STRIGOI AL-LUCINÓGEN - Por los Biseberris.

Los Biseberris en un mes de junio. Abajo se puede ver la tienda de color naranja.
 Aclarar que todas las fotografias han sido hechas con un teléfono móvil de mediocre calidad.
Unos treinta años antes de esta salida, escalé todos los tresmiles, menos uno, de esta larga cresta. Los subí solo y sin cuerda; sin tener ninguna reseña ni casi referencias. Hoy en dia está catalogada como AD- , con algún rápel que se puede desgrimpar. En la actualidad oficialmente han caído de las lista de tresmiles, tres de estos picos. Aunque revisiones privadas más rigurosas si que las dan como cimas de 3.000 metros.
 Por aquella época estaba muy delgado, y pasaba muchas temporadas en los Pirineos o escalando en roca, cosa que hoy en dia ya no puede ser y que añoro mucho.
La tienda, a unos 2.180 metros de altura aproximadamente.


Perfecta tarde; serena, clara, tranquila, sin frío.

En plena subida al Biseberri Nord, aún me quedan unos veinte minutos de insegura trepada no difícil, pero expuesta. Hay tramos que es casi andando, pero en los cuales está prohibido caerse.


En el Biseberri Sud. Detrás el Coma-lo-forno, al cual en esta ocasión no subí.


El macizo de la Maladeta. La sombra de las nubes en la montaña, son el anuncio de una profunda borrasca.

Toda la noche ha llovido y tronado, aunque sin mucha intensidad. Cuando me levanto, veo esta espectacular nube. Cambio de planes y decido irme al cercano refugio vivac.




Al segundo dia de estar lloviendo no aguanto mas;  cojo los piolets y crampones y me voy a subir la canal que se ve al fondo, que es mas seria de lo que parece.

Lo que parece un hilillo de agua, es el rio que está a unos 15 minutos bajando. ¡¡ No se puede cruzar por ninguno de los dos únicos pasos que hay !! Al dia siguiente hacia las nueve ya no llovia, la alternativa era llamar a los bomberos ( en el refugio hay emisora de radio ) o intentar dar un rodeo peligroso por un nevero encima de un pequeño lago. Al final, me guiaron los dioses, y crucé por un paso peligroso por el rio. En caso de caída accidental, la corriente me hubiese arrastrado. Pero los he cruzado peores. ¿ Porqué lo hize ? Porqué me sentí dirigido, no resbalé, mis pies pisaron fuerte.... eso sí, el agua me entró generosamente dentro de las botas. Sin duda alguna, cruzar el rio fué lo mas peligroso de esta excursión.



Llego sin problemas a la carretera de Viella. Ahora la preocupación es saber si parará el autobús que va a Barcelona. Por lo visto, algún conductor tiene a bien no parar aquí, por muchas señas que se le hagan. Eso supone tener que esperar un dia aquí. Por suerte ¡¡ paró el bus !! Y unas cuantas horas después, y tras hora y media mas de tren pude llegar a mi casa. Exhausto pero contento y lleno de energías.

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