domingo, 27 de abril de 2014

¿ QUIÉN SOY YO ?

    • ¿ Quien soy yo ? -


    Esta es la incesante pregunta que el gran santo hindú Bhagavan Sri Ramana Marharshi instaba a sus discípulos a repetirla continuamente. De hecho es una pregunta que nos tendríamos que hacer las venticuatro horas del día. A cada pensamiento que surja de nuestra mente hay contrarrestarlo con esta otra pregunta ¿ Quién soy yo ? ¿ De donde surge este pensamiento ? ¿ Donde está mi yo ? ¿ Mi cuerpo es mi yo ? ¿ Mi mente es mi yo ? ¿ En que lugar del cuerpo se encuentra el pensamiento del yo ?......., y así toda la vida hasta que la mente ya no produce mas pensamientos sobre el falso yo, la mente ya no se hace pasar por el yo, y el Espíritu ilumina la mente de ese ser inquieto que ha estado indagando sobre su auténtico yo, su última realidad.

    Sri Ramana Maharshi alcanzo esa úlitma Realidad a la edad de diecisiete años, de una manera espontánea, simplemente preguntándose con profunda intensidad ¿ Quien soy yo ?. Él en realidad nunca enseño nada, no creo ninguna filosofía nueva, simplemente siguió con la tradición hindú, en concreto la que sigue el camino del Silencio. Para él no era necesario enseñar nada, simplemente bastaba con sentarse en meditación y sentir la Gracia que emanaba de Él, y él aseguraba que la Gracia es constante y que estamos inmersos en ella, solo que nosotros no nos damos cuenta.
    Muchos seres nos hemos dado cuenta de que con solo el hecho de pensar en Sri Ramana Maharshi nos tranquiliza la mente, base indispensable para meditar en profundidad.
    Él vivió casi toda su vida en la colina de Arunachala, que según la tradición hindú es el centro del mundo, es un centro energético y telúrico de primer orden. Pero no es el único, por todo el planeta hay innumerables lugares que emanan una energía especial. Los Pirineos tienen lugares de estos, lugares privilegiados donde cualquier ser puede experimentar una paz fuera de lo común. Hay a quién esos lugares les produce una especie de inquietud y no se encuentran a gusto. De estos los he conocido y mas bien son almas que están vibrando a un nivel bajo, están mas cerca de su condición animal que espiritual. Estas almas se sienten mas cómodas en los lugares concurridos, tumultosos y ruidosos de las grandes conglomeraciones.

    Estas pocas fotografías que presento son de una corta salida de tres días en la Sierra del Cadí, en los Pirineos catalanes. Es un lugar realmente único. La primera vez que estuve, hace ya unos cuantos años, tuve la impresión de que casi no me era necesario comer para estar sano y fuerte. Sentía como que de allí surgía una energía vital y sutil que me alimentaba. No quiero decir que no comía, comí pero mucha menos cantidad de lo que acostumbro comer, y me sentía realmente bien.
    La Sierra del Cadí está dentro de la comarca de la Cerdanya, lugar auténticamente bello y delicioso. Los inviernos son crudos pero bellos, y a partir de la primavera es un auténtico fenómeno de belleza natural, todo es paz y tranquilidad. No hay grandes urbes que la rodeen, solo pequeños pueblos y extensas montañas que hasta el mes de Junio aún conservan algo de nieve.

    Desde hace algunos años se han asentado los lobos, lo que le da un carácter aún mas salvaje. Justo en las montañas de enfrente se encuentra Andorra, donde viven algunos osos. En un lugar de este blog capté una imagen de huellas de este animal. Y no es de extrañar que dado los pocos kilómetros de distancia que separan estas montañas ( no mas de veinte ) los osos lleguen ha habitar la Sierra del Cadí.
    Por lo demás la fauna y flora es la típica de los Pirineos, rica y variada. En realidad la Sierra del Cadí pertenece al Parc Natural de la Serra del Cadí i Moixeró y está regulado absolutamente todo, como en el resto de los parques naturales de España.
    Lo extraño es que dado su magnífica belleza no esté mas concurrido. En invierno prácticamente solo los escaladores la visitan – De los pocos que van quedando que escalen canales y corredores de nieve y hielo. -
    Las pistas de esquí quedan lejos del Cadí, están en la zona del Moixeró, y ahí si que hay aglomeraciones de gente. Como esta zona de la Cerdanya turísticamente es casi exclusiva de las clases media y alta de Barcelona y otros lugares, dado los precios altos de las viviendas, las clases media y baja frecuentan muy poco esta joya de los Pirineos.
    En verano si que es visitada por los senderistas, trekers y hikers. La red de refugios es buena y se pueden realizar travesías de varios días. Los pueblos que están al pie del Cadí tienen buena oferta hotelera y de restaurantes, a precios razonables. Incluso en el pueblo de Estana – que es la base para las escaladas al Cadí - se puede dormir en una especie de pajar- refugio a un precio muy barato. Eso sí, toda esta zona es profundamente catalanista y separatista, y las banderas de esa ideología están por todas partes. Si uno no se siente bien en los lugares donde ondean las banderas que acotan, delimitan y limitan territorios y personas, en cuanto pase el último pueblo ya nos la verá mas, y se sentirá como desnudo ante tanta belleza casi inmaculada.

    Esta salida no dio mucho de sí, me arriesgué a salir entre una sucesión de frentes borrascosos......, y me salió mal. El primer día, el de llegada hizo buen tiempo. El día anterior nevó un poco por las cimas y hacía algo de frio pero no mucho. El segundo día, que en teoría era el de la ascensión a una de las canales de nieve mas frecuentadas y clásicas - la Canal de l'Ordiguer – amaneció con lluvia fina y niebla espesa. Me arriesgué a subirla pero la nieve estaba demasiado blanda, y me quedé a la entrada de la canal. El pasado invierno aquí murieron dos escaladores, y en el anterior murieron dos jóvenes escaladoras que empezaban a despuntar en el panorama nacional. La canal no es difícil pero es peligrosa por los aludes y desprendimientos. La canal es muy estrecha, sobre todo al principio, y cualquier desprendimiento de nieve o piedras irá a parar a la canal, y si se encuentra algún escalador será arrastrado o sepultado.
    Son algo mas de cuatrocientos metros de desnivel que empieza con 45 grados de inclinación y acaba en los 60 grados en su parte final, eso si no hay cornisa final, que entonces es mas peligrosa. Hay alguna variante que es mas difícil, pero la normal es prácticamente factible para cualquier escalador medio y con experiencia en nieve. A pesar de los seis meses sin salir a la montaña, y con el solo entrenamiento de cinco días en otra zona de los Pirineos, me sentía totalmente preparado para subir en solitario dicha canal. La bajada normalmente se hace por la canal que queda mas a la izquierda, que tiene el bonito nombre de la Canal del Cristall. Es algo mas fácil pero no mucho, incluso la parte final es mas vertical. Mucha gente rapela ese tramo asegurando la cuerda a un poste indicador que hay a pocos metros del final de la canal. En caso de caída desde cualquier punto, si la nieve está dura y el escalador no se detiene, iría a parar a un barranco final y vertical de unos cuarenta o sesenta metros, cosa que no ocurre en la canal de l'Ordiguer, donde la pendiente va menguando poco a poco.

    Como hizo mal tiempo me tuve que quedar en la tienda ( acampada ilegalmente durante dos noches ). Llovió sin interrupción durante todo el día. La niebla se volvió mas espesa, no hizo frío, y en un cortísimo intervalo sin llover salí a estirar las piernas y hacer algunas fotografías. En la zona de los Prats del Cadí ví como un sarrio se asustó al verme y echó a correr. A los pocos segundos escuché lo que me pareció el ladrido de un zorro pero mucho mas fuerte, y sonaba a enfado y amenaza; seguramente iría por mí. El caso es que al no reconocer exactamente los ladridos, la inquietud se me hizo presente. Pensé que hasta podría haber sido un lobo. ( En realidad no se como ladran los lobos. ) Creí escuchar algún desprendimiento por alguna de las numerosas canales del Cadí, pero todo estaba envuelto por la niebla y no pude ver nada. Eran malos presagios, algo así como: “ Aquí no has de hacer nada, vete a casa que la montaña hoy no te quiere “.

    Para el tercer día la previsión era de que saldría el sol hasta la tarde en la que se anunciaba mal tiempo, pero con la nieve tan blanda decidí no tentar la suerte, y tampoco era mi intención abrir huella en solitario en toda la larga canal. Con tiempo mas frío y el tiempo mas estable me hubiese atrevido, pero en esas condiciones preferí abandonar y volver al calor y sequedad de mi hogar. El problema que surgió es que me desperté a las seis de la mañana, y mientras desayunaba ligeramente se puso a nevar. Y nevaba con fuerza a pesar de que estaba acampado a una altitud de solo unos 1.800 metros de altura en pleno bosque. Por la noche pasé algo de frío a pesar de llevar un saco de plumas y estaba totalmente destemplado. Se me enfriaron las manos y los pies mientras hacía la mochila. Dejé el desmontaje de la tienda para el final, pero tenía las manos tan heladas y doloridas - ya que con los guantes gordos es imposible hacer la mochila y plegar la tienda, y los guantes finos se mojaron en minutos – que estuve a punto de abandonar la tienda de campaña, cosa que nunca he hecho. En esta ocasión no tuve mas remedio que hacer un esfuerzo sobrehumano pensando en que mas abajo nevaría menos y haría menos frío, como así sucedió.

    Me marché con los guantes mojados porque no fui capaz de ponerme los gruesos, mal vestido con los tirantes de los pantalones caídos con lo cual se me caían cada poco rato. La ropa la llevaba de cualquier manera y la mochila mal hecha, no me reconocía a mi mismo en este estado. No hacía un frío intenso en absoluto, pero me pilló destemplado y hasta que no pasé mas de una hora bajando por el camino nevado no entré en calor, y cuando las manos y los pies se calentaron me dolieron de verdad. Parecía que estuviese en pleno invierno.

    Conforme fui perdiendo altura el tiempo mejoró dejó de nevar y el cielo se fue abriendo. Pude ver como en los Pirineos de Andorra y de Lleida todo estaba blanco inmaculado, contemplé un espectáculo de los que mas me gustan, toda la montaña daba la sensación de pureza inmaculada.

    Pasé por el pequeño y solitario pueblo de Estana, saludé a un par de personas y llegué cuatro horas después de haber salido, al pueblo de Martinet, donde me dio tiempo de comer algo, asearme ligeramente y preparar bien todo mi equipaje en dos mochilas. El autobús llegó muy puntualmente a la parada, me bajé en Puigcerdá, y tomé el tren que en tres horas me llevaría a Barcelona.
    Las tres horas se me hicieron muy plácidas, di cuenta de la comida que prepararon en el bar de la estación, y escuché música en mi mp3 duranta mas de dos horas. Escuché complacido el que es el disco que mas escucho últimamente, temas de Joan Manel Serrat interpretados por músicos gitanos, todo un placer escuchar esta música intimista y con duende viendo la tarde apacible y soleada. Las nubes de primavera se dejaban ver por detrás pero eran realmente bellas, casi me hablaban.
    Nada mas bajar al andén justo en el de enfrente pasaba el otro tren que me llevaría tras otra hora y media mas de viaje hasta mi localidad de destino. Así que sin subir al vestíbulo de la estación a comprar otro billete, como es normal en mí y en cientos de personas, viajé sin pagar billete, dado que en esta línea de tren no pasan revisores. Cuando el tren salió de los túneles de Barcelona y se enfiló junto a la costa, me sentí privilegiado al haber pasado en unas horas de estar en la montaña nevada, fría y solitaria a las tranquilas aguas mediterráneas, que en algunos lugares el tren pasa a pocos metros de ellas.
    En las playas algunas personas saboreaban la tarde....., en el cielo se acercaban las nubes de primavera que anunciaban inminentes chubascos intermitentes....., como así fue. Durante el trayecto pude contemplar como mientras en algunos lugares llovía, a los pocos kilómetros incluso hacía algo de sol. Y así hasta llegar a mi población de destino. Aquí lucía el sol, gente con chaquetas y jersey, y gente con manga corta; algunas nubes ralas por el cielo, como vivo en un ambiente semirural y hay tramos sin asfaltar, fuí encontrando charcos de lluvia reciente. Hice el esfuerzo final de andar los últimos quince o veinte minutos hasta mi casa, donde me duché con fruición, comí demasiado copiosamente y me tomé una pastilla para dormir......, y dormí profundamente muchas horas con la sensación de haber hecho las cosas bien hechas.

    - Que todos los seres sean felices -