me quedaba, empezó a tronar y ha caer gotas de lluvia. Me alegré enormemente de haber encontrado esta cabaña, y que además estuviese solo. Si hubiese tenido que dormir esa noche en mi claustrofóbica tienda de campaña, lo hubiese pasado muy mal.
Pese a todo, estaba muy tranquilo, el refugio me daba seguridad, y la lluvia en mí tiene un efecto tranquilizador, excepto cuando hay lluvias torrenciales y con caída de rayos continuados y cercanos, pero aquel anochecer no fue así, y me sentí muy a gusto conmigo y con la montaña. Era casi feliz.

Mirando en dirección hacia atrás, hacia la cresta del Pic de l'Estanyó, el cielo aún tiene claros, y seguramente ahí arriba no llueve aún, pero no tardará mucho, porque la noche se cierra y todo quedará muy oscuro. Oiré llover durante horas seguidas, aunque escuché pocos truenos. Y apenas vi " ángeles ígneos que encendieran con fuego de Oro las cimas de las montañas ".

Esta fotografía está tomada desde el exterior y a través de la ventana. Es una de las dos velas que puse. Al natural no tenía este aspecto tan tétrico. Era la única fuente de calor del refugio aquella noche, pese a que había algo de leña cortada, no soy propenso ha hacer fogatas, sino es cuando hace frío de verdad.
Mi sexto y último día en las montañas de Andorra empezó así, con esta luz, al mismo tiempo fantasmal y delicada. Los tonos rosas no son ningún efecto de la cámara de fotos, realmente había una luz rosa, que juraría que es la primera vez que la he visto en la montaña.
Desayuné barritas energéticas y leche en polvo con cacao. Agotada esa comida, solo me quedaba medio sobre de sopa,  uno entero de puré de patatas, una lata de atún y muchos sobres de te y poleo menta. Nada mas.
Serían algo mas de las siete de la mañana y llovía de manera ininterrumpida. De tanto en tanto sonaba algún trueno que retumbaba por las montañas, pero nada amenazador.
Esta fotografía es casi buena ( casi seguro que me la robarán por el internet ). Con una cámara de mejor calidad habría salido bastante mejor. Es una fotografía para presentar en un concurso fotográfico. Los tonos de color y luz son realmente como se veían aquella mañana. Tiene algo de paisaje irreal, como soñado. ¿ Me tocaría vivir una " realidad aparte " ?. Mas bien no, viviría una realidad cruda y dura.
..........., Y llegó el momento de partir hacia la civilización. Seguía lloviendo, la temperatura había bajado bastante y no me iba a quedar en la cabaña esperando a que amainase, por que no lo haría en todo el día. ( Ni en los días posteriores ).
Empaqueté todo mi equipo en bolsas de plástico que me había traído, protegí todo lo delicado, incluida la cámara de fotos - porque lo cual ya no hice mas fotografías - y salí bajo la lluvia incesante. Me mojé las piernas y los pies nada mas pasar por entre las plantas que rodeaban el refugio. Por mi primera vez en la travesía me tuve que poner los guantes, unos buenos guantes de montaña, específicos para lluvia....., pero que calaron al poco rato.
A los pocos minutos de andar, vi otra cabaña en la distancia, pero al pasar por el lugar que creí que estaría, ni la vi. Me daba igual porque mi intención era solo mirar en su interior. Por curiosidad.
Hacia los tres cuartos de hora de bajada, llegué al refugio guardado de Sorteny, a 1.969 metros. En un principio daba la sensación de que estaba cerrado, ya que la puerta estaba cerrada. En su interior había un foco de luz, pero no se veía ni se sentía a nadie. Hasta ese refugio hay una pista apta para coches, pero solo la pueden utilizar los guardas del refugio y personal autorizado.
A partir de ahí, plegué los bastones de treking, y me cambié el chip de andar. Ahora tocaba andar rápido por la pista hasta llegar al parking donde los clientes del refugio dejan el coche. A partir de ahí es carretera asfaltada. ( Aquí el GR-P  ideal y lógico, en vez de perder tanta altura y pasar por núcleos urbanos, claramente se tendría que desviar a la derecha, y seguir por La Rabassa, llegar al refugio de Rialb, pasar bajo el Pic de Font Blanca, desde ahí llegar a la estación de esquí de Ordino Arcalís, de ahí a la Brecha de Arcalís, y después en descenso llegar hasta el refugio Angonella, donde seguiría por el trazado inicial. Ese sería el recorrido más lógico si lo que se pretende es dar la vuelta a Andorra por su máximo perímetro posible. Quizás el trazado actual hace una concesión a los establecimientos hoteleros, que esperan que los trekers hagan gasto en sus locales. Personalmente me estoy planteando que la próxima vez que vuelva a probar la vuelta a Andorra, el itinerario me lo diseñaré yo mismo, según mi criterio y mi experiencia acumulada en esta tentativa ).

Antes de llegar al parking de La Rabassa, se llega a un punto en el que el GR-P deja la pista y baja por el bosque cerrado hasta el Serrat, pero no tenía ganas de mojarme con el roce de los árboles y preferí seguir por la carretera, a pesar de que tuve que andar unos dos kilómetros de mas.
Llegando al Serrat llovía aún con mas intensidad, me crucé con un montañero solitario que subía por la carretera, llevaba varias prendas de su equipo de color rojo, incluidas unas polainas para nieve....., pero claro, nieve en esa parte de Andorra y en pleno mes de Agosto no la hay. Iba sin bastones de treking y caminaba con mucha energía y esfuerzo. También recuerdo que iba con la cabeza al descubierto. Nos saludamos con un simple : " ¡¡ Hey !! ".

En el Serrat, que son cuatro casas, casi todas hoteles, apartamentos y restaurantes, vi una parada de autobús, sin gafas y lloviendo no veía absolutamente nada de los horarios de los autobuses, igualmente ya tenia pensado andar unos tres kilómetros mas hasta Llorts, que tendría que haber sido el final de etapa del día anterior.
Pasado el Serrat había una parada de autobús con marquesina, ahí me podría resguardar, sacar las gafas y ver los horarios de los autobuses. Y justo cuando estoy mirando los horarios, pasa un autobús, da la impresión de que quiere parar, pero no lo hace, y sigue. Instantes después con estupor leo, que precisamente ese autobús me hubiese llevado directamente hasta Andorra la Vella. Eran las diez y media de la mañana, y el siguiente hacia Andorra no pasaba, creo recordar que hasta las cinco y media o seis menos cuarto de la tarde. Por suerte, había uno casi cada hora hasta Ordino, que es una población grande, en la que hay todo tipo de comercios.
Lamentando mi mala suerte, y como no me iba a esperar una hora sentado en la parada, seguí andando. Llegué a Llorts, aún tenía la remota idea de que si encontraba una tienda de comestibles, podría seguir el GR-P, siempre y cuando el tiempo mejorase algo. Pero seguía lloviendo sin parar. En Llorts, no fui capaz de ver ninguna tienda, solo apartamentos, un camping vacío, hoteles y restaurantes.
 El año pasado en una travesía que hice, precisamente llegando a Andorra, en la que también me quedé sin comida, encargué en el restaurante de un camping, varios bocadillos " para llevar ", pero esta vez no lo iba ha hacer, y decidí ya de una vez por todas, renunciar dar la  vuelta de Andorra.
Pasado Llorts,  a un kilómetro aproximadamente, en un bloque de apartamentos había una parada de autobús, era solo un poste, pero al lado había un portal en el que refugiarme. Consulté los horarios y faltaba mas de media hora para que pasase el próximo. Me armé de paciencia, oriné al lado del portal y me arreglé un poco para introducirme en la civilización.
Llegó por fin el autobús dichoso, como la parada está en mal lugar, cerca de una curva, el conductor, de unos sesenta años, frenó de golpe al verme, y los autos que venían detrás tuvieron que frenar bruscamente. El conductor, al que  seguramente no le gustan los mochileros, me culpó por haber tenido que frenar bruscamente. Pensé que el pobre hombre era idiota perdido ¿ Me culpaba a mí de la mala colocación de la parada del autobús ?...., increíble....., no quise ni casi podía discutir y no le hice caso. Cuando me dio el billete me salió un medio insulto hacia el hombre, seguro que lo escuchó, porque al instante me dijo " no ponga la mochila encima del asiento ". Le grité " noooo, no la pongooo....".
En el autobús iban don montañeros franceses, iban tan mojados como yo, y teníamos un aspecto parecido. Uno de ellos hablaba bastante el español, y me dijo que al igual que yo, también llevaban seis días andando. Y aún les quedaban tres días mas. Tenían que volver a la fuerza a una población francesa para recoger su automóvil. Y aunque no me lo dijo, casi seguro que se habían quedado sin comida, y iban a Ordino a comprar. Y después regresarían en autobús hasta Llorts, y lloviendo subirían para el refugio de la Angonella. Ellos no tenían elección, tenían que estar tres días mas andando por la montaña, y lloviendo. Yo ese mismo día llegaría a mi casa después de un viaje de varias horas. 

Inmediatamente en que el autobús llegó a Ordino, había otro autobús esperando, y ese me llevaría hasta Andorra la Vella. Es un viaje muy corto, pero había un embotellamiento digno de Barcelona. ¡¡ Quién lo iba a decir !! ¡¡ Que cambio mas brusco en poco mas de tres horas, desde que salí de la cabaña.
Llegado por fin a Andorra la Vella, mi ritual de siempre. Lavarme y cambiarme de ropa en el lavabo de la estación de autobuses. El lavabo es muy pequeño, la puerta estaba abierta, y no me preocupé de cerrarla, desde afuera seguro que alguien me vería medio desnudo. Intenté ir,  mas bien rápido. Y después de acicalarme, me tocaba el rompecabezas o puzzle de preparar bien mi mochila. Las botas, al igual que mis calcetines de coolmax, apestaban una barbaridad, incluso pensé en tirarlas, ya que calaban demasiado, pero me acordé de que en casa tengo cera especial para botas, y de los ciento veinte euros que me costaron, hacía un año justo. Me servirían para las salidas por las montañas que hay cerca de mi lugar de residencia.
Las envolví con una bolsa grande de plástico y las metí en la mochila, así y todo, al menos yo, notaba algo de olor.
Y como seguía lloviendo y hacía frío, comí en el bar de al lado de la estación, donde bebí alcohol en forma de cerveza, que me sentó muy bien. Pero solo me tomé una, cuando normalmente me tomo dos. Supongo que era por el frío.

En el autobús hacia Barcelona, solo íbamos cinco personas, y eso que era Agosto. Ya en Barcelona, me entró hambre, y pensando que aún me quedaban al menos dos o tres horas mas hasta llegar a mi casa, otra vez recurrí al bar de la estación de turno a comerme otro bocadillo, pero ahora regado con cocacola.
Después me tocaba un corto trayecto andando hasta la estación de tren, es subterránea, ruidosa, el ambiente es venenoso, irritable, insoportable, llena de gente sudorosa ( porque en Barcelona hacía calor húmedo ). Tomé el primer tren que pasaba, y que me dejaría bastante lejos de mi destino final. Me apeé con alivio del tren, me recibió la brisa marina, y el aire frío. La tarde se estaba acabando, y la noche esperaba su turno. Y aburrido y cansado, me entretuve haciendo alguna fotografía a las palomas
Me tuve que esperar mas de media hora hasta coger el último transporte del día. Y después de coger tres autobuses y dos trenes...¡¡ uuuuffffff..... !! por fin llegué a mi casa.
Casi ya tenía olvidada la mañana lluviosa y alucinantemente brumosa vivida en la cabaña, y los días pasados en las montañas, y las peripecias vividas. Como en esta vida, todo es efímero, pasajero. No podemos agarrar nuestras experiencias vividas, se nos escapan en la vorágine del devenir. Es el Misterio mismo de la Existencia. La actualidad de la las experiencias, desaparecen por el continuo fluir de mas experiencias, de mas manifestaciones de la Creación. Después de un segundo de tiempo, viene inexorablemente otro segundo, y así hasta la Eternidad y el Infinito. Nuestro único medio de escapar a esta locura vertiginosa e intangible, es vivir lo mas intensamente posible el Aquí y Ahora, intentando se consciente del Presente Divino. Nuestro destino está escrito, planificado por otros, y nosotros lo único que podemos hacer, es identificarnos o no, con el personaje que representamos. Si creemos que nuestro cuerpo y nuestra mente son nuestro " yo " estaremos perdidos, seremos ignorantes de nuestro propio Yo, mas profundo y Eterno.

........, Y mientras me preparaba para dormir en el confort de mi habitación, empezó a llover, las gotas de lluvia golpeaban  rítmicamente la uralita del patio, trayéndome una paz natural. El mal tiempo durará dos o tres días mas. Y me recogí interiormente como cuando  hago meditación, regulo la respiración, y el ritmo de ésta me conduce a la relajación, y de esta al descanso, y de este al sueño..........

QUE TODOS LOS SERES SEAN FELICES.